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Había sentido una presión preocupante en el dobladillo de su pantalón antes de teletransportarse, sin embargo, nuevamente en el refugio, JongIn se había dado la vuelta y Soo no estaba con él.

Frunció el ceño, sintiendo algo pesado y tembloroso en su corazón y el temor creciendo mientras miraba los alrededores en busca del pequeño; no obstante, antes de poder hacer cualquier cosa, el grito de JunMyeon lo sacó de sus pensamientos y obligó a volver a la realidad, a dejar atrás preocupaciones innecesarias.

Seguramente se había tratado de un juego de parte de su mente, porque si Soo se hubiera aferrado a tiempo a él estaría justo detrás de JongIn y en su lugar no habría un terrible y descorazonado vacío.

—¡JongIn! ¡¿Has podido comunicarte con Lu Han?! —fue la exclamación de JunMyeon—.

El water luchaba fieramente contra un grupo considerable de la Red Force que se adentraba rápidamente al refugio con armas y explosivos como cargamento. Todo fue un desastre en un abrir y cerrar de ojos, caos y destrucción donde hace solo unas horas hubo alegría, bailes y música.

Era doloroso, tan doloroso.

—¡No he podido! —contestó luego de un segundo de prueba—.

Un momento después, notando como una familia era apuntada por un arma explosiva, JongIn se teletransportó y llevó a los refugiados a un punto seguro. Volvió al lado de JunMyeon no mucho después y con los dientes apretados, el water le informó:

—No he podido hablar con él desde hace horas enteras. Probablemente haya sido interceptado.

Ignorando la punzada de intranquilidad y temor por la seguridad del mental, JongIn miró hacia arriba y notó una gran bola de fuego formándose antes de descender y rodear a la gran mayoría de refugiados que se habían congregado en un intento desesperado por huir juntos. ChanYeol se dejó ver entonces, con el ceño fruncido y la hostilidad escrita en sus facciones.

El fire condujo a los refugiados fuera de la zona de fuego de esta manera; protegidos con su poder, no hubo nada capaz de atravesar las llamas para lastimar a las personas. JongIn cruzó una mirada con el tipo y este le pidió en medio de un grito grave que retumbó por todo el refugio.

—¡Por favor, JongIn! ¡Llévalos con BaekHyun! ¡14 45 88 12!

JongIn estuvo de acuerdo con facilidad luego de pensar por un momento en las coordenadas y dirección exacta. Cuando recordó la ubicación, y gracias a un chasquido, estuvo frente a la bola gigante de fuego que se desarmó y se encontró de nuevo con su dueño, formando lanzas y espadas de flamas que derretirían el metal más espeso y resistente y los huesos débiles de cualquier miembro de la Red Force.

JongIn miró entonces a las personas asustadas y temblorosas frente a él, a los niños aterrados que lloraban en las faldas de sus madres y los abuelos con miradas libres de esperanza. Era la guerra, tan despiadada y letal, que acababa con cualquier vestigio de felicidad latente.

—¡Oiganme bien! ¡Necesito que todos mantengan contacto físico entre sí y no se suelten! ¡Voy a teletransportarnos lejos de aquí y necesito que no se muevan ni se separen, ¿de acuerdo?! ¡Vamos, rápido, rápido!

Fueron rápidos obedeciendo su orden, así que antes de que las cosas empeoraran, JongIn los teletransportó.

Fue agotador, realmente había consumido mucha energía en este movimiento desesperado. Eran tantas personas y su energía apenas se había asentado luego de meditación continua; fue un golpe al balance que había conseguido y ahora todo en su interior estaba tambaleándose.

No permitió que esto retrasara su misión, no obstante. Frente a un aparente acantilado, JongIn extendió una mano y un rayo de energía fluyó de su palma y fue absorbido por el vacío. Un haz de luz lo iluminó todo por un momento y las puertas a un refugio camuflado se abrieron. Desde el interior, BaekHyun corrió hacia él con el ceño fruncido y JongIn se hizo a un lado para que los refugiados comenzaran a entrar.

—¡JongIn! ¡¿Qué está ocurriendo?!

—El refugio está bajo ataque. No hemos podido mantener comunicación con Lu Han.

—¿Lu Han? ¡Su escuadrón fue enviado a la zona donde el príncipe heredero fue visto por última vez! ¡SeHun estaba con él!

JongIn sintió un mal presentimiento de inmediato.

—¿Crees que hayan sido atacados? —preguntó BaekHyun con temor y JongIn bajó la mirada con los puños apretados—.

—Solo una gran conmoción provocaría que su atención sobre las barreras del refugio flaqueara de esta manera. O él ha sido herido, o se encuentra luchando actualmente. 

Los hombros de BaekHyun se hundieron y sus dientes se aferraron a su labio inferior por un momento.

—Aún así, Lu Han es fuerte, él no permitiría que le ocurriera nada o a SeHun. Él va a estar bien, ¿cierto?

JongIn nunca daba nada por hecho ni hacía promesas en vano, ambos lo sabían y por ello su silencio se mantuvo, solemne y desesperanzado. BaekHyun suspiró y lejos de pedirle tranquilidad, lo tomó del hombro con fuerza y sus ojos mostraron seriedad.

—Por favor, cuida a ChanYeol y a JunMyeon. Yo me encargaré de proteger a esta gente, ¿de acuerdo?

Eso era algo que JongIn podía hacer, así que asintió y le devolvió el apretón.

—Haré lo que esté en mis manos para salir con vida de esta situación. Nos vemos pronto, BaekHyun.

—Hasta pronto.

