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—...Concluyendo, la razón por la que los rescatistas acuáticos tienen experiencias infantiles relacionadas con el ahogamiento, que contribuye a la conformación de un trauma, pero aún así deciden estudiar y seguir con su carrera, que juega constantemente con el límite de su propio estrés, es porque como humanos siempre buscamos superarnos a nosotros mismos, y eso... —pausa dramática—... es la característica más humana que puede haber.

Caitlyn terminó de hablar, recibiendo los aplausos y la ovación de pie de sus compañeros, y también de sus profesores, incluso el señor Viktor la felicitó.

Dejó una copia de su trabajo en la mesa de sus profesores.

—Para ser un trabajo que preparaste en cuatro meses está muy bien — dijo el señor Viktor.

—Gracias —respondió simplemente, como si fuera un verdadero cumplido.

Salió de su clase y, como siempre, volvió a su cuarto, donde estaba su linda novia, que la recibió con suaves besos y cupcakes de chocolate.

—Hola, preciosa —dijo, mientras la menor la abrazaba por el cuello, sus manos fueron a su cintura.

—¿Cómo te fue en tu exposición final? —ladeó su cabeza, su cabello celeste estaba algo desordenado, se veía muy bien.

—Excelente, por supuesto —dijo—¿Cuándo es la muestra de tus fotografías?

—Es la muestra de toda la clase, no solo mía... —corrigió—. Y empieza el lunes.

—Fabuloso, tenemos una cita el lunes —dijo, guiñando su ojo con encanto.

No habían vuelto a tener alguna pelea, ningún incidente, simplemente funcionaban muy bien juntas, y además, Caitlyn solía usar tácticas psicológicas para hablar cualquier conflicto de forma tranquila, no había nada que no pudiera arreglarse sin hacer sentir mal a nadie.

A veces Jinx se sentía mal consigo misma, o con la relación, a veces tenía muchísimo miedo, y cargaba con muchas inseguridades, más de las que realmente pudiera notar, pero Caitlyn era muy buena con ella, no dejaba que nada pasara a mayores, no dejaba que llorara demasiado, o que se estresara mucho, y le encantaba cuidarla.

Las dos estaban felices, compartiendo su vida y su cuarto, las vacaciones y el fin del año estaban cerca, aún no sabían que harían, pero no se quedarían en la universidad durante el receso, principalmente porque estaba cerrada.

Por eso, por la incertidumbre, disfrutaban de cada momento compartido.

Jinx no quería pensar mucho en eso, porque no quería correr el riesgo de nuevo, de creer que Caitlyn la abandonaría.

Le daba muchísimo pánico, tenía ese amargo sentimiento en su estómago de que Caitlyn la dejaría en algún momento.

Caitlyn sabía que ella no lo hacía a propósito, que era algo triste, pero que el rechazo había sido gran parte de su vida, sólo estaba pensando lo que mejor conocía.

Por eso, Caitlyn solía decir cosas como "¿Qué tal si en verano hacemos un viaje juntas lejos de la ciudad?", "¿A dónde te gustaría festejar el primer año juntas?", "¿No quieres adoptar un perrito conmigo en el futuro?".

Todas cosas que llevaban tiempo, que no estaban cerca, para que se acostumbrara a la idea de que sea dentro de unos meses, o de unos años, ella estaría allí.

Ya verían qué harían después, de todos los planes hipotéticos que Caitlyn inventaba.

Por el momento lo que más inquietaba a Jinx es que Caitlyn decidiera irse a otro lado durante las vacaciones, que no quisiera verla, o que la abandonara, que pasara sus días lejos de sus besos y de sus abrazos, y que la extrañaría más que a nada en el mundo.

Por eso aprovechaba el tiempo para abrazarla y acurrucarse en su pecho, sentir su perfume y los mimos sobre su cabello, los besos en todo su rostro, esa sensación liberadora que le dejaba luego de hacer el amor con ella, y lo lindo que se veían los chupetones en su cuello.

Hacia un tiempo, Jinx había decidido darle un regalo especial a Caitlyn.

A escondida, y durante varias semanas, había preparado un cuaderno bastante más grande que el anterior, lo había decorado con fotos de ambas, stickers, y un par de imágenes sacadas de Pinterest para hacerlo todo bonito y estético.

Caitlyn había insistido en tirarlo a la basura, aunque le había explicado que lo había guardado por los recuerdos, porque allí estaban escritos todo lo que no quería olvidar de sus primeros días.

─Era con un fin muy feo, y las dos sabemos eso, pero... Si veo la parte positiva son nuestros primeros días juntas.

>>Pero sigue sin ser muy lindo, y ya nos causó muchos problemas, debí tirarlo a la basura mucho antes, en cuanto decidí cambiar el proyecto.

