¡Luz Noceda!
Weird
This is so... so...
Weird
"Me gustaba mucho más la otra casa"
Dijo una voz pequeña y aguda mientras se notaba calmada, hablándole a una cámara que tenía delante de ella en una habitación vacía llena de cajas, sus ojos cafés resplandecían con algo de reasignación, pero entre ellos una pequeña esperanza también, una pequeña sonrisa se dibujaba en los labios de la infante quien tenía un pelo largo que le caía hasta los hombros y un broche en el cabello, agarrándoselo para que no se le formase un flequillo,
5 años
Esa es la edad de La Niña que graba el video, algo entusiasmado se le podía apreciar mientras que su sonrisa disminuía ligeramente a un ceño un poco más preocupado, su tez morena resplandecía ligeramente con el sol y cada que hablaba de podía ver cómo tenía un diente faltante
"Ya se Que no es la primera vez que me mudo, se podría decir ya que estoy acostumbrada... pero solo espero que sea la última. Ya van 4 escuelas y no supero ni los 8 y, sinceramente ya me estoy cansando de dejar amigos atrás por cada estado al qué paso. Pero no puedo hacer mucho más al respecto"
"Mamá me dijo que es porque la otra casa no era muy linda, pero se que es mentira. Supongo que es porque hay un mejor hospital para papá porque, seamos realistas"
Dijo inclinándose un poco hacia la cámara riéndose entre dientes tratando de no hablar muy alto, sus susurros siendo oíbles por la cámara antes de que casi se cayese de la silla donde estaba montada para enfocarse mejor
"{Esta tampoco es muy bonita que digamos}"
"Pero creo que puedo aprender a quererla"
???: "¡LUZ, Mija, a desayunar!"
Luz: "Ups, parece que mamá me llama, ¡nos vemos después Luz del futuro! Te quiero, bye!"
La transmisión fue cortada y se podía ver a La Niña de tez morena bajarse de la silla donde estaba montada, una sonrisa en sus labios. Su habitación estaba llena de cajas y el suelo ni si quiera tenía alfombra, áspero, las paredes de un color marrón café, luces dañadas y las marcas de los antiguos muebles eran el espacio que tenía luz para moverse. Sus pies corrían rápidamente por aquel segundo piso mientras avanzaba escaleras abajo, la madera rechinando por cada paso hasta llegar a planta baja y verse una mesa antigua y algo polvorienta en la cocina donde estaba ya servido el desayuno. El aroma del salami y el queso frito inundaba la casa mientras el aceite se hacía presente en sus oídos, ¿y cómo no reconocerlo? Un desayuno especial de su mamá para hacerla sentir mejor después de su primera semana de mudanza
Sentándose en la mesa, la pequeña morena pudo ver a sus madre con una sartén en sus manos, aquella mujer de pelo rizado y tez marrón, ojos, pelo... era casi idéntica a su hija desprendiendo de sus labios una pequeña sonrisa, alegre de ver a su hija animada. Vestía una pinta de enfermera, su uniforme nuevo y reluciente con un pequeño carnet que decía "Camila", junto a unas gafas ligeramente rotas
Luz: "¿Tres golpes?"
Camila: "Sip, creo que es una buena idea de que vayas con ánimos a tu primer día de escuela para que hagas muchos amigos y..." El abrazo de Luz fue inevitable, aumentando aquella sonrisa es sus labios, agachándose para quedar a su altura y devolverle el abrazo "veo que animarte ya no es necesario"
Luz: "Tranquila mamá, ¡haré muchos amigos hoy! Te lo prometo" los ánimos de La Niña nunca disminuían a medida que se sentaba a comer el desayuno hecho con tanto amor, disfrutándolo en el proceso comiendo lento, mientras su mente no podía dejar de pensar en todas las cosas que haría hoy y toda la gente que podría llegar a conocer, sin embargo, su interés paso del desayuno a su madre, quien terminaba de alistarse para ir a trabajar "ma"
Camila: "¿Si, mi niña?
Luz: "¿Puedo llamar a Papá? Quiero ver qué tal está, ayer no pude llamarlo porque se me olvidó..."