JongIn dio un paso atrás y el agarre se perdió. Lo último que vio antes de desaparecer fue a BaekHyun cargando a una niña de los brazos de su madre embarazada para conducirlas adentro con mucha más eficacia.

En el refugio, el fuego había consumido gran parte del espacio. Había familias que se habían quedado atrás tratando de escapar sin éxito. Los cuerpos de los fallecidos se extendían en el suelo, inmóviles, el recordatorio físico de la fragilidad de la gente común.

Con un nudo en la garganta y el estómago y sin poder dejar de pensar en Soo, JongIn corrió hacia la gente reunida y desesperada y volvió a teletransportarse con demasiadas personas a cuestas. Eran golpes profundos dirigidos directamente a su energía y un desestabilizante continuo, pero era lo único que podía hacer mientras ChanYeol y JunMyeon luchaban incansablemente por estas personas.

Solo esperaba tener la fuerza suficiente para volver a Soo cuando todo finalizara.

BaekHyun y él no volvieron a cruzar palabras mientras JongIn dejaba a los refugiados en su refugio; ambos se encontraban lo suficientemente apresurados como para detenerse a charlar nuevamente. Aún así, JongIn se encargó de asentir de vez en cuando para hacerle saber que ChanYeol y JunMyeon estaban bien.

Cuando el último lote de refugiados estuvo a salvo, JongIn regresó para dar apoyo. JunMyeon y ChanYeol se encontraban visiblemente agotados, la Red Force no retrocedía y se volvían cada vez más peligrosos y letales. JongIn notó el hilo de sangre corriendo del costado de JunMyeon y sus movimientos ligeramente más lentos y supo que debía apresurarse.

Su cuerpo se tambaleó cuando se teletransportó hacia JunMyeon y su habilidad tardó más de lo esperado en funcionar, no obstante, se obligó a sí mismo a mantenerse firme y tomar el hombro de JunMyeon con fortaleza.

—¡Aún no, JongIn! Hay que resistir, el refugio...

—¡Lo recuperaremos luego, ahora hay que ponerte a salvo, estás herido!

—Pero...

—¡Ve, JunMyeon! ¡Yo los cubro! —exclamó ChanYeol a lo lejos y JunMyeon maldijo entre dientes; finalmente asintió y JongIn lo sacó de ahí—.

Ambos se tambalearon cuando pisaron tierra firme; afortunadamente, había alguien del equipo de BaekHyun lo suficientemente amable como para estabilizarlos a ambos inmediatamente después de desaparecer.

—¡Rápido, traigan una camilla y avísenle a un curandero que tenemos otro herido! —rugió el chico y JunMyeon alzó la mirada para encontrarse directamente con los ojos agotados y apagados de JongIn—.

—Tu energía, JongIn...

—Está bien, solo falta ChanYeol. No te preocupes, podré resistir, así que deja que te atiendan mientras volvemos.

—JongIn.

JongIn sonrió y le palmeó el hombro.

—Tendré cuidado.

Por fortuna, se giró justo a tiempo para evitar que JunMyeon viera el hilo de sangre que corrió desde su nariz.

JongIn desapareció lo más rápido que pudo.

Lo que sintió después de eso fue un dolor desconcertante y profundo en todo su cuerpo. La sangre salió imparablemente de su boca, de todas partes mientras sus oídos zumbaban y todo parecía romperse y colocarse en lugares equivocados. Sintió el suelo duro y caliente bajo su cuerpo un segundo después y el dolor pareció intensificarse, moliendo sus huesos y sus músculos e imposibilitándole moverse.

Su visión se nubló rápidamente. La sangre salpicaba su rostro y le impedía ver de forma adecuada, sus oídos pitaban y el sabor oxidado explotaba en sus papilas gustativas. Era desagradable. El olor de la muerte era terrible y nauseabundo.

Todo fue rápida y fácilmente, una niebla que lo consumía y arrastraba rápidamente a los brazos de la inconsciencia.

—... ¡JongIn! ¡Maldición, maldición! ¡Él...!

—... ¡JongIn!

—¡JongIn!

Las cejas de JongIn se fruncieron por un segundo antes de que el dolor explotara por ese movimiento tan simple y volvieran a su lugar original. Agonizar era gracioso, tan terrible y cruel como la muerte. Permitiéndole escuchar a Soo por última vez, escuchar a ChanYeol llamándolo... ¿cómo querría morir de esa manera entonces?

Un suspiro abandonó sus labios y sus ojos se cerraron finalmente. Finalmente, mientras la oscuridad lo arrastraba muy lejos de ahí.

Un momento después, el suelo tembló.

. . .

"¡Rápido, rápido! ¡Un live! ¡¿Hay un live aquí?! ¡JongIn, vamos, resiste un poco, carajo!"

. . .

"Necesito espacio, lo estoy perdiendo. De seguir así, tendré que devolverlo a la vida."

. . .

"Él perdió mucha sangre. ¿Qué fue lo que ocurrió?"

"Un agente de la Red Force predijo el lugar donde aparecería y le disparó directamente. Hubo una explosión y luego él simplemente se derrumbó. Después de eso, Soo..."

. . .

"¿Cómo afrontaremos la situación actual? ¿Han dado aviso al Emperador?"

"Después de que Lu Han terminara con quienes los emboscaron y llegara al refugio para ayudarnos, se dio cuenta de todo. Él envió un mensaje al mental del Emperador."

"¿Él dio respuesta?"

"Sí... se unirá a las filas y luchará."

. . .

"Él apareció repentinamente, pensé que JongIn lo había llevado lejos."

