Capítulo 7: El Capítulo Final
"Todo lo que tiene un inicio llega a un final"
El yate llego a las costas de la Isla Sorna. Los dos jóvenes descendieron de él, pisando otra vez el suelo de la isla. La tormenta aún continuaba estremeciendo toda la zona, eso sumado a la oscuridad de la noche, iba a complicar las cosas para poder caminar en la isla.
—No puedo ver nada. ¿Trajiste alguna linterna? —Preguntó Darius—.
—No, y el el yate no había ninguna, solo fuegos artificiales —Respondió Brooklynn. Caminando se toparon con las 4 cruces de sus amigos fallecidos. Brooklynn se agacho a contemplar la memoria de ellos—Lo haremos por ustedes chicos.
—Espera, ¡Eso es! —Dijo Darius corriendo hacia la selva de la isla—.
—Darius espérame. ¿Qué sucede? —Dijo Brooklynn tras Darius.
—Ya no tenemos porque caminar —Dijo Darius señalando a la camioneta que robaron a los caníbales, la cual habían usado posteriormente para transportar la gasolina hasta el yate—.
Ambos subieron a la camioneta, Brooklynn fue al volante, pues sabia manejar mejor que Darius. Pusieron en marcha al vehículo rumbo al centro de la isla, esperando encontrar alguna señal de Mónica o de Tres dedos.
En el buque, los oficiales se estaban rascando la cabeza por la tonteria que habían cometido los dos niños. La tormenta se estaba alejando, por lo que pidieron refuerzos desde Costa Rica. El cuartel enviaría a tres helicópteros para buscar a los niños. Los cuales partirían en unas dos horas y llegarían en otras dos horas después.
Mientras intentaban conducir por el acantilado donde cayeron Mónica y 3 de sus hombres, notaron la presencia de humo al otro lado del río. Tal vez Mónica haya estado ahí, pensaron. Debian encontrar una forma de llegar, y recordaron que mientras mas se acercaba el río a la playa, las montañas que lo rodeaban iban descendiendo. No quedaba de otra, tenían que dar la vuelta, si querían llegar al otro extremo.
La trampa en la que había caído Mónica se estaba inundando, debido a la intensa lluvia. El nivel del agua ya le había llegado a su cabeza, haciéndola despertar. Ella se puso nerviosa al ver con el agujero en el que había caído era demasiado alto, y de los bordes caía mucha agua, haciéndolo complicado el poder escalar.
La camioneta no podía cruzar el río, pues la lluvia había hecho que su caudal creciera, haciéndolo muy turbulento. Los jóvenes tuvieron que dejar el vehículo, y cruzar ellos mismos el río. Brooklynn llevo consigo el rifle, para estar preparados para lo peor.
En el medio del río, había un camino de rocas, separadas por poco mas de un metro. Un paso en falso significaría ser arrastrado por la turbulenta corriente. Darius fue primero, dando un salto a la roca mas cercana. Brooklynn fue después de él, tomando de la mano a Darius para evitar caer. Así siguieron sucesivamente, roca por roca, salto tras salto. Llegando a la ultima roca para poder cruzar, Brooklynn se resbalo. Darius rápidamente extendió su mano, sin poder sujetar a Brooklynn, pero la joven extendió el rifle de caza, logrando que Darius lo agarrara.
—¡No te voy dejar ir esta vez! —Dijo Darius, tomando fuerzas jalando el rifle para poder subir a Brooklynn—.
Luego de un gran salto, finalmente llegaron al otro lado del río. Echándose sobre la húmeda tierra, mirando hacia el cielo, viendo como las gotas caían.
—Ay no, estoy toda empapada —Dijo Brooklynn por su tropiezo en el río—.
—Brooklynn... Ya estábamos empapados por la lluvia —Menciono Darius—.
