Osowiec

Nuevamente, escuchar (y quizas ver) antes de leer.

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Un feroz combate se cernía en las proximidades de la fortaleza Rusa de Osowiec, los alemanes intentaban por todos los medios intentar expulsar a los rusos de ese lugar pero fue en vano. Por cada ruso que intentaban eliminar perdían un total de tres hombres, si seguían así no serían capaz de terminar su cometido.

Sargento: Señor, esto es un suicidio, nuestros hombres están...

Hindenburg: cierto, retirada, cúbranlos con la artillería.

Los soldados comenzaron a retroceder y los cañones alemanes comenzaron a rugir impactando sus pesados proyectiles en el suelo, muy cerca de los rusos.

Oficial: Teniente! Hay que retirarse!

Nicolas: atrás! Los alemanes atacan con la artillería!

Nicolas

Los hombres afortunadamente regresaron a las trincheras a las que afortunadamente casi todos los supervivientes lograron alcanzar.

Nicolas: suerte que nos hemos salvado, eh?

Arthur: Nic, casi te matan! –le da un abrazo- mírate! Estas completamente sucio y cubierto de sangre y tierra!

Arthur

Nicolas: ya Arthur, esto es la guerra, no un paseo por el prado, recuerdas?

Arthur: que andarán haciendo los alemanes en estos momentos?

Nicolas: jeje, enfadados y pataleando por no conseguir nada. Voy a limpiarme y a ver si han preparado algo de comer.

Por otra parte, los alemanes estaban muy fastidiados puesto que eran superiores numéricamente y armamentísticamente hablando pero no consiguieron nada. Hindenburg entonces planeo otra táctica, una que ya habían usado sus compañeros en el frente occidental pero que en el oriental aún no habían probado, tal vez eso era lo que les garantizaría la victoria.

Una caravana de la cruz roja un tanto extraña llegó al campo de batalla con nuevos suministros y algunos más especiales que otros.

Conductor: vamos, comiencen a descargar la carga, no quiero tener esas cosas en mi camioneta!

Los soldados bajaron unas cuantas cajas que al abrirlas revelo algo inquietante para los que las vieron, eran máscaras de gas, cientos de esas máscaras llenaban las cerca de siete cajas que transportaba la caravana. Al no haber visto muchas, los soldados comenzaron a hacer el idiota con ellas cuando sus superiores les ordenaron ponérselas.

Soldado:-se pone la máscara- uuuuu, uuuu!

Soldado1: con esta máscara me recuerdas a mi tío Willy. Es difícil saber dónde está su cabeza y su trasero también.

Los soldados rieron a carcajadas ante tal espectáculo que estaba patrocinando el soldado que parecía no tener dos dedos de frente.

Soldado1: él se afeitó las cejas.

Nuevamente se hicieron las risas por el batallón, el sonido del metal y de una especie de bombona rompiéndose hizo que todos fijaran su mirada en el último vehículo que estaban descargando. Una nube verde comenzó a envolver al vehículo mas el aire evitó que así fuera, no sin antes intoxicar al hombre que estaba manipulando las "armas" que empezó a vomitar y a agarrarse el cuello para no respirar además de echarse al suelo por haber sido intoxicado.

Oficial: échense atrás! Todos atrás!

Los hombres que sí se pusieron la máscara fueron a socorrer al perro que había sido intoxicado. Un oficial de menor rango fue directamente ante el general a avisar del peligro que suponía la guerra química.

Oficial1: mi comandante, entre las medicinas y el nuevo "equipamiento" que han traído hay gas venenoso! Eso es muy peligroso!

Hindenburg: también las ametralladoras rusas son peligrosas.

Oficial1: ya pero el gas es un arma de doble filo, no solo lastimaría a los enemigos sino que también podría lastimar a los suyos!

Hindenburg: prefiero tener menos bajas, pero estamos en guerra y alguien tiene que morir de todos modos; o los rusos o nosotros, yo prefiero que sean los rusos.

Oficial1: pero usarlo es inhumano!

Hindenburg: cuando pases por un infierno es mejor no detenerse, no estamos acampando, estamos luchando, en la guerra todo se vale.

El oficial se retiró cabizbajo por no haber logrado convencer a su superior de no usar el arma, pero Hindenburg tenía algo de razón, las bajas por los combates habían sido muy altas, muy a menudo hacían un llamamiento al alto el fuego para que la cruz roja recogiera a los heridos y los equipos funerarios enterraran a los muertos. En la última de esas batallas un superviviente ruso consiguió engañar a los alemanes y regresar a su trinchera.