"Cuando pude hablar con él, me dijo que consiguió aferrarse al pantalón de JongIn antes de que se teletransportara, sin embargo, perdió el contacto y terminó en las cercanías. Cuando llegó, todo había pasado."

"Entonces explotó. La marca también apareció en su nuca."

"Sí; una vez su habilidad fue liberada, sus recuerdos y todo lo demás regresó con ella."

. . .

JongIn parpadeó muy lentamente. Las pestañas temblaron contra su piel y su expresión se contrajo con la incomodidad de cada hueso y músculo sacudiendo su sistema nervioso.

Se movió tentativamente, acostumbrándose a la sensación palpitante de cada extremidad, al ardor y la rigidez. Sus dedos se flexionaron y extendieron y sus pies se inclinaron.

La suavidad de la sábana lo acarició y la luz del día lo inundó por completo. JongIn suspiró y, finalmente, sus ojos se abrieron por completo. Una habitación luminosa lo recibió, cálida y considerablemente cómoda; no había ventanas, pero la luz era agradable, proveniente de lámparas de luz ubicadas en zonas estratégicas para llevar claridad a todo el espacio sin excepción. También estaba increíblemente limpia, reluciente en cada espacio y visiblemente desinfectada.

Una vez se hubo estabilizado lo suficiente, JongIn notó la presencia que se había mantenido todo ese tiempo justo a su lado.

El desconocido lo miró con una sonrisa suave, llena de hoyuelos y gentileza, y colocó una mano en su frente. Un sentimiento agradable y cálido se asentó en él y la calma lo llenó de inmediato, los músculos se relajaron y JongIn cayó laxo sobre la cama.

—Es bueno verte despierto. ¿Cómo te sientes? —dijo con suavidad y JongIn pronto notó que todo él desprendía un aura dulce, caritativa. Era diferente a todo lo que JongIn había visto alguna vez—.

—Dolorido —se sinceró con facilidad—. Agotado.

—¿Y tu cuerpo?

—Quejándose ante cualquier movimiento.

El hombre asintió con comprensión y colocó una bandeja con dos tazas y una tetera en la mesita más cercana.

—Es natural. Tuve que traerte de la muerte y has estado entrando en la consciencia e inconsciencia durante siete días. Para cualquiera sería bastante duro.

—¿Traerme de la muerte? ¿Qué sucedió exactamente? ¿Quién eres tú y en dónde están los demás?

JongIn sentía el comienzo de lo que sería un intenso dolor de cabeza. El live colocó su mano sobre su frente una vez más y todo pareció dispersarse por segunda vez.

—Tienes razón, no puedo simplemente decir las cosas así, ¿cierto? Mi nombre es YiXing y soy un live que ha vivido por un tiempo con BaekHyun en el refugio. Fui yo quien te atendió cuando Lu Han llegó con ustedes a cuestas.

Mientras hablaba, YiXing llenó ambas tazas con té humeante, alzó la cama de JongIn para que no tuviera que esforzarse en incorporarse por sí mismo y le tendió una de ellas. JongIn la tomó con ambas manos, desconfiando de la fortaleza de una de ellas, y dio un sorbo pequeño y tentativo.

Era delicioso y la bebida lo hizo entrar en calor rápidamente.

YiXing, complacido, se sentó en una silla cercana y sonrió antes de darle su propia bebida a su té.

—¿Sabes por qué atacaron el refugio?

YiXing asintió con una ligera mueca sobre sus labios.

—Lu Han había sido convocado a Gandor, el lugar donde el príncipe heredero había sido visto por última vez y donde los teleporter se habían estado congregando durante los últimos días; fue un completo fiasco. Era una pista falsa utilizada por la Red Force para llamar la atención de los escuadrones con habilidad para raptarlos y llevarlos a sus centros de investigación. Él se dio cuenta a tiempo y se enfrentó a la amenaza junto a su escuadrón. Fue en ese momento cuando las barreras del refugio se debilitaron hasta finalmente colapsar.

—¿Cómo sabía la Red Force sobre la ubicación del refugio?

—Eso... fue simplemente un golpe de mala suerte. Había un escuadrón de ellos en los alrededores y se vieron alertados por las fallas mentales de Lu Han; no tardaron en llegar a la conclusión correcta y se prepararon para atacar.

JongIn bajó la mirada a sus manos entrelazadas alrededor de la taza y suspiró largamente.

—Entonces fue así de fácil —YiXing bebió otro sorbo de té y JongIn lo imitó lentamente. Cuando el nuevo trago caliente se hubo deslizado por su garganta, preguntó:—. ¿Qué ocurrió con ChanYeol y conmigo? ¿Cómo está JunMyeon?

—JunMyeon está en perfecto estado luego de coser su herida abierta, ChanYeol solo tenía unos pocos rasguños, fatiga excesiva y un par de costillas rotas, nada que no pudiera solucionarse en pocas horas; tú, por el contrario, fuiste víctima de un ataque directo y tu cuerpo no pudo soportar el impacto. Apenas estabas vivo cuando Lu Han llegó al refugio para ayudarlos con el teleporter que traía consigo y cuando estaba a punto de atenderte, falleciste. Fue un golpe de suerte que yo sea bastante poderoso porque, de lo contrario, no habría nada que pudiera hacer por ti.

—Debió haber sido bastante estresante y agotador para ti. Gracias por trabajar tan duro, YiXing.

YiXing sonrió y le dio una palmadita en la rodilla.

—No tienes que agradecerme por hacer uso de mi habilidad.

