Jack se encontraba en un bosque, al lado de un gran árbol masajeando los hombros de una mujer pelinegra que se encontraba con los ojos cerrados, totalmente concentrada. 

—Bien, ahora relájate, con tu mente en blanco y solo piensa en tu deseo. 

La pelinegra solo asintió con su cabeza. El rubio comenzó a trazar algunas runas en los brazos de la chica, luego, conjuró un par de veces y la muchacha entró en un trance profundo. De repente despertó, sus ojos ya no se encontraban cansados ni tenía tantas ojeras. 

—¿Dónde estoy? — se preguntó. 

—¡Creo que lo lograste! — exclamó Jack. 

Loly se levantó, tenía mucha fuerza acumulada en su cuerpo y se sentía como nunca. 

—¿Crees que haya funcionado? 

—Por supuesto, solo inténtalo.

Sin más, la chica cerró sus ojos, se concentró lo suficiente y con su puño golpeó otro árbol cercano, partiéndolo por la mitad. 

—Wow… 

—¡Te lo dije! — volvió a exclamar el rubio. —bienvenida a los mutantes rúnicos, señorita Diggory. — dijo, para luego estrechar la mano de la pelinegra.