capítulo treinta y ocho

  Tus ojos se movieron rápidamente buscando alguien cercano por la zona, presionaste tus nudillos con un toque de pánico. El momento se estaba poniendo crítico, no podían dejar pasar mucho tiempo y los villanos cada vez eran más que antes, los héroes principalmente tratarían de ayudar a los civiles si alguno se había quedado en la ciudad.

  Tus orbes se habían detenido sobre dos cuerpos que se encontraban forzando el camino del otro, reconocias a la joven de cabellos rubios con traje morado con blanco, Mt. Lady. A lo que había escuchado el es un monstruo que también era de la Liga de Villanos, se trataba de  Gigantomachia.

  Mt. Lady es una gran héroe solamente que ella no lo iba a lograr por si sola, todos alguna vez necesitamos ayuda y este era el momento exacto en el que ella más lo necesitaba. Algo más que había llamado tu atención fue el cuerpo de aquel villano de enorme tamaño, el cual parecía estar hecho de superficie de rocas.

  Un pensamiento llegó como si se tratará de una gran opción que podría ayudarte, sabías que tenías que intentarlo se trataba de algo grande y la verdad es que nunca en tu vida lo habías intentado hacer algo como eso, no era momento de pensar solo de actuar habían vidas en juego y si aquel intento que harías servía, podrías hacer más rápido las cosas.

— A la mierda— murmuraste cuando tú cuerpo se acercó a gran velocidad hacia donde se encontraban aquellas dos presencias de enorme tamaño.

  Justamente cuando habías llegado Mt. Lady no había resistido más ante la fuerza que tenía Gigantomachia, por lo que él villano simplemente aparto su cuerpo con brusquedad hacia otro lado. Fue allí cuando te habías colocado frente a el villano no ganabas nada teniendo miedo, tenías que ser valiente y esperar buenos resultados porque no habías entrenado desde hace años para nada.

— Detente.

  Tus palabras se habian escuchado como una orden directa hacia aquel monstruo que se mantenía frente a ti, por lo que casi sin pensarlo él se detuvo con un rostro de confusión debido a que no entendía porque había obedecido la orden de un enemigo. El cuerpo de Gigantomachia era de una estructura de roca, lo que lo volvia tan resistente a los ataques, como tú eras capaz de tomar el control sobre las rocas para él es casi imposible que pueda mover su cuerpo.

  Entonces fue así como habías tomado el control sobre Gigantomaquia sin su consentimiento, era una difícil decisión debido a que solo ese tipo de cosas la hacia la Liga de Villanos, no te quedaba de otra. Si la mujer con el seudónimo de Mt. Lady no podía detener aquella bestia por si sola, lo más seguro es que tampoco podrías hacerlo por ti misma con ayuda de tu particularidad.

  Lo que no sabías es que además de aquella bestia se encontraban varias personas sobre él y ellos no eran héroes.

— ¡Maldita sea!

  Llamaradas de fuego se habían acercado peligrosamente hacia tu rostro en un momento sumamente importante, lo que provocó que reaccionaras casi al final del ataque cubriendo tu rostro con una pequeña pared de piedras evitando que te afectará. Tus ojos encontraron rápidamente al responsable de aquellas llamaradas, quién solamente añadió una sonrisa de satisfacción cuando observó tu frustración.

—¿Que sucede Terra?— cuestionó con burla el villano, una vez que estaba dispuesto a nuevamente atacar—. ¿Es demasiado para ti?

  Tenías que estar depositando tu concentración en aquel monstruo de metros de alto, pero el tener que estar frente a otra u otras persona más provocaba un estrés en tu persona. No podías atacar a las personas que estaban allí mientras estabas ocupada con Gigantomachia, presionaste tus dientes con fuerza sin saber que más hacer al respecto.

  ¿Que es lo que hubiera hecho Olivia en esta situación? Tan solo pensar en ella un amargo sentimiento cubría tu corazón, la impotencia de no haber hecho nada en ese momento quizás así las cosas hubieran sido otras. Ella fue la única héroe que entendía a la perfección tus poderes, sus consejos te han servido a lo largo de tu vida.

  Pero ahora mismo no era momento de pensar en recuerdos llenos de melancolía, prácticamente estabas en una situación vulnerable donde estabas en desventaja por otros villanos de enorme categoría, los demás héroes estaban lejos de allí casi indispuestos a tener una batalla debido a las lesiones. Lograste detener al villano que más problemas estaba dando, solo que eso no era suficiente para detener a los demás que se encontraban en su espalda.

  No podías detenerte ahora mismo, sabías que ellos se estaban acercando más al lugar donde se encontraban los estudiantes y el simple hecho de tener que enfrentará  unos villanos de este nivel siendo estudiante, era demasiado para ellos.

  Tienes que enfrentarte a ellos por ti misma, no importaba tu salud médica ahora.

— Nunca es demasiado Dabi— afirmaste con una sonrisa.

  Nuevamente tus ojos ahora mismo no eran tan visibles debido al brillo intento que se había apoderado de ellos, tus cabellos se habían elevado al igual que tus esperanzas por que aquel plan que habías tenido en los últimos momentos. Simplemente aquella energía rebotó hasta dirigirse hacia cada extremidad de tu ser, era todo lo que necesitabas ahora mismo.

— ¿Qué demonios..?— el semblante del pirómano había cambiado debido a que algo tras de ti comenzó a surgir, llamando la atención de los presentes villanos.

  No hacía falta que tú atención estuviera sobre Gigantomaquia, simplemente lo liberaste de aquel control que habías tenido. Una presencia de enorme tamaño comenzó a acercarse a el monstruo con malas intenciones, aquella bestia estaba de tu lado y lo sabías por tú habías sido la persona responsable en crearlo.

  Nunca en tu vida habías sido capaz de lograr algo como eso, simplemente la frustración del momento había logrado que esto fuera posible. Las energías que estabas lanzando ahora mismo erando difíciles de controlar, más que nada por el hecho de que era la primera vez que estabas experimentando esto.

  Aquella bestia de enorme tamaño se había avalanzado en dirección a Gigantomachia comenzando a ejercer fuerza en los abrazos, lo que aquella bestia quería era derrumbarlo y así comenzar a golpearlo.  Mientras que tú te mantenías observando a los villanos que estaban en el lomo de aquella bestia, ellos estaban esperando el momento oportuno para comenzar a atacarte.

— Es hora de que paguen por lo que han hecho.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top