Sargento: teniente, Mikail ha regresado!

Nicolas: como? P-pero no estaba muerto?

Sargento: no, y al parecer quiere hablar contigo.

Nicolas fue lo más rápido posible al hospital donde se cruzó con muchos heridos y pacientes siendo operados en el lugar, atravesando una puerta se encontró con Mikail, un señor ya muy mayor pero que había sido reclutado por fuerza mayor.

Mikail: Nicolas!

Nicolas: Mikail! Como estas? C-como has sobrevivido?

Mikail: -entre risas- los engañe, me cubrí con los cuerpos de unos alemanes y al anochecer regresé arrastrándome, jaja y en el camino casi me lo hago encima del miedo, había una cosa muy fea con ojos grandes y una especie de tubo como boca. Parecía un demonio salido del infierno, jeje.

El teniente agarró su lápiz y abrió su pequeña libreta para dibujar rápidamente una máscara de gas a lo que el viejo hombre se rio al haber sabido recrearla muy bien. Pero el zorro no estaba muy contento por la información recibida, los alemanes planeaban algo muy gordo. Nicolas reunió a los hombres rápidamente para darles la noticia y el horror que se avecinaba.

Nicolas: señores, muy probablemente mañana moriremos.

Las risas de los soldados no se hicieron esperar, era evidente que llevaban luchando todo el mes de julio y primera semana de agosto, decirles eso era como comer el pan de cada día.

Soldado: jaja! Eso ya lo hacemos todos los días.

Nicolas: no, esta vez nos van a envenenar con gas.

Soldado1: si es tan venenoso como los pedos del viejo Ankim entonces podremos con ese gas.

Las risas volvieron a inundar el lugar, pero el teniente se mantenía muy serio, y no era para menos, mañana los matarían gaseados.

Nicolas: no sé que tipo de gas sea, pero estoy muy convencido de que no tenemos protección contra él. He oído que es muy peligroso, nos gasearan como ratas.

Ahora ninguno se reía, todos pusieron caras serias para digerir lo que se avecinaba pero ninguno quería creerse esa información.

Soldado2: en verdad no hay nada que podamos usar para protegernos –decía muy temeroso-

Nicolas: usad vendas en la boca y nariz para evitar aspirarlo y con suerte, solo con suerte, no pasará nada.

El zorro se fue a la tienda de su amigo Arthur, un perro algo más bajo que él pero que siempre ha estado a su lado.

Nicolas: oh! Sigues aquí, pensé que ya habías ido a comer.

Arthur: he escuchado todo lo que has dicho, en verdad pasara eso?

Nicolas: yo... no lo sé, pero lo sí que Mikail vio es verdad, entonces eso mismo ocurrirá. Y no quiero que nos tome por sorpresa.

Arthur: -se acerca- y si nos divertimos un poco antes del "infierno"?

Nicolas: que tienes en mente perrito?

En ese momento Arthur le agarró a entrepierna al teniente seguido de un beso en los labios que correspondió al mismo instante que lo recibió, ambos se iban desvistiendo lentamente mientras seguían besándose, si esa iba a ser la última vez que estaban juntos no querían desaprovecharla.

Arthur: veamos si esta cosita de aquí quiere jugar –comienza a lamer-

Nicolas: uff, y-yo creo que sí, umm...

El perro no dejaba el miembro de su amigo tranquilo, lentamente Nicolas empezaba a sentir la necesidad de derramar su esencia y así lo hizo poco tiempo después.

Arthur: eso fue mucho... mucho tiempo sin vaciar esas bolas?

Nicolas: hace mucho que no hacemos esto... que crees?

Arthur: recuerdas como continua? Sí, creo que sí...

Se pusieron en la posición 69 y continuaron por un rato hasta que Nicolas no pudo aguantarse las ganas de penetrarle.

Nicolas: -acomodando su pene en la entrada de Arthur- sabes lo que pasará a continuación?

Arthur: -fingiendo curiosidad- no, que pasará a cont..AH!

Sin previo aviso Nicolas metió su miembro de una tajada, sacando un pequeño grito de dolor por haberlo hecho sin avisar.

Arthur: cuidado! Te recuerdo que la última vez que lo hicimos fue hace 2 años!

Nicolas: p-perdón, no me he podido resistir.

