#1 Spring: Sweet Blossom

Primavera, primera estación del año donde inició una lenta pero hermosa historia de amor.

Una donde el  fiel botánico y su hermoso capullo floreciente eran los protagonistas

Dos almas destinadas a amarse en la estación de la prosperidad.

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Primavera

La primavera fue la primera estación que tuvo la dicha de ver el desarrollo de una idílica, lenta pero maravillosa relación entre una tímida flor y el fiel botánico que estaba dispuesto a esperar en ese espeso bosque cubierto por la más dolorosas espinas, a que su, fuera de este mundo ejemplar, diera a conocer la textura, forma y color de sus delicados pétalos.

Esta historia de amor se dió entre un imparable joven de sonrisa amable y un vergonzoso joven que no era capaz de corresponder las espontáneas confección que le eran dirigidas cada día como una llovizna cálida.

Está historia tiene como protagonistas a Choi SeungCheol y a Yoon JeongHan.

Dos almas que fueron destinadas a estar juntas en la estación de la prosperidad los cuales debido a la inseguridad en uno de los dos corazones jamás lograban reunir el valor suficiente como para dar el último paso que se requería para así entrar de lleno en aquel mundo casi idílico el cual era decorado por dulces palabras, tardes llenas de cariñosos gestos y besos inborrables.

No se confundan, las palabras y gestos estaban presentes, o bueno, al menos lo estaban del lado del joven quien celaba por su angel. SeungCheol, el fiel botánico de una sola flor, no temía dejar en claro sus sentimientos hacia tal grandioso vocalista que desde el primer momento había hecho que su mente volara por el ancestral cielo por tal inigualable voz y belleza. Como el fanático que se había convertido por tal angelical joven, cada que tenía la oportunidad, gritaba a viva voz todo aquello que su corazón guardaba para su otra mitad, importandole poco parecer un loco enamorado, puesto que sí lo era.

SeungCheol adoraba a ese pequeño capullo que mostraba sus delicados pétalos por timidez. Esos pétalos, esa sonrisa que SeungCheol esperaba presenciar algún día.

Presenciar ese tan maravilloso florecer.

Destinado a estar de pie cada día de su vida dentro de aquel bosque espinoso cuyo único objetivo parecía ser el solo clavar sus afiladas y puntiagudas espinas en la integridad de su piel cada que el joven llenaba de aire sus pulmones. No obstante, Seungcheo, eterna y ciegamente enamorado, ignoraba aquel desgarrador dolor y solo de dedicaba a observar desde la lejanía, con ojos llenos de esperanza y de amor, como su adorado capullo en aquel único claro, ocultaba su sentir por él. ¿Masoquista?, quizás, pero fielmente SeungCheol creía que sus esfuerzos darían frutos en un futuro no tan lejano. No importaba si su espera duraba días, meses o incluso años. Todo su esfuerzo valdría la pena sí con ello su ejemplar capullo se convertía ante sus ojos en la hermosa flor, en el hermoso angel que tenía destinado a ser.

JeongHan era único en su tipo, creía fielmente el rapero y líder. Su presencia tanto dentro como fuera de los escenarios era como describir una flor bellamente inexistente quien era recién descubierta por ojos ciegos y maravillados, era una flor cuyo existir era difícil de describir con simples palabras debido a lo perfecta que era. Cuyo único sinonimo era aquella palabra divina "Angel". De personalidad espontánea, amable, siempre preocupado por los demás pero que era cohibido cuando la timidez le ganaba, JeongHan era alguien que no podía ser comparada con algun otro ser existente en este o en cualquier universo.

Para SeungCheol, Hannie es y sería siempre aquel joven que lo hacia estar con la mente sobre las nubes cada que su resplandeciente existir aparecía en su campo de visión. JeongHan, era y sería siempre su hermosa flor primaveral que estaba dispuesto a esperar día y noche hasta que él fuera capaz de corresponder esos sentimientos que eran obvios que tenía hacia su persona.