Camila: "Lo siento cariño, no podemos, vamos justos de tiempo" Los ojitos de la pequeña latina se entristecieron ligeramente ante ello, visitar a su padre era una de sus actividades favoritas de todos los días, algo que esperaba con ansias cada que llegaba del colegio y suplicar por verlo una vez más y confirmar que estaba bien
Camila: "Pero puedes ir a visitarlo"
Luz: "¿En serio?"
Camila: "En serio... pero con una condición" dijo en voz alta en forma de advertencia dejando a la pequeña con muchas esperanzas al respecto, la sonrisa la tenía a miles y sencillamente sus ojitos reflejaban una esperanza de mil soles combinados en uno "Debes quedarte en la zona para niños"
Luz: "¿¡Qué!? ¡Pero mamá! La zona para niños es... para niños. ¡Y yo soy una niña grande!"
Camila: "Lo se cariño, pero recuerda que tengo que hacer un turno hasta tarde y no podré estar pendiente de ti... entonces necesito que estes bien y que hagas toda la tarea que te manden hoy, y solo así podrás ver a papá, ¿entendiste, corazón?"
Luz: "Si mamá" La frustración y el aburrimiento en la cara de luz se podía ver en todas y cada una de las expresiones que tenia, mejillas infladas, rodar los ojos, brazos caídos, la zona para niños era simplemente demasiado fastidiosa para alguien con la hiperactividad Noceda, quien seriamente parecía que no podía mantenerse ni 3 segundos quieta o simplemente explotaría. Pero, si con ello podía ver a su papá, estaba más que lista para asumir la aburrida tortura de la zona de bebés
Ya dicho eso, su viaje empezó y poco tiempo después llegaron a la escuela, el sonido de los autobuses llegando por los alumnos y la ENORME cantidad de nuevos ingresos en el jardín de niños. Luz se bajó del auto de su madre la cual le daba un bolso algo grande para su altura y una pequeña lonchera (de My little Pony) que tenía su merienda dentro.
Luz: "¡Hasta después de clases Mami, te amo!"
Ni si quiera llegaba a sentarse y el salón ya era un desastre, sillas volaron, gritos y niños corrían por todo el lugar mientras la morena se veía... entrando apenas al salón , dejando su mochila en un cubículo y empezando a correr con los demás pareciendo una jauría de perros enloquecida más que un salón de clases, la alfombra azul nublaba apenas el sonido de las enormes pisadas mientras que los planetas que guindaban del techo parecían moverse de un lado a otro por tanto revoloteo
Calcado a un escenario de guerra, niños caían tropezándose con el suelo o golpeándose con las mesas por accidente, las lágrimas, la desesperación... pobre del maestro que los atendiera a primera hora, pero de esos mismos llantos Luz recuerda unos pequeños tips que su mamá le había dado para poder hacer muchos amigos en su anterior escuela
Entre todos los caídos, destaca una pequeña niña rubí de piel ligeramente bronceada que estaba con los ojos ligeramente llorosos por haberse tropezado con la pata de una mesa, perfecto para el primer paso. La morena de cabellos negros se acercó a la chica ofreciéndole una mano, calmando las pequeñas lágrimas de la contraria que alzando la mirada, pudo observar a su ayudante
"¡Hola, Soy Luz Noceda! ¿Estas bien?" Por mas que la contraria llorase, la pequeña latina se mantenía sonriente con los labios, logrando una pequeña comodidad en su contrario quien con la nariz tapada por el dolor que sintió, solo trataba de corresponder
"M-me pegue con la mesa... y me caí"
"¿te dolió mucho?"
"Muchísimo" expresaba su dolor que llegaba a ser exagerado, por lo que no tardó nada en sentir un pequeño contacto en la herida de las manos de su ayudante, quienes trataban de ayudarla
"Sana sana colita de rana, si no sana ahora sanara mañana... ¿mejor?"
"¿Huh?" La impresión fue... demasiada, ¿en serio eso había funcionado? ¿Esa niña acaso era una bruja? No entendía nada pero solo se sentía relajada por la calma que le transmitía la contraria, al punto en que en serio sintió que hizo magia en ella "ya no me duele... pero, ¿como lo hiciste?"
"Ah, ¿eso? Mi mami siempre me lo hace cuando me golpeo o me pasa algo feo y generalmente funciona"
"¿Tu mamá hace magia?"
"No creo, so lo fuera sería una bruja, y mi mami no tiene verrugas en su cara... a menos que use muy buen maquillaje, ¿la tuya si hace magia?"