Ambos campistas se rieron, compartiendo un pequeño momento de alegría a pesar de las sombrías circunstancias. Se levantaron y siguieron su camino hacia el humo que pronto desaparecería. La tormenta se empezó a retirar de la zona, ya sin lluvia, los campistas podían ver mejor a sus alrededores.
Todo lo que encontraron fue un ambiente lúgubre, con varios arboles hechos cenizas por el incendio. No demoraron mucho para encontrar la fogata que Mónica había hecho, y aunque la lluvia la había apagado, se notaba que no hace mucho hubo fuego ahí.
Brooklynn se empezó a guiar por un presentimiento, y camino en línea recta, esperando encontrar alguna señal de Mónica o de sus soldados. Luego de una larga caminata, llegaron sin saberlo al territorio de los troodones. Vieron por la empinada ladera el cadaver del parasaurolophus, y el de "Predicador" al cual le habían arrancado las extremidades y su cabeza. Y no solo eso, tenia varios huevos depositado en el interior de su pecho.
Algo sumamente perturbador de ver para ambos, sobre todo para Darius, que quedo desconcertado al saber que había dinosaurios que hacían esas practicas.
—De seguro era uno de los soldados de Mónica —Dijo Brooklynn aterrada—Pobre hombre.
Los troodones desde lo mas bajo de su territorio olfatearon a ambos jóvenes, lanzando varios gruñidos estruendosos, tratando de intimidarlos. Los dos campistas se taparon los oídos y empezaron a huir de la zona. Los extraños dinosaurios empezaron a escalar haciendo uso de sus garras. Mientras huían asustados no sabían que estaban siendo acechados en la oscuridad por alguien mas, Tres dedos.
—Debemos cruzar el río, e irnos de aquí con la camioneta —Dijo Darius asustado—.
—Espera, Mónica puede estar por acá. Demos buscarla —Exclamo Brooklynn—.
—No hay tiempo. Y si no quieres terminar como ese pobre hombre debemos huir —Dijo Darius, llevando un susto al notar que había un troodón frente a ellos—.
El animal los rodeo, enviando rugidos de ayuda a su manada para que vinieran a su locación. Si iban a la derecha o a la izquierda, el animal saltaría a morder a uno de ellos. Esta era un situación muy tensa.
—Darius, detrás mi —Dijo Brooklynn cargando el arma y apuntando al troodón—.
El animal se sintió amenazado y se abalanzo contra Brooklynn, pero la joven actuó rápidamente, golpeando al dinosaurio con el rifle. El animal cayo al piso sin levantarse un par de segundos, los suficientes para que Brooklynn lograra abatirlo de un tiro.
El sonido del disparo alarmo a todos cerca de la zona, como a los troodones que ya habían llegado a la cima de la ladera, y se pusieron en alerta por el estruendoso sonido. Mónica también lo logro escuchar, y empezó a gritar esperando ser oída por quien sea que este afuera.
Brooklynn trato de disparar otra vez, pero se le olvido un detalle, ya no habían balas. Sin mas que hacer, Brooklynn botó el arma al suelo, ambos empezaron a correr hacia la camioneta. Los troodones fueron detrás de ellos, pero al llegar al río, se detuvieron, y solo se quedaron gruñendo a los campistas, que ya lo estaban cruzando.
Llegando al otro lado del río, fueron hacia la camioneta. Al intentar la puerta del copiloto, notaron que estaba cerrada con llave. Esto se le hizo extraño a Darius, él recordaba perfectamente que nunca le puso a las puertas antes de salir.
A las espaldas de los niños, Tres dedos salió de unos arbustos sigilosamente cargando consigo una gruesa rama de árbol. Con las que noqueo a ambos jóvenes, después de darles un fuerte golpe en la cabeza a cada uno. El caníbal se rio de lo fácil que fue encontrar a los culpables de la muerte de su familia. Varios minutos antes, él los había visto cruzando el río, pero decidió pasar por desapercibido al escucharlos hablar sobre la camioneta. Planeando hacerles una emboscada, cuando llegaran de regreso por su camioneta. Todo le había salido a la perfección.
