capítulo dos

— ¿Desea algo más?— cuestionó un hombre de edad media mientras se acercaba a la mesa en donde te encontrabas, este se había inclinado un poco dispuesto a escucharte.

— No, gracias Dimitri— murmuraste mientras bebías un poco de agua.

— De ser así, me retiro— generó el mayordomo, para después ejercer una leve reverencia al momento de retirarse del lugar.

— Gracias— formulaste antes de que retirara del todo de la habitación.

  Él mayor asintió mientras cerraba las puertas del comedor en donde te encontrabas. Exhalaste todo el aire que habías contenido, para así de morder tu labio inferior. Esta sería la primera semana en la cual estabas a cargo de la agencia Klimov y aunque no era el primer día, seguías estando nerviosa. Tu padre era el antiguo dueño de aquella agencia familiar pero, tenía otra en Rusia, en donde allí lo necesitaban con algún trabajo de suma importancia. De igual manera tú madre, también se encontraba en aquel país dispuesta a ayudar a tu padre.

  Tus padres eran reconocido en distintos países, entre ellos sus países de origen por obvias razones. Tu madre la cual tiene como nombre Savvanah Clayton, más bien reconocida como Crimson White, es de ascendencia estadounidense, Savvanah tiene la capacidad de convertir todo su cuerpo en cristal. Ella fue una gran heroína en sus inicios, ya que llegó a una posición alta en Estados Unidos, obteniendo la posición quince de la tabla del mismo país. A pesar de que su edad ya no es la misma de antes, aún sigue tratando de proteger a los más necesitados.

  Cuando ella tenía veinte años fue transferida a Rusia, donde alli conoció a tu padre. Él tiene dos años más que ella y llego a una posición aún más alta, fue el número uno en la tabla de posición en Rusia. Tu padre, Alexei Klimov conocido como Chaos, tiene la particularidad de controlar las piedras ya sean grandes ó chicas, gracias a esto, a intentado hacer que ellas lo cubran como si se trataran de una armadura. Tus padres se habían conocido debido a una misión de alto riesgo, en donde cinco años después te tendrían a ti, con tu curiosa particularidad de geoquinesis.

  Savvanah cuando estaba embarazada de tu persona, decidió que lo mejor sería vivir en Japón, su cultura le atraía desde hace mucho tiempo, además de que allí la personas suelen ser un poco más amables. Alexei no se había negado ante aquella petición, así que ambos habían llegado al país días después. Por lo que naciste obteniendo tu nacionalidad Japonesa, aunque técnicamente no poseias tan marcados los ojos rasgados como las personas de aquel lugar, ni por supuesto la misma ascendencia.

  Aunque tus padres ya no vivían contigo desde los dieciocho, los extrañabas y ese sentimiento se expandió una vez mas, cuando ellos viajaron nuevamente hacia Rusia. A pesar de no ser tan mayor, querías demostrarle a tus padres que no fue una mala decisión el colocarte a cargo de la agencia Klimov, la cual era manejaba por tu padre, aunque en verdad tus padres habían fundado la agencia juntos.

  Era una gran responsabilidad que tendrías que cargar hasta que tus padres regresarán de su viaje, como tu padre lo había dejado en claro tenias que quedarte a cargo por varios meses por lo menos, al menos aquello te serviría como experiencia después de que hicieras tu propia agencia de héroes.

  En Japón eras reconocida como Terra, la mujer capaz de controlar la tierra. Sin embargo cabe de recalcar que la mayoría de los habitantes no conocían tu nombre real, es decir tu verdadera identidad, debido a que esto lo había decidido por ti misma. No te agradaría tener la atención de los periodistas o alguna persona en tu casa, así que habías tomado la decisión de utilizar tus vestimentas de heroína bajo tus ropas de civil. Esto lo habias leído en un cómic de adolescentes y la verdad es que no pensabas que serviría, lo cual así fue. Tienes desde los dieciocho como heroína, así que desde esa edad comenzaste a utilizar aquella fachada.

— Buenos días señorita Terra— saludó la recepcionista principal con una sonrisa, después de ver pasar tu silueta con tu vestimenta de heroína.

  Ejerciste un pequeño asentimiento para después dirigirte hacia el elevador, el cual te llevaría hasta el último piso, en donde se encontraba tu oficina, de la cual está acargo tu padre.

— Buenos días señorita— una joven se colocó a tu lado, siguiendo sincronizando sus pasos con los tuyos—. ¿Quiere que lea su agenda?— le diste un asentimiento—. Hoy solo tiene que dar su patrullaje por la tarde, ¿desea algo más?

