135.
—La otra vez me cuidaste tú, ahora te cuido yo
—Solo es una cortada de vidrio, Coco, puedo solo
Pero Colombia no lo dejó y pacientemente desinfectó la herida verificando que no necesitara puntos
—Déjame cuidarte
—Por qué de la nada estás siendo gentil conmigo?
—No lo sé... Tal vez porque me gusta cuidar de malparidos con problemas de actitud y con traumas
USA le sacó la lengua y Colombia rio
—No estás solo, gringo
Sintió una caricia en su mejilla y admiró una sonrisa muy bonita en agradecimiento
—Gracias, Coco... Para ser un grosero mal hablado, eres muy dulce también
Olía a felicidad y ciruelas, Colombia se preguntaba si su casa podría oler así de bien también
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