Mónica estaba desesperada al no haber recibido ninguna respuesta. Al ver las grandes estacas clavadas en la tierra, se le ocurrió un plan. Si las lograba sacar, podía apilarlas inclinadamente junto a uno de los muros de tierra, y poder llegar al exterior.
Luego de atarlos de manos y piernas, el caníbal los coloco en la parte trasera de la camioneta. Había una siniestra razón por la que los quería vivos. Entro en el vehículo, poniéndolo en marcha, dirigiéndose hacia su nueva casa.
Tras varios minutos de esfuerzo y sudor, Mónica consiguió salir del hoyo. Empezando a correr hacia el río, esperando encontrar a alguien. Luego de pasar cerca de el territorio de los troodones, encontró el rifle de caza que Brooklynn había dejado tirado. Alguien había estado por acá, pensó Mónica. Cerca del río, vio por el acantilado del otro lado, la camioneta del caníbal pasando a toda velocidad por ahí. La general empezó a gritar por ayuda, sin saber que se trataba de Tres dedos.
Sus gritos llamaron la atención de los troodones que se encontraban merodeando la zona. A su delante tenia un grupo de troodones acorralándola, y a su atrás estaba el río. No lo pensó mas de 1 minuto, y se lanzo hacia las turbulentas aguas del río, evitando ser devorada viva. La corriente la arrastro hasta el camino de rocas que Darius y Brooklynn usaron para cruzar. Aferrándose a una de las rocas, logro llegar al otro lado. Lo que iba a hacer ahora, era ir en busca de la camioneta, esperando ser ayudada.
Se guio gracias a las ramas destruidas, y el suelo húmedo marcado con las marcas de las llantas de la camioneta. Después de unas horas, se encontró con algo que prefería olvidar. El cadaver de Rojas, que había sido devorado por las compys. El ataque se concentro en las zonas descubiertas del soldado, como los brazos y sobre todo la cabeza, la cual quedo con un rostro roído hasta los huesos, sin ojos, sin nariz, y con algunos dientes faltantes.
Esto le resulto perturbador, pues con esto se confirmaba que ya había perdido a 4 de sus hombres. Sin saber que Chávez, también había muerto. Al seguir su camino, el cadaver de una compy cayo desde los arboles. Su curiosidad le hizo alzar su mirada. Vio al perpetrador de tal muerte, una especie de murciélago vampiro sin pelo, y anormalmente grande. Este le soltó varios gritos a Mónica, la cual salió espantada del lugar. El murciélago bajó, y empezó a alimentarse de la sangre del cadaver de Rojas.
Brooklynn empezó a despertarse, sintiendo dolor por todo su cuerpo, pero en especial en las manos. Sus ojos empezaron a aclararse, viendo a su frente una gran mesa de madera algo rustica en medio del bosque, con varias antorchas a los lados. Cerca de ahí notó que Darius se encontraba colgando de los brazos, pues sus manos estaban atadas a una cuerda en una rama alta de un árbol. Brooklynn al verlo en ese estado trato de pararse para ayudarlo, sin embargo, ella también estaba atada de sus manos a una silla, pero con unos alambres de pinchos. Por lo que si se movía, estos cortarían la piel de sus muñecas.
—¡Ayuda! ¡Ayúdennos por favor!... ¡Darius despierta! —Gritaba Brooklynn desesperada—.
Darius fue cobrando la consciencia también, espantándose al ver la posición de ambos. En eso Tres Dedos salió de su hogar que estaba tan solo al atrás de Brooklynn, usando el cráneo de triceratops de su padre, y cargando consigo una olla junto a dos platos. Al destapar la olla, los campistas notaron con horror que se trataba de algo similar a un guiso, pero de carne humana.
