Perfecta Asesina
Me encuentro sentado a las orillas de aquel lago y trato de ver algo más sobre Mar pero no puedo.
-¿Qué pasa? -me pregunto confundido.
-Ese lago te muestras lo que necesitas ver. -Aparece Zaret de la nada haciendo que pegue un salto del susto y termino dentro del lago.
-Gracias, ahora ya no necesito bañarme -digo saliendo de agua, estoy completamente mojado y comienzo a sentir frío.
-Prepárate, debes ir a una fiesta -me ordena estando seria.
-¿Fiesta?
-Sí, se aproxima una tormenta, la hora se acerca -habla alejándose mientras hinca en el suelo su bastón. Miro el cielo oscuro y las nubes grises lo cubren por completo.
-Mar completará su venganza, estoy seguro -murmuro teniendo mi vista al firmamento. Paso por mi casa en busca de ropa decente para ir a una fiesta-. ¿Fer? -dice mi mamá al escucharme llegar. Mierda, debí entrar por la ventana de mi cuarto y listo.
-Sí mamá, soy yo -contesto cerrando la puerta a mis espaldas.
-¿Dónde estabas? -pregunta preocupada.
-Por ahí, dí un paseo por el bosque -contesto tranquilamente.
-Ah bueno, sólo quería saber eso, mañana viajo otra vez, te quiero. -Me da un beso en la mejilla y un corto abrazo.
-Okey, ¿cómo está papá? -pregunto curioso.
-Bien, salió por un momento, dijo que te salude por él -contesta mientras se arregla el maquillaje mirándose al espejo del pasillo.
-Bueno, voy a mi cuarto y después voy a ir a una fiesta -digo subiendo las escaleras.
-Diviértete -dice sonriendo. Así son mis padres, nunca están y cuando los encuentro fingen interés, si supieran que morí. Busco en mi armario y encuentro unas remera blanca y una camisa a cuadros azul, unos jeans sueltos y negros y también unas zapatillas.
-Ya estoy listo. -En ese momento comienza a llorar-. Ya es hora.
Cierro los ojos y luego los abro apareciendo frente a una gran discoteca. Wau... hay mucha gente a pesar de la lluvia, pienso entrando, sacudo mi cabeza porque unas pocas gotas me cayeron, entonces me acerco a la barra.
-Deme un poco de whisky -le digo al barman quien asiente al ver el dinero que dejé en la mesa.
-No estás aquí para beber -me regaña una chica, la miro bien y creo que nunca la había visto. Es delgada y alta, me llama la atención si cabello, es casi blanco.
-¿Nos conocemos? -pregunto arqueando una ceja.
-Esto te lo recordará. -Me da zape por la cabeza.
-Arg... ¿Zaret, sos vos? -digo sorprendido.
-Sí, vine por si necesitas ayuda -contesta seria mirando alrededor.
-Estás joven, ¿cómo lo hiciste?
-Es un hechizo, dura hasta que amanezca -me explica mientras mira alrededor otra vez.
Yo volteo y miro disimuladamente la multitud mientras bebo mi whisky, noto que Héctor está en el otro extremo de la barra, él no me notó ya que hay mucha gente en medio. En eso veo que Marisa entra acompañada con Yeni, ella ve a Héctor y viene hacia la barra pero él sale al callejón por la puerta de atrás.
-¿Qué estará pasando? -me pregunto al ver que Yeni también sale al callejón sin que Marisa la viera.
-Zaret, tengo frío, mucho frío -digo, frotándome los brazos y tiritando.
-Ella está aquí -murmura frunciendo el ceño. Dejo a Zaret adentro y salgo al callejón, ni Héctor ni Yeni está ahí.
-¿A dónde fueron? -me pregunto, entonces encuentro el celular de Héctor con un mensaje recién enviado "Ven arriba, tengo algo que mostrarte, Yeni" es lo que dice.