—No, está bien —Jinx la detuvo antes de llegar al cesto de basura—. Tiene cosas lindas allí, Caitlyn. Y... Ya pasó.

Había tenido que insistir un poco más, pero lo habían conversado.

Transcribió los recuerdos del cuaderno de Caitlyn al nuevo, algo cambiados para hacerlo personal y tierno, para que sean bonitos.

Obvió un par de cosas, escribió sólo lo que se sentía cómoda, los mensajes bonitos que Caitlyn había escrito fueron fotocopiados y pegados en el cuaderno nuevo, así se podían ver como sus originales, con la letra de la mayor.

"Son tan cursis que me dan asco" dijo JX.

"Tu café de mierda da asco" dijo Jinx, ofendida por su largo trabajo.

"Pero ustedes me dan ganas de vomitar".

Ignoró los comentarios de mierda de su protectora, ella estaba algo incómoda por ser una mujer heterosexual y tener que convivir con la novia de la anfitriona.

Finalmente, cuando terminó de llenar las primeras páginas, aún quedaban unas cuantas en blanco, pero ya no tenía más que escribir, así que se lo entregó a Caitlyn, con una sonrisa tímida.

─E-es un regalo... Sé que no estamos cerca de festejar nada, pero... Es un regalo de novias —dijo, con algo de vergüenza.

Caitlyn vió las primeras páginas, sonriendo ampliamente, lo cerró un momento para abrazarla y besarla con cariño y emoción.

─Amor, es precioso... No tengo nada para regalarte.

─No importa, te debo mucho, Caitlyn.

─No me debes nada, tonta, soy tu novia no tu prestamista.

Lo leyó todo, con Jinx a su lado, en las camas unidas que compartían, hasta que llegó a las páginas en blanco.

─Esas son... Para seguir completando en el futuro —dijo Jinx, bajo, y era la primera vez que afirmaba en voz alta que habría un futuro juntas—. Me encantaría completarlas contigo —sus ojitos la miraron llenos de brillos.

Caitlyn sonrió ampliamente y la tomó de sus mejillas para besarla, de nuevo, estaba más que orgullosa.

Lo seguiremos las dos juntas, amor.

Luego de aquello Caitlyn estaba más que segura que tenía que tirar el cuaderno, y Jinx la dejó, porque ahora tenían algo muchísimo más bonito y con los mismos recuerdos en él.

El lunes, fueron a la muestra de fin de año de la clase de fotografía de Jinx, vieron el trabajo de los demás compañeros de la menor mientras buscaban dónde habían presentado las fotografías de la castaña.

Había un cartel en grande en la puerta de la sala de exhibición, que decía

"Los ojos son las ventanas al alma", debajo de este cartel estaba el nombre de los alumnos que presentaban sus trabajos.

—Veo que todos tienen un proyecto también —dijo Caitlyn, viendo un conjunto de fotografías de una chica bajo el título

"Huellas de esperanza" retrataba a unos perritos que estaban siendo adoptados, algunos cachorros y un par más viejos, eran cinco fotos en total, en sus ojitos se notaba la emoción y el cariño, listos para su nuevo hogar, era bastante bonito.

─Sip. Supuestamente en una muestra grupal debe haber un tema grupal, decidimos que cada uno haría su propio tema, pero todos descartarían las emociones, especialmente a las transmitidas por las miradas.

>>Cada uno debía exponer cinco fotos, y tenían que demostrar su mensaje a través de los ojos de sus protagonistas... Podía ser cualquier cosa.

─¿Qué decidiste hacer tú? —preguntó, aunque creía saber la respuesta. Jinx le había pedido hacer de modelo varias veces en el último tiempo.
Solía sacarle fotos sólo a ella, a veces dejaba el trípode de la cámara y se sacaban fotos ambas, e incluso había tenido sesión de fotos con los demás

Alters, a pedido de Jinx.

—Elegí que sea de nosotras —dijo, con una sonrisa tímida.

Llegaron a la muestra de Jinx, tenía de título "Mirada a todas las almas",

y seguidamente, había cinco fotos, la primera era de Caitlyn con Bunny, luego una de ella con JX, seguía una dónde estaba siendo abrazada por Powder, la cuarta estaba con Pow-Pow, y la última era de ellas dos, donde Caitlyn la tomaba del mentón y la miraba con todo el amor del mundo.

En el pie de cada foto aclaraba cuál de los Alters estaba junto a ella, era la primera vez que Jinx anunciaba al resto de las personalidades del sistema al mundo.

Caitlyn sonrió, encantada, vió las mejillas teñidas de rojo de la menor y la besó con cariño.

─Son hermosas, amor, estoy muy orgullosa de ti.