El caníbal se rio al escuchar a los niños gritando. Este empezó a servir los dos platos del guiso, uno colocándolo frente a su sitio, y el otro frente a Brooklynn. El caníbal se quito su el cráneo, y empezó a comer su plato, saboreándolo con todo su ser. Con su mano agarro un poco del plato de Brooklynn, acercándoselo a su boca para que coma. Ella retrocedía su cabeza y evitaba tener algún contacto con aquel guiso. Tres Dedos se enojo, agarrando con su otra mano el cuello de Brooklynn evitándole moverse. Con su otra mano, embarro el rostro de Brooklynn con todo el guiso humano.
—¡No la toques maldito deforme! ¡Vas a morir igual que tu jodida familia! —Gritó Darius enojado—.
Tres dedos fue furioso hacia Darius, dándole un puñetazo en el abdomen al pobre niño que no se podía defender. Darius colgado se quedo retorciendo del dolor, mientras que Tres Dedos regreso junto a Brooklynn cargando su hacha. Se quedo mirando fijamente a la joven, mientras acercaba su hacha hacia el rostro de la asustada Brooklynn.
En eso, Mónica le dio un golpe a Tres Dedos en la cabeza con el rifle que había traído desde la zona de los troodones, haciendo caer inconsciente al caníbal, al cual se le salió su cráneo de triceratops.
—¿M-Mónica? —Dijo Brooklynn algo sorprendida—.
—Acá estoy niños, los voy a liberar de acá —Dijo Mónica, mientras desataba con cuidado el alambre de púas de la muñeca derecha de Brooklynn—.
—Pensar que nosotros venimos acá a rescatarte a ti —Menciono Brooklynn, tratando de no pensar en el dolor que sentía por los alambres—.
—Ay niños, que tonteria hicieron —Les exclamo a ambos, tras poder liberar la muñeca derecha de Brooklynn del alambre—.
Tres dedos, despertó y se abalanzo contra Mónica, haciendo uso de su hoz, clavándola en el hombro de la general. Seguido de eso, la arrastro lejos de los niños. Brooklynn grito por la vida de Mónica, por lo que se empezó a quitarse el alambre de púas de mano izquierda. Ya una vez libre, fue hacia Darius, tratando de encontrar una forma de liberarlo.
Cerca de donde su sitio, estaba el hacha de Tres dedos tirada. Brooklynn la agarro, dirigiéndose de regreso hacia Darius. Tras calcular un poco, logro darle un hachazo perfecto a la cuerda, sin herir a Darius.
El joven cayo al suelo del bosque. Brooklynn quería ir a ayudar a Mónica, quien se encontraba peleando a muerte con Tres dedos. Pero al ver el estado de Darius, hizo que se replantara que hacer.
—¡Huyan! ¿Qué esperan? ¡Huyan! ¡No volteen! —Gritaba Mónica—.
Brooklynn ayudo a levantarse a Darius, cargándolo del hombro. Se puso a pensar por donde debían huir, si se adentraban en el bosque, caerían en una trampa, o debido al estado de Darius, Tres dedos lograría alcanzarlos. Otra opción era ir en busca de la camioneta, pero no la veía en ningún lado. Muy probablemente estaría guardada en la casa del caníbal. Brooklynn no lo pensó mas y se escabullo junto a Darius dentro de la casa.
Tres dedos seguía peleando con Mónica, sin embargo la general ya estaba muy herida, debido a todos los cortes que Tres dedos le había hecho con su hoz. La general no pudo mas, y se tiro de rodillas delante del caníbal.
El caníbal alzo su hoz, Mónica se quedo tranquila esperando su muerte. Pero antes de que Tres dedos le diera el golpe final, ella le escupio en su cara, viéndole a los ojos le dijo —Vete al infierno, maldito engendro.
Tres dedos clavo su hoz en el cuello de Mónica, bajándolo bruscamente hasta su vientre. Haciendo que muera por el desangrado del feroz ataque, cayendo su cadaver al suelo. Tres Dedos se quedo frente a ella, viendo como la vida se apagaba en sus ojos.
