Único Capítulo.

Cierto chico de cabellera negra con las puntas teñidas de color azul cielo se encontraba trabajando, pedaleaba su bicicleta por las calles de París en dirección para dejar su último pedido por ahora...

Al llegar al lugar donde debía, entregó los alimentos que debía y después de un...

«Disfrute su comida»

Nuevamente se montó en si bicicleta, pero antes de avanzar, miró su reloj Digital, el cual recién había sonado, dando comienzo a su hora de descanso, a lo que sin dudarlo comenzó a pedalear al lugar donde siempre solía ir a tocar guitarra durante sus descansos, en un lugar donde tenía paz total...

Así que comenzó a manejar hasta llegar a la avenida al costado del río Sena donde después de quitarse su protección, se bajó de su bicicleta, la amarró a un poste con una cadena y seguidamente tomó su guitarra para luego bajar las escaleras que daban a la orilla del río, pero su sorpresa fue mucha al ver como una chica rubia estaba sentada en la misma banca donde el solía sentarse a tocar, invadiendo su lugar de soledad, pero sin tomarle mucha atención, siguió su camino hacia la banca, mientras que por la otra parte la chica al oír pasos acercándose, no dudó en girar totalmente su cuerpo hacia el costado de la banca, de esta forma ignoraría totalmente a quien se sentara al otro extremo y de igual forma no vería las lágrimas que escurrían por sus mejillas...

El Couffaine al ver eso se sorprendió un poco, pero eso no impidió el que se sentara, acomodara su guitarra en sus piernas y comenzara a tocar, sorprendiendo un poco a la de mirada azul zafiro...

—Hola... -saludó en espera de una respuesta pero al no recibirla y en su lugar escuchar un chillido ahogado, supo lo que debía de hacer- Parece que no ha sido un buen día... ¿Cierto?

—No quiero hablar contigo -soltó con rudeza, sobresaltando un poco al azabache.

—Comprendo...  -pronto cambio su melodía a una más calmada y triste haciéndola encogerse de hombros- Pero parece que necesitas hablar con alguien...
—¿Y qué te hace pensar eso?

—La tormenta

—¿Tormenta?... -miro al cielo notando como este estaba despejado y alumbrado por el sol- ¿Cuál tormenta?... No veo ninguna

—No hablo de una tormenta literal... -cerró sus ojos para enfocarse en lo que tocaba- Sino en la de tu corazón...

—Yo no poseo ninguna tormenta interna... -sorbio por la nariz- Y no entiendo porque dices que necesito hablar con alguien. 

—¿Sabes?... No es malo decir como te sientes... -volteo a verla- Es bueno que lo hagas...

—¿Qué caso tiene qué lo haga cuando nadie creería como me siento? -rebatió.

—¿Por qué no te creerían?

—Porque soy la bruja mala sin corazón... -suspiro- Yo no tengo sentimientos para nada... Mas que para odiar...

—¿Quién te dice eso?

—Todo el mundo... -soltó un pequeño quejido de tristeza- Nadie cree que pueda sentir algo diferente...

—¿Por qué? -dirigió nuevamente la vista a su guitarra- ¿Acaso has hecho algo que les haga decir eso?

—Demasiadas veces... -cerró con fuerza sus ojos- Pero eso no signifique que no pueda sentir...

—¿Qué has hecho?

—¿Qué me garantiza que si te digo, tú no me digas lo mismo?

—Porque no puedo juzgarte cuando yo también me equívoco...

—¿En serio lo haces?

—Si... -se sorprendió un poco al oír el tono de asombro en la voz de la blonda, prosiguió- Soy humano al igual que tú, me equívoco muy seguido... Como todos en el mundo...

—¿Alguna vez has querido algo con todo tu corazón, pero al final... -abrió los ojos mirando al suelo- Simplemente, hagas lo que hagas... Nunca tendrás?

El tono de tristeza en la voz de la chica era notorio y su pregunta lo había hecho recordar a la de coletas, a lo que cerró sus ojos para tocar con más lentitud y profundidad para limitarse a contestar un...

—Si...