-No creo que ella haya enviado este mensaje -pienso, entonces decido ir "arriba", a los cuartos a dónde vas las parejas para tener sexo.
Voy subiendo las escaleras y Marisa choca contra mi hombro, dudo que lo haya notado porque ella está llorando.
-¿Qué fué lo que pasó? -continúo hasta llegar a los cuarto y allí encuentro a Héctor y a Yeni, él se está vistiendo con su camiseta y luego sale -Algo muy malo está pasando, cuida a Yeni. -me ordena.
-¿Qué pasó? -le pregunto a ella, Yeni está muy desorientada, también está desnuda y no aguanta el llanto.
-E-Estábamos en... en el callejón y d-después desperté aquí.
-Tranquila -digo tratando de calmarla.
-Marisa cree que me acosté con Héctor -agrega limpiándose las lágrimas.
-Por eso es que estaba llorando -pienso serio. En ese momento escucho un fuerte grito, me acerco a la escalera y veo a Marisa envuelta en una telaraña de líneas negras, Héctor está abajo presenciado esto como todos los presentes.
-Debo salvarla -digo pero Zaret me toma del brazo.
-No lo hagas Fernando, no es hora de enfrentarla -habla seria, soltándome poco a poco.
-Pero dijiste que debo proteger a los inocentes -cuestiono apretando con fuerza los puños.
-Exacto -asiente, ya sé lo que quiere decir. Marisa comienza a sangrar porque las líneas la cortan y después grita muy fuerte, esas cosas la cortan en miles de pedazos y los mismos caen sobre los presentes, ellos salen corriendo horrorizados entonces noto que Yeni está detrás de mí, envuelta con una sábana y comienza a llorar porque lo vió todo.
Yo la abrazo dejando que llore por mi hombro, en eso veo de reojo que Mar está junto a Héctor en medio de la pista, creo que también lo matará. Entonces llevo a Yeni adentro del cuarto, ya vió como Marisa fue despedazada, eso ya fue demasiado para ella.
-¿Por qué pasa esto? -dice Yeni con la voz quebrada. No diré nada, solo voy a estár ahí para consolarla.
-Debes salir de aquí -contesto, entonces le doy un tiempo para que se coloque su ropa.
Después de eso ella baja la escalera y tiembla un poco cuando da cada paso, me abraza con fuerza y esconde su rostro en mi pecho al ver la sangre salpicada por todo el lugar, no sólo sangre, también hay partes de Marisa por todos lados, en el medio la pista está el cuerpo de Héctor sobre un gran charco de sangre, su sangre.
-Sigue caminando, no abras los ojos -le digo mientras vamos a la salida. Afuera se encuentran las demás personas y muchas ambulancias y patrullas, suerte que la tormenta ya pasó.
Dejo a Yeni en una ambulancia después de llamar a sus padres para que la vengan a buscar.
-Gracias. -me dice besando mi mejilla. Yo camino por las calles pensando muy bien en lo que pasó, Mar es una asesina y ya logró vengarse.
-Lo hiciste muy bien Fernando -dice Zaret, no sé como hace para aparecer y desaparecer.
-¿Qué estás diciendo? Yo no hice nada, ahora Marisa y Héctor están muertos -hablo deteniendome en seco-. Dijiste que debía proteger, ¡yo podía salvarlos!
-No te desesperes. -Me da otro zape por mi cabeza-. ¿No te das cuenta de lo que hiciste? Protegiste a un inocente.
-Sí, eso creo -murmuro pensativo.
-Felicidades Fernando, has terminado tu entrenamiento.
-¿Eso significa que puedo volver con Agus?
-Si puedes -asinte.
-¡Sí, volveré con ella, al fin! -exclamo sonriendo.
-Recuerda, ahora que Mar logró vengarse, no sabemos lo que pueda pasar -me advierte.
-Lo recordaré y estaré preparado -hablo decidido, no permitiré que Mar o Darío lastimen a Agus.
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