Extra 1.

Tsu se acomodo en uno de los asientos del final del auto bus, usualmente conduciría pero con su estómago abultado y sus pies hinchados, decidió que tomar el transporte público no sería una mala idea.

Con una leve sonrisa miró su estómago, sus pocos meses de embarazo ya comenzaban a mostrarse y una felicidad burbujeante nacía en su interior al pensar que pronto conocería a su primer hijo... Ahora, jamás pensó en tenerlo antes de los 25 pero en su defensa todos perdieron un poco el control en la última fiesta de Navidad... Razón por la que ni siquiera estaba seguro de cual de sus elementos era el padre... Dios, a veces se sentía como una mujer de vida alegre.

Miró el camino por la ventana preguntándose a quien se parecería su hijo, él auto bus se paro y noto que la lluvia se estaba volviendo más fuerte que antes. Noto por la ventana como un niño con cabellos y ojos azules entraba con una chica mayor que tomaba su mano con cuidado, y por un segundo pensó en tener un bebé con esas características... Si se veían bien, pero descartó la posibilidad ya que la última vez que reviso Lal no podía dejar la embarazada, y sinceramente esperaba que su bebé se pareciera a ella, de esa forma esperaba que los idiotas de sus elementos no quisieran tener uno cada uno, no que no fueran amar a un hijo que fuera suyo, pero ya podía ver sus rostros de presumidos cuando él color de cabello u ojos delatara al padre...

Suspiro llevando una mano a su rostro, era mejor no pensar en eso, estresarse era malo para el bebé. Decidió aprovechar el extraño tiempo que tenía para ella y sacó sus audífonos de su cartera junto con su celular, poder relajarse mientras escuchaba sin temer que el mundo a su alrededor se desmoronaba por alguna disputa infantil sonaba como una bendición ahora mismo.

Cerro los ojos y antes de que la primera canción terminará sintió el golpe del camión contra el bus.

— ¡Neesan! ¡Neesan! — Los gritos de un niño la hicieron abrir los ojos y el dolor recorría todo su cuerpo en especial... Miró el piso y vio demasiada sangre como para ser bueno. Su cuerpo se congeló notando los pedazos de vidrio mezclados con sangre y agua debido a la lluvia que entraba por los vidrios rotos. — ¡Neesan! — Nuevamente la voz la sacó de su cabeza y sin tomarse tiempo para pensar en sus propias heridas se levantó del suelo del bus.

Noto que no estaba en el piso sino en el techo, al parecer el golpe volteo el auto bus, rápidamente intentó ayudar a las personas a su alrededor pero a parte de ella no parecían haber más sobrevivientes, ¿sus llamas la salvaron?

— ¡Neesan! — Nuevamente el grito del niño la despertó y fue a ver al único sobreviviente aparte de ella.

Sobre el niño, claramente protegiendo lo estaba el cuerpo de la mujer con la que subió al bus, hizo una mueca y con cuidado ayudo a mover a la mujer a un lado sacando al niño, quien de inmediato intentó ver el estado de su hermana.

— ¡Neesan! ¡Tenemos que ayudar la! — Chillo intentando liberarse de su agarre pero Tsu no lo libero revisando su cuerpo en busca de heridas, cuando no encontró nada se permitió suspirar. — ¡Tene—

— Tenemos que salir de aquí. — Dijo levantándose para buscar una salida viendo una ventana rota por la que podían pasar.

— ¡Pero Ne—

— Tu hermana... — Se arrodilló tomando su rostro entre sus manos. — Dio su vida para salvarte, si nos quedamos aquí y esto explota, su sacrificio sera por nada ¿y tu no quieres eso no? — Pregunto seria y el niño mordió su labio pero entre lágrimas Asintió.

— N-No... — Murmuró claramente devastado.

— Esta bien, yo te cuidare, saldremos de aquí y todo estará bien. — Aseguró con una sonrisa dulce abrazándolo dejando un poco de sus llamas pasar al menor para tranquilizarlo. — ahora vamos... — Se levantó tomando su mano.

