Muchas personas iban y venían hacia una oficina grande, con papeles y mapas en sus manos.

—Abby, el chico llegó. — dijo una muchacha.

—Gracias, señora Ministra.

Abril caminó hasta la sala de reuniones del Ministerio, al entrar se encontró con Isaac.

—¡Hola Abby! — exclamó el muchacho.

—Pequeño, hola. ¿Cómo estás?

—Bien bien, algo cansado.

—¿No dormiste bien? — preguntó la chica.

—Oh no, no…

La chica arqueó una ceja.

—¿Seguro? — volvió a preguntar.

—Bueno, no… pero, son cosas personales. — contestó el castaño.

—Oooh… entiendo.

Ambos evitaron el contacto.

» Bien, de seguro te preguntas porqué estás aquí. Pues, desde que somos… esto, hemos estado muy ocupados con varios temas y pensamos reclutar a algunas personas. Vi tus habilidades en la pelea contra Balton y las historias que Jason me ha contado sobre ti desde que te conoció y creo que tienes las características que buscamos para cubrir uno de los puestos.

—¿Quieren que forme parte de los Patengers? — preguntó el muchacho.

Abril asintió.

» Yo… pues tendría que pensarlo muy bien. Aún tengo familia en Nueva York y pensaba visitarlos pronto, lo más pronto posible. — dijo Isaac.

—No te preocupes, te daremos un tiempo para pensar. Eso sí, sólo tendrás cuatro días, porque realmente necesitamos a alguien. Ahora que el trío no está, se nos complica.

—Cuatro días, tendrás tu respuesta, lo prometo.

Ambos se sonrieron, Isaac se levantó del asiento y caminó hasta la puerta. El castaño hizo un ademán con su mano y se despidió de la pelivino.

Un hombre caminaba por un pasillo largo hasta llegar a una puerta al final del mismo. Abrió la puerta y tras ella habían sillas y varios muchachos sentados en ellas.

—Buen día, profesor. — dijo uno

—Muchachos, muchachas. ¿Cómo se encuentran el día de hoy? — preguntó el hombre.

—Bien, señor. — dijeron los muchachos.

—Los llamé aquí hoy por dos motivos. El primero es, que ya no podemos usar esta aula como nuestra sala de reuniones, el conserje comienza a sospechar de mis excusas para estar aquí tan tarde.

—Pensé que era el único que pensaba eso. Señor, conozco un lugar perfecto.

—Perfecto, nos llevarás hasta allá después de salir de aquí, William. — dijo el hombre.

» La segunda razón, es la siguiente…

Vincent colocó una caja sobre su escritorio y la abrió, desprendía una luz roja, uno de los chicos se sorprendió.

—¿Acaso es lo que pienso que es?

Matthew Rollins se levantó de su asiento y caminó hasta el escritorio, junto a su compañero, William Peterson.

—No la toquen, podría ser peligroso.

—Es muy peligroso, señor. Incluso que esté aquí con nosotros.

Vincent arqueó su ceja.

—Lo sé, lo sé. Pero estamos a minutos de comenzar nuestro plan, damas y caballeros. Pronto restauremos el orden mundial, muggles y magos deberán seguir las mismas reglas, nuestras reglas.

[Hogsmeade]

—Entonces… ¿Te unirás?

—Aún no lo sé, Eve. Ya sabes que mi tía está en América, quedarme aquí me quitaría mucho tiempo.

—¿Y porque no la traes contigo? Es más, enviemosle una carta.

—¿Qué? No no no, si le digo se pondrá como loca y si ella se pone loca yo me pondré igual.

—Pero ayudaste a derrotar a uno de los magos más buscados del mundo mágico, Thargot, si yo fuera tú tía estaría orgullosa de ti.

Isaac miró al suelo, pensativo. Eve se acercó a él y le dio un beso en su mejilla.

» La decisión que tomes estará bien para mí, te apoyaré y lo sabes.

El castaño asintió.

—Yo… lo seguiré pensando. — el chico acarició el cabello de la muchacha y luego sonrió.

» Gracias.

Una lechuza se posó sobre la ventana de su habitación, con una carta en su pata. El castaño tomó el sobre color azul y lo abrió.

»De Vincent Lewis«

—¿Mi profesor de Defensa Contra Artes Oscuras? ¿Porque me enviaría una carta?

El muchacho la abrió y comenzó a leer en voz alta.

» “Queridos jóvenes graduados: Como es de mala costumbre en cada colegio mágico romper lazos entre profesores y alumnos, los invito a este nuevo club creado por mi persona, donde enseñaré nuevas tácticas de defensa y ataque, nuevos encantamientos y maldiciones que podrían ser de ayuda en sus currículos profesionales. Si están interesados, envíen una carta de regreso con esta lechuza, de lo contrario sabré inmediatamente su respuesta. Atte. Vincent Lewis.”

—¿Qué es eso? — preguntó Loly.

—¡Es mi clave al éxito!

—Explícate, niño.

—Mi antiguo profesor de Defensa Contra Artes Oscuras está formando un club para aprender nuevas cosas, podría servirme para ser auror en el MACUSA.

—¿Y es de confianza el tipo? — preguntó Loly, nuevamente.

—Pues, claro ¿Porque no lo sería?

La pelinegra miraba sospechosamente la carta que sostenía Isaac en sus manos.

» Debo enviarle una carta de confirmación al señor Lewis y luego iré a informarle a Abril de mi decisión. ¿Tú que dices?

Isaac levantó su mirada, pero su novia ya no estaba.

» Diablos, creo que se enojó…