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La pregunta desconcertó a Hoseok, no entendía porque su hermano le estaba haciendo tal interrogante, nunca antes se había interesado por el tema de su compromiso. Tampoco tenía idea de que responder, no sabía la respuesta con exactitud, el príncipe no le disgustaba, pero nunca antes se había enamorado así que no tenía idea de que responderle.
—¿Por qué preguntas eso?
Jimin dudo: —¿Te casarías con alguien que no te ama?
Hoseok negó con la cabeza y tomo la mano de Jimin con fuerza, luego hizo que lo siguiera. Cuando estuvieron alejados de todos los nobles, cuando solo fueron ellos dos en esos solitarios pasillos del castillo. Hoseok pregunto: —Ahora sí, dime ¿Por qué haces esas preguntas?, Por supuesto que me gusta el príncipe, es un hombre atractivo y educado.
—Hay otros nobles que también son atractivos y educados, ¿Qué hace la diferencia que uno te guste y el otro no?
Hoseok pensó por un momento y de nuevo no sabía que responder.
—Nunca me he enamorado así que no lo sé, lo que sí sé, es que desde que tengo memoria se me dio el honorable deber de ser su esposo. Daré lo mejor de mí.
Jimin ya no supo que decir, no quería evidenciarse frente a su propio hermano y no quería que Hoseok pensara que le había fallado por mirar a su prometido como algo más, así que se despidió con un beso en la mejilla de su hermano y se dio la vuelta, dejando a Hoseok solo, lo único que tenía claro es que Hoseok no lo había convencido para nada, el hermano mayor le siguió muy lentamente. Las voces de algunos empleados hicieron que se detuvieran por miedo a ser vistos en esa parte del castillo y no es que estuviera prohibido deambular por los alrededores, pero sólo eran dos muchachos solos sin la compañía de un mayor, lo que sería demasiado mal visto.
—Ese bastardo lo único que hace es tomar y fornicar con rameras. No me sorprendería si tuviera ya varios niños regados por ahí. Me siento tan mal por la reina consorte, mira que tener que aguantar la presencia de ese sucio y mal oliente en el castillo ya es una pena muy grande.
—Él no es así, estás equivocada —alguien le respondió a la mujer que hablo primero.
—Si no es así, dónde está ahora el holgazán, se la pasa todo el tiempo en la calle y no trae dinero a esta casa— insistió la otra parte.
—Es malo escuchar conversaciones ajenas —Hoseok menciono a Jimin, casi en un susurro luego tomo la mano de hermano menor e hizo que lo siguiera.
—Deberíamos ir a cabalgar un rato, no quiero seguir luciendo mis falsas sonrisas en los jardines.
—Está bien pero solo un rato, después regresaremos con mamá, no podemos estar solos mucho tiempo, aunque ya soy mayor todavía no estoy casado.
Ambos jóvenes caminaron hasta las caballerizas y pidieron dos caballos, Jimin tomo el mismo caballo negro del día anterior y Hoseok tomo un potro color café con manchas blancas, fue una caminata lenta por los campos de alrededor del palacio, hasta que Jimin empezó a galopar más rápido parecía que quería adentrarse al bosque por lo que Hoseok le siguió alarmado.
—No vayas más allá Jimin, el bosque es peligroso y pronto oscurecerá.
Jimin bajo el ritmo y guío al caballo para girarse y poder ver de frente a su hermano que se acercaba despacio.
—Le quitas lo divertido a la vida Hoseok, ayer fui un poco más adentro y te aseguro que no hay peligro alguno, solo pinos y pinos y una que otra araña.
—Ayer fue ayer, hoy es hoy, no quiero que te pongas en peligro por andar en zonas donde no hay guardias reales.
Jimin hizo caso omiso e indico al caballo que corriera con fuerza. Hoseok maldigo en sus adentros y le siguió, no le disgustaba cabalgar, pero nunca fue tan bueno como Jimin, además de que siempre terminaba adolorido de las piernas, cuando hacía que el caballo corriera sus piernas se rozaban contra la silla del caballo provocando moretones. Tal vez a Jimin no le importaba, pero su cuerpo no era solo suyo, en unos meses ese cuerpo, como sus profesores me advirtieron, tenía que complacer a su esposo, un cuerpo con moretones no era bonito, no se veía limpio ni cuidado.
