Darío...

  No puedo permitir que ese maldito de Fer se salga con la suya, voy a buscarlo para matarlo de una vez. Después de que Mar regresó, ella se quedó con Brenda, mi pequeñita bebé, y yo le dije que saldría a hacer unas cosas, ir a un bar tal vez.

  Ella aceptó con la condición de que no viera otra chica. Eso sería imposible porque solo tengo ojos para Mar y si mirara a alguien más, ella me los arrancaría.

  -Regreso pronto. -digo besándola y luego dejo un tierno beso en la frente de la pequeña.

  Mientras voy caminando por las orillas del muelle pienso en algún plan para que Fer venga, ya que no puedo alejarme del maldito río. Entonces recuerdo que él tiene un punto débil, es un "héroe" y los héroes salvan personas.

  -Jajaja, a ver cómo arreglas esto Fer. -digo sonriendo de costado, en ese momento y para mi suerte, un auto pasa con las luces en alto ya que es de noche. Muevo mis manos hacia adelante y muchas alambres de púas dirijen hacia ese coche y lo toman, ajustándose al metal gris y a las ruedas. No puedo ver a las personas de su interior pero apuesto que se hicieron del susto, tienen miedo, mucho miedo y es lo que me da más fuerza para arrastrar al vehículo hacia el muelle.

  Comienzo a escuchar gritos de las personas de interior ya que no pueden escapar porque mis púas están travando las puertas.

  -Si sigo así ese idiota no tardará en llegar. -pienso mientras que ya conseguí que el auto entrara a mi territorio donde puedo hacer lo que yo quiera.

Fer...

  Estoy sentado tranquilamente en mi cama viendo el LD cuando siento un fuerte escalofrío que hace que caiga de la cama y que me golpeo la cabeza -Auch. -me quejo mientras froto mi capocha.

  -Mueve tu culo de ahí Fernando y ve al muelle. -me dice Zaret ¿Cómo entró en mi casa esa vieja bruja?

  -¿Qué? ¿Por qué? -pregunto levantandome del suelo.

  -Sentiste un escalofrío ¿Cierto? -dice y yo muevo la cabeza contestando con un "si".

  -Eso significa que los espíritus asesinos están haciendo de las suyas. ¡Muévete! -me da un golpe con su bastón en mi cabeza y salgo corriedo para cumplir con mi deber de protector y recordando que debo cambiar las cerraduras para que Zaret no vuelva a meterse en mi casa.

  -¿Será Mar o Darío? -me pregunto mientras bajo las escaleras y voy a la puerta, justo en ese momento me topo con la persona más inoportuna del mundo -¡Hola Fer! -me saluda Yeni.

  -H-Hola... perdón pero ahora no puedo hablar. -digo tratando de quitármela de encima porque se aferró a mí rodeando sus brazos por mi cuello.

  -¿Por qué? -hace pucheros cuando la alejo.

  -Es algo muy serio, se trata de Mar. -contesto sacandola afuera y cerrando la puerta. Yeni cambia por completo su expresión alegre a una seria.

  -¿Mar? ¡¿Dónde está?! Quiero matarla. -dice gruñendo.

  -No, basta, la vengaza no es buena, un ejemplo es Mar misma, mira en qué se convirtió. -murmuro negando mientras comienzo a caminar.

  -Voy con vos. -ella se aferra a mi brazo con fuerza caminando a mi par.

  -¡No, te quedas! -digo serio librándome de su agarre.

  -Pero...

  -Si vas ellos intentarán lastimarte, saben que esa es mi debilidad. -finalizo ya caminando a una distancia de Yeni, me tranquiliza saber que ella no me sigue.

Darío...

  Han pasado unos minutos y el miserable no aparece, me estoy aburriendo, entonces dirijo mi vista al auto y tengo la idea de seguir jugando con esas personas.

  Muevo los alambres haciendo que se ajusten cada vez más haciendo que el cristal de las puertas y el palabrisas se rompan en muchos pedazos, provocando los gritos de terror de los ocupantes del vehículo.

  -Gritos y gritos ¿Qué no saben hacer otra cosa? -me digo y hago que las alambres suelten el auto poco a poco causando un fuerte rechinido de metal.

  Espero un momento y veo que una persona se baja, rápidamente mis alambres la envuelven sin lastimarla y la acercan a mí, entonces tengo cara a cara a...

  -Da-Da... Darío. -tartamudéa ella mientras parpadéa un par de veces a través de sus anteojos púrpuras.

-Hola otra vez preciosa. -saludo como todo un galán.

  -Suéltame. -pide suplicando mientras se retuerce un poco y cuando lo hace se corta un poco con las púas.

  -No te muevas o te lastimarás. -hablo y sonrío de costado -Fer vendrá aún más rápido si sabe que tengo a su preciosa Agus. -suelto una risa haciendo que ella tiemble de miedo.