"Yo no veo mucho a mi mamá, usualmente está fuera de casa, pero creo que es porque viaja mucho"
"¿En escoba?"
"Tal vez... no estoy muy segura"
"A mi me encantaría viajar en escoba, ¿sabes? Una vez lo intenté, pero casi me caigo del techo de mi casa, estoy segura de que pude haber volado"
Una pequeña risilla salió de los labios de la rubia, quien no podía evitarla debido a imaginarse la situación, levantándose con la ayuda de la chica que conoció hace apenas unos instantes "me llamo Natalie Adams, pero mi papi me suele llamar Sunny"
"¿Porqué te dice así?"
"Pues no lo sé, dice que soy un solecito. . . Eso y que fue el nombre que le puso a mi barbie cuando jugábamos"
"¿En serio? Yo nunca he tenido una Barbie"
"Puedo prestarte la mía si quieres, traje varias para hacer amigos" lo último parecía decirlo un poco en voz baja, y viendo al suelo mientras sentía como un pequeño dolor invadía su pecho, no pudiendo ver a luz directamente "O al menos eso espero... en mi Kínder anterior a nadie le gustaban"
"Pues tal vez a mi si me guste jugar con Barbies" aquellos ojos cian, antes avergonzados ahora enormes miraban a luz con un brillo similar al de un vidrio reflejando la luz del sol, haciendo que su voz incluso chillase un poco "Vamos por tu mochila"
"¿¡En serio!?"
"¡En serio! Oh, y cuando inicie la clase, ¿Te quieres sentar conmigo para la clase?"
"¡Me encantaría! ¿Quieres ser mi mejor amiga?"
"¡Seguro!"
El auto se estacionó en el parking principal delante del hospital mientras que la madre de luz salía del auto, avanzando con algo de prisa pasó por las puertas del hospital hasta llegar a recepción, donde se encontraba ya una mujer atendiendo la computadora
"Oh, Camila, llegas Justo a tiempo"
Camila: "Si, lo se, casi me retraso pero sin Manny en la casa ya es muy complicado atender a luz y venir a la hora... a propósito, ¿sabes si-"
"Si, ya le hicieron el diagnóstico, el doctor Magnus llegó temprano hoy, puedes pasar a verlo antes de tu turno"
Camila: "¡Dale, gracias!"
Su paso se volvió rápido cuando avanzaba por los pasillos, sus ojos clavados al frente mientras saludaba de vez en cuando a sus compañeros de trabajo a quienes no se había podido dar el lujo de conocer completamente bien en las última semanas que llevaban trasladándose a la ciudad, sin embargo no hablar con casi nadie valía la pena si podía estar delante de esa puerta cada día quede la semana
Camila: "Doctor Magnus-"
Dr Magnus: "¡shhh!... lo va a despertar" El cuerpo de un moreno con barba y un cabello algo corto, teniendo una bata de paciente encima, acostado dentro de las sábanas de aquella camilla conectando a un par de máquinas, ligeras ojeras debajo de sus ojos, en su mesa de noche al lado de la camilla un par de flores nuevas con agua bastante limpia y unos lentes para ver en la misma "buenos días señora noceda"
Camila: "¿Qué puede decirme de mi esposo?"
Dr Magnus: "Desgraciadamente hoy tuvimos que levantarlo temprano, lo cual lo dejó algo agotado, tal vez despierte tarde hoy. Pero ya hicimos un par de exámenes en él que indica su recuperación" Tras hacer la pausa, Camila sintió como si todo su cuerpo ascendiese al cielo... había olvidado desde hace cuanto había visto a Manny en Camilla, lo cual dejaba ver la esperanza que tenía al acercarse a la cama con una cara que no podía llegar a expresar toda la emoción que sentía en ese instante "Sin embargo no estamos seguros de que enfermedad tiene... por lo que recomiendo que lo traiga una vez al mes para hacerle un chequeo de su condición"
"Hoy en la tarde le daremos un rato al aire libre para dejarle estirar las piernas, yo le avisaré cuando esté listo"
Camila: "Gracias Doctor, no sabe cuanto se lo agradezco"
Dr Magnus: "no es nada... le dejamos la receta del medicamento en la mesita y por favor, haga que lo tome una vez al día durante el resto del mes"
Camila: "entendido"
. . .