Golpeó su caballo ligeramente mientras le gritaba a Jimin que no fuera más allá. Hasta que en un segundo lo perdió de vista.
—¡Jimin!, ¡Jimin!
Grito a todo pulmón y azoto aún más si caballo, hasta que al igual que Jimin hubo una parte de tierra que no soporto el peso y el caballo y Hoseok cayeron en lo que parecía ser una trampa.
—¡Hermano! ¡Hoseok! ¡estás bien!
Jimin grito desde donde se encontraba, pero Hoseok no pudo verlo, el caballo se puso de pie y casi piso a Hoseok, que rodó por el suelo y se puso de pie también, miro hacia arriba, había caído en un hoyo.
—¿Jimin dónde estás?
—Atrapado en un agujero, ¿Y tú?
—También.
La risa de Jimin fue fuerte y clara, lo que hizo a Hoseok fruncir el ceño.
—No es divertido Jimin. Mira en qué problema nos has metido ahora.
Hoseok trató de subir al caballo y de ahí mismo saltar hacia el exterior del agujero, sin lograrlo, solo consiguió que su ropa se desgarra y moretones en sus manos y piernas.
—Hermano —de nuevo escucho la voz de Jimin, pero su tono ya no era divertido, más bien preocupado—, ¿escuchaste eso?
Las hojas de los árboles que habían caído crujían, los pasos eran evidentes y unas risas masculinas acompañaban los sonidos.
De pronto menos luz llegó dentro del agujero donde Hoseok se encontraba, y cuando alzo la vista se dió cuenta que se debía a una sombra provocada por un hombre.
—Jungkook, mira que nos ha traído el viento. Aquí hay un doncel y un caballo fino.
—De este lado también —Hoseok escucho otra voz masculina que venía de la misma dirección de dónde se encontraba su hermano, luego su hermano grito, largo y tendido.
—¡Suéltalo!, ¡Deja a mi hermano! —grito asustado y lleno de pánico por no sabes que estaba pasando afuera.
—Yo me preocuparía más por ti —el tipo afuera le dijo y después le escupió en la cara.
Hoseok se fue hacia atrás, lleno de asco y repulsión, trato de limpiar su rostro y solo logro frotar el lodo de sus manos en la cara.
—¡Hoseok!, ¡Hoseok!
Hoseok escucho los gritos de su hermano y empezó a desesperarse.
—¡Ya basta! —se escuchó otra voz masculina y los gritos de Jimin también cesaron. El miedo se apoderó de Hoseok, no sabía que había pasado con Jimin, si lo habían soltado y por eso no podía escucharlo o si estaba muerto. Además, los ojos del hombre que lo miraba desde arriba, le parecían aterradores y siniestros, era un hombre sucio de pies a cabeza, la ropa tenía manchas de sangre, la barba era demasiado sobresaliente, las manos llenas de callos y cicatrices— ven hoyos y se comportan como animales. Y tú qué estás esperando para sacar al joven de ahí.
El hombre de la barba giro los ojos y estiró la mano para que Hoseok la tomara y pudiera sacarlo de ahí, Hoseok negó de inmediato e incluso se alejó más y más, el agujero no era profundo, pero si amplio por lo que el hombre salto hacia adentro y trato de acercarse al muchacho, Hoseok corrió hacia una esquina no dejando que el hombre se acercará siquiera un metro. E incluso cuando el hombre logro acercarse un poco hasta tocarlo Hoseok le dio una bofetada, reaccionando por simple y puro instinto.
—Hijo de puta —el hombre blasfemó, atrapó a Hoseok y lo golpeó en la cara dos veces lo que hizo caer al suelo, quejándose por el dolor, con los ojos llorosos y aguantando las lágrimas.
Su cuerpo fue cargado como un costal y pronto estuvo tirado de nuevo, pero está vez en la superficie. Miro a Jimin quien se encontraba a medio vestir, también parecía muy asustado mientras mostraba los dientes como un pequeño animal indefenso.
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