4.

USA había llegado de un pequeño paseo para comprar pan. No se fijó en nada raro hasta que estuvo en el comedor, y lo vio de pie sosteniéndose del marco de la puerta

—Estás bien?

No le respondieron y pronto el espeso olor le golpeó en la cara.
Se sintió tan indefenso ante la clara advertencia de dominancia, que no se defendió cuando lo acorralaron contra la mesa y se pusieron sobre él

Colombia estaba en celo.

Siempre debía huir de un alfa en celo.

Jadeaba y sus pupilas se dilataban. USA podía sentir el calor de ese cuerpo sobre el suyo, entre sus piernas, y esa mano sujetando fuertemente su muñeca para aprisionarlo.

—Coco...
—Omega
—Colombia

La nariz del latino se deslizó sobre su pecho y sintió un mareo por las feromonas que lo envolvieron. No había escapatoria. Colombia le mordió el pecho y USA solo apretó los dientes
Debía sumisión o saldría muy lastimado... Pero debía intentarlo.

—Si me vas a forzar... Que no sea aquí

Colombia jadeaba, seguramente ya no escucharía a nadie

—Vas a asustar a nuestro hijo, Colombia.

No le respondieron

—Coco... —su voz se quebró—. Vuelve a mí

Le acarició la mejilla aunque sus dedos le temblaran. Estaba asustado. Muy asustado.

—... Perdón

Dejó su peso caer sobre USA y respiró por la boca. Sentir el miedo de su exesposo y esas manos temblorosas en su rostro, lo hicieron reaccionar

—Está bien —le tembló la voz
—Perdón. Perdón... No quise
—Solo toma tu medicina y deja que me vaya. No diré nada... Solo dejame ir.

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