capítulo treinta y nueve
— ¿Crees que eso me asusta?— el de cabellos negros rodó los ojos, sin ninguna pizca de pánico.
Una de las manos de Dabi se alzó en tu dirección lo que significaba que él nuevamente estaba apunto de atacar con sus llamaradas, sin embargo eso no había sido problema para ti debido a que de forma rápida una pequeña pared de tierra se levito frente a tu cuerpo cubriéndolo de los ataques directo. Ahora mismo la tierra estaría en movimiento constante para proteger tu cuerpo de ataques como el de Dabi, solo que ahora debías de concentrarte en aquellos villanos.
Lanzaste en dirección hacia los villanos grandes cantidades de rocas puntiagudas, al igual que enormes rocas tratando con intenciones de que ellos realmente salieran tan herido para que no intentarán atacar a nadie más.
Las vidas que habían puesto en peligro solo por sus acciones egoístas y de pronto actuar como si eso no te importará era lo que más te molestaba de los villanos. La cólera que sentías en esos momentos comenzaba a apoderarse de ti, no podrías seguir ningún plan si actuabas por tus propios instintos.
Sin importar lo demás habías capturado a dos integrantes de la liga de villanos gracias a la espalda de Gigantomachia, la arena de la tierra que habías lanzado anteriormente había logrado capturar los cuerpos de Toga Himiko al igual que el de Mr. Compress, quienes ahora mismo estaban tratando de safarse de las capas de rocas que cubrían sus cuerpos.
La bestia de Tierra que habías creado anteriormente seguía manteniendo en pie a Gigantomachia, quién también estaba intentando empujar con todas sus fuerzas a la bestia de su tamaño.
Pero sabías perfectamente que tendrías que acabar con eso lo más rápido posible, debido a que la bestia que habías creado había consumido casi toda la energía que tenías, no querías que ella lo descubrieran porque de esa manera se aprovecharía de ello.
— ¿Eso es todo?— elevaste los cuerpos de ambos villanos, con intenciones de lanzarlos a otra dirección-. Solo faltas tú.
Una sonrisa apareció en el rostro del pirómano, cosa que causó confusión en ti.
— No te queda lo arrogante Terra— expusó al momento de pasar una mano sobre sus cabellos—. Solo somos la distracción, idiota.
— ¿Distracción?— repetiste sin entender.
Los orbes color azul estaban observando algo que se encontraba tras de ti, su mirada expresaba burla y satisfacción, por lo que tus instintos te habían hecho girar lentamente la cabeza hasta que tú mirada se había encontrado con una mano que amenazaba con acercarse aún más a tu rostro.
Había sido demasiado extraño debido a que habías creado un campo de fuerza donde la tierra propia se había encargado de protegerte de cualquier ataque, ya sea cercano o lejano. Tenías demasiada confianza en ti misma que ya estabas dando por terminada aquella batalla contra los villanos, pero el simple hecho de que aquella persona logrará acercarse demasiado sobrepasando la barrera que habías creado, te dejo ver qué en realidad no había estado ni la mitad de terminar con la batalla.
Aquella persona tomó tu rostro con fuerza, tanto que había provocado que tú cuerpo cayera al suelo del impacto generado. Tu cuerpo cayó de una distancia considerablemente grande, por ende había sido tu cabeza la que más daño recibió tras ser la primera parte de cuerpo en recibir el impacto del suelo.
— Tardaste demasiado pedazo de imbécil— escuchaste la voz de Dabi hacia él recién llegado.
— Lo lamento, no sabía cómo ubicarlos— se disculpó tomando su nuca algo avergonzado—. ¿En serio tú hiciste todo esté desastre?
Aquella persona había tomado tus cabellos con fuerza alzando tu cabeza y murmurando aquellas palabras lo bastante cerca de tu oreja. Cuando tus orbes se abrieron por completo sentiste un gran pánico que provocó que tu cuerpo mantuviera aquel temor presente.
No veías absolutamente nada.
— Disculpa no puedes escucharme, lo olvidé por completo— aquel joven bajó la mirada algo decepcionado—. Pero ahora mismo no sabes la satisfacción que tengo.
Un hombre de cabellos largos y ondulados se había hecho presente en el lugar, lo que más llamaba su atención eran aquellos orbes heterocromáticos que poseía, su nombre es Keitaro Igarashi y es la primera persona que logró detenerte con su sola presencia. Era difícil de creer pero lamentablemente habías perdido todos tus sentidos, los cinco sentido que cualquier ser humano poseía; el sentido del oído, de la vista, del tacto, del gusto y del olfato.
