segundo Capítulo: Lo conocí en la biblioteca.
Desde que Tsu tenía uso de razón sabía que no era igual a su gemela, sin importar lo que los demás dijeran o el cómo su madre las vistiera iguales, siempre hubo algo que las diferenciaba, nunca estuvo segura del que, pero estaba ahí, algo hacía que las personas vieran a su hermana todo el tiempo, que la quisieran y protegieran, y ella... Ella no tenía eso. Cuando tenía ocho años y Su padre junto a su jefe y el hijo menor de este les visito finalmente supo que era.
— En resumen, ya que tenemos derecho a ser décima Vongola, a nuestros padres se les ocurrió comprometer a sus hijos para evitar futuras disputas de poder — Resumió Ange luego de escuchar toda la explicación, y ¿Mafia en serio? Y por cierto ¿Su padre estaba vivo? ¿Qué pasó con lo de irse a las estrellas que le dijo su mamá? ¿No era una metáfora para decir que estaba muerto? Demonios, su cabeza dolía y aún ni comenzaba con el desgraciado papeleo.
— Eso no puede ser posible ... Es decir... Que seamos parte de la Mafia y todo eso... — Murmuró Tsuna que aún parecía en negación procesando todo, Tsu por su parte le creyó o al menos hasta la parte de ser un Hitman, es decir no era muy normal andar con un arma y disparando tal arma a diestra y siniestra.
— Técnicamente aún no lo son, y solo una de ustedes será parte, bueno al menos como Donna Vongola, la otra puede hacer lo que guste con su vida. — Se bajó de hombros.
— ¿Y cuál de nosotras sera la novia? — Fue directo al punto notando la sonrisa del Hitman.
— Hasta ahora no se ha escogido a la Donna, y por eso estoy aquí, para hacerlas buenas candidatas y que al final puedan elegir a la mejor. — Ange miró a su hermana levemente para luego colocarse de pie.
— Tsuna es un cielo, yo no, ¿A ustedes les importa eso no? Creo que ya todo está dicho y hecho, buena suerte Tsuna-nee. — Le deseo dándose la vuelta para irse haciéndose a un lado cuando un disparó casi le rozó el rostro.
— Dije que elegirían a la mejor, ¿Mencioné algo sobre llamas? — Pregunto ganandose una expresión sorprendida por parte de la menor.— Que tan fuerte sean las llamas es importante, pero de qué tipo es irrelevante, Giotto ya es un Cielo y su genética es fuerte por lo que tener un heredero con esas llamas no será un problema.
— ¡¿Dijiste Giotto?! — Chillo Tsuna viéndole determinada y Tsu también le vio con algo de interés.
— El es el actual sucesor de Vongola, el Vongola Decimo y prometido de la ganadora.
— ¡L-Lo haré! — Grito algo nerviosa sonrojandose fuertemente ante la ceja alzada del Hitman. — E-Es decir... No es como si tuviéramos muchas opciones ¿Cierto?
— Cierto. — Asintió confiado el Hitman.
De seguro la persona que se case con Gio-kun será muy feliz.
Aquellas palabras resonaron en la cabeza de Tsu por unos instantes para luego ver al tutor.
— Lo haré también. — Dijo para sorpresa de su hermana y agrado del mayor. — Ahora, tengo cosas que hacer, con su permiso. — Ahora si fue capaz de salir y llegar a su habitación donde cerró la puerta para dejarse caer en la cama.
¡Las llamas no importaban! Por primera vez desde que aprendió sobre las llamas si trabajaba duro podía conseguir que alguien la mirara ¡Que alguien la reconociera a ella! Sonrió abrazando un oso de felpa sobre su cama para ver el techo. Ella podía hacer esto, finalmente tenía una oportunidad para demostrar su valor y no la desperdiciaría, mañana mismo le diría a su Maestro que doblaran el entrenamiento, pero antes... Se levantó viendo sus libros en la repisa, necesitaba ir a la biblioteca.
Aquel día de Verano las gemelas Sawada fueron con el hijo del jefe de su Padre al parque en compañía de los adultos que se quedaron conversando en una banca mientras ellos jugaban.
— ¡Yo también puedo atraparla! — Se quejó Tsuna luego de darse cuenta de que el rubio le tiraba la pelota con la que jugaban mucho más despacio que a su hermana.
— Pero... — Murmuró el pequeño rubio viendo los ojos determinados de la castaña para luego suspirar. — Bueno, aquí va. — Se estiró un poco y le tiró la pelota que pasó por sobre la cabeza de la castaña que por mero instinto se agachó para esquivarla en lugar de intentar tomarla.
— Tsuna-nee... — Murmuró su hermana negando al ver a la castaña al borde de las lágrimas.
— Está bien, iremos todos a buscarla. — Consoló el niño.
— ¡Yo iré! ¡Yo la perdí! Puedo hacer eso por mí cuenta. — Limpio sus ojos y partió a paso firme a buscar la pelota que cayó detrás de unos arbustos, los niños restantes compartieron una mirada antes de ir detrás de ella.
— No deberíamos alejarnos tanto... — Murmuró insegura Tsu dado que unos árboles hacían un tanto oscuro el paso por el parque.
