13
N/A: Solo faltan tres capítulos, agárrense fuerte que este episodio viene con todo.
Luego de tener su primera vez tomaron sus turnos para darse un baño, Jinx fue primero y Caitlyn después, se quedó viendo su celular mientras la menor estaba en el baño, al salir le sonrió a su novia muy feliz, Caitlyn dejó un beso sobre su frente y le recordó que estaba muy orgullosa de ella.
Mientras la mayor estaba en la ducha, Jinx comenzó a ordenar el cuarto, guardando la ropa limpia en su cajón y luego llevó la de Caitlyn a la cajonera, el cajón estaba abierto.
Frunció el ceño al ver un cuaderno, tenía escrito "Caitlyn Kiramman" en una etiqueta pegada a la tapa.
"¿Será su diario íntimo?" Pensó, sintió a JX cerca.
"¿Una mujer de veintidós con un diario íntimo? Algo ridículo."
"Cállate, es mí ridícula."
La curiosidad pudo más que ella, espió la primera hoja de aquel cuaderno, creía que sería una agenda o algo así, pero le parecía raro que nunca había visto a Caitlyn usar ese cuaderno.
Sus ojos se abrieron con sorpresa y su corazón comenzó a latir más rápido.
—Descubriendo Trastorno de Identidad Disociativo... Proyecto "Jinx Lanes" — murmuró, sintió como todo su cuerpo comenzó a temblar—¿Se puede vivir con TID?
"Que maldita..." dijo JX, enojada
"Es igual a todos los demás."
Jinx estaba confundida, quería encontrar alguna otra explicación, algo que no fuera lo que estaba pensando.
"¿Nos usó para un puto proyecto?" Se preguntó Jinx.
"Estudia psicología, qué esperas de ella."
Comenzó a negar, sus ojitos se llenaron de lágrimas. Tomó el cuaderno y siguió pasando las páginas.
—Mí nombre es Caitlyn Kiramman y fui designada como compañera de cuarto de Jinx Lanes... Gracias al señor Viktor por arreglar nuestra convivencia... E-estoy aquí para estudiar al sujeto con Trastorno... —sollozó, limpió su rostro y continuó—... De Identidad Disociativo... Y presentar mis observaciones en el trabajo final del año... Frente a t-toda la clase...
Negaba y limpiaba sus lágrimas, sintió su corazón doler como nunca antes.
—¿M-me usó para su tarea? —preguntó en voz alta, aunque quería hablarle a JX—¿Todo fue... para eso?
Necesitaba más respuestas, así que continuó pasando páginas y páginas, vió que había fotos de ella, un dibujo de una mano cuando Pow-Pow las había lastimado tiempo atrás, y hasta una copia de la ficha de identidad que guardaba la escuela, allí donde estaban sus datos personales y más información muy específica, desde la dirección de sus padres, o de su escuela, hasta su diagnóstico y el contacto de su psicólogo y de su médico de cabecera.
—El señor Viktor insiste en ganarme la confianza de Jinx Lanes... Y-y de las demás para poder indagar más profundo en su TID...
"No es igual que los demás, es peor" dijo JX.
Se adelantó casi al final.
—Jinx me ha revelado su pasado, y el por qué de la existencia de Pow-Pow... Powder, Bunny... JX y ella...
Tuvo que cerrar el cuaderno y llorar para intentar quitarse esa sensación de su pecho, ese corazón roto.
Pensó en lo linda y atenta que siempre había sido Caitlyn, en cómo se había enamorado de ella, de su actitud tan buena, siempre había sido demasiado buena como para ser real.
Y se sintió como una tonta, como una completa idiota.
"¿Quién en su sano juicio te amaría de la forma que crees que Caitlyn te ama?" Pensó, había sido muy ingenua.
"Jinx, debes irte" dijo JX, sentía su cuerpo mareando, sabía que su protectora iba a cambiar de lugares e iba a tomar el control.
Pero debía decirle a Caitlyn lo que pensaba, ella podía defenderse sola.
Se levantó algo tambaleante, al llegar a la puerta del dormitorio, en ese preciso momento, la puerta del baño se abrió y allí estaba Caitlyn, con su cabello mojado y una toalla sobre sus hombros, vestida con su pijama, sonriendo tan linda como siempre.
Aunque la sonrisa de la mayor se borró al ver las lágrimas en sus mejillas y el cuaderno en sus manos.
—Creí que eras diferente —dijo Jinx, su voz sonaba rasposa y dolida—. Creí que me amabas en serio... Pero solo soy un proyecto para tu clase, ¿no? Sólo soy una tarea... Todo este tiempo lo fui.
—Jinx, no es-
—Pero yo soy la tonta, ¿sabes? Yo soy la tonta por confiar en ti y por enamorarme de ti, soy una completa imbécil, pero tú, Caitlyn... Eres una persona horrible.
—No, Jinx, déjame explicarte —quiso tomar su rostro, pero recibió un empujón que la apartó.
—No vuelvas a acercarte a nosotras, nunca jamás —su voz grave, su rostro serio a pesar de las lágrimas.
—JX, yo no estoy haciendo ese trabajo, lo abandoné, porque no quiero aprovecharme de ustedes.
—Pero igual lo hiciste, sí te aprovechaste de nosotras — dijo, enojada—. Y te aprovechaste de Jinx aún más, te tomaste todo el trabajo de enamorarla y de ser buena con ella, todo era mentira.
—¡Yo también estoy enamorada de Jinx!
—¿Cómo voy a saberlo? ¿Cómo podemos confiar en ti después de esto? — alzó el cuaderno, luego negó y allí estaba Jinx mirando con dolor en sus ojos—. E-es muy cruel de tu parte, Caitlyn... Todo lo que has hecho.
La peli celeste se dió media vuelta, tomó una hoodie y una bufanda, y se los colocó rápidamente para salir del cuarto.
—¿A dónde vas? —tomó su mano pero la menor la empujó una segunda vez, lejos de ella.
—A cualquier lado donde no estés tú —dijo, aún llevaba el cuaderno bajo su brazo—. No voy a permitir que nos lastimes más de lo que ya nos han lastimado —añadió, con su voz rota, al salir de allí le dejó el mando a JX de nuevo para que las llevara lejos.
Se fue y cerró la puerta con fuerza.
Caitlyn sentía ganas de llorar, debió haber lanzado ese cuaderno a la basura en cuanto decidió no seguir con aquel horrible proyecto.
Se colocó unas botas de invierno, se abrigó y salió del cuarto, tenía las llaves para regresar y su celular, de inmediato llamó al número de Jinx, y esperó varios tonos, pero nunca atendió.
Volvió a insistir, salió del edificio de departamentos de la Universidad, bajando los pocos pisos de escaleras que tenían hasta llegar al exterior.
—Contesta, por favor... —murmuró, como si eso fuera a cambiar algo.
Sintió el frío aire del invierno y sólo pudo pensar que Jinx no llevaba suficiente abrigo, la había visto salir con una simple hoodie y bufanda, y las oscuras nubes en el cielo indicaban que iba a volver a nevar pronto.
Estaban a mitad del invierno, y el frío era muy pesado.
—Siempre tan estúpidamente impulsiva —dijo, y continuó buscándola, pensando a dónde podría haber ido.
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