Brooklynn noto que la camioneta no estaba dentro de la casa, en su lugar habían varios cadáveres, los cuales eran de los 6 oficiales que Tres dedos asesinó. Ella decidió retirarse de la casa junto con Darius, sin embargo, notaron a través de unos huecos en las paredes de madera, que Tres Dedos se estaba acercando al lugar. Debian salir de ahí o esconderse y rogar por no ser encontrados. Pero antes de huir, Brooklynn agarro un revolver de los cadáveres.
Habían varios cuartos en el primer piso de la casa, pero en uno de ellos, estaba una escalera al segundo piso muy deteriorada. Darius se había recuperado, y le pidió a Brooklynn que subiera primero.
Ella empezó a subir por la escalera, pero un tablón se rompió, haciendo ruido. Brooklynn siguió trepando esperando a que no se rompa otra parte de la escalera. Luego de mucho sigilo, llego al segundo piso. Le tocaba a Darius subir. El fue con mucho cuidado también, evitando no pisar en madera mala.
Brooklynn le estiro su mano, para poder subirlo. Darius alzo su mano, aunque aún había mucha distancia entre ellos dos. Repentinamente Tres dedos clavo su hacha en la cabeza de Darius. El pobre se quedo temblando, debido a que fue un golpe directo al cerebro.
—¡NOOO DARIUS! —Gritó Brooklynn entre llantos—.
—Br-br-oo-klynn... —Dijo Darius con su ultimo aliento—.
Tres dedos clavo su hoz en la espalda de Darius, arrastrándolo abajo, rompiendo varios escalones. Brooklynn aterrada y sin poder hacer nada corrió por el segundo piso, escondiéndose en algo que parecía ser un ropero, llorando de la impotencia.
Tres dedos quería hacer bajar a Brooklynn, por lo que empezó a darle varios hachazos por todo el cuerpo a Darius, esperando causar alguna reacción en la joven, para hacer que baje en su ayuda. Brooklynn trataba de no escuchar, mientras se tapaba la boca.
—Darius... Perdóname. Nunca debí volver aquí... —Decía Brooklynn entre lagrimas—.
Entre los pequeños huecos de la madera rota, notó que Tres dedos ya había subido al segundo piso, cargando su hacha buscando a la joven. El caníbal escucho los llantos de Brooklynn viniendo del closet, y sin pensarlo lo empezó a romper con su hacha, sacando tablones de madera con su mano. Sin embargo, Brooklynn ya no se encontraba ahí, se había logrado escabullir entre las paredes rotas al pasadizo, frente a una ventana de vidrio.
De su bolsillo sacó el revolver que había agarrado posteriormente, abrió su ruleta para ver cuantas balas poseía el arma, notando que solo quedaba una. Al subir su mirada, Tres dedos estaba frente a ella. Brooklynn dio un giro a la ruleta del revolver, esperando contar con su suerte para que le haya tocado la bala. Sin embargo, no fue así.
Tres dedos, dejo caer su hacha, corriendo hacia Brooklynn. Embistiéndola contra la ventana, cayendo ambos desde el segundo piso. Luego de eso, todo se puso a oscuras.
Luego de varios minutos, Brooklynn recobró la conciencia. Su cuerpo estaba lleno de heridas debido al vidrio. Su mano izquierda tenia los dedos meñique e índice fracturados. Para su suerte la caída no paso a mayores, pues el cuerpo de Tres dedos le había suavizado su caída.
Brooklynn encima de Tres dedos, agarro el revolver, apuntando a la cabeza del caníbal. Al presionar el gatillo, no paso nada. Volvió a tirar y no pasaba. Ella solo lloraba al ver lo cerca que estaba del asesino de sus amigos, y no poder hacer nada.
Tres dedos recobro la conciencia, agarrando a Brooklynn de las dos manos con el revolver, insistiéndole a que dispare.
—Br..oo.kly..nn —Hablo Tres dedos, perturbando a la joven—.
