Un peligroso enemigo

Mar...

  No puedo creer lo que acaba de pasar, Fer trató de ayudarme ¿Por qué lo hizo? Después de todo lo que pasó, yo intenté matarlo varias veces.

  Y ahora está agonizando. Por mi culpa, todo el odio que sentía por Fer se trasfirió hacia Héctor, maldito desgraciado. Y se intencificó al ver que tiene a mi hija, es obvio que Darío siente lo mismo que yo.

  -Deja a Linda. -digo molesta intentando liberarme de mis propias líneas, no sé cómo pero Héctor las está controlando. En ese momento se me ocurre usar mis ganchos para cortarlas pero no puedo soltar mis brazos.

  -¡No te atrevas a tocarla! -grita Darío forcegeando con sus alambres de púas y las mismas se van clavando en su cuerpo, lastimándolo.

  -Shh... la bebé duerme. -susurra el desgraciado.

  -¿Por qué haces esto? -pregunta Agus estando en el suelo mientras la lluvia cae.

  -Tontita, por venganza. -responde Héctor frunciendo el ceño -¿Por qué no le preguntas a Mar por qué nos mató? -cuestiona dirijiendo su mirada hacia mí.

  -Por venganza. -digo apretando con fuerza los dientes -¡Ustedes me mataron! -agrego furiosa, las líneas se ajustan más con cada movimiento.

  -Voy hacer que desés haberte quedado muerta. -me amenaza y comienza a caminar hacia Linda.

  -¡NO! -De repente la lluvia comienza a calmar y poco a poco caen menos gotas -No, debemos regresar. -murmuro abriendo grande los ojos.

  -Mar, la tormenta. -me dice Darío preocupado.

  -Nunca se preguntaron qué pasaría si no vuelven al río cuando se acabe la tormenta. -comenta Héctor mirando al cielo.

  Agus nos mira preocupada, no entiendo lo que pasa, pensé que nos odiaba como Fer pero...

  -¡¡AH!! -grita Darío retorciendose, entonces comienzo a sentir un fuerte dolor en mi pecho y ambos comenzamos a gritar, el dolor es insoportable y se extiende por todo mi cuerpo, es como si mi piel está siendo arrancada ferozmente. En ese momento cierro los ojos con fuerza hasta que todo se vuelve negro.

...

  -Mar, Mar. -escucho a alguien llamarme.

  Asomo mi cabeza y quito la manta que está sobre ella -¿Dónde estoy? -me pregunto mirando a mi alrededor, entonces me doy cuenta que es mi cuarto.

  -Mar ¿Sabes donde esta mi cepillo de dientes? -pregunta Oriana estando recostada por el marco de la puerta abierta.

  -¿Ori? ¿Qué esta...?

  -¿Sabes dónde está o no? -insiste. Yo me levanto de la cama y camino rápidamente hacia ella para tomar sus hombros.

  -¿Qué pasó? ¿Ya no me tienes miedo? -pregunto acelerada.

  Ella se me queda mirando y arquea una ceja -Fumaste algo ¿Verdad?

  -No, es que estoy muerta. -contesto sacudiendola un poco.

  -Sí, te ves horrible. -habla quitando mis manos de sus hombros -Vestite y vamos a la escuela, papá nos va a llevar. -me ordena y tranquilamente camina hacia el pasillo.

  -No entiendo nada ¿Papá? -me digo confindida, miro hacia la derecha y me encuentro con el espejo que está en mi cuarto.

  Me acerco lentamente mirando mi reflejo, estoy sorprendida. Mi piel tiene color, no estoy pálida, mi cabello tiene brillo, ya no estoy muerta.

  -¡Mar, baja a desayunar! -mi mamá me llama, sacudo un poco mi cabeza y camino por el pasillo y bajo las escaleras, toda la casa se ve ordenada y limpia.

  Mi sorpresa aumenta al ver a mis papás y hermanos sentados en la mesa listos para desayunar. Yo sólo desayuné en silencio mientras ellos hablaban de cosas que harían hoy, mi papá iba a trabajar, mi mamá se quedaría en la casa porque no trabaja, Sergio iría a la escuela y después a entrenar, Oriana, por otro lado iría a su clase de arte después de la escuela. Todo me parecía demasiado perfecto.

  Después que mi papá nos dejara en la escuela, miro asombrada a Melisa quien habla animadamente con Yeni, ambas me ven y me saludan.

  -Hola Mar ¿Cómo estás? -ellas me dan un abrazo haciendo que quede paralizada.

  -Bien... ¿Por qué hablan conmigo? -respondo parpadeando varias veces.