Todo eso lo habías perdido en un parpadeó cosa que nunca pensaste que sucedería jamás, Keitaro sabía que su particularidad era totalmente innecesaria a cierto tipo de personas pero, cuando estaba al alcance de alguien al que si podía dañar nunca perdía el tiempo y terminaba por hacerlo de la manera más lenta. El villano tenía la capacidad de bloquear todos los sentidos del ser humano mientras que su víctima sea portador de los cuatro elementos, para él era mucho más sencillo estar con alguien que tenía este tipo de particularidad y gracias a ello casi nunca perdía el tiempo.
— Estoy seguro de que he bloqueado todo sentido de ella, pero no puedo explicar cómo es que eso sigue allí— Keitaro observó al monstruo de Tierra que habías creado, el cual seguía manteniendo una batalla contra Gigantomachia.
— Yo me encargo de eso— aseguró Dabi, hasta el mismo sabía que sería un poco más difícil debido a que el fuego no afectaba mucho a la Tierra.
Una vez que dejaste de utilizar tu particularidad contra dos de los integrantes de la liga de villanos, ellos cayeron bruscamente en el lomo de Gigantomachia chocando con las rocas que se encontraban en su espalda.
— Como quieras— una ligera sonrisa se asomó por el rostro de Keitaro, él siguió tomando tus cabellos con una ligera fuerza—. Entonces ¿Este será el final para la héroe Terra?
Sus palabras se habían escuchado de forma lastimero mientras que un largo y filoso cuchillo se había acercado peligrosamente a tu cuello cosa que no lograste sentir, Keitaro Igarashi soñaba con un día tener que asesinar a uno de los héroes más importante de Japón y quizás ahora mismo convertiría sus sueños en realidad.
— Es una pena— generó con alegría.
No escuchabas ninguna palabra de lo que había pronunciado Keitaro, todo estaba obscuro lo único que habitaba en tu cabeza ahora eran tus pensamientos, estabas en pánico no sabías que era lo que había sucedido simplemente cuando cerraste por completo tus ojos y una vez que los abriste de nuevo todo se había vuelto una completa obscuridad, la energía que habías tenido desapareció por completo dejándote al merced de la persona que se había aprovechado de tu descuido.
¿Se trataría de la persona de la que Hawks te había relatado en aquella carta?
De alguna u otra forma estabas decepcionada de ti misma por no haber hecho un plan de ataque antes de iniciar una batalla contra varios villanos en solitario, definitivamente fue una mala idea dejarte llevar por tus sentimiento negativos.
Keitaro ya no quería perder más el tiempo así que el cuchillo que mantenía en su mano se había acercado aún más a tu cuello.
— ¡Esto aún no se termina!
Una fémina de cabellos rubios y de enorme tamaño comenzó por acercarse a Gigantomachia aprovechando que el villano estaba siendo inmovilizado, Mt. Lady no venía sola, ella se encontraba acompañada por su compañero Kamui Woods, quién tomó al villano que estaba cerca de ti para alejarlos de un movimiento brusco gracias a su particularidad de madera.
— ¡Terra no es momento para descansar!— exclamó Kamui una vez que alejo al villano de ti—. Nosotros nos encargaremos de ellos.
Tus oídos aún se escuchaban distorsionado debido a que nuevamente volvían a recuperarse del ataque que habías recibido, tus ojos nuevamente volvían a tener visibilidad ante las cosas y con ello un ardor que se encontraba en tu cuello, donde una de tus manos de forma rápida se había dirigido hacia aquel lugar. Una vez que observaste el líquido carmesí que se encontraba en tu cuello pensaste lo peor, simplemente no sentiste nada de eso y si Kamui no hubiera llegado a tiempo hubieses tenido otro destino.
Por alguna razón sentías que definitivamente podría haber sido tu última vez con vida, sin embargo aquello había provocado que la energía que comenzaba a fluir por tu cuerpo de forma desenfrenada se detuviera por completo y desapareciera casi al instante.
Habías elevado tus manos para concentrar tus energías en la palmas de estos, comenzaste por alzar todo tipo de cosas que tú particularidad te permitía.
Ahora mismo tu preocupación de enfocaba más en los héroes que se encontraban allí, así que lo que tenías que hacer ahora era detener a los villanos que se mantenían cerca de ti. Con ayuda de tus poderes, lograste levitar tu cuerpo y observando a los villanos con un semblante lleno de molestia, no existiría otro tipo de distracción ahora que llegaron dos héroes a apoyarte.
— ¿Están listos para el segundo round?
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