Consumida por el miedo presiono el gatillo, disparando este al fin la bala, dándole a Tres dedos. Haciendo que la sangre del caníbal manchara toda su cara. Brooklynn empezó a gritar sin parar, recordando todos los momentos que paso con sus amigos, hasta que llego a vivir el Terror en Sorna.
1 hora después, los tres helicópteros de apoyo llegaron a la casa del caníbal, guiándose por el GPS de las radios de los oficiales. De 2 de ellos bajaron un equipo de militares armados, que rodearon el lugar.
Detrás de la casa, una figura extraña usando el cráneo de triceratops, cargando un hacha, camino lentamente hacia los militares. Todos le pidieron que se detuviera y se arrodille, o abrirían en disparos. Este les hizo caso y se arrodillo. Luego le pidieron que tirara el arma, y se quite el cráneo. Este solo arrojo su hacha al suelo.
—¿Qué estas esperando?, quítate el maldito cráneo —Dijo uno de los militares—.
Este se quito el cráneo, dejándolo frente suyo. Todos los militares se quedaron desconcertados al ver que se trataba de Brooklynn. Ella solo se quedo en silencio, arrodillada, mirando el cráneo, mientras varias lagrimas salían de sus ojos.
Los militares la rodearon y se acercaron lentamente hacia ella, mientras los demás revisaban el lugar. Encontrado los cadáveres de Mónica, los 6 oficiales y el de Darius.
1 SEMANA DESPUES
Hospital Scripps Mercy, San Diego, California.
En el hospital, Brooklynn ya se había mejorado de sus heridas, se había quedado mirando al foco que estaba encima de su cama, durante varias horas. Afuera de su cuarto estaba su manager hablando con el doctor encargado de ella.
—La paciente ya se ha mejorado físicamente, aunque deberá usar ese yeso sobre su mano por lo menos un mes —Informaba el Doctor—.
—Por lo menos de eso no me debo preocupar. Pero ¿Qué hay de su estado mental? —Pregunto el manager—.
—Bueno, primero lo catalogamos con un Trastorno de estrés postraumático, lo cual es común de los episodios que acaba de vivir. Sin embargo, no ha dicho ni una sola desde que llego acá —Dijo el doctor preocupado—Hablando de eso, ¿Le han informado algo a usted de lo que paso?
—Bueno, tengo informado que ella junto a otros 5 niños, escaparon de Jurassic World en el yate de unos mercenarios. Pero de ahí a lo que paso en la otra isla, me han escondido varias cosas.
—¿Cómo que cosas?
—Bueno primero me informaron que ella junto a un niño dijeron haber sido atacados por caníbales deformes en la otra isla ¿Puede creerlo?. Ahora los de InGen y Masrani me dicen que se trato de dinosaurios, y que yo como apoderado tendré que firmar un contrato de silencio. ¿Usted sabe algo de los cadáveres?
—Bueno los forenses encontraron que por lo menos 3 de todos los cadáveres fueron ataques directos de algún animal o dinosaurio. Pero los demás, mis colegas me informaron que tenia claros signos de un homicidio, la mayoría de esos de un hacha.
—¿Y de casualidad no encontraron algún cadaver con deformidades?
—Pues no, nunca me contaron que encontraron los cadáveres de los supuestos caníbales.
Brooklynn había escuchado todo eso desde su habitación. Pero siguió en su misma posición, viendo al foco de la habitación, pensando en Darius, Ben, Kenji, Yas y Sammy. Preguntándose si ellos se fueron a algún cielo o simplemente dejaron de existir. Y si así fuera ¿Los caníbales se fueron a algún infierno? Nunca lo sabrá, hasta que le llegue su turno.
Al fin y a la partida, la muerte triunfa sobre la vida.
El amor y la muerte se apostaron a ser fuertes; el amor bien luchó, pero la muerte venció.
LA MUERTE ES INEVITABLE
FIN
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