"¿Ya se fue?"
Camila: "Yup" dicho eso, se volteó logrando observar a su marido quien mantenía los ojos abiertos en la cama con aquellos orbes ambar fijos en ella, cosa que no podía darle más felicidad, sus pasos rápidos llegaron hasta un costado de la camilla hasta darle un abrazo algo... bastante grande "Eres un irresponsable, deberías estar descansando" se notaba la preocupación en sus palabras y el regaño, pero aquella voz ligera que utilizaba solo hacía reír al esposo Noceda quien se sentaba mejor en la cama
Manny: "Tienes razón, pero prefiero por mucho descansar así" mientras ella le abrazaba recostaba su cabeza en aquellas almohadas que su esposa llamaba brazos, tan calientes capaces de servirle de calefacción y cómodos que tentaba a algo de lo que nunca se quisiese desprender de "¿Así que me voy pronto, no?"
Camila: "Afortunadamente, ya Luz se estaba preocupando mucho por no poder a venir a visitarte en las mañanas" tras el abrazo, Manny no sería capaz de disimular su puchero y ojos entrecerrados debido al fastidio, cosa que sacaba unas pequeñas mariposas dentro del estómago de su esposa... no importa como, él siempre lo lograba de alguna manera "me alegra que puedas volver a casa"
Manny: "A mi también... ya no soportaba dormir solo"
Camila: "Ni yo cariño, ni yo" sentada junto a la cama, se quedó agarrándole de la mano con sus ojos fijos en los de él, donde Manny no solo sentía calma sino una relajación en otro nivel, no importaba si estuviese tenso o angustiado. Era algo tan simple como ver a la mujer que más adoraba en el planeta y... todo lo malo se iba, no existía nada
Manny: "¿Y mi bebé?"
Camila: "Tu sabes, divirtiéndose y tratando de hacer amigos, le hice un tres golpes en la mañana para que fuese con ánimos al colegio"
Manny: "blah... tu y tu comida dominicana, te dije mil veces que es mejor la comida Puertorriqueña"
Camila: "Cuida tu lengua, esposo, o lo próximo que verás al volver a casa será la cocina" La risa inundó la sala, que cerrada de ventanas y puerta solo hacían que el eco de la felicidad entre ambos amantes fuese más y más fuerte hasta que La Paz volviese a ser el sonido más abundante en el ambiente, y Camila se empezase a levantar "Traeré a luz en la tarde, después de que te hagan tu examen para que así puedas darle un abrazote"
Manny: "Gracias cariño, ya empezaba a extrañar a mi pequeña. ¿y mi otra mona?"
Camila: "Hablé con ella hoy y Dijo que se quería quedar allá en casa de su abuela, unos días más, pero ya mamá me dijo que se le estaba complicando bastante el tema de atenderla... no debiste haberla dejado quedarse tanto"
Manny: "La pobre tenía amigos allá y se ha estado mudando tanto, déjala al menos disfrutar un poco más. Es la primera vez que le va tan bien"
Camila: "Aún así no me gusta, pero ya que... todo sea por ella. Mientras descansa cariño, vendré a verte más tarde"
a la vez que esta salía del cuarto, su hombre se le quedó viendo mientras se iba, ya no podía volver a esperar para sentir las piernas de nuevo, salir a dar un paseo, correr... disfrutar del aire libre, era simplemente una aspiración que muy pronto iba a tener, sin máquinas alrededor y finalmente en casa.
"Oye"
"Dime, amor"
. . .
"Te amo"
. . .
"Yo más"
"Okay señor Noceda, eso debería ser todo, por el momento parece estar sano dentro de lo que cabe, sin embargo tenga cuidado y que se siga tomando sus pastillas, señor Noceda. no queremos otro incidente"
Manny: "Lo tengo claro. . . Nos vemos el otro mes"
Comentó saliendo del lugar con una pequeña cojera y una sonrisa ligera en sus labios, con su esposa al lado se sentía Imparable. Saliendo del hospital la brisa llegó a su rostro, finalmente después de largos meses volver a sentir sus pies en el suelo y poder dar aquellos paseos que tanto solían hacer de jóvenes
"Entonces, ¿Quiere tomar el camino largo señorita? Una velada sola por el bosque donde estemos solo nosotros dos. . ."
