Amnesia
Mar...
Intento recordar cómo era mi vida entes de ser una asesina pero no puedo, sólo tengo unos vagos recuerdos, mis hermanos, nuestos padres, la casa.
-¡Mierda, no puede ser! -exclamo golpeando la arena a mi lado, me encuentro sentada a las orillas del río mientras veo mi reflejo en el agua.
-¿Qué te pasa? -me pregunta Darío quien se sienta a mi lado y pasa su brazo por mis hombros para abrazarme.
-No puedo recordar. -respondo escondiendo mi rostro en su pecho.
-Shh... ¿Por qué quieres recordar? Tu vida normal ya quedó muy atrás. -resalta la palabra "Muy" mientras acaricia mi cabeza.
-Ya sé, pero así no olvidaré de donde vengo... -siento que algo cae por mi mejilla, toco la misma con mi mano y es una lágrima -Extraño a mis hermanos. -murmuro agachando la mirada.
-Entonces ¿Por qué no los visitas? -propone levantándo mi mentón con su mano para que lo mire a los ojos.
-Sí, quiero verlos. -digo forzándo una sonrisa, mis hermanos me recordarán cómo era mi antigua vida.
-Ve, yo cuidaré a Brenda, pero no te vayas con otros chicos porque lo sabré... vos sos mía. -susurra dándome un beso en los labios, es uno tierno pero apasionado.
-Primero que nada, nuestra hija se llama Luciana y segundo, nunca pensaría en engañarte, soy toda tuya. -sonrío tomando su rostro y besándolo con pasión.
-No hay tormenta... ¿Cómo verás a tus hermanos? -dice entre besos.
-Encontraré la forma. -nos besamos por última vez y entro al agua.
Camino por el fondo mientras las corrientes del agua hacen danzar mi cabello negro, los peces se alejan al verme, pero es por el sonido de una lancha en especial.
Miro hacia arriba y su motor se detiene -Mmm... tal vez tengan un celular para tomarlo prestado. -pienso y nado hacia arriba, asomo lentamente mi cabeza y allí se encuentra un hombre pescando.
-No vayas al río, ese espíritu puede matarte. -dice repitiendo las palabras de alguien más le dijo -Jaja, que gracioso, nadie me matará, ni siquiera ese maldito espíritu. -se burla de mí.
-Desgraciado. -murmuro frunciendo el ceño.
Ese hombre lanza su caña con carnada y se sienta a esperar, yo bajo y tomo el anzuelo.
-¡Ya picó uno! -exclama estirando con fuerza de su caña de pescar pero se le hace muy dificíl -Está trabada. -se queja haciendo su mayor esfuerzo, la línea comienza a seder y él enrolla la línea.
-Ya lo tengo, es grande. -dice alegre porque cree que atrapó a un pez grande pero no es así.
El hombre me saca a la superfície y queda espantado -¡No, yo te tengo a vos! -digo furiosa, entonces las líneas negras se enredan por sus brazos y lo atraen al agua.
-Se lo merece por idiota. -subo a la lancha y encuentro con un celular táctil dentro de una mochila -Me lo quedaré. -sonrío.
Hago un esfuerzo y recuerdo el número de Oriana -¿Hola? -me atiende mi hermana.
-Ori, soy yo, Mar. -respondo alegre de escuchar su voz.
-¿Mar? ¿De dónde llamas? -pregunta entre sonprendida y confundida.
-Tome prestado un celular. -hablo sonriendo -Quiero verlos, a vos y a Sergio.
-Bueno, iremos al muelle en 10 minutos. -habla aceptando.
-Okey, los iré a buscar. -me propongo y busco las llaves la la lancha, además el dueño ya no podrá usarla. Enciendo la misma y me dirijo al muelle, para cuando llego, mis hermanos ya están allí.
-¡Hey Mar! -Oriana sacude su brazo saludándome.
-Hola. -respondo deteniedo la lancha en el muelle.
-Wua... ¿De dónde la sacaste? -me pregunta Sergio abmirando mi bote.
-Es prestado. -contesto mirando a un lado.
-¿Por qué querías vernos? -pregunta mi hermana.
-Bueno... quería recordar cómo era mi vida antes de que pasara esto. -hablo seria sentándome en el suelo y ellos copian mi acción.
-Debes tener un ataque de amnesia, pero no importa, yo te ayudaré. -comienza Sergio mientras pasa su brazo sobre mi hombro -Oriana llevaba a chicos a casa y sacudían la cama durante toda la noche y aveces no podíamos dormir.
-Sí. -asiento mirándola, Ori agacha la mirada avergonzada y le da una patada a Sergio.
-¡Basta, siempre me dejas como una perra en celo! -exclama molesta.
-Pero así era antes. -dice él en su defensa.
-Yo arruiné muchas veces el momento cuando estabas teniendo sexo con alguien. -agrego haciendo memoria.
-Paren de hablar de mí. -se queja frunciendo el ceño -Eso era antes, después que moriste... me ocupé de ser la ama de casa porque nuestro padres se fueron de viaje. -me cuentra ella seria.
-Y yo busqué trabajo, pero solo logré involucrarme con unos narcostraficantes, nos atacaron e intentaron violar a Oriana y matarme porque les debía dinero. -me explica mi hermano.
-¡¿Qué?! ¡¿No les hicieron nada?! -pregunto espantada, no me perdonaría si alguien lastimara a mis hermanos, de hecho, cuando violaron a Oriana, me aseguré de hacer pagar a los culpables.
-No, porque Fer estaba con nosotros y...
-¡¿Fer?! ¡¿Qué estaba haciendo él ahí?! -interrumpo molesta.
-Nos salvó la vida, yo misma ví cómo lo cuchillearon salvajemente pero él no murío. -responde Ori sonriendo.
-¿Qué?
-Dijo que era su trabajo proteger a la gente. -agrega Sergio pensativo.
-Pero... no tiene sentido, yo traté de matarlo ¿Por qué los protegió? son mis hermanos. -murmuro confundida.
-También dijo que tenías suerte de tener hermanos como nosotros. -habla Sergio un poco egocéntrico.
-Sí como no. -rodo los ojos y niego suavemente.
Sigo sin creer que Fer protegió a mis hermanos pero el hecho es que ambos están sanos y salvos gracias a él.
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