¿Como estaba tan seguro de ello?, simple, Jeonghan los hacia demostraba en pequeñas cantidades cuando las exuberantes y empalagosas palabras pertenecientes al líder del grupo, eran respondidas con leves sonrisas o risas tímidas; señales que daban a conocer cuan tomadas en cuenta eran en verdad.

JeongHan sentía algo por él.

Y el rapero sabiendo ese detalle, siempre dejaba en evidencia su cariño con palabras y gestos derramanantes de dulzura y amor. Cada que su ángel se caía el estaba allí para curar y sanar sus heridas, cada que se sentía insegura allí estaba él para hacerle saber lo extraordinario que era ante los ojos de cualquiera, cada que se sentía solo o pérdido en el escenario él se aseguraba de sostener su mano con fuerza para que supiera que había alguien dentro de toda ese aterrador escenario que lo apoyaba sin importar cuantas veces fallara

Él sería su fiel admirador hasta el día en el que JeongHan se cansara de huir de sus sentimientos. Hasta el día en el que le correspondería o lo rechazara.

SeungCheol esperaba a que no fuera la última opción ya que sin su capullo, el no sería capaz de caminar, respirar o existir. Él vivía por él y perderlo sería una mortal apuñalada.

No quería que denuevo su mundo fuera gris.

Más, a mitad de la primavera, su pequeño capullo en vez de acercarse por tal cuidado repartido lo único que hizo fue alejarse de su suave tacto; dejando claramente al chico confundido y nervioso. ¿Había hecho algo mal? ¿Por que los gestos esperanzadores de antes ya no se formaban en su rostro al momento de dejar salir una espontánea confección? ¿Él había interpretado mal todas aquellas señales?. Acaso.... Acaso ¿JeongHan se había casando de él?. Miles y miles de dudas se instalaron en la mente del rapero y soporte del grupo mientras que su tembloroso cuerpo se quedaba sumergido en el espinoso bosque por la pequeña y agobiante esperanza de que su flor volvería a él.

SeungCheol permaneció en su puesto aguardando silenciosamente por aquel joven que amaba con locura. No se movió aunque las estaciones cambiaron, tampoco lo hizo cuando sus amigos lograron que sus propios capullos florecieran. SeungCheol permaneció allí en medio del bosque, sólo, aguardando algo que sabía que ya estaba perdido.

A lo mejor debía de rendirse, JeoggHan jamás volviera. El joven de cabellera larga y sonrisa de angel debió de cansarse de su constante presencia, debió de darse cuenta de que él no era el único que lo observaba con ojos amorosos. Debió de darse cuenta que jamás correspondería sus sentimientos puesto que todo lo que SeungCheol veía no eran más que falsas ilusiones.

JeongHan en verdad no sentía lo mismo que él.

Con eso en mente SeungCheol apreto los puños y aguanto las tremendas ganas de llorar que lo atacaron de imprevisto. Sí, a lo mejor rendirse era la única opción que tenía en aquel momento; por su insistente  actitud al intentar enamorar al vocalista había provocado que este lo odiara. Su hermosa flor de primavera había decidido florecer frente a los ojos de alguien más digno.

SeungCheol con lentitud levantó uno de sus destrozados pies y comenzó a dejar su puesto de observación. Con el corazón magullado y latiendole con más lentitud de lo normal debido a las asfixiante sensaciones que lo atacaban en silencio dió los primeros pasos hacia su soledad.

El mundo a su alrededor volvió a ser de un triste y apagado gris.

Ya no tenía una razón para quedarse así que, ¿para que permanecer más tiempo allí?; la respuesta definitiva de su compañero de grupo fue tan clara como el cielo azul que se ceñia sobre su cabeza.

Se rendiria y buscaría a alguna otra flor en ese extenso campo, al fin de cuentas había miles de bellos ejemplares; aunque claro, ninguno tan bello como el que esperaba ver florecer. Ninguno tan fascinante como su Angel.

Sus pies se movieron con ligereza hasta casi salir del lugar donde su bella flor lo había dejado solo, sin embargo, antes de que su destrozado corazón terminara de desmoronarse un desconocido pero igualmente familiar aroma se hizo presente en el ambiente, el silencio de su soledad fue llenada por una suave voz llamando su nombre con insistencia. Un cantico ancestral lo hizo detenerse.

