Estaban viendo una película solo ellos dos. Uno junto al otro, sentados en la sala, comiendo pizza y perdiendo el tiempo. Se reían entre cualquier tontería, se empujaban juguetonamente entre risitas, rozaban sus hombros y a veces ni ponían atención a la pantalla.

USA disfrutaba esos momentos, el roce sutil, el afecto silente, de esos amores que empezaban bien

—Has pensado en besarme alguna vez?
—Sí —Colombia respondió sin dejar de ver la película
—Y por qué no lo haces?
—Quiero que me beses tú, cuando te sientes listo... Como en las películas románticas que ves junto a mi hermano

USA sonrió

—Así que sabes la trama
—No es difícil saberlo porque ustedes lo comentan mucho entre bromas
—Y si no te beso nunca?
—No lo sé... Me gusta pasar tiempo contigo, con la versión que no está a la defensiva y es solo un tonto muy lindo
—Crees que soy lindo —USA le picó el brazo riendo divertido
—Memorízalo porque no lo diré muy seguido

USA sonrió

—También me gusta tu versión de ahora... Puedo besarte?
—No tienes que pedir permiso
—Yo creo que sí
—Puedes
—Pero no lo haré ahora porque es vergonzoso, será en otro momento

Colombia solo rodó los ojos

—Seré paciente