  -Porque somos tus amigas ¿Lo olvidaste o qué? -hablas sonriendo.

  -Dejala, seguro está muy distraida porque verá a su novio y esta muy concentrada en él. -habla Yeni codeandome.

  -Mejor nos vamos, ahí viene el galán. -Melisa empuja a Yeni y ambas entran a la escuela.

  En eso, alguien me levanta de la cintura por detrás haciendo que me asuste -Hola preciosa ¿Me extrañaste? -dice nadie más y nadie menos que Fer.

  Él me baja y gira para quedar frente a mí, Fer avanza para besarme pero yo le doy un golpe en su rostro -¿Por qué hiciste eso? -me pregunta molesto tocando su mejilla, la que golpeé.

  -Quisiste besarme. -contesto ofendida.

  -Sí, quiero y me gusta besar a mi novia. -habla sonriendo de costado.

  -¿Novia? ¿Yo? -murmuro sorprendida.

  -Sí ¿Estás bien?

  -¡No, nada esta bien! -tomo mi cabeza con las manos -¡¿Dónde está Darío?! ¡Agus es tu novia! -hablo en voz alta mientras camino de un lado al otro.

  -¿De quién estás hablando? -pregunta haciendo que me altere cada vez más -¡¿Dónde está mi hija?!

  En ese momento todo se vuelve blanco, estoy en la nada y veo a una anciana acercarse lentamente con un bastón en su mano.

  -Esta es la vida perfecta que siempre querías. -habla suavemente -¿Por qué no la quieres ahora?

  -No quiero esto, quiero a Darío, a mi hija. -contesto teniendo lágrimas en los ojos.

  -¿Prefieres volver a la vida de miseria que tenías antes? -pregunta neutral.

  -No es nada de eso si ambos están conmigo. -respondo secándo mi rostro.

  -¿Estás segura que quieres volver? Sí lo haces, no podras volver nunca a esta vida perfecta y también vivirás una verdadera pesadilla. -me advierte, pero yo estoy muy segura de lo que quiero.

  -Quiero volver. -digo decidida. La anciana desaparece y un vuelvo a sentir ese maldito dolor en todo el cuerpo, cierro los ojos y comienzo a escuchar a Darío. -Mar, despertate. -siento que él me sacude y abro los ojos.

  -Darío. -murmuro al verlo, entonces me preocupo al verlo... así. Su piel tiene un tono gris, es piel muerta y podrida. Me levanto lentamente y miro mis manos y brazos, los huesos de mis dedos sobre saliendo, mi piel podrida y gris como la de Darío y me falta un pedazo de carne en mi hombro izquierdo.

  -¿Qué pasó? -le pregunto asustada.

  -Esto pasó por estar demasiado tiempo aquí, demasiado tiempo vivos cuando ya habíamos muerto. -habla agachando la mirada, él tiene una parte de su rostro desgarrada dejando a la vista el hueso de su mandíbula, también su ropa está rota a la altura de su pecho dejando ver sus costillas derechas.

  -Ese look les queda muy bien. -habla Héctor llamando nuestra atención -Ahora sí se daran cuanta de que están muertos. -agrega sonriendo cínicamente.

  Miro a mi alrededor y Agus se encuentra temblando de miedo aún tirada en el suelo y Fer se encuentra inconciente entre los escombros de las lápidas.

  -¿Por qué vos no cambiaste cómo nosotros? -pregunta Darío desafiante.

  -No estube tanto tiempo vivo como ustedes, además mi venganza será mucho más rápida y podre descanzar en paz muy pronto. -responde cruzándose de brazos.

  -Hijo de perra, vas a ver cómo te... -digo dando un paso hacia adelante pero él interrumpe.

  -No, su hijita los verá a ustedes. -Héctor desaparece en la oscuridad y Linda comienza a despertar.

  -Ay no. -pienso al darme cuenta de lo que sucede.

  -¿Dónde estoy? -pregunta la pequeña frotándose sus ojitos.

  -Bebé, soy tu mami. -digo intentando acercarme pero ella corre hacia los brazos de Agus y la abraza mientras llora -No es mi mami, es un monstruo. -dice entre llanto, está asustada.

  -No digas eso. -habla Darío.

  -Mirame, soy yo, tu mami. -insisto.

  -¡No se acerquen más, está muy asustada! -interrimpe Agus seria.

  Linda entierra su rostro en su pecho mientras niega -Pero... -no me dio tiempo de explicarle y la pequeña sale corriendo mientras llora y llama a sus padres -¡Mami, papi! -quiero decirle que somos nosotros, abrazarla y decirle que todo va a estar bien pero... me tiene miedo. Esto es una pesadilla.

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