— ¡Estas sangrando! Hay mucha sangre, tene—

— Lo sé, y no hay nada que hacer, no aquí, vamos, te ayudaré a subir. — Lo guió tomándolo en brazos para evitar cuerpos y vidrios rotos intentando que viera lo menos posible de la tragedia.

Tal y como Tsu pensó en cuanto estuvieron lejos del auto bus, este comenzó a arder seguido de una explosión, el niño no paro de llorar en ningún momento en sus brazos mientras la lluvia limpiaba la evidencia del accidente de sus cuerpos, pero no hacía nada para remover las heridas en sus corazones por las pérdidas de sus seres amados.

Lo siguiente que Tsu recuerda es como un sueño, o una pesadilla. La ayuda llegó en algún momento, como flashes de personas primero preguntando por su salud, por la del niño, una ambulancia y en algún punto el hospital.

Si recuerda perfectamente cuando le quitaron al niño de sus brazos prácticamente teniendo que sedar la para hacerlo. Las pruebas médicas, los doctores diciendo cosas que ella ya sabía y los policías preguntando y a la vez dando explicaciones.

Mal clima, y un conductor con falta de sueño, la combinación de esos factores le arrebato la vida de su hijo y la posibilidad de tener más.

También recuerda a sus elementos, como llegaron con las expresiones más preocupadas que hubiera visto en su vida, tan sólo para ser cambiadas por una furia visceral cuando escucharon lo sucedido, podía sentir sus emociones si cerraba sus ojos y se concentraba. Dolor, culpa e ira tomaban el control, ¿Ella?

Ella se sentía vacía.

No está segura de cuánto tiempo habia pasado desde el incidente la siguiente vez que despierta, pero siente que no puede respirar, rodeada de sus elementos debería sentirse más segura que en cualquier otra parte en el mundo, pero... Tan solo se siente peor, fue su culpa, de haber llamado alguno de ellos se habría ofrecido para llevarla al centro comercial sin dudarlo, pero ella quería independencia, respirar un poco y por eso...

Traga duro y con sigilo se levanta evitando despertar a los mayores durmiendo a su alrededor. El pasillo del hospital parece salido de una película de terror, blanco, solitario y Estéril. Sin nada que perder avanza por el pasillo hasta casi toparse con unas enfermeras, no queriendo ser enviada a su cuarto se oculta en las sombras escuchando su conversación al pasar.

— Pobrecito, creer que perdió a su única familia en tan horrible accidente. — Murmuró una de ellas y elevó una ceja.

— Escuche que mañana vendrá alguien de servicios sociales y en cuanto se recupere lo llevarán a un orfanato.

— Perder a su hermana, solo para terminar solo en el mundo, realmente me da pena, si fuera el tampoco podría comer algo. — Comentó mientras daban la vuelta en en pasillo perdiéndose de su vista.

Tsu vio la máquina expendedora en al final del pasillo y realmente no lo pensó mucho. Encontrar la habitación del niño no fue muy difícil.

— Toc-Toc.— Dijo en la puerta que estaba abierta viendo al niño despierto sobre la gran camilla. — ¿Me recuerdas?

— Tu... Tu eres quien me saco del bus. — Contestó el niño.

— Vine a ver como estabas, y escuché a las enfermeras decir que no estabas comiendo así que pensé que quizás esto te levantaría el ánimo. — Dejó un montón de golosinas sobre la cama. — Pará ser honestos a mi tampoco me gusta la comida de aquí así que no te culpo por no comer.

— ¿De dónde sacaste estas? — Le vio algo sorprendido y Tsu le vio feliz de al final ver una emoción en sus ojos.

— Hay una máquina al final del pasillo. — Se bajó de hombros sentándose en la cama frente al niño tomando un paquete de galletas. — Come tranquilo, no lo diré a nadie. — Le cerró un ojo complice y con duda el menor tomó unas papitas.— Soy Tsunange Sawada por cierto, puedes llamarme Tsu, o Ange todo el mundo lo hace, pero no Tsuna, así le dicen a mi hermana.