Al momento de voltear, SeungCheol sintió como todo a su alrededor comenzó a desaparecer y a perder su color debido al hermoso suceso que en ese momento pasaba ante sus ojos. Un suceso en verdad maravilloso.

Una sonrisa se escapó de sus labios y adorno su rostro a la par que sus pupilas se delitaban a causa del hermoso florecer que estaba observando desde cerca.

Allí, frente a él, JeongHan lo observaba con ojos un poco inseguros pero igualmente valientes mientras que de sus labios salían palabras bañandas de todos aquellos sentimientos que sentía por él. Sentimientos de amor.

El vocalista estaba dejando en claro que había caído rendido ante sus cuidados y encantos naturales desde el principio, más, debido a su timidez al momento de lidiar con esos nuevos sentimientos, jamás fue capaz de hallar una manera para reflejarlos en el exterior; acobardandose cada que esos ojos espectantes de palabras amorosas la miraban fijamente. Y tal desastroso hecho había provocado su huida.

JeongHan no quería seguir viendo como aquellos luceros marrones se apagaban cuando no podía devolverle el gesto o palabra cariñosa; su falta de valor para corresponder lo volvía alguien que no deseaba ser. No quería ilusionar más a SeungCheol, por lo que, había decidido alejarse y buscar por su cuenta el valor que le hacia falta.

Encontrándolo cuando se dió cuenta de que sí no se apresuraba dejaría escapar a su principal y más importante rocío de agua, debido a que, sin aquellas sonrisas que aparecían cuando la tristeza la atacaba, sin esas palabras de aliento y gestos cariñosos que alegraban su vida cuando el mundo parecía ser difícil, sin aquella dulce mirada que le provocaba miles de sensaciones cuando era dirigida hacia él en cada presentación; sin SeungCheol, él no sería capaz de florecer con sus más hermosos colores.

Él en su interior quería que el único que viera su hermoso florecer fuera a aquel a que chico de sonrisas gigantescas pero hermosas, aquel que brillaba más que cualquier otro, aquel que la miraba con ojos cariñosos a pesar de su falta de valor. JeongHan sólo quería que SeungCheol fuera el único que tuviera la llave de su corazón.

El pequeño capullo, quién ahora mostraba sus maravillosos pétalos sin ningún tipo de titubeo no había abandonado al rapero, sino que había decidió prepararse para darle el más inolvidable florecer que alguna vez había sido capaz de ver.

Su capullo alfin había florecido como la más bella e inigualable flor, como un ángel bajado del cielo, cosa que ya era desde el principio para SeungCheol pero que ahora era visible para todos aquellos que alguna vez dudaron de cuan hermoso podía ser lo que guardaba en su interior de esos tímidos pétalos.

JeongHan había sido capaz de dejar salir sus emociones, siendo correspondidos al instante por el alegre chico quién corrió hacia su encuentro y beso sus labios como nunca nadie lo había hecho antes.

Sí, aquel amor posiblemente fue el más largo, ambos tuvieron que pasar por varias estaciones para que alfin pudieran estar juntos. Uno cree que debido a ello esa relación no duraría nada, más, ese pensar es solo una simple aberración de la lógica, puesto que, esa fiel espera fue la que hizo que al final su relación fuera la más duradera.

La espera y el esfuerzo habían válido la pena.

Como el florecer tardío de una pequeña flor de desconocida belleza, al final sus sentimientos habían sido capaz de florecer y crecer en su máximo resplandor; y debido a lo fuertes que habían demostrado ser a pesar del pasar de las estaciones jamás se marchitarian.

Siempre sería la pequeña flor de gran belleza y el fiel botánico que la esperaría cada primavera sí así hacia falta para ver su milagroso y fuera de este mundo florecer.

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Aquí empezamos xD, ya saben lo cursi que soy sooo, todo aquí es fluff, es decir, diabetes extrema nivel Dios ahre.

Pd: Llore corrigiendo esto ahre

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