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N/A: A partir de este punto puede que la historia tenga ligeros cambios, ya que como deben saber este fanfiction es una adaptación de bluchi95 y hasta el momento la historia original está siendo resubida e editada pero el/la autor(a) hasta el momento no a actualizado desde el capítulo 8, así que cuando vuelva a actualizar lo mas probable es que desde este capítulo tenga modificaciones.
—¿Caitlyn?
La peli celeste miró al cuarto, no lo reconoció en un principio porque habían cambiado el orden de las camas y de los muebles, se asustó y su mano fue hacia la mayor, que dormía a su lado, para despertarla.
Desde la ventana del dormitorio se podía ver una luz fría que venía del exterior, y se concentró en mirarla para no pensar en la oscuridad.
—Caitlyn, Caitlyn... —miró al cuerpo que dormía junto a ella, podía reconocer sus rasgos en la penumbra.
Escuchó un murmullo, y la mayor abrazó su cintura entre sueños, Pow-Pow sintió unas cosquillas en su estómago, y algo de miedo, no le gustaba mucho el contacto físico, se apartó lentamente.
—¿Jinx? —preguntó Caitlyn, media dormida, entreabrió sus ojos para ver a la rizada, que temblaba ligeramente e intentaba salir de la cama sin que la descubrieran—. Hey, ¿a dónde vas?
Caitlyn se incorporó para estirarse y tomar su mano, notó el temblor que recorrió su cuerpo con el contacto.
—¿Pow-Pow?
La peli celeste asintió, sus ojitos la miraron con un poco menos de miedo que la última vez.
—Tranquila, iré a encender la luz, quédate aquí.
Se levantó, dejando a la menor en la cama, estaba hecha una bolita muy cerca del borde, cuando la habitación se iluminó Pow-Pow suspiró con tranquilidad y dejó de temblar.
Regresó a la cama y volvió a tomar las manos de la otra, viendo cómo se pellizcaba con fuerza sus brazos, aunque no pareciera que lo hiciera a propósito.
—Ya no debes lastimarte así, Pow-Pow, ya nadie te va a hacer daño, no tienes que hacerlo tú —dejó mimos en sus manitos—. Soy tu amiga, estaré siempre contigo, no hay por qué lastimarse, ¿si?
Pow-Pow asintió, no dijo nada, sus grandes ojitos la miraban llenos de brillos.
—¿Tienes miedo? —preguntó Caitlyn, luego de verla más tranquila, Pow-Pow negó.
—¿Por qué están las camas juntas? —preguntó, cambiando de tema.
—Porque con Jinx somos muy buenas amigas, y dormimos juntas.
—Yo soy tu amiga... ¿Yo soy Jinx?
—Tú eres Pow-Pow —corrigió Caitlyn—. Y yo soy tu amiga también, no importa quien seas.
Era normal que los Alters se hicieran pasar por el anfitrión, pero ya no tenía sentido que fingieran serlo, menos con Caitlyn, que las conocía.
La peli celeste asintió, dándole la razón, sonrió un poco.
—¿Qué haces despierta, Pow-Pow?
—Yo... Quería ver a mi amiga Caitlyn.
—Pues aquí estoy —dijo, muriendo de ternura por dentro—¿Qué quieres hacer? Podemos jugar con nuestro otro amigo, Conejin, o podríamos comer unos cupcakes de chocolate.
Pow-Pow comenzó a asentir, emocionada, Caitlyn no pudo evitar sonreír.
—Vamos, pequeña Pow-Pow.
Sostuvo sus manos para ir a la cocina, la dejó sentada en una de las dos sillas de la pequeña mesa que formaba el comedor, y buscó en la bolsa de la panadería el último cupcake, que había sobrado del día anterior.
Pow-Powlo comió con gusto y una pequeña sonrisa en sus labios, iba por la mitad cuando se dió cuenta que Caitlyn no tenía ningún cupcake, y sin dudar un segundo le ofreció lo que quedaba.
Caitlyn estaba más que sorprendida por el gesto, sonrió muriendo un poco de amor, negó.
—No, Pow-Pow, es un regalo para ti, es todo tuyo.
La menor no respondió y terminó el cupcake en silencio, algo de chocolate de la cobertura quedó sobre sus labios y Caitlyn lo limpió con una servilleta de papel, era una niña y por lo tanto algo desprolija para comer.
