Prompt: Tempestad

Frambuesita buena

Palabras: 878

Todo comienza en un sencillo edificio de apartamentos de una calle de nombre irrelevante. Las reposteras de nombre Frambuesita y Rosita Fresita se preparaban para una ocasión especial, pues por primera vez en la vida habrían quedado en casa de la segunda para lo que ellas llamaron "Una velada de horneada"

A.K.A. Quedaron para hornear juntas.

-¡Estoy muy emocionada de que al fin hayas aceptado mi invitación!- Casi gritaba la residente por la emoción mientras se dirigía al refrigerador -¡Ahora podremos...!- No terminó su oración

-No hacer nada- Contestó sarcástica la frambuesa al notar que el dicho electrodoméstico, se encontraba alarmantemente vacío.

-Ups, creo que de la emoción olvidé revisar los ingredientes que necesitaríamos- Siguió con una risita -Por suerte mi tía Almendra justo fue a comprar despensa y algo para comer, así que no tenemos de que preocuparnos- Acabó con su característico tono tan optimista.

La niña frambuesa miró dudosa a su alrededor, pues el sonido natural de la precipitación hizo acto de presencia.

-Pues esperamos que tengas razón, parece que esta lluvia se intensifica- Mencionó mirando a la ventana. La luz y el sonido de truenos y relámpagos llegaron a complementar su idea.

Ahora ambas jóvenes se miraron preocupadas entre si.

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Había pasado cerca de hora y media. Las dos esperaban sentadas en la sala y para ese entonces, la simple lluvia había incrementado al punto de asemejar una tempestad.

Un gruñido proveniente del indiscreto sistema digestivo de la niña magenta se hizo presente.

-Agh, muero de hambre- Se quejó la misma -¿Cuánto más crees que tarde tu tía?-

-Seguro no tardará mucho, ella no es la clase de persona a la que detenga una simple llovizna- Hablaba tratando de ser optimista la oji verde -Además esto no es tan malo, aun podemos ver la tele-

La chica tomó el control remoto de dicho aparato para encenderlo, solo para encontrarse con un enorme letrero de "No Signal-

-Bueno ¿Quién necesita la tele? Al menos tenemos luz-

Apenas terminó de decir esto, un fuerte trueno arremetió el lugar, provocando un apagón.

-Al menos tenemos salu...-

-¡No te atrevas a terminar esa oración!- La regañó con fuerza la repostera de frambuesa.

-Perdón- Contestó débilmente la otra.
Ahora cada una se encontraba en cada extremo del largo sofá donde se sentaron. Un estrés tremendo se formó para las dos.

Buscando arreglar ese feo sentimiento, la joven de campo levantó su gorrito para sacar algo de el, un pequeño cupcake.

-Yo... Se que no es mucho pero...- Hablaba tímida mientras le ofrecía mencionado pastelito -Creo que deberías tomarlo-

La de ojos magenta lo recibió conmovida. Lo examinó pensativa por un momento.

La rosada bajó la mirada sin un ápice de esperanza, no esperando para nada recibir de vuelta la mitad del mencionado cupcake.

-No pienso dejar que te mueras de hambre- Simplemente mencionó, a lo que la otra lo recibió con ilusión, no por el pastelito en si, si no por el golpe de energía positiva que se había levantando de nuevo.

-Ahora solo hay que racionarlo por el resto de nuestras vidas- Habló la residente de nuevo con energía.

-Haces otro comentario como ese y el pastelito durará más que tu vida- Dijo en tono bromista pero serio -Pero muchas gracias, es un lindo detalle- Sonrió finalmente.

Ambas dieron una pequeña mordida a su mitad del pastelito, si bien poco, era cuanto menos reconfortante ese momento de paz.

Ambas se miraron, un pequeño relámpago iluminó la habitación por un momento, un momento de magia pura.

-Sabes- Habló tímidamente la peli magenta mientras jugaba tímidamente con su postre -Si voy a morir aquí, me alegra que sea contigo-

La rosada no pudo contener una sonrisa involuntaria. Su alegría fue tal que instintivamente se acercó para abrazar a su única compañía.

-Lo mismo digo- Se acurrucó sobre los hombros de la oji menta.

Aunque la realidad del exterior fuera todo lo contrario, para ambas, sus mentes desbordaban hermosos arcoiris de felicidad que llenaban por completo sus corazones.

Cada una se sentía muy cómoda con la otra, demasiado, era una sensación tan explosiva como intensa que ni fresa ni frambuesa sentían que su amoroso abrazo fuera suficiente.

Nuevamente un relámpago iluminó la sala en su totalidad y con un vistazo mutuo fue suficiente ambas notar la cercanía de sus rostros.

Cegadas por nada más que el momento, el par de reposteras se acercó lentamente a la otra... Hasta que sucedió.

Con los ojos cerrados, sus labios se unieron. El sentimiento de magia más puro las inundó.

Entre truenos y relámpagos latía con fuerza más de un corazón, una fuerte conexión, deseando salvajemente que este maravilloso momento no terminara jamás.

Solo corazones volar...

Cuando se separaron, un alejamiento veloz por mutua vergüenza se hizo presente.

Pero aun con eso, ambas sabían bien lo que había pasado y no había arrepentimiento.

-No hay que decirle esto a mi tía cuando llegue- Mencionaba la inquilina del apartamento con fuerte rubor rojizo natural.

-Hecho- Contestó la invitada igual de colorada.

No concientes, de que la mencionada Tía ya esperaba afuera dispuesta a regalarles un minuto más a las tórtolas, pues entre truenos y relámpagos, ellas ni siquiera imaginaron cuando la mayor abrió la puerta por primera vez.

Parece que la tempestad había llegado a su fin.

¡ME LA PUEDES M4MAR TELMEX,TOMA ACTU!

Y toma actu bien gei alv >:)

Pa la otra ya no hago sufrir a Fresita, lo prometo jsjasa con permisa 😎💅🏻