Después de eso, ambos se dedicaron a beber el té restante y mantenerse en un silencio cómodo y reconfortante. JongIn tenía muchas cosas que pensar y analizar, el baúl lleno de sentimientos que había aparecido al saber que había muerto se mostró en las profundidades de su mente, sin embargo, no se atrevió a revisarlo ni adentrarse en él cuando su condición aún no era la mejor. Era algo que estudiaría y solucionaría más tarde, cuando no hubieran tantas cosas sobre él manteniéndolo en vigilia.

Ahora, JongIn tenía una pregunta ineludible rondando sobre sí mismo constantemente, pero que no se atrevió a formular hasta que ambas tazas de encontraron vacías y nuevamente sobre la bandeja. YiXing parecía esperar a gusto, así que JongIn reunió el coraje suficiente y soltó sus palabras en un tono de voz bajo.

—¿Y Soo?

.•°•.

JongIn no pudo colaborar con la batalla durante mucho tiempo.

La guerra se había intensificado y acalorado en los días posteriores y él se encontraba demasiado débil como para servir de ayuda.

Él había visto a ChanYeol y JunMyeon partir para servir en las filas, se despidió de BaekHyun no mucho después y la voz de Lu Han fue haciéndose cada vez más distante hasta que, finalmente, fue inexistente.

El campo de batalla se había vuelto atroz y él estaba atrapado ahí, siendo cuidado de cerca por YiXing, meditando para tratar de tranquilizar su energía inestable y observando como todos intentaban sobrevivir a la escasez, siendo golpeados por el miedo que había revivido de las tinieblas y los desastres que se intensificaban.

JongIn no era más que un inútil con el corazón arrancado descansando en las manos de alguien que estaba demasiado lejos de él, fuera de su alcance y su nivel.

"El despertar del príncipe heredero, Do KyungSoo, se llevó a cabo cuando fuiste herido. Él hizo estallar la tierra y su marca apareció en su cuello después de haber sido suprimida junto con sus recuerdos y sus poderes por la Red Force cuando era un niño.

»Su poder fue inestable y su energía se gastó en cuestión de minutos, por lo tanto, tuve que atenderlo por unos días. Lu Han me acompañó en el proceso y gracias a su habilidad mental descubrimos que, después de ser secuestrado, el príncipe heredero fue sometido a numerosas pruebas desconocidas y su marca fue borrada, sus recuerdos fueron alterados y estaba siendo entrenado para luchar a favor de la Red Force. No obstante, hubo una pareja que lo ayudó a escapar en medio de una revuelta interna.

»Fueron ellas quienes lo cuidaron y criaron durante su niñez; lo llamaron "Soo" para no desligarlo por completo de sus raíces y le dieron una nueva vida. El príncipe heredero no recordaba nada, por lo tanto, no sabían qué tanto daño pudo haber tenido su cerebro; la marca también había desaparecido, así que pensaron que la esperanza se había perdido y simplemente le enseñaron a sobrevivir y valerse por sí mismo como su hijo. Fueron buenas con él hasta que fueron asesinadas.

»Desde entonces, Do KyungSoo viajó solo. Se encontró contigo años más tarde y sus recuerdos fueron recuperados cuando su habilidad se descontroló al verte herido. Al recuperarse, se dirigió al palacio con ayuda de un teleporter. JongIn, el príncipe heredero participará activamente en la guerra."

Soo, KyungSoo, no estaba; peligraba allá afuera, dependiendo de un poder que había aprendido a controlar a duras penas mientras JongIn aún se encontraba ahí, débil e indispuesto.

Era una situación impotente.

También se sentía especialmente perdido.

JongIn ni siquiera sabía si podría volver a ver al chico; ahora él era un príncipe, de salir victoriosos en esta guerra, KyungSoo se convertiría en el próximo Emperador. Tendría tanto por hacer, un planeta que reconstruir, gente que ayudar. No había espacio para él en su vida.

KyungSoo había desaparecido de la misma forma que había llegado: repentino y con un fuerza latente y abrumadora. Ahora JongIn debía lidiar con sus preocupaciones y un corazón roto que trataba de ocultarse lo mejor posible de la mirada de los demás.

En definitiva, las cosas eran bastante malas y desagradables. Con un futuro incierto, todo parecía encogerse y doblarse en los bordes y él no podría hacer nada para detenerlo.

. . .

—¡Entonces el príncipe heredero alzó una montaña de piedra completa, la elevó en el cielo y expandió por todo el campo de batalla, y luego la dejó caer directamente sobre los soldados de la Red Force! ¡Fue tan impresionante! Por un segundo, todos temíamos que él perdiera el control, muchos retrocedieron y huyeron debido al miedo, pero cuando todo salió bien y no hubo nada más que escombros, fue un verdadero suspiro de alivio. ¡Se los digo! ¡Nadie mentía cuando dijeron que él sería nuestro boleto directo a la paz!

—¿Entonces el chico realmente es así de bueno? Siempre pensé que eran exageraciones del Emperador para mantener a la gente esperanzada.

—Es porque nunca serviste en el ejército, hombre. Aquellos que trabajamos de cerca con la familia real sabemos cómo es su habilidad. Es tan selectiva, ni siquiera el propio Emperador posee el poder tan abrumador que tiene su hijo; tal vez su tío podría ser un poco parecido, pero él no se desenvuelve en la guerra sino que se dedica a la construcción de refugios. Realmente era el niño Do quién podría hacerse cargo de la situación.

—Entonces es una suerte que haya aprendido rápido. ¿No le ha dado dificultades el poco tiempo que ha manejado la habilidad?

