díez


Para empeorar todo sus ojos se quedaron fijos en mi cuerpo,pero el motivo no era nada lascivo. Mis brazos y piernas mostraban las cortadas que me causaron el estallidos de los electrodomésticos y cristales. Supongo que mi aspecto era bastante lamentable en ese momento. Sin abandonar su postura estiro su mano izquierda materializando el cetro con el que me apunto directamente. Después de un pequeño destello las heridas desaparecieron.

-¿Me permite revisar el brazalete?-me pidió con cierta curiosidad.

Aquel objeto,que el mismo me había dado,no puede quitarmelo por más que lo intente,asi que termine por arrodillarme sobre la cama,para acercarle mi mano. La sujeto por un momento y el brazalete se desprendió por lo que pudo extraerlo fácilmente. Deslizo mi mano,a travez de ese aro,de una forma muy delicada. Luego fijo su atención en aquel artefacto.

-Debería haberse activado-comentó para si mismo-Lo dote de un escudo para evitar que usted resultará lastimada,pero debe haber algún desperfecto.

Se sentó en la cama para seguir viendo aquel objeto por un rato. Parecia disponer de tiempo por lo que me senté en el borde del lecho y le pregunté:

-¿Por qué Bíter es diferente?

Me miró algo desconcertado y giró su cuerpo hacia mi,para verme mejor. Sus ojos se clavaron en los míos tanto tiempo que al final baje la mirada y me disculpe por la pregunta que hice.

-Es sólo que usted dijo que él,no es como los demás ángeles y...

-Es débil-declaró de una forma tajante,casi cruel-Por lo tanto no puede ejercer como un ángel guía.Al no poder cumplir su función está destinado a su destrucción-me explicó.

-Pero...Puede mejorar ¿No es así? Usted lo dijo.

Sentí un escalofrío bajar por mi espalda cuando dijo que Bíter estaba destinado a su destrucción. También mi corazón se apretó y el aliento,por un momento,se consenso en mi boca. Por ese motivo aquellas palabras salieron arrastradas de mi boca.

-Es lo que espero que suceda-señalo con una sonrisa tranquila-Los mortales pueden nacer defectuosos,pero al no tener una función determinada no importa su condición al existir. Ustedes pueden aferrarse a la vida y vivir lo mejor posible,los ángeles no tenemos esa libertad. Cuando uno nace de forma imperfecta, simplemente, es destruido sin derecho a apelación...

El Gran Sacerdote no tuvo que decirlo,fue fácil suponer que muchos de sus hijos tuvieron aquel terrible destino. Las fachadas perfectas suelen ser las que esconden las más grandes figuras. Que tan profundo podía ser el dolor del Daishinkan era algo imposible de estimar e inadecuado de juzgar. Quizá para mi y otros podía ser muy poco o inconmensurable. No era algo a evaluar. Pero el amor de los padres es,con toda certeza,el único afecto genuino y verdaderamente incondicional. Si lo pensaba bien,por su amor de padre,el Gran Sacerdote, estaba desafiando las leyes y a Zen Oh Sama,pero también se estaba permitiendo hacer algo nuevo para él y eso era vivir su paternidad. Mostrar un lado de él escondido o que por las circunstancias no podía experimentar.

-Ternura reservada-murmuré.

-¿Disculpe?

-¡Nada! Es sólo que...-no me atreví a continuar.

-¿Si?

-Olvidelo...

-Por favor dígamelo ¿A qué se refiere con eso de ternura reservada?

No me sorprendió que me hubiera escuchado,pero me incomodó. A parte de que la forma en que me miraba me estaba exigiendo que respondiera.

-Bueno...Usted siempre me ha parecido un sujeto extremadamente frío y con una lógica cruel,que le permite ver cómo miles de millones de vidas se extinguen sin siquiera parpadear-dije eso tan rápido que no estuve segura de haber dicho todo. No sé por qué,pero también cerré los ojos mientras hablaba.

Contrario a lo que esperé, el Daishinkan sólo soltó una sonora carcajada.

-¿Y qué piensa de mí ahora?-me pregunto sonando simpático, pero su mirada expresaba otra cosa.

Hasta cierto punto,la mirada de todos los ángeles se me hace bastante sarcástica. A ratos parecen estarte desafiando aún cuando saben que no les puedes ganar.

-Que ciertamente es un ser muy lógico,racional;pero que tiene un lado sensible,poco explorado hasta por usted mismo-le dije y su mirada se suavizó.

-Así que a eso se refiere con ternura reservada-comento como reflexionando-Me agrada su honestidad-añadió y me devolvió el brazalete.

Creo que le agradó mi percepción de él,pero no estoy segura. Se puso de pie y después de girar su cetro en su mano apunto a un rincón y allí apareció una cama muy extraña. No era más grande que Bíter.

-Cuando usted descanse,deje allí a Bíter-me dijo-Claro que desde ahora usted dormirá mucho menos. Mi pequeño será más activo y requerira vigilancia constante por lo que tendré que hacer unas modificaciones a su persona.

En un parpadeo estaba parado delante de mi,sujetando mi mano.

-¿Qué me va a hacer?

-Le daré un poco de mi energía. Una cantidad mínima. Algo no superior a un grano de arroz. Con ello cambiarán unas cosas, pero nada importante y tampoco irreversible. No creo le moleste, usted acepto cuidar de él...

Sentí calor en mi mano y luego sólo desperté en mi cama,gracias a los golpes en la puerta. Me sentía algo aturdida y por unos minutos me olvidé de Bíter. Fui a abrir encontrándome con mi vecina que fue a preguntarme por algo del agua. Me quedó viendo raro y sonriendo me dijo:

-Lindo color.

No entendí a qué se prefería y en ese momento oí un ruido en la cocina. Me despedí de mi vecina para ir a ver que fue eso y encontré a Bíter flotando a la altura de la mesa. Había un desastre en la cocina y en la mesa un simple desayuno de yogurt con frutas.

-Lo hice para tí-me dijo al meter una cuchara para té en una fuente para ensaladas.

Me le quede viendo y extendí los brazos para que saltara a ellos. No tardó en pegarse a mí. Siempre me han gustado los besitos esquimales,no sé porqué. Le di uno y le causó cosquillas.

-Eres un niño muy lindo-le dije y lo llevé al baño para limpiar su rostro.

Fue al verme en el espejo que entendí porque la vecina me dijo aquellas palabras. Mi mechón de mi cabello se había tornado blanco. Me veía un poco rara,
pero no me desagrado. Me pregunte que cambios podía provocarme la energía de Daishinkan,además de lo estético, y porque me hizo eso exactamente. Pronto entendí en motivo. Mientras comíamos el yogurt,Biter estornudo liberando una pequeña cantidad de energía que me golpeó de frente,pero no me afectó en nada. Mi cuerpo pareció absorberla de alguna forma misteriosa.

Después del desayuno,volví a la habitación para vestirme y fue cuando descubrí una lista pegada en la pared. En aquel trozo de papel estaba detallada una serie de ejercicios que Bíter tenía que realizar. Esa era la verdadera razón porque el Gran Sacerdote, me dio esas pequeñas facultades. La persona con la que Bíter tenía que practicar era conmigo y siendo yo una mujer ordinaria, de no contar con aquellas habilidades acabaría muy mal. Llevé a Bíter a aquel mundo,en la parte posterior de mi casa y caminamos un rato. Al ángelito parecía que todo exaltaba su curiosidad. No nos habíamos alejado mucho cuando una explosión nos hizo mirar hacia atrás,para ver la casa en llamas y de entre ellas,un extraño sujeto correr hacia nosotros.

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