12

Pasaron unos cuantos días, seguían con los mismos abrazos y mimos, Jinx pasaba más tiempo de lo normal en ese estado de transe, Caitlyn sabía que en realidad estaba concentrada en su mundo interno, posiblemente arreglando algunas cosas, hablando con las demás.

Apenas reaccionaba a lo que ocurría en la realidad, por eso se quedaba en el cuarto, en un lugar seguro donde podía tener todo controlado.

Evitaban salir de la habitación, incluso ir a la cafetería de la universidad sería peligroso, porque Jinx no tenía registro de las cosas que pasaban, sus acciones eran una especie de "modo automático".

En esos momentos, Caitlyn se quedaba a su lado, dejaba leves caricias en su cabello, Jinx sabía que ella estaba a su lado por más que pareciera que no la veía, a veces la espera se hacía más larga, podía durar horas, y terminaba usando su celular mientras la peli celeste seguía en lo suyo.

Luego de un rato reaccionaba y se reía porque Caitlyn usaba su pecho para apoyar el celular y ver vídeos más cómodamente.

—Deja de aprovecharte de mí, tonta.

—Yo no me aprovecho, sólo sacó lo mejor de cada situación —dijo con una risa, sólo para molestarla.

Llegó el sábado, luego de unos cuantos días de aquellas profundas charlas internas, que Caitlyn desconocía y ni siquiera preguntó al respecto, finalmente Jinx volvía a sentirse lista para intentarlo de nuevo, y se lo pidió a Caitlyn con toda seguridad.

Decidió volver a intentar todo como si fuera la primera vez, para de alguna forma "borrar" todos los intentos fallidos y comenzar de nuevo.

De nuevo, estaban en la cama, y de nuevo, se sentó sobre sus caderas, como si fuera el primer intento y comenzarán todo otra vez.

—¿Lo haremos? —preguntó Caitlyn, hasta el momento Jinx no le había dicho nada al respecto, y creía que era otra sesión de besos un poco más caliente.

—Ajá —asintió, sonriendo, —hablé con Liah y Bunny, les dije que me dieran más espacio estando contigo, ellas confían en ti, y sabemos que no harás nada que nos lastime, o que nos haga mal, por más que yo esté nerviosa.

—Que es muy común en la primera vez, linda.

—Exacto, por eso les dije que dejaran las cosas seguir y sólo si se ponía feo intervengan —dijo—. También decidimos que deberíamos desnudarnos juntas, a la par... Verás si sólo yo soy la que está sin ropa y tú estás vestida, me sentiré más expuesta y débil por... Ya sabes, cosas del pasado, eso sería un desencadenante para Bunny.

—Entiendo, amor. Sabes que lo haré, no hay problema —Caitlyn tomó su mano y entrelazó sus dedos—. Estamos juntas en esto, bebé.

Jinx asintió, ruborizada, sintiéndose cálida y bonita.

—Entonces creo que podemos empezar, cuando quieras —dijo, aunque se refería a empezar en ese mismo momento, en la privacidad de su cuarto.

Comenzaron de nuevo con los besos húmedos, con los chupetones y las caricias, sus prendas comenzaron a caer al suelo, mientras se abrían paso a más contacto.

Cambiaron de posiciones dejando a Jinx debajo, dándole paso a Caitlyn a hacer todo lo que quería con ella, la dejó acomodarse entre sus piernas.

Caitlyn volvió a besar sus pezones, su torso, dejó chupetones en su cuello y clavículas, mientras Jinx seguía pidiendo más.

Se fueron desnudando a la par, como Jinx había pedido, así cada una se quitaría primero su remera, luego sus pantalones, luego el brasier, quedando ambas en bragas.

—¿Lista? —preguntó Caitlyn, para estar segura, y Jinx asintió con una sonrisa, su rostro estaba rojo, combinando perfectamente con las marcas en su cuello.

Caitlyn volvió a acariciar su intimidad por sobre la tela de sus bragas, escuchando sus gemidos, luego de un momento donde le permitió acomodarse a esa sensación, descendió con su boca hacia el interior de sus muslos, besándolos mientras se acercaba a su centro.

—C-Caitlyn... —la menor gimió su nombre con necesidad—. Por favor...

—¿Estás apurada, mi cielo?

Jinx masculló un "Ajá" que se mezcló con sus gemidos.

Decidida a avanzar de una vez, Caitlyn bajó las bragas de la peli celeste, dejando a la vista su sexo que estaba húmedo por la excitación.

Acordando su trato, se quitó sus propias bragas, ahora ambas desnudas en el calor del cuarto.

Caitlyn volvió a acercarse a ella, pasó su lengua por toda su intimidad, escuchando a Jinx soltar un gemido más pesado que los anteriores.

—¿Lista, amor? —Caitlyn alcanzó su mano y entrelazó sus dedos—. Si te sientes mal sólo dime, ya sabes.

—Lo sé —asintió—. Continúa, por favor... Te necesito.

Caitlyn sonrió por aquel tono de voz, tan sensible y desesperado, sin un momento de duda, acercó su boca hacia el centro de la menor, pasando su lengua por toda su intimidad y luego rodeando el clítoris de la peli celeste con calidez.

Comenzó a succionar y pasar su lengua por toda su intimidad, perdiéndose en los gemidos cada vez más erráticos de su novia y en el apretón que mantenía en sus manos unidas.