— Tranquila, volveremos enseguida, ten. — Le ofreció su mano y ella le vio dudosa. — Así no nos vamos a perder o separar. — Sonrió de forma amable y Tsu tomo su mano devolviéndole la sonrisa de forma tímida notando que está se sentía mucho más ¿Cálida?
Llevo su mirada a sus manos dándose cuenta que por sobre estas habían unas ¿Llamas? Supo que tenía que tener miedo pero por alguna razón se sintió incapaz de sentirlo ¿Era por que aún tenían las manos unidas?
— Un sol... — Susurró el pequeño rubio soltando su mano ligeramente para poder ver mejor las llamas amarillas de la japonesa. — Son hermosas... — Comento logrando que la niña se sonrojara nuevamente y cuando quiso volver a unir sus manos, algo los separó, un grito.
Cómo era de esperarse la biblioteca no tenía muchos libros sobre la mafia además de algunas novelas románticas y el padrino, pero si tenía algunos libros de Italia, su historia y geografía principalmente, eso era un comienzo.
— Disculpe. — Le llamo la atención a un hombre de bata blanca y cabello Verde ¿Un farmacéutico?
— ¿Si? — Pregunto girando su mirada en su dirección y a Tsu le pareció que recorrió toda su anatomía incluyendo su estructura ósea con su mirada.
— ¿Podría pasarme ese libro por favor? — Pidió señalando uno que estaba demasiado alto para que ella lo tomara pero que estaba a fácil alcance del mayor, estúpida genética asiática, ser un par de centímetros más alta no le haría daño a nadie, quería creer que aún le faltaba por crecer pero dudaba que fuera a crecer mucho más.
— ¿Biología y cuerpo humano? — Leyó el título al tomarlo entregándole el libro.
— Si, Grac— iba a agradecerle pero el hombre enseguida comenzó a tomar más libros y dejarlos sobre las manos de la chica.
— Vas a necesitar, este y este, oh este también, este no me gusta del todo, pero es necesario y este tiene cosas que definitivamente necesitas saber. — Comentaba dejando al final una gran pila de libros sobre sus manos que sinceramente estaba bastante pesada.
— ¿Disculpe? — Quiso una explicación pero aunque no podía verle por los libros que cubrían hasta arriba de su cabeza escucho sus pasos al caminar en la que asumía eran las mesas para leer.
— Vamos, tenemos mucho que aprender, espero que al menos sepas lo básico — Dijo de forma firme y Tsu no sabía que rayos estaba pasando ¿Era alguna clase de profesor de Biología?
No tuvo oportunidad para preguntar ya que por las siguientes dos horas Verde, como se identifico, le comenzó a enseñar todo de los primeros cinco libros que sacó, y Tsu estaba segura que su cerebro haría corto circuito en cualquier momento.
— te veré Lunes y miércoles en la tarde y sábados y domingos por la mañana aquí. — Indico dejándola agotada recostada sobre algunos libros.
— ¿Que acaba de pasar...? — Murmuró para si misma suspirando un poco al ver los libros sobre la mesa, tenía que llevarlos a su lugar, ¿Cómo se suponía que haría eso? Quizás debería comenzar a usar más la internet como la gente normal...
En cuanto el grito de su hermana resonó el rubio corrió a su auxilio dejándola atrás, para cuando ella llegó vio a un perro correr y a su hermana con llamas del mismo color que las que había mostrado el niño antes.
— ¡Eres un cielo! Realmente eres una persona bendecida. — Dijo con una sonrisa más brillante que la que le mostró a ella, por su parte tan solo apretó sus manitas y se dio la vuelta, no era necesitada.
— Nunca dijiste como sabías de las llamas. — Comento Reborn en cuanto entró a la casa esa tarde. — son un secreto bastante bien guardado y dudo que Fon comparta ese tipo de información solo por qué le agradas.
— Yo ya sabía. — Levantó su mano dejando ver unas Llamas de color amarillo. — cuando éramos niñas, nos visito el jefe de Papá y su hijo, el después de verlas nos dijo que eran, aunque nos pidió que fueran un secreto. — Explicó ya que no veía el punto en ocultarle algo. — Si tienes quejas puedes hablarlas con el, después de todo de seguro ya conoces a Gio-kun.
— Hmm... — Murmuró acercándose para tomar su mano donde estaban sus llamas dándole una larga mirada. — Hermosas.
— Lo se. — Quitó su mano y apagó sus llamas caminando a las escaleras. — Si Mamá pregunta bajaré en un rato. — Comento subiendo a su habitación cerrando la puerta una vez entró.
Invocó sus llamas una vez más para ver su dorado color, realmente hermoso a decir verdad.
— Pero no tan hermosas... — Pensó, ella no era una existencia bendecida como Tsuna, pero ahora que tenia una oportunidad, no la dejaria ir tan facil.
Aclaraciones:
Dije que subiría al menos una vez por semana y aquí estoy intentando cumplir~ Gracias por los comentarios y como respuesta a una de sus preguntas.
No quiero hacer spoiler de Vongola Love Love lucky memorial! Pero este mundo fue uno de los ciertos intentos fallidos de cierto Dios que debe aprender a hacer su trabajo correctamente~
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