—Solo ligeramente. El chico es bueno aprendiendo, medita todo el tiempo para estabilizarse y toma lecciones todos los días. Lo está haciendo bastante bien, así que, si las cosas continúan por el mismo camino, podremos conseguirlo... no le digas nada a tu esposo aún, ¿de acuerdo?

JongIn se alejó de la mesa donde ambos hombres susurraban información valiosa y luego salió de la pequeña y discreta posada en silencio.

Había pasado un año desde que había visto a Soo por última vez, un año desde que la guerra tomó toda la nación y se extendió con fiereza con la llegada del príncipe heredero, y JongIn no podía hacer más que tomar retazos de información colocados aquí y allá para tratar de obtener nuevas noticias sobre el chico y el panorama en general.

Era lo que podía permitirse luego de que su energía se descontrolara por completo desde aquel día, mientras no pudiera estabilizarla lo suficiente como para servir como un guerrero más.

JongIn se había dedicado a viajar, a ayudar a los civiles cuando se sentía lo suficientemente capaz y enérgico, cuando su centro no parpadeaba y se tambaleaba. Había pasado tres meses con YiXing, en el refugio de BaekHyun, tratando de sanarse y aprovechando la seguridad del lugar para meditar por horas enteras, sin embargo, el live había partido también para prestar ayuda en el ejército y JongIn se encontró irremediablemente solo.

No pudo soportarlo: ser un enfermo más, un discapacitado que era una carga para los protectores del refugio, así que envió un mensaje mental de despedida a Lu Han, tomó sus cosas y se marchó. Probablemente no fue la decisión más inteligente que había tomado teniendo en cuenta su situación, pero era lo único que podría dejarlo cómodo y tranquilo, así que la tomó sin pensarlo dos veces.

Hasta el día de hoy, JongIn no se arrepiente.

Él no ha hecho mucho, pero sí lo suficiente como para mantener su conciencia tranquila. Ayuda de vez en cuando y hace trabajos físicos para algunas familias donde no hay hombres para proteger a los más débiles y ayudar a las mujeres a cargar grandes cosas. Él, además, se hundió en sus habilidades de cocina y ayuda a una abuela a repartir sopa caliente a los niños en las calles, atrapados por la guerra y sin un familiar que interceda por ellos.

No, no era mucho, pero era agradable y reconfortante.

JongIn había terminado de comprar un poco de alimento en el mercado antes de que el sol se pusiera, y con carga en mano, se dirigió a la choza destartalada que él mismo había construido cerca del pueblo, pero aún así estando lo suficientemente lejos para mantener su privacidad.

Se había asentado finalmente en un poblado pequeño, golpeado tres veces por la guerra. Era pobre, pero la gente era fuerte y siempre buscaban la manera de salir adelante. Fue fácil sentirse cómodo cuando el propio JongIn era como ellos: herido, pero renuente a rendirse.

La choza había sido construida con madera que la gente del pueblo le proporcionó y no tenía muebles. Dormía en una estera de paja que resultaba mucho más cómoda que dormir en el suelo, se bañaba en el río más cercano y utilizaba una pequeña estufa que se había llevado con él del refugio. Comía sobre cojines que él mismo cosió y guardaba sus ropas en un pequeño armario que alguien había desechado porque estaba en malas condiciones (JongIn lo reparó y luego estuvo nuevamente aceptable).

No había demasiado, pero en la condición actual, la gente no solía tener mucho.

JongIn abrió la puerta, como siempre, luchando un poco con ella en el camino, luego la cerró y el proceso fue el mismo. Una vez estuvo asegurada, caminó a la cocina, dejó su carga sobre una mesa de madera demasiado vieja, pero indudablemente funcional, y tomó el tazón de sopa que le esperaba para la cena. La calentó mientras se quitaba los zapatos, el abrigo y encendía velas para iluminar su casa.

Una vez todo listo, con la cena agradablemente caliente, JongIn se sentó en un cojín y miró a través de la ventana mientras comía en silencio.

Últimamente han habido muchos rumores que predicen la llegada del fin de la guerra. Aparentemente, Soo (KyungSoo), es un genio en batalla: determinado, ágil y capaz. La conversación de los hombres de la mañana no había sido la única que JongIn había escuchado ese día. También había abuelas, madres, hermanos, amigos susurrando entre dientes, asegurando que habían visto u oído sobre las hazañas impresionantes del príncipe heredero. Que la paz era inevitable.

JongIn había tratado de comunicarse con Lu Han a través de la línea mental que los conectaba, pero no había obtenido respuestas, mucho menos informes al respecto. Él probablemente estaba ocupado, pensaba constantemente, y no tenía tiempo para conectarse a su red mental cada día.

Era difícil vivir aislado de todo lo que estaba ocurriendo, así que JongIn solo podía esperar a que todo sucediera.

También podía orar para que KyungSoo se mantuviera seguro, que nada le ocurriera en el proceso.

Que, al acabar todo, el chico encuentre su felicidad junto a sus padres y un pueblo que seguramente lo amará.

JongIn lo quería (tanto, tanto), y, no obstante, solo eso podía hacer para no entorpecer su camino o empañar su futuro brillante.

Se detuvo por un momento y apreció mejor el cielo oscuro, plagado de estrellas y sus dos satélites titilando a lo lejos, haciéndose compañía mutuamente en el espacio.

Él deseó que KyungSoo, sea donde sea que estuviera, pudiera sentir el mismo sentimiento que JongIn sentía por él, que fuera feliz y se encantara con el cielo en momentos fugaces como este; porque JongIn siempre lo miraba y, de esta manera, podría sentirlo invaluablemente cerca.

.•°•.

Nadie hubiera pensado que la guerra terminaría tan pronto como había iniciado.