—¿Te gustó? —preguntó, y la peli celeste asintió con una sonrisa, notó que estaba apretando sus dedos de forma nerviosa, con bastante fuerza—. Dame tus manos —dijo, y la otra obedeció de inmediato, Caitlyn tomó sus manos, notó que estaban algo rojas por la fuerza de sus apretones, dejó mimos con sus pulgares, Pow-Pow miraba sus manos unidas con gran interés.
—Tus manos son grandes —dijo, su tono era curioso e infantil—. Tus dedos son largos.
—Lo son, sí —dijo Caitlyn, con una sonrisa.
—Mis manos son muy pequeñas —dijo, y frunció el ceño, parecía disgustada—¿Por qué son tan pequeñas?
—No son pequeñas, creciste y tus manos son normales, Pow-Pow.
—¿Ya soy grande? —preguntó, de verdad confundida.
—Pow-Pow, ¿cuántos años tienes?
—Tengo siete —respondió, sin dudar.
Caitlyn pensó en lo que Jinx le había contado, a los siete años seguía viviendo
en una casa con un padre violento, siendo abusada de mil maneras que desconocía.
—¿Desde hace cuanto tiempo que tienes siete años, Pow-Pow?
La peli celeste se lo pensó un rato, sus ojitos iban y venían, mientras recordaba grandes cantidades de tiempo, diferencias a lo largo de su vida que le daban a entender que habían pasado años.
—Mucho tiempo —respondió, en una voz muy baja.
Pow-Pow estaba atrapada en esa edad tan joven, de cuando la pasaba horrible.
Según lo que había aprendido en psicología, cuando algo así pasaba, cuando una persona se identificaba con una edad que había pasado hacía mucho tiempo, de alguna manera "sin crecer", era porque no podía superar el conflicto que vivía a esa altura de su vida.
No te preocupes por eso, Pow-Pow, algún día crecerás y tus manos grandes serán tan grandes como tú —dijo Caitlyn, en una voz tranquila, con una sonrisa.
No era tan fácil como decirle
"En realidad estás en un cuerpo de una chica de veintiuno"
porque posiblemente la haría entrar en conflicto, y se pondría mal, no quería que terminara teniendo un ataque de pánico o cualquier situación de crisis.
De repente sus ojitos se abrieron mucho, con miedo, Pow-Pow apretó sus manos con mucha fuerza, al punto que Caitlyn le dolió bastante, casi por soltar su agarre, pero se contuvo.
Sabía que si la soltaba Pow-Pow iba a lastimarse a sí misma, cosa que lastimaría a Jinx también.
La menor empezó a temblar con fuerza, sus ojitos se llenaron de lágrimas.
—Pow-Pow, ¿qué pasa?
—JX está despierta —murmuró—. Y-y yo no debo salir... Va a castigarme.
—Hey, ella no te hará nada, sólo volverás a tu cuarto... Dile que está bien, te has portado bien, no hiciste nada malo... Pow-Pow, mírame a mí —habló más fuerte al ver sus ojitos perdiéndose, alzó su vista hacia ella y de nuevo estaba aquel miedo en sus ojitos—. No hiciste nada malo, has sido buena.
Mia asintió y volvió a murmurar bajo aquella palabra, "Buena", se relajó un poco y la fuerza de sus manos aflojó el agarre, luego de unos parpadeos rápidos la rizada alzó la vista hacia ella.
JX soltó sus manos rápidamente, limpió las lágrimas en sus ojos.
—La verdad no sé cómo lo haces y no tengo ni idea por qué te gusta jugar tanto con fuego, Kiramman.
—Yo no la llamé, ella apareció sola —dijo la mayor—. Yo sólo me fijo que no lastime a nadie.
—Fíjate si no te rompió algún hueso de la mano —JX se levantó de la silla y caminó hacia el dormitorio, seguida de Caitlyn—. Odio que hayan juntado las camas, no puedo tener mi espacio porque ahí estás tú.
—Pow-Pow no me rompió nada, se ha portado excelente —dijo Caitlyn, defendiéndola, ignorando la segunda parte de la conversación.