─Gracias —murmuró bajito.

Continuaron su cita en el centro comercial, especialmente en el restaurante de hamburguesas que a Jinx tanto le gustaba, luego Powder insistió en ir a los juegos y cuando se negó le hizo pucheros.

─No habrá juego, es tarde, ¿quieres un helado a cambio?

─¡Si, si! —dijo con emoción y la abrazó con fuerza, siendo siempre tan demostrativa.

Luego de terminar su helado de chocolate, ya de noche, Powder se despidió para devolverle la cita a Jinx, Caitlyn le preguntó si quería que le mostrará una sorpresa, a lo cual la menor accedió sin dudarlo.

Tomaron un taxi hasta el otro lado de la ciudad, hasta estacionar frente a un edificio muy alto y de muchos departamentos.

Jinx estaba sorprendida cuando Caitlyn abrió la puerta del lugar con una llave electrónica y la invitó a pasar.

─¿Y esto? ¿Es tu especie de departamento privado para sadomasoquismo? ─el tono de voz grave y conocido de JX habló. Caitlyn soltó una carcajada y negó.
─Oh, no ojalá. Te comenté que mí familia no tiene problemas económicos y bueno... Suelen dejarme un departamento para las vacaciones... A veces creo que es porque no me soportan... Para cuando la universidad cierra, me quedo aquí aunque los visito mucho, sirve para hacer mí vida, y tener más privacidad.

Mientras hablaba la guiaba hacia el ascensor, subieron hasta el octavo piso.

─Aquí pasaría mis vacaciones, ¿dónde estarías tú? —preguntó la mayor.

─Pues... Volvería a la casa de mis padres y me aburriría mucho, queda bastante lejos de la universidad y el centro, está a las afueras.

─Bien — Caitlyn asintió, salieron al pasillo y fueron hacia el departamento con el número 84, entraron para encontrar un cómodo y bastante amplio monoambiente, tenía un amplio ventanal desde donde podía ver el mar.

Tenía una cama amplia, perfecta para dos, una cocina en un rincón y una mesa para las comidas, el baño era bastante amplio y más bonito que el de su habitación de universidad.

─Oh, es muy lindo —Jinx observó el lugar, luego se acercó a la ventana para ver el montón de agua que conformaba el mar, de un lindo color azul oscuro, la ciudad de noche iluminaba más de lo que quisiera, pero las luces también tenían su encanto.

─¿Te gustaría quedarte aquí? —preguntó Caitlyn, se acercó a su lado, rodeando su cintura en un medio abrazo, su mentón se apoyó en su hombro─. Conmigo...

─Me encantaría. — respondió la menor.

Caitlyn sonrió, se apartó para girarla suavemente y buscó sus labios, la menor correspondió con gusto, dejando que sus lenguas se encontraran, se recorrieron lentamente, por más que se habían besado miles de veces, nunca se cansaban de esa sensación, el calor que sentían en sus corazones, las cosquillas en sus estómagos, y esa electricidad que recorría sus columna.

El cómo todo encajaba perfectamente cuando estaban juntas, y podían estar en paz, seguras y a salvo.

Se separaron luego de un largo rato de acalorados besos, suspirando de forma pesada, muy rojas, las manos de Caitlyn se apoyaban con seguridad sobre la cintura de la menor, con sus caderas juntas en un abrazo apretado.

─¿Quieres quedarte conmigo para siempre? —preguntó Caitlyn, bajo, al separarse, su mirada estaba fija en los labios rojos e hinchados de Jinx.

Los vió sonreír, tan bonitos, como siempre.

─Sería un honor —respondió.

─Genial —buscó en sus bolsillos, hasta dar con un pequeño anillo—. Te tengo un regalo... Esto es solo hasta que quieras que sea real, por ahora... Son anillos de pareja, anillos de "Siempre novias", ya sabes...

Le entregó el anillo color plata, tenía grabadas las iniciales CK.

─El mío tiene las tuyas —alzó su mano para mostrar el suyo, donde se notaba JL grabado.

La menor sonrió ampliamente, mirando el brillo del anillo, rió feliz, se lo colocó con emoción, estaba muy contenta, la miró con esa sonrisa amplia que enamoraría a cualquiera.

─Te amo, Caitlyn, mucho... Es hermoso.

─Yo te amo más —dijo antes de dejar un beso sobre su nariz.

Fin.

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N/A:
Caitlyn y Jinx en el capítulo 12 be like:

Bueno, así finaliza este libro. Muchas gracias a todos los que llegaron al final de esta historia, fue un placer adoptar está historia a este maravilloso crackship de LOL. Jamás había adaptado ninguna historia antes y fue una experiencia divertida e intrigante, que lo más probable es que lo siga haciendo de ahora en adelante.

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