Un momento, JongIn se encontraba ayudando en el campo que comenzaba a extenderse con cultivos saludables, pensando vagamente que tal vez debería cazar al día siguiente para comer un poco de proteína y descansar el paladar de tantas verduras; al siguiente, había llegado Jennie, corriendo con fuerza mientras cargaba a su bebé en brazos, la cara sonrojada y una sonrisa brillante, tan brillante que debería ser ilegal e inapropiada en la actualidad.

Fue imposible no mirarla con curiosidad y confusión y, por supuesto, la actividad cesó cuando ella se detuvo jadeando pesadamente y, sin dejar de sonreír, exclamó a los cuatro vientos:

—¡Escuchen todos! ¡Se acabó, la guerra acabó! ¡Hemos ganado! ¡El príncipe KyungSoo destruyó la última base de la Red Force y han asesinado al líder! ¡Por fin todo ha cesado! ¡Ha cesado!

Las manos de JongIn se aflojaron y dejaron caer las verduras que tenía sujetas; sus sentidos se sumieron en una bruma profunda y distante mientras todo a su alrededor se desdibujó para, posteriormente, trazar nuevas líneas desconocidas que formaban un horizonte completamente nuevo. Su corazón retumbó en sus oídos, duro y rápido, y sus hombros se hundieron.

Él fue abrazado, fue empujado y una tía mojó su hombro con las lágrimas que no dejaban de caer de sus ojos mientras lo mantenía en su sitio. Él miró a las personas corriendo a sus casas para compartir la noticia y se mantuvo ahí, demasiado sorprendido, feliz después de tanto tiempo mientras todo parecía finamente aflojarse y ubicarse en lugares que no sabía que podían existir en su interior.

Abrazó a la tía por los hombros delgados cuando pudo entrar en sí mismo una vez más y una sonrisa se formó sus labios lentamente hasta convertirse en una curva que llenó todo su rostro de una nueva luz.

Finalmente. Finalmente.

. . .

Aunque la guerra finalizó, hubo algunas revueltas inevitables y se llevó a cabo una cacería de brujas para encontrar a aquellos traidores que habían estado ayudando a la Red Force secuestrando a la gente con dones y asesinando abiertamente a los live.

Todo era parte del proceso. Hubo cambios en el palacio, mandatos nuevos y exigencias de parte del Emperador para tratar de ayudar a la gente común, a salvar los espacios destruidos por la guerra y recuperar el terreno que había sido tomado originalmente por la Red Force. Se destruyeron los laboratorios del enemigo, se llevaron a cabo nuevas sanciones y se negó por completo la entrada de extranjeros al planeta mientras todo esto sucedía.

JongIn pudo ayudar un poco aquí y allá.

Había estado haciendo estos trabajos ocasionales gracias a su energía casi recuperada, así que sus actividades como teleporter se reanudaron en una medida segura para sí mismo y para los demás.

Ayudó a grupos de teleporter a devolver a los refugiados a sus lugares de origen, emocionados y empecinados en la idea de ayudar en la recuperación de espacios y reconstrucción de ciudades, y brindó una mano a la gente del pueblo para construir una base donde podrían quedarse los teleporter que llegaban de sus trabajos para descansar.

Fue bueno. Fue más de lo que JongIn había hecho en casi tres años, y eso tenía un peso invaluable en su corazón.

Ese día, después de dejar el campo de cultivo cada vez más lleno con nuevos trabajadores, JongIn se dirigió a su choza para preparar una muda de ropa antes de darse un baño. Cocinaría algo fácil y rápido, demasiado cansado para hacer nada más, y luego dormiría hasta que el sol comenzara a salir.

Era el plan. JongIn se había deshecho de sus zapatos y comenzaba a rebuscar en su armario algo suelto para sobrevivir al calor de esa época del año cuando la puerta de su casa sonó dos veces.

Sorprendido, JongIn se detuvo y miró hacia la entrada. Dejó lo que estaba haciendo a un lado y se dirigió allí con curiosidad. No era común para él recibir visitas, normalmente sería Jennie quien lo haría, pero ahora era demasiado tarde para que ella se encontrara fuera y los toques eran demasiado suaves como para ser una situación delicada.

Como siempre, JongIn luchó un par de veces con la puerta y, nuevamente, pensó que debería repararla y dejar de poner excusas para ello, como siempre. Él estaba pensando fuertemente en esto, así que nada podría haberlo preparado para ver a Soo (¡KyungSoo!) de pie frente a él.

JongIn se detuvo. Sus ojos se enfocaron en el niño y su corazón dio un salto como pensó que nunca más volvería a hacerlo.

KyungSoo había crecido un par de centímetros en esos dos años separados; su piel se había bronceado muy ligeramente y su cuerpo se había llenado en los lugares adecuados gracias a la buena alimentación. Su cabello estaba corto, su boca más roja y su ropa parecía mucho mejor que la de JongIn.

Por supuesto, KyungSoo es un príncipe.

Los grandes orbes del menor parpadearon tentativamente en él y una pequeña sonrisa tiró de la comisura de sus labios. JongIn notó el nerviosismo a través de sus dedos inquietos y no pudo evitar pensar que él era lindo. 

—Hola, JongIn.

Su voz también era bonita. Él continuaba siendo tan precioso y JongIn debía respirar nuevamente.

—Hola —respondió suavemente y KyungSoo se mordió la esquina del labio inferior por un momento—.

—Yo... ¿puedo pasar?

JongIn asintió y se hizo a un lado torpemente. KyungSoo entró entonces en lo que había sido su hogar durante ese último tiempo y la visión fue nada más que impresionante.

