Capítulo 7: "Todos somos prescindibles."


Canción para este capítulo: Sweet dreams–Emily Browning. 

30 de octubre, 1395. 

––¡No me pillará jamás, señor MacQuoid! ––chilla riendo Cassandra. La joven agarra las largas faldas de su vestido con las manos hechas puños.

––Yo no pondría en duda mis habilidades... ––replica el chico de cabello oscuro incrementando el ritmo de sus pasos hasta quedar a pocos centímetros de ella.

Cassandra gira la cabeza hacia atrás y entrecierra sus ojos, tratando de correr más rápido. Tal es su afán por ganar la carrera que no se percata de la piedra que hay a sus pies y no puede evitar tropezar. Se deja caer en el suelo, estallando en una inmensa carcajada. Sus ojos se cierran con fuerza y el muchacho aprovecha para recorrer el cuerpo de Cassie con la mirada, deteniéndose en el pálido rostro, pensando que el sonido que en esos momentos brota de los labios de la joven es el más bonito que jamás ha escuchado.

La rubia tranquiliza su respiración y hace un gesto con la cabeza al moreno para que se tumbe a su lado. Este no duda ni un instante y se deja caer a la derecha de Cassandra. Sus ojos conectan y sienten como se aíslan en su propia burbuja. La mano de él se desplaza hasta la mejilla de la chica y aparta un rebelde rizo que caía sobre su cara.

––Te amo, Cassie. ––susurra saboreando las palabras.

Ella sonríe y se acerca más, apretando su cuerpo al de el atractivo muchacho.

––Yo también, Cole. ––responde emocionada antes de darle un casto pero tierno beso en los labios.––Pero estoy asustada... ––murmura.

––Huir de aquí es lo mejor que podemos hacer ahora, no estamos seguros en este lugar... ––argumenta él.––Hay que irse antes de que me encuentren, de que descubran qué soy.

––Mi familia... ––dice con voz queda Cassandra.

––Tu familia estará bien. ––interrumpe Cole.––De todas maneras, si no quieres acompañarme, lo entenderé. No voy a obligarte, cariño. ––afirma acariciando la mejilla de la humana.

––No tienes que hacerlo. Te seguiré allá donde vayas. ––las palabras hacen que el moreno sienta como su corazón se hincha con emoción. Aparta la mirada sonriendo levemente y cuando vuelve a girar su cabeza, frunce el ceño al encontrarse con unos ojos oscuros y un rostro de rasgos definidos en lugar del fino y delicado de Cassandra.

––Astrid... ––susurra con un hilo de voz.––¿Qué...?

––No vamos a ninguna parte contigo, Cole; ––espeta.––solo nos haces daño. Eres un monstruo.

La chica se levanta de un salto y el alienígena la imita, con la confusión filtrándose en su cuerpo.

––Las dos confiamos en ti, y mira como acabamos. ––la voz de Cassandra hace que Cole se gire sobre sus talones. Sus ojos se cruzan con los de la rubia que lo observa inexpresiva.

––No... cometí ese error contigo, Cassie. No dejaré que Astrid sufra el mismo destino que tú. ––afirma sintiendo la determinación en su voz. ––No voy a volver a perder aquello que quiero.

––Ya lo has hecho. ––escupe la morena.––En el preciso instante que clavaste esa aguja en mi brazo.

––Yo... solo quería mantenerte con vida, pequeña... ––su voz se quiebra.––Jack... Él  iba a matarte sino te convertía, lo hice por ti.

––¿Con vida? ––bufa.––¿Y de verdad crees que has logrado tu propósito? Mi tiempo se acaba, Cole, y es por tu culpa.

––¡No! ¡Joder, no! ––exclama bajando la mirada, cerrando con fuerza sus ojos.

––¡La mataste a ella y me estás matando a mi! ––acusa acercándose más al cuerpo del alienígena.

––¡Basta! ––grita alzando la cabeza. La respiración se atora en su garganta al darse cuenta de que ya no está en el campo, sino en la Sede. Traga saliva con nerviosismo y se pasa una mano por el cabello.

Y entonces lo ve.

Ve a Astrid besando a Jack.

Y siente como todo a su alrededor se detiene. Como su mundo se derrumba.

––No... ––susurra.

La cabeza de la joven se mueve a la derecha gimiendo mientras los labios del Presidente se deslizan por su cuello.

"Yo tendría que estar provocando ese sonido"

Las piernas de Astrid se colocan alrededor de las caderas de Jack y este la empuja contra la pared sin detener sus besos.

"Yo tendría que sujetarla entre mis brazos"

––Te amo... ––jadea ella.

"Yo tendría que ser el receptor de esas palabras"

Cole siente como todo su cuerpo comienza a temblar por la ira, el remordimiento, la envidia... un torbellino de emociones que solo consiguen que tenga ganas de arrancarle el corazón a alguien. Literalmente.

––¡Sal de mi puta cabeza! ––exclama al caer en quien le está haciendo pasar por tal infierno.––¡Ahora!





El extraterrestre se incorpora de golpe, intentando calmar su respiración entrecortada, recorriendo con la mirada el dormitorio hasta que se encuentra de lleno con los ojos verdes de Jack. Una sonrisa está plantada en el rostro de este mientras se acomoda es la silla que hay a un par de metros de la cama.

––¿Un mal sueño, amigo? ––bromea el Presidente.

––¿Qué mierdas haces aquí? ––gruñe, levantándose y usando su súper velocidad para quedar cara a cara con el Superior.

––Simplemente quería hacerle una visita a un viejo compañero. ––se encoge de hombros.

––Oh, ––mira el reloj que reposa sobre su mesa de noche.––¿a las cuatro y media de la mañana y en mi habitación? Lo siento, pero no eres mi tipo. ––replica con un deje de burla mientras camina en dirección a la sala de estar.

"Necesito alcohol para tener esta conversación", piensa. Aprovecha que está de espaldas para apretar las manos en puños, intentando apartar las imágenes del sueño a un rincón de su cabeza. El Visitante de cabello oscuro saca una botella de whisky y se la lleva a los labios, sintiendo como el ardiente líquido desciende por su garganta.

––¿No vas a ofrecerme un trago? ––pregunta Jack alzando una ceja.

––Lo único que quiero hacer ahora es arrancarte la cabeza. ––sonríe sarcásticamente. ––Pero eres mi jefe, así que no creo que sea buena idea... Ahora dime, ¿a qué has venido?

––A advertirte. ––a pesar de lo casual que pretende sonar, Cole se percata de la amenaza que hay tras esas simples palabras.

––¿De qué? ––pregunta inocentemente, aunque se hace una idea el rumbo que está tomando la conversación.

––No vuelvas a acercarte a Astrid. Lo último que necesita en estos momentos es tener a un perrito faldero detrás de ella todo el tiempo. ––dice sin rodeos.

Cole estalla en una carcajada.

––Créeme, el único perrito faldero a sus espaldas eres tú. ––murmura mientras acerca el cuello de la botella a su boca de nuevo.

––No te lo voy a repetir. Si te vuelvo a ver rondando a su alrededor, no duraré en acabar contigo. Eres prescindible. ––asegura Jack antes de abandonar la estancia, cerrando el apartamento con un potente portazo.

––Todos lo somos. ––susurra Cole perdido en sus pensamientos.

Y entonces, un recuerdo asalta su memoria, una simple frase que logra que su estómago se revuelva. Una frase que el mismo formuló. 

"A veces los sueños son recuerdos perdidos... o premoniciones de lo que va a ocurrir".




Para los que tenían duda, la última frase sale en el capítulo 24 de The Visitors :) 

–Lau. 

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