"Pero que caballeroso señor Noceda, claro que me encantaría ir a pasear con usted un rato, solo espero que no nos atrasemos mucho antes de que la doncella luz vuelva de su horario matutino de clases" dijo entre dientes mientras la risa parecía querer invadirla por jugar a hacerse los nobles, personificando el tono de la realeza con un habla juguetona y alzada al de la más pura teatralidad "¿Pero seguro que puedes defenderme, caballero?"
"Por favor. . . Nada puede contra el comandante Manny"
Su paseo se adentró en el verde bosque hasta que el camino se hizo estrecho y casi deshabitado, sitio por donde andaban comúnmente en sus días de recién comprometidos. Sus pasos llegaron hasta el cruce de un río no tan profundo que cruzaba a la derecha en dirección colina abajo, donde había un mirador de roca que les servía para ver el paisaje desde su altura
"Woah. . ."
"De tanto que no venimos de me había olvidado que teníamos la chance de ver cosas así"
"Estoy segura de que si hubieran sabido de esto le habrían sumado mucho precio a la ca- WOW!"
El suelo sobre el que estaban levantados se empezó a mover, la ligera fluctuación en la piedra hizo que los dos se tambaleasen he inmediatamente Manny abrazase a Camila tratando de mantenerla firme en su lugar. Poco duro aquella sorpresa que rápidamente cesó dejándolos desconcertados
"Eh. . . ¿Sismo menor?"
"No, dudo mucho que haya sido eso. . ." La confirmación vendría a través de un movimiento algo más fuerte de aquel mirador de piedra sobre el que estaban parados, provocando que ambos se cayesen de espaldas, siendo que se levantaría para atender al contrario inmediatamente "¡Manny!"
"Estoy bien, estoy bien. . . No pasó nada, puede que haya salido apenas del hospital pero soy duro de roer"
tratando de transmitirle algo de confianza, alzo el pulgar con el ojo entrecerrado guardándose el dolor internamente, su cuerpo se tambaleó con ligereza. La piedra se movía con fuerza tratando de levantarse del suelo haciendo que los ojos de ambos adultos abriesen como enormemente dejando pasar cada rayo de luz por sus ojos hasta que esta misma volviese a caer
Los sueños caídos tratando de ver a los alrededores delataban su extrañeza por el suceso haciendo que a paso algo veloz bajasen la piedra con cuidado por un lado investigándola, la mano de la mujer se apoyó en la rugosa figura sintiéndola algo hueca al darle un doble toque con los nudillos mientras que su contrario se adelantaba hasta un pequeño río cercano a la piedra, donde pudo ver finalmente su interior
"¡CAMILA!"
Fue su voz aquella que se alzó, alarmado mientras retrocedía un par de pasos tras ver el interior, el miedo, no. Su cuerpo temblaba por lo que se encontró mientras su mirada de mantuvo fija en aquel agujero en el que logró observar un acto del que ningún ser humano pensó que sería capaz de hacer, una tortura viva y una supervivencia mínima, una de un millón, ¿cómo si quiera él seguía vivo?
"¿!qué pasó?!"
"¡HAY UN NIÑO AQUÍ DENTRO!"
"¡¿Un Niño que!?"
"Necesito que vayas por ayuda, tal vez la policía o los bomberos, si, ellos están cerca de acá, ¡ve por ellos! Necesitamos sacarlo de ahí"
"¿Y tu que harás? No te puedo dejar solo aquí, ¡vamos!"
"Tranquila, yo me las arreglo"
"Pero Man-"
"¡Solo vete! Estaré bien, ¡solo ve de una vez!"
Palabras algo duras de asumir para su esposa quien ya ida dio de su Máximo para correr por la ayuda más cercana que pudiese encontrar mientras el recién salido del hospital observaba con un ceño firme a aquella roca, dirigiéndose hacia aquel agujero por el que había visto al Niño dentro
"Okay amiguito, esto es lo que haremos, yo voy a tratar de levantarla y tú vas a salir de ahí. . . ¿Entendiste? La mantendré arriba lo Máximo que pueda mientras tú sales"
"Solo no le cuentes a mi esposa de esto, ¿okay?"
"Bien, uno, dos y. . ."
¡TRES-!"
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