— ¿Tu hermana? — Pregunto apretando el empaque de papitas.

— Mi gemela, mayor por una hora. — Contestó tranquila comiendo una galleta. — Su nombre es Tsunahime así que las cosas pueden ser confusas a veces.

— Ya veo... — Susurro tomando un jugo del montón. — yo me nombre Tomioka Giyuu...

— Es un gusto Giyuu-Chan. — Le Sonrió cálida la morena haciendo al niño parpadear quien luego la miró de arriba a abajo curioso.

— Ya no estas sangrando...

— Oh Si, ya perdí a mi bebé así que no queda mucho más que sangrar. — Respondió tranquila viendo al niño ahogarse con su jugo.

— ¿Ibas a tener un bebé?

— Yep, así que ambos perdimos algo importante. — Dijo con una ligera sonrisa. — por lo que no estas solo en esto, dije que todo estaría bien ¿no? Pues, planeo mantener mi palabra. — aseguró viendo al niño abrir los ojos para luego comenzar a llorar y ella no dudo en abrazar lo con fuerza.

Durante el resto de la noche Tsu repetiría que todo estaria bien, y si en algún punto olvido a quien se lo estaba diciendo nadie tenía que saberlo.

Todo estaria bien.

Desde que Giyuu tenía memoria siempre habían sido su Neesan y él, viviendo en su pequeño departamento. Por lo que al ver su habitación nueva en la casa de Ts— Mamá, estaba un poco sorprendido. Antes de salir del hospital Mamá le ofreció ir con ella, prometiendo que no estaría solo nunca más, y en ese momento Asintió frenético buscando algún lugar donde pertenecer.

Jamás espero que ella lo trajera a una casa tan grande que parecía una mansión, y que le adoptará como su hijo ¡Era más joven que Neesan! Aún así Giyuu no había tenido una mamá antes así que no le molesto darle el título en cuanto le habló de la adopción.

— ¿Te gusta? — Escucha la suave y cálida voz de su Madre a su lado y sobresalto asintiendo con su cabeza varias veces. — Muy bien, si algo no te gusta o quieres añadir otra cosa solo dímelo ¿esta bien?

— Yo... — Murmuró avergonzado.

— Es normal para una Mamá querer consentir a su lindo hijo, así que no dudes en pedir nada. — Acarició su cabello haciéndolo sonreír levemente estirando sus brazos. — Oh mi hijo definitivamente es el más lindo. — Rio tomándolo en brazos para llevarlo hasta la cama. — Hoy en la noche haremos una pequeña cena para que conozcas al resto de la familia.

— ¿Al resto? — Pregunto curioso.

— Ya conociste a Reborn y a Lal, ¿los recuerdas?

— ¿El hombre en el hospital y la mujer que nos trajo? — Contestó mientras se relajaba en su regazo sintiendo como acariciaba su cabello.

— Exacto, ellos son sólo una parte de la familia, aún te falta conocer al resto, todos están muy emocionado por conocerte.  — Aseguró con una sonrisa.

— ¿y si no les agrado...? — Pregunto mordiendo su labio, Giyuu nunca fue bueno agradandole a la gente.

— Ellos te amarán, tranquilo. — Le dio un suave beso esquimal. — Y en el extraño caso de que no les agrades... Siempre pueden dormir en el patio hasta que vuelven en si.— Aseguro con una sonrisa que no era tan dulce como el resto y Giyuu no dudo de sus palabras.

Perder el bebé, fue un golpe duro para todos, en especial para su cielo de quien podía sentir una culpa que no sabía cómo eliminar o ayudar a sobre llevar, por unos agonizantes momentos al ver la mirada vacía de Ange, Fon temió lo peor... Pero ahora al verla soplar las velas de un pastel de bienvenida con un niño en su regazo, podía ver la esperanza y vida volver a los ojos de su cielo, Fon jamás podría agradecer lo suficiente a Giyuu-Chan, por lo que se pasaría la vida entera cuidándolo y protegiendo lo como el ser predicado que era.

El primer hijo y esperanza de su cielo.

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