Aceleró el movimiento, succionó con más fuerza, escuchando a Jinx gemir.

—C-Caitlyn... E-estoy cerca —murmuró entre gemidos desordenados, apretaba la mano de Caitlyn con fuerza.

La mayor se incorporó un poco, tomando algo de aire, antes de volver a su intimidad.

Introdujo su lengua de golpe, haciendo que Jinx gimiera más alto por la sensación, repitió aquello unas cuantas veces, hasta que sintió que había acabado, deteniéndose para tragar toda la esencia de la menor, mientras está acababa entre gemidos cada vez más suaves.

Se apartó en cuanto terminó, para recuperar el aire, sonrió, conforme y orgullosa de que su linda novia hubiera permanecido con ella.

—¿Sigues ahí, amor?

—Estuvo genial —dijo, entre suspiros, sonreía ampliamente.

—Estoy muy orgullosa de ti —dijo y dejó un beso sobre la mejilla de la menor, sus brillantes ojitos, tan redondos y expresivos le llenaban el alma de alegría.

—Ahora... Seguimos, ¿no? —preguntó, más que bien.

—¿Qué quieres hacer? —las manos de Caitlyn fueron a acariciar el abdomen de su pareja, dejando mimos.

—Ya sabes... Quiero sentirte —dijo en voz baja, su sonrisa era tan inocente que contrastaba mucho con sus palabras.

—Todo lo que quieras —dijo, dejando un corto beso en sus labios.

Se acomodó entre sus piernas, haciendo que las flexionara para tener acceso a su entrada. Jinx se quedó viendo el escultural cuerpo de la mayor, su trasero bien formado, sus pechos redondos.

Se mordió su labio inferior con fuerza, imaginándose cómo sería tenerlos dentro de su boca, escondió el gemido en su garganta.

—¿Teniendo pensamientos impuros? — preguntó Caitlyn, aún entre sus piernas.

—Lo que estamos haciendo es impuro, qué importan mis pensamientos —dijo la menor, rodó sus ojitos.

—Siempre tienes razón, linda —dejo un corto beso en sus labios, luego volvió a besarla, era un beso lento, unos segundos después se separó y la miró para preguntar si estaba lista, la peli celeste asintió con seguridad.

Caitlyn llevó sus dedos a la entrada de Jinx comenzando a frotar lentamente, con su otra mano comenzó a masajear uno de sus pechos.

Introdujo el primer dedo, que se deslizó con facilidad, y provocó un gemido algo molesto de parte de la peli celeste, lo movió en pequeños círculos, luego en penetraciones, así continúo hasta que no sintió más dolor, hasta que se acostumbró a la sensación. Continúo con un segundo dedo.

—M-Más —gimió.

Caitlyn estaba siendo suave y cuidadosa con ella, no quería lastimarla, ni causar que cambiará a Bunny por tocar algún punto sensible.

Continúo con un tercer dedo, está vez fue más brusca y lo metió de golpe, Jinx arqueó su espalda de placer, soltando un gemido agudo.

Continuó penetrándola con sus dedos, después de un rato los saco, consiguiendo una queja por parte de la menor, se acomodó entre sus piernas y comenzó a mover sus caderas en ligeros círculos, haciendo que sus intimidades se frotaran, mientras Jinx se aferraba a las sábanas y gemía por tanto placer.

Se fijó en sus expresiones faciales, asegurándose que no sintiera dolor, viendo que no se sintiera mal, Jinx era lo más importante.

Comenzó a moverse más rápido, comenzando a dar pequeñas embestidas.

Le siguieron más y más, mientras Jinx se deshacía en gemidos desordenados, y su espalda se arqueaba por el placer que estaba sintiendo, el sonido que sus cuerpos hacían al chocar le encantaba, y los gemidos bajos que Caitlyn soltaba combinaban tan perfectamente con los suyos.

Caitlyn tomó sus piernas y las llevó sobre sus caderas, Jinx la rodeó con estas, y la mayor fue más rápida con sus embestidas.

Las manos de Caitlyn se acomodaron a los lados de la cabeza de Jinx, teniendo a la mayor frente a ella, la atrajo hacia sí, uniendo sus labios de forma bruta mientras continuaban con sus movimientos.

—Y-ya casi —habló como pudo, la rizada asintió.

—Y-yo también, Caitlyn —sentía aquella presión en su vientre bajo—. M- más, más...

Aceleró el movimiento de sus caderas todo lo que pudo, fueron un par de segundos más y Jinx terminó primero, Caitlyn apenas un poco después.

Se recostó sobre el pecho de la menor, escuchando los acelerados latidos de Jinx, sonrió completamente enamorada de aquel palpitar, de la calidez de aquel hermoso cuerpo, de aquella persona que brillaba tanto en su corazón.

Recuperaron el aire a grandes suspiros.

—Caitlyn —llamó Jinx, haciendo que volteara hacia ella y se acercará a su rostro, la peli celeste le sonrió embobada, en sus ojitos brillaban lágrimas y en sus rojas mejillas había algunas, todas de placer y felicidad—. Quizás... Es muy pronto, pero, te amo.

Caitlyn le sonrió totalmente encantada.

—Yo también te amo —dijo, y fue hacia sus labios para besarla con bastante suavidad, más por la falta de aire que por otra cosa, siendo correspondida con gusto.

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