Quiero olvidarte, que te esfumes de este mundo... Que tu perfume deje de impregnar mis sábanas, que tu cara no se me aparezca mientras cierro los párpados.

Quiero odiarte, saciar esta ira que me consume. Quiero poder sonreír sin llorar por dentro, quiero sentirme vivo de nuevo.

De todas... tú. Hiciste arder mis recuerdos en una pira de altura inalcanzable; las sombras que proyectaba reflejaban mi dolor.

Aún así, mi bella flor... aún así...
¿Es demasiado pedir descanso? ¿Por qué no puedo acompañarte? Si no es así, ¿por qué me torturas?

Te perdí para siempre, pero me sonreíste. Pude ver tu sonrisa. El fuego se lo llevó todo. Todo salvo mi persona.

Calcinada. Los gritos en mi cabeza no cesan. Que alguien los haga callar. Os lo imploro...

Te quiero perder, y perderme entre tus brasas. Me quiero morir y vivir en tus latidos. Quiero respirar la fragancia de tu piel y corromper mis venas con tu delirio.

Suplico por mi fin, pero el miedo me arrastra. Soy un cobarde que amó. Soy un alma que se consumirá, una vela de mecha corta.

Te quiero perder, y dejar de amarte.