|| Veinticinco ||
SungHoon mordía sus uñas nervioso, estaba sentado en el juzgado, WonYoung y el abogado de Jake murmuraban cosas entre ellos de temas a los que no prestó atención, Jake estaba a su lado tratando de calmarle de cualquier forma pero realmente no podía pensar en nada más que no fuera en todo lo que estaba por pasar.
Sabían que sus niños estaban en una sala por allí con trabajadores del juzgado, ajenos a todo lo que ocurría por los momentos.
El gran lugar estaba vacío, solamente con la presencia de ellos y algunos guardias, esperaban la llegada del juez que fue asignado y de la mujer que tanto mal rato le ha hecho pasar.
Oraba tanto internamente a que la mujer no llegara o se retardara, ya que así automáticamente la custodia la ganaría él, jamás le deseó el mal a alguien pero en ese instante quería que algo pasara y que la mujer no llegara allí.
Aunque claro, el destino es una perra y lo supo muy bien al ver llegar a la mujer con uno de sus finos vestido y una sonrisa arrogante en rostro.
-- Park SungHoon --Su nombre de aquella boca jamás sonó tan horrendo como en ese momento-- Vaya sorpresa volverte a ver --Sonrió y dirigió su mirada a la pancita del chico quien le ignoró totalmente y se distrajo acariciando esta.
-- Señora, le advertimos que no se dirija directamente a nuestro cliente --Le miró serio el abogado de Jake viendo a la mujer quien sonrió y asintió yendo a sentarse junto a su abogado.
Todo el lugar quedó en un horrendo silencio el cual fue roto por la voz de un guardia ordenando que se levantaran por la llegada del juez a la corte quien entró con aquella túnica negra y se sentó enfrente.
-- Pueden sentarse --Ordenó y tomó el papel frente a él leyéndolo-- Esta corte entra en sesión para determinar al portador de la custodia de los infantes Park JongSeong y Park SeonWoo, hijos biológicos del ciudadano Park SungHoon y el difunto Park HyunDae --Leyó y anotó algunas cosas en una libreta para mirar a los abogados-- Comencemos con la demandante.
SungHoon sintió que fueron las dos horas más largas de su vida, si creía que fue torturante los dolores de parto y contracciones cuando fue primerizo, joder aquello le ganaba el triple, no por dolor, sino por la tensión y el muy mal rato que le estaba haciendo pasar.
Jake en todo momento tuvo una de sus manos entre las propias, acariciando esta para recordarle que estaba allí con él a todo momento y agradeció profundamente aquello.
Al cabo de aquellas dos horas mencionadas, finalmente llegaron a un punto ciego donde realmente todo parecía estar a su favor, salió con sus hijos adelante, dio todo por ellos y actualmente tenían buena vida, tenían un hogar seguro, incluso una figura paterna, habían dado la evidencia de la inscripción de los niños al colegio, de la fecha en la que debían llevar a Jay a dar una prueba diagnostica, incluso las citas medica para los menores como al dentista para SeonWoo y al oftalmólogo para JongSeong.
El único momento que habló fue cuando dio su testimonio, contó su versión y como sacó a sus bebés adelante, como vivían ahora y sus planes futuros como terminar la universidad cuando naciera su pequeño en camino cuando el juez le preguntó.
El silencio era sepulcral, horrendo y denso, sentía nauseas que logró aguantar ya que era de los nervios que tenía, la mujer en la otra mesa estaba seria, todos miraban al juez quien anotaba unas cosas y sobaba sus cienes cansado.
-- Bien... --Habló y todos se colocaron de pie-- Usted siéntese, lo necesita más que ellos --Señaló a SungHoon quien agradeció profundamente y se sentó con ayuda de su pareja quien se mantuvo de pie-- Bien... --Carraspeó-- El veredicto final ha sido decidido --Habló y todos asintieron mirándole-- Decisión del caso, la custodia de los infantes queda bajo el nombre de la ciudadana Park SunHee... --Todos los que estaban del lado izquierdo del juzgado sintieron sus mundos caerse-- Los infantes tienen derecho a visitar a su padre los fines de semana sin supervisión obligatoria, el veredicto no tiene consulta post juicio, se cerra la sesión --Tomó su martillo de madera pulida y dio un golpe a la mesa; todo se quedó en silencio.
JaeYoon no podía creer aquello, SungHoon miraba el suelo perdido en sus pensamientos, WonYoung y el otro abogado se miraron desconcertados mientras que en la otra mesa la mujer sonrió victoriosa y se levantó junto a su abogado quien tomó su costoso maletín.
-- Como soy una buena samaritana, dejaré que los niños pasen este fin de semana contigo SungHoon --Sonrió aquella mujer, el pelinegro le miró con ojos llorosos-- Este lunes les enviaré a buscar, que estén listos con todas sus cosas, envía en una carpeta sus papeles y citas planeadas, fue un placer volver a verte --Sonrió y caminó fuera de allí.
SungHoon solo soltó en llanto, Jake se apresuró en abrazarle y tratar de calmarle a igual que WonYoung, el chico allí negó y tomó sus papeles para ir tras el juez y preguntar una razón solida de aquel veredicto.
Park sintió como si le hubiesen arrancado un trozo del alma con aquellas simples palabras, ya no tendría a sus bebés consigo más que dos miseros días a la semana, sus sollozos eran involuntarios y sentía la tristeza inundarlo poco a poco.
Su mente no paraba de repetir esas palabras y su llanto empeoró al recordar en que debía explicarle a sus niños lo que ahora pasaría.
Prometió que jamás se irían de su lado, que jamás los separarían de nuevo pero ahora...
Se sentía un mal padre.
-- Cariño, respira, ¿sí? --Escuchó la dulce y tranquila voz de su novio, sabía que Jake se contenía en ese momento pero que estaba igual que él de roto-- Ya van a traer a los niños, debes calmarte un poco bebé.
El pelinegro asintió leve, tratando de calmar su hipidos, WonYoung le miraba triste, con culpa, jamás había perdido un caso en su corta carrera como abogada, ¿por qué el caso de su mejor amigo debía ser el primero en perder?, dolía menos una paliza.
SungHoon secó sus mejillas con un pañuelo que le pasó Jake justo a tiempo para cuando vio a sus niños correr por el pasillo de la corte hasta donde estaban con sus pequeñas sonrisas y ojitos brillosos al llegar a sus brazos y a los de Jake quien sentía un horrendo dolor en el pecho en ese momento.
Trataban de escuchar el parloteo de ambos niños emocionados por verle, ansiosos de contar sus aventuras con los Lee más ninguno de los adultos le lograron escuchar bien, y todo empeoró con la pregunta de SeonWoo.
-- ¿Ya nos iremos a casa papi?
Tanto Jake como SungHoon compartieron una mirada cargada de tristeza, una con más dolor que otra antes de mirarle a los niños quienes borraron sus sonrisas, Jay frunció su ceñito, desde hacía rato sentía que algo andaba mal, comenzando por la sonrisa altanera de una mujer que les miró al pasar a su lado.
Jake les cargó para sentarlos en unas sillas allí enfrente de ellos, WonYoung había ido a tratar de persuadir al juez junto a su compañero para que les diera razones del veredicto más el tipo solamente se negaba.
-- Niños, tenemos algo que decirles...
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