Introducción

Pero muy pronto vendrá el insensato homicida, el Hijo de la Perdición: como en el umbral de la noche cuando ya el sol se pone en el ocaso y acaba el día, cuando la plenitud de los tiempos se acerque y el mundo llegue al final de su camino. Oh fieles Míos: escuchad este testimonio, entendedlo con devoción por vuestro bien, no sea que os coja desprevenidos el terror del Impío, viniendo repentinamente, y os arroje a la ruina de la infidelidad y la perdición. Mirad que estáis avisados: armaos con las defensas de la fe y preparaos para la más dura batalla. Cuando llegue el tiempo en que haya de aparecer, entre el espanto, este malvado asechador, la madre que lo traiga al mundo, ya desde la infancia llena de vicios, habrá sido criada hasta su juventud con las artes diabólicas, en los páramos de la abyección, entre los más perversos hombres; sus padres no la conocerán y cuantos vivan con ella no sabrán quién es: porque el Demonio la seducirá para que vaya donde él, y allí, según su voluntad, la engañará, disfrazado de ángel santo.

Entonces ella se alejará del mundo a fin de esconderse con mayor facilidad. Se mezclará ocultamente con unos cuantos hombres en el malvado crimen de la fornicación: se mancillará con ellos, enardecida de tal vehemencia por la ignominia como si un ángel santo le hubiera ordenado colmar el fervor de esa depravación. Y así, en el ferviente ardor de semejante fornicación concebirá al Hijo de la Perdición, sin saber a qué hombre pertenece el semen con que lo engendra.
Pero Lucifer, la antigua serpiente, complacido en esta ignominia, con sus artimañas exhalará su aliento sobre este embrión, por justo juicio Mío, y con todas sus fuerzas lo poseerá enteramente en el vientre de su madre, así que este Impío nacerá lleno del espíritu diabólico.

Luego ella abandonará sus hábitos de lujuria y dirá abiertamente a los hombres ignorantes y necios que no conoció varón ni al padre de su hijo: llamará santa a la fornicación que cometió, y el pueblo la tendrá por santa, y santa la llamará.
Así el Hijo de la Perdición será alimentado en las artes diabólicas hasta la edad adulta, siempre ocultándose de cuantos le conozcan.

Santa Hildergarda.

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