Nunca, ni siquiera en sus sueños más apasionados y profundos, JongIn se imaginó que tendría al príncipe heredero de The War en su choza mal construida y pobre, pero aquí estaba él, palpable, al alcance de su mano, tan perfecto y sencillo como lo había sido hace dos años.

Era impresionante, un verdadero shock para cualquiera.

—Yo... lo siento. ¿Te gustaría un té? —preguntó cuando el silencio se extendió de una manera incómoda mientras ellos no dejaban de mirarse—.

KyungSoo parpadeó prontamente y asintió con una nueva sonrisa.

—Si no es un inconveniente...

—No lo es. Siéntate en un cojín. Lamento no poder ofrecer más.

KyungSoo negó de inmediato y se sentó sin ningún problema. Sus ojos brillaron, preciosos y enormes, y sus manos descansaron en sus muslos.

—No hay necesidad de disculpas. ¿Cuándo han sido estas cosas una prioridad, después de todo?

—Sin embargo, puedo presumir de mi cama nueva. Cambié una esterilla de paja por un futón, ¿no me convierte eso en una persona privilegiada?

KyungSoo sonrió más abiertamente, más sinceramente, y la tensión fue disipándose con prontitud entre ellos. JongIn sentía que podía volver a respirar.

—Lo hace. Te envidio completamente, tienes beneficios que nosotros, los simples mortales, deseamos.

—Sí, supuse que pensarías eso.

Después de eso, JongIn terminó de preparar el té y luego lo llevó a la mesita baja en el centro de la sala de estar. Se sentó en un segundo cojín y le sirvió a KyungSoo en silencio, sin inmutarse por la observación fija del niño sobre él.

No fue hasta que ambos tuvieron sus tazas llenas y dieron un sorbo al té bien hecho, cuando KyungSoo rompió el silencio nuevamente.

—¿Cómo has estado, JongIn? ¿Cómo se encuentra tu salud, tu energía?

JongIn dejó la taza de barro en la mesa y sus ojos se prendaron de KyungSoo. Él lo miraba aún, con fijeza e intensidad mientras sus dedos se movían por el borde de la superficie de su taza. Sus hombros se desplomaron a cada lado de su cuerpo y él se preparó para dar inicio a la conversación real que sabía que vendría.

Se lo debían, después de todo.

—Estoy bien. Estaré completamente recuperado en un par de meses, así que he hecho algunos trabajos de vez en cuando, cuando no estoy ayudando en el campo o en el pueblo. No tienes que preocuparte por eso, he estado bastante estable. ¿Y tú? Sé que has estado ocupado este último tiempo.

Ocupado era poco, de hecho, la palabra bien podría ser graciosa, pero KyungSoo no mencionó nada al respecto. Su rostro se mantuvo igual de flexible y suave, extremadamente suave, como si esto fuera muy importante para él, como si quisiera empaparse de la imagen de JongIn por un largo tiempo.

Fue un golpe profundo para su corazón.

—Estoy bastante agotado. La guerra, el entrenamiento, mi nueva familia... todo fue abrumadoramente agotador y explosivo. No tengo idea de cómo puedo seguir en pie hasta ahora.

KyungSoo se vio muy pequeño en ese momento, mientras hablaba por lo bajo y continuaba acariciando la taza de barro. JongIn quería tanto acercarse y abrazarlo, apoyarlo y besarle el pelo. No se lo permitió, no obstante, confundido en el punto en el que se encontraba su relación actualmente.

Como siempre, fue un anhelo más que se sumaba a su lista de deseos oculta en su interior.

—Es comprensible. La revelación no fue precisamente amable contigo.

KyungSoo asintió.

—Todo fue muy repentino. Entonces me estaba alejando de ti porque debía cumplir con mi deber, tenía una familia que apenas recordaba y una gran responsabilidad a cuestas. Tuve que hacer tantas cosas cuando lo único que quería era volver a tu lado y revivir nuestro tiempo de paz en el refugio. Fue tan difícil, y te extrañé tanto, JongIn.

JongIn pudo conectar fácilmente con el sentimiento. Él asintió y tomó su mano más cercana en la suya, apretándola mientras se enraizaba en ese sentir conocido.

—También te extrañé, y me hace feliz verte nuevamente, vivo y con salud. Soo, hiciste un gran trabajo allá y estoy orgulloso de ti y de tu esfuerzo.

KyungSoo sonrió finalmente y su mano apretó la suya con firmeza, una sacudida de poder inyectándose en sus venas y viajando directamente a su centro. Fue cálido, suave, extremadamente íntimo.

—Gracias por decirlo. Me hace muy feliz escucharlo directamente de ti.

—No hay nada que agradecer, no entre nosotros.

Hablaron un poco más después de eso. KyungSoo relató cómo había sido su experiencia en el campo de batalla, a la gente que conoció y lo amable que era Lu Han en persona; además, sonrió muy grande y brillante cuando admitió haberse encontrado con ChanYeol y JunMyeon nuevamente en una contienda y juntos desmantelaron una base militar de la Red Force.

JongIn, en cambio, le habló sobre su recuperación con YiXing, del esfuerzo increíble que debía ponerse día a día en el campo, sobre su recolección de información en el pueblo, cómo había ayudado a construir una base y su colaboración en la reconstrucción y ampliación del lugar. KyungSoo lo escuchó todo sin interrupciones, bebiendo su tercera taza de té con sus dedos finalmente tranquilos y los hombros relajados.

Y, sin embargo, había algo persistente en su mirada que preocupaba a JongIn y le impedía relajarse por completo.