Empezó con lentas embestidas que lograban sacar unos cuantos gemidos leves al perro, en cierto momento el zorro alcanzó el punto "débil" haciendo que sacara la lengua a modo de satisfacción además de tener la mirada perdida debido al inmenso placer que estaba sintiendo.

Arthur: ah! N-Nicolas! Si-sigue! Se siente muy bien!

Nicolas: n-no pensaba parar!

Estuvieron así y cambiaron de posición para quedar cara a cara y poder terminar definitivamente.

Nicolas: m-me voy a...

Arthur: hazlo ya!

Sintió algo líquido e hirviente recorrer su interior lo que asoció con que Nicolas se había corrido y terminado, ahora solo faltaba él.

Nicolas: déjame ayudarte...

El zorro masturbó al perro hasta que este se vino manchando el pecho de ambos de su esencia.

Nicolas: mira quien habla! No soy el único que lleva tiempo sin vaciarme, eh?

Arthur: -agotado- jeje te recuerdo desde cuando no hacemos esto?

Ambos se dieron una ducha en las mejores condiciones posibles que podían obtener en el frente de batalla y se prepararon para el combate de la mañana.

Nicolas: doblad dos veces la tela, así os "protegeréis" mejor.

El sol era opacado tras un manto de nubes grises que impedían que se viera correctamente. Los alemanes llevaban queriendo hacer este ataque casi tres semanas, los oficiales dieron la orden y al poco una nube verde de gas comenzó a abrirse paso (con ayuda del viento) por el campo de batalla, además de las trincheras enemigas.

Por casi diez minutos, que fue lo que tardaron las bombonas en vaciarse, el gas esparció a sus anchas por todo el lugar y tras este los soldados alemanes, bien equipados con sus máscaras, salieron para avanzar, muy seguros del avance.

Pararon tras haber avanzado unos cuantos metros a observar el horrendo paisaje que dejaba tras disiparse el gas. Los rusos tirados en el suelo muertos de combates anteriores, aquellos que no fueron recogidos, daban un toque más tétrico al ya horrible lugar devastado por la guerra, bombas y demás.

Muchos vieron puntos negros muy grandes caer del cielo, eran pájaros que caían muertos del cielo tras haberse sido intoxicados cuando se encontraron con el gas que los alemanes habían usado contra los rusos. Se fijaron al frente, donde se supone que estaban las trincheras rusas que parecían estar desiertas, por un momento pensaron que habían ganado y sin ningún combate extra al haberlos matado mediante el mortífero gas.

Sin embargo los sombreros de los oficiales y soldados rusos se dejaron ver de detrás de la pequeña colina que ayudaba a esconderse a estos. Los soldados que estaban tirados en el suelo muy cerca de las trincheras se levantaron lentamente mientras escupían y tosían sangre.

Oficial alemán: -muy asustado- n-no puede ser, no debería haber vida! No pueden estar vivos!

Nicolas: Carguen!!

Los rusos comenzaron a avanzar mientras las ametralladoras rusas se cebaban con los alemanes que atemorizados por ver que el gas no hizo efecto a pesar de solo tener un trozo de tela, o nada, para protegerse seguían vivos.

Lentamente y con la falta de aire, avanzaban contra los alemanes que se batían en retirada, caminaban lento pero seguro, de una manera que no pudieran perder el equilibrio y caerse al suelo. Sin embargo los que si caían y morían... se levantaban tras unos segundos para recuperar el aliento, los que no lo hacían agonizaban mientras se arrastraban por el suelo para poder tener una mejor vista y poder dispararles.

Al final de la "batalla" los alemanes huyeron y los rusos regresaron a las trincheras. Para finalizar, los soldados de Hindenburg no volvieron a atacar la fortaleza por miedo a que, al contrario que en esa batalla, esta vez los muertos vivientes terminaran su trabajo.



Osowiec nunca fue tomada por la fuerza, los propios rusos la abandonaron un tiempo después, pero la historia ya estaba escrita, la leyenda del "ataque de los hombres muertos".

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Cabe aclarar que Paul Von Hinenburg era el comandante en jefe de los ejercitos alemanes pero que no estoy seguro de si él fue quien autorizó el ataque con gas. Yo doy por hecho que fue uno de sus subordinados quien dio la orden y no él (a pesar de que muchos generales de la guerra lo usaron por un tiempo independientemente del bando en el que estuvieran).


Espero os haya gustado, si es así dadle a la estrellita y dejad vuestra opinión en los comentarios. Nos vemos en el siguiente One Shot o en mis historias. Chao!

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