— ¿El patrullaje es por la tarde?— la observaste, a lo que ella asintió—. Heartbreaking ¿podrías cambiarlo a la noche?

— ¿Tiene algo más que hacer?— preguntó en voz baja, como si hubiese dudado en hablar.

— La verdad si— te mordiste el labio inferior con un toque de vergüenza—. ¿Sabes algo? Es hora de que estés preparada para una batalla, estoy segura de que mi padre te ha mantenido aquí desde hace mucho tiempo, ¿que tal si me cubres esta tarde?— la fémina tomó su pequeña libreta con una mirada enormemente agradecida.

— ¿En serio? ¡Muchas gracias! ¡No se va a arrepentir!— sonrío con un gran entusiasmo.

— Se que no lo haré.

  Tu asistente, la cual tenía como nombre Heartbreaking, tenía la particularidad de elasticidad, podría moverse a cualquier posición sin romper sus huesos, para su mala suerte ha estado casi cinco años en la agencia Klimov, sin utilizar sus dones. Habían aproximadamente veinte personas en toda la agencia, diez se especializan en recepción, mientras que las demás en un grupo que patrullaba en cualquier parte de la ciudad. Tu padre los había elegido cautelosamente, debido a que los que se encontraban en batalla también habían pasado por recepción hasta cierto tiempo.

— Bueno, me tengo que ir— formulaste rápidamente para de nueva cuenta dirigirte hacia el elevador.

  Lamentablemente no disponías de mucho tiempo libre, tu padre lo sabía y aún así te cedió su agencia, debido a que solo tenía confianza en su única hija. Venías por las mañanas a revisar que todo estuviera bien y para verificar con Heartbreaking la hora en la que tenías que hacer tu patrullaje.

  Mientras tanto Dimitri se encontraba en la entrada de la agencia dispuesto a abrir la puerta de la lujosa limusina, la cual te pertenecía.

— Esta demorandose, señorita (T/N)— anunció el mayordomo con paciencia, para cerrar la puerta una vez que entraste.

— Lo sé, lo sé— gruñiste con una sonrisa que se esfumó rápidamente.

  Tomaste tu celular debido a que alguien comenzó a llamarte.

— ¡¿Donde estás (T/N)?!— exclamó una voz con molestia. — el fotógrafo está por llegar.

— Lo siento, mi alarma no sonó— mentiste para después observar a Dimitri por el retrovisor, este alzo su mano—. Llego en cinco minutos.

— Eso espero— cortaste la llamada.

— Gracias Dimitri— el mayordomo asintió.

  Precionaste un botón para que el pequeño espacio que te permitía ver a tu mayordomo cerrará completamente, así te dio tiempo para vestirte dentro de la limusina. No podrías presentarte con tu vestimenta de heroína.

────────────────────

— Veinte minutos tarde— formuló una presencia masculina cruzado de brazos, mientras observaba como es que ejercía pequeñas reverencias en forma de disculpa.

— Lo lamento, no volverá a ocurrir Kai— lo observaste con una sonrisa, este solo suspiró.

— Cariño ¿cuántas veces me lo has dicho en la semana?— te cuestionó.

— Esta bien, esta ya es la ultima lo juró— levantaste tu mano.

— Da igual, tendrás que presentarme a un amigo atractivo para que te perdoné— tomó tus hombros guiándote hacia un lugar apartado de la entrada.

— Te presentaré dos— sonreiste.

— Perdonada— añadió rápidamente—. Confiaré en que esta vez será la última, sabes que no por ser mi amiga tienes inmunidad.

— Ya sé— bajaste la mirada.

— Pero, bueno ve a cambiarte.

  Te dirigiste hacia un baño cercano en donde encontraste unas prendas totalmente a la moda, suspiraste para después comenzar a quitarte cada una de las prendas. Tenías dos trabajos que debías mantener.

  Cuando estabas comenzando a estudiar en la UA te habias colocado una gran meta, debido a que no querías comenzar a depender de tus padres, para tu suerte una empresa de modelaje habia colocado sus ojos en ti. Todo gracias que Kai era tu vecino desde siempre, ambos tenían la misma edad, solo que él prefirió ser fotógrafo a héroe, cumplió su sueño y al mismo tiempo te contrató. Comenzaste a trabajar en su empresa y así tu carrera de modelaje avanzó rápidamente,

  A los dieciocho preferiste trabajar en ambas cosas, aunque se te dificultaba una de la otra y ahora más, debido a que tendrías que encargarte de una completa agencia. Aunque tu compañero lo entendía, sabía que tenias otras cosas que hacer pero, como los demás no sabía tu identidad de heroína.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top