—Bueno... Pues a mi me sucedía y sucede eso... Día tras día...

—¿Por qué?

—Porque cada día tengo que batallar conmigo misma para ser mejor persona y ser feliz... -su voz se quebró un poco más- Pero mientras más lo trato, más empeoran las cosas... Y cuando finalmente parece que he mejorado y que el sol vuelve a salir para mi... Sucede algo y... Vuelvo a lo de siempre... Jamás puedo encontrar la forma de ser feliz y ya estoy cansada de eso...

—¿Has tratado de cambiar esa rutina?

—¿Cómo se hace eso?...

—Amandote a ti misma, respetandote,  valorandote pero verdaderamente...

—¿Y eso que cambiaría?... La gente me llama egoísta cuando lo hago, aunque no lo diga... -suspiró pesadamente- Y cuando muestro algo de bondad... Piensan que me traigo algo en manos... Me quiero, es malo; me respeto, es malo; hago algo por mi, es malo... -limpiando sus lágrimas- Todo lo que haga sea bueno o malo, la gente siempre lo verá como malo... Porque soy la mala y todo lo referente a mi, es malo

—Entonces ellos son los verdaderos malos aquí... No  tú...

—¿Por qué?

—Porque si ellos fueran buenos, te ayudarían a ser mejor persona, en vez de ser el bache que te impide seguir... Las personas como tú, gritan inútilmente por una ayuda que no llega... -abrió sus ojos mirando al agua del río- A veces las personas por más independientes que se vean, necesitan ayuda de alguien que los haga sentirse bien, que los ayude a mejorar, que este con ellas en todo momento, que las comprenda... -la volteó a ver- Que las escuche... Y les muestre que el amor existe... Porque así es... Aunque no lo veas... Necesitas amor, de cualquier tipo mientras sea sano... Porque estás rota, tu corazón está tan lastimado que incluso te impide amarte a ti misma... Por eso es que eres incapaz de encontrar la felicidad, porque a medio camino te dejas aplastar por los demás...

—¿Cómo es que haces esto?...

—¿Hacer qué?

—Traer paz en cada palabra que sale de tu boca...

—El tiempo y las experiencias te hacen sabio... -sonrió- Y te aseguro que el sol volverá a salir entre tu tormenta...

Pronto su reloj sonó, avisando que su descanso había finalizado, a lo que detuvo su melodía en la guitarra haciendo sentir algo de miedo a la chica...

—¿Estás seguro que saldrá el sol, aún cuando he herido a mucha gente?

—Nunca es tarde para detenerse y hacer un reinicio a tu vida... Existen las segundas oportunidades... La cosa es de que las tomes... -suspiro- Pero en fin... Tengo que retirarme

—Quisiera que te quedaras...

—Igual me gustaría quedarme... Normalmente siempre suelo estar solo en mis descansos... Fue agradable tener alguien con quien hablar, hoy...

—¿Todos los días vienes aquí a la misma hora?...

—Si, menos los domingos... Y sería muy bonito volver a verte otro día... Señorita desconocida... -se puso de pie- Hasta luego, pasa buena tarde

Se despidió y comenzó a caminar, haciendo a la chica sentir pánico al oírlo alejarse, a lo que venciendo su vergüenza de que él supiera quien era,. giró y se puso de pie para correr y tomarlo del brazo, haciéndolo detenerse, sintiendo su corazón latir al presentir una sensación de familiaridad...

—Disculpa... -sonrió con preocupación- No me presente... Soy Chloé... ¿Cómo te llamas?

—Me llamo Luka, -giró para verla- un honor conocerte, Chloé

—Yo... -se sorprendió al ver el rostro del chico- El gusto es mío... Pero bueno... No te quito más el tiempo... ¿Nos vemos mañana?...    -cuestionó.

—Claro, -sonrió.-Hasta mañana, Chloé...

Y sin más la Bourgeois lo soltó, dejando que aquel chico se fuera; el mismo chico que desde que había sido akumatizada había estado en su mente y vaya, si que ese chico era lindo, no sólo por fuera, sino también por dentro.

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