—Porque la tienes bien vigilada, déjala sola cinco minutos, ve al baño y déjala suelta, ¿sabes la cantidad de veces que Jinx tuvo que esconder los cortes que ella se hizo? ¿O la ocasión en la que casi nos asfixia? ¿Sabes que toda su familia tuvo que mudarse de edificio a una casa porque ella quiso tirarse?
>>Me tiene miedo por una buena razón, yo fui quien la detuvo y nos salvó a todas. Yo estoy cuidando a todo lo que tú amas y que estás poniendo en peligro con estás cosas.
Caitlyn se obligó a mantenerse tranquila.
—Pow-Pow necesita apoyo, y ayuda, ella no es mala... Solo está asustada y no la estás ayudando tratándola de ese modo —insistió Caitlyn, aunque debía admitir que las palabras de la mayor le habían roto un poco el corazón—. Mírala, con darle un par de oportunidades no ha vuelto a hacerse daño.
JX asintió.
—Si, es verdad... volvió a su cuarto sola, ¿la nueva luz fue idea tuya también?
—Sólo un idiota pondría a alguien que le tiene miedo a la oscuridad en plena oscuridad.
—Si está oscuro no sabe cómo salir —dijo JX, mirándola con el ceño fruncido—. Si está oscuro sólo se queda en un rincón y no se mueve.
—Y su miedo crece y crece y cuando sale por cosas de la vida es más peligrosa —dijo Caitlyn en tono irónico, asintiendo —. Suena perfecto.
JX la miró bastante molesta.
—Te golpearía pero Jinx no me deja hacerlo.
Apagó la luz del cuarto y decidió ignorar a Caitlyn, poniéndose de espaldas a ella e intentando volver a dormir.
Caitlyn rodó los ojos, se quedó un rato fuera del cuarto, tomó agua fría para bajar su humor, y se aseguró que su compañera estaba dormida antes de regresar a la cama.
''No quiero seguir este proyecto, cambié mucho de opinión y voy a abandonar este cuaderno.
Jinx, JX, Powder, Pow-Pow y Bunny, no son un objeto de estudio, son personas, no soy nadie para abusar de la confianza que me tienen, contar acerca de sus conflictos, de sus pasados, de sus traumas o de sus roles.
Merecen vivir en paz sin que nadie las moleste.''
Cerró el cuaderno y lo volvió a guardar en su cajonera, se sentía un poco mejor luego de escribir aquello.
Tenía más que decidido que iba a cambiar de tema, al que sea, pero sería algo que no incomodara a nadie, ni a ella misma, ni a su nuevo sujeto y mucho menos a Jinx.
La mayor estaba muy confundida en la mañana, cuando se despertó y la vió al otro extremo de la cama, lo más alejada posible y de espalda, estaba acostumbrada a que Caitlyn la abrazara y sentía algo de frío.
Así que había ido hacia ella y la había abrazado sin dudar.
Caitlyn murmuró con sueño al sentir los brazos de Jinx apretándola ligeramente.
─Hey... ¿Quién dijo que yo quería ser la cuchara pequeña? —dijo la mayor aún medio dormida.
─Tú solita te dejaste ser la cuchara pequeña —respondió la peli celeste con una risita.
Caitlyn se volteó para verla, con sus narices rozando le sonrió, apartando un par de mechas rebeldes de su cabello de su rostro, y luego dejando un suave beso de buenos días en sus labios.
─¿Pasó algo? —preguntó la menor.
─En la noche Pow-Pow quiso visitarme, y luego de un rato apareció JX y la asustó, después se enojó un poco conmigo.
Jinx frunció sus labios.
─Sí, JX puede ser algo bruta cuando pasa algo que no le gusta —dijo—¿Y Pow-Pow?
—Comió el último cupcake que te habías guardado para el desayuno, lo siento, en la tarde te compro más.
Jinx hizo un leve puchero, suspiró y le restó importancia negando con su cabeza.
—Y no hizo nada malo, habló conmigo un rato y después se fue cuando JX se despertó.
—Qué bueno —dijo con una sonrisa, se separó del abrazo para levantarse y desayunar juntas, luego se marchó a sus clases, y Caitlyn tuvo tiempo hasta el mediodía de cerrar su estúpido cuaderno con su ex trabajo de investigación y comenzar a buscar un caso nuevo.
Después de aquello, se sentía más libre, más correcta. Podría hacer algo de lo cual estar orgullosa.
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