Él le hizo saber esto mientras lavaban las tazas de té y JongIn comenzaba a preparar la cena con ayuda del menor.

—¿Ocurre algo que no me has dicho aún?

KyungSoo se detuvo por un momento, luego suspiró largamente y, sin mirarlo, respondió en voz baja:

—Es mi padre... quiere que me case pronto.

JongIn se mantuvo especialmente silencioso e inmóvil por un segundo, mientras el dolor explotaba y lo enmascaraba tras una expresión cuidadosamente en blanco. Luego, cuando creyó que la actuación era lo suficientemente buena, retomó su tarea de cortar trozos de carne.

—Ya veo. ¿Y es algo que quieres hacer?

KyungSoo finalmente dejó su cuchillo y verduras a un lado y se volvió para mirarlo de frente. JongIn no pudo imitarlo, no mientras todo era especialmente caótico en su pecho.

—Quiero, pero no deseo a una linda dama como compañera de por vida —susurró con suavidad y luego dio un paso más cerca, tocando con cuidado la muñeca tensa hasta que paró de cortar. JongIn lo miró entonces y notó una pequeña sonrisa en el rostro joven de KyungSoo—.

—¿Entonces qué es lo que quieres?

—Primero, me gustaría pedir perdón de una forma adecuada —inició y JongIn dejó el cuchillo a un lado, girando hacia él para darle toda su atención—, luego, quisiera dar una explicación detallada y real y, si esa persona me acepta y me quiere tanto como antes, pedirle que se case conmigo.

JongIn exhaló una profunda bocanada de aliento y algo en su pecho pareció aflojarse, calzando en un lugar guardado en las profundidades de su corazón. Se relajó y algo nuevo y maravillosamente cálido nació y se extendió por todo su cuerpo.

KyungSoo apretó su agarre en su muñeca, mordió su labio inferior por un segundo y luego dijo con renovada firmeza.

—Lo siento por irme entonces, sin decirte nada ni escribirte en todo este tiempo. Me fui porque pensé que ya había sido suficiente para todos, que había estado escondido por mucho tiempo y que debía ponerle fin a esta guerra. No quise tener contacto contigo porque, de haberlo hecho, habría querido volver cuanto antes a tu lado y eso no era justo en ese entonces. Me despedí de ti cuando aún estabas inconsciente y partí directamente al palacio para tomar la responsabilidad de la situación.

»Yo supe que, de alguna manera, sabrías de mí en donde sea que estuvieras, así que fue un gran consuelo. El tiempo no hizo nada para cambiar mis sentimientos por ti, así que me prometí que cuando todo acabara, te buscaría nuevamente.

Todos los candados que habían mantenido cerrado a su corazón se abrieron y cayeron pesadamente, dejándolo a la vista, completamente puro y vulnerable delante de KyungSoo. Su ritmo cardíaco aumentó, su cuerpo se calentó y su mirada fue persistente sobre el rostro sonrojado y obstinado del príncipe.

JongIn nunca se había sentido tan suave, tan accesible y tan querido, y aquí estaba, siendo presa de sus sentimientos por una vez mientras el chico que quería se le declaraba en una casa destartalada, en medio de preparar la cena y con él siendo un desastre por el trabajo.

Él pensó que la espera y el dolor momentáneo valieron la pena, lo hacía mientras tuviera a KyungSoo justo así, de esta manera, desnudando sus propios sentimientos por él con un tierno nerviosismo.

—Te quiero. Te quiero desde nuestros días de viaje y te quise aún más en el refugio; te anhelé todos los días durante la guerra y ahora te deseo a mi lado nuevamente. JongIn, por favor, cásate conm-

JongIn no le permitió acabar, era innecesario.

Con la ropa sucia y la impulsividad moviéndolo, JongIn lo atrajo a su cuerpo y lo besó por segunda vez después de tanto tiempo. KyungSoo pareció complacido, ignorando todo lo anterior, y no tardó en abrazarlo y corresponder con el mismo deseo y anhelo, apretando su abrazo, aferrándose a sus labios con torpeza y suspirando con deleite.

Cuando se alejaron, después de que la emoción del momento se calmó un poco, JongIn sonrió y asintió para él.

—¿Debo llevar mi cama nueva conmigo ahora que seré el esposo del príncipe heredero? ¿Nuestra habitación en el palacio será suficiente para ella?

KyungSoo rió y lo abrazó cálidamente, apoyando su mejilla contra su pecho mientras cerraba los ojos.

—Lo será.

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Bonus:

1- JongIn y KyungSoo se casaron cinco meses después de reencontrarse.

2- El padre de KyungSoo le heredó el trono seis años más tarde, cuando el pueblo fue lo suficientemente estable y próspero como para hacer un cambio de gobierno.

3- JongIn y KyungSoo viajarían ocasionalmente, recorriendo tierras nuevas y ayudando a los demás cuando lo necesitaran.

4- YiXing fue nombrado live real y él fundó su propia academia de enseñanza para los niños de bajos recursos con habilidades.

5- Los live fueron reestablecidos en la sociedad. El Emperador KyungSoo decretó el cese de su cacería y castigaría a cualquiera que pusiera en peligro la vida e integridad del live.

6- JongIn y KyungSoo construyeron santuarios para sus familiares. Fue necesario luego de tantos años sin un altar adecuado.

7- A los cinco años de matrimonio, adoptaron a su primer hijo. Tres años más tarde, el segundo llegó a sus vidas.

Diez años de matrimonio después, JongIn se encuentra envuelto en los brazos del encanto más bello de The War. Justo así, nada más hace falta.

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