Un momento para dos.
Hola a todos.
¡Feliz Navidad! ¡Atrasadas pero dadas!
¡Aún estoy viva!
¿Me extrañaron? ¡seguro que muchos de ustedes pensaron que abandonaría el fic, pero NO! ¡JAMÁS haría algo como eso! Disfruto mucho de escribirla y leer vuestros comentarios como para atreverme a tanto.
No me disculpare por el HIATUS de “1 AÑO”, al final, me disculpo, pero igual siempre pasa algo que me deja indispuesta nuevamente.
¡Cómo sea! ¡Volvamos a lo importante!
¡Disfruten su lectura y no se olviden de comentar!
Besitos.
Capítulo 15: Un momento para dos.
Los amigos de Draco se quedaron sorprendidos viendo al par marcharse sumergidos en su propio mundo.
—¿¡Se acaba de llevar a Draco!? — cuestionó Pansy anonadada señalando la dirección que ambos chicos habían tomado.
—¡Si, Pansy, se lo ha llevado! — dijo Blaise tranquilamente, él siempre había sido más racional en este tipo de situaciones, haber tenido cinco padrastros hasta la fecha ayuda bastante.
—¿¡Y él ha tartamudeado!? — cuestionó Pansy anonadada.
—¡Si, lo ha hecho! — dijo Blaise.
—¡Nuestro Draco, quien siempre rechaza el contacto físico más allá de un simple saludo se acaba de dejar manosear por un completo desconocido! — siguió ella.
—No creo que fuese un extraño, Draco parecía conocerlo. — respondió Greg siendo apoyado por Vincent.
—¡A nosotros nos conoce desde que nació y nunca nos ha dejado manosearle de esa manera y mucho menos en público! — replicó ella.
—Pansy, no lo estaba manoseando, simplemente le abrazo por detrás mientras ignoraba nuestra presencia y acaparaba toda la atención de Draco para sí. — comentó Blaise.
—¡Blaise! — le llamó la chica.
—Si
—¡Cállate! — ordenó.
—Mmm. — asintió el chico.
*** *** *** *** *** *** *** *** ***
El cielo nocturno en conjunto con su reflejo en las gélidas aguas del lago creaban un ambiente sumamente atrayente y embriagante. Perfecto para disfrutar en pareja.
Algo que, lastimosamente para las jóvenes e infantiles mentes de muchos de los estudiantes de Hogwarts, tanto de aquellos que ya habían ingresado como los que no, no era apreciado. Claro que, para toda regla o ley, casi siempre, debe haber alguna excepción o vacío legal. En este caso, tenemos a la pareja de niños que se encontraban en el primer bote que había zarpado de Hogsmeade. El único bote en el cual no había cuatro personas como inicialmente había indicado el Guardian de Llaves de Hogwarts.
La razón de esto fue la mirada que les dio el joven Potter a todo aquel que osadamente, y en un acto muy Gryffindor, se acercó con intenciones de interrumpir su preciado tiempo a solas con “SU” Draco; porque ya era un hecho que ese chico le pertenecía y pobre de quien tratase de quitárselo… sí en el pasado siempre había sido más condescendiente… este ya no iba a ser el caso.
Obviamente él no iba a permitir que existiese una tercera y mucho menos una cuarta rueda entre ellos. Todo en plan: “¡Piérdete, este bote está lleno!”
Por suerte, esos pobres niños tenían las suficientes neuronas para captar el mensaje y continuar con su camino hacia el siguiente bote. Si alguien trato de quejarse con el semigigante este o bien al “parecer” no lo escuchó o se hizo el de oídos sordos cada que alguien paso a su lado.
A pesar de que esta no era la primera vez que Harry experimentaba el paseo en bote hacía el colegio, se sintió mucho mejor que la primera vez que lo realizó. El estar a solas con su rubio mientras se deleitaba contemplando su silueta era algo magnifico.
Precisamente por estarlo mirando tan fijamente fue que se dio cuenta del ligero y casi imperceptible temblor en su acompañante, y conociendo el carácter de su rubio, Harry sabía perfectamente que este no iba a dar a conocer su padecer incluso si lo presionase. De hecho, la probabilidad de que se comportase a la defensiva si él llegase a insinuarle algo referente al tema era extremadamente alta por lo que procedió a jugar el plan B “hacerse la víctima”.
Eliminando cualquier espacio que pudiese existir entre ellos paso su brazo por detrás de su espalda depositando su mano firmemente en la pequeña cintura y se le pego (cual garrapata o sanguijuela, como prefieran).
—¡Tengo frío! — le dijo antes de esconder su cabeza en el hueco de su cuello.
Ante esa actitud tan desvergonzada por parte del moreno, la pequeña serpiente no dio ninguna respuesta verbal, no obstante, el contrario pudo notar como su cuerpo se tensó ante el contacto por lo que no intento hacer algo más atrevido, la probabilidad de ser “mordido” era muy alta y las consecuencias del “envenenamiento” jugarían en contra de sus planes.
El ambiente que había entre ellos más las acciones que había hecho el moreno le dieron a entender demasiadas cosas a Draco. Cosas que por el bien de su estabilidad mental y emocional pensaba ignorarlas. Lástima que, Harry, por estar con los ojos cerrados disfrutando de la sensación de cuerpo ajeno no pudo observar la expresión del contrario, de haberlos tenido abiertos hubiera sido testigo del leve sonrojo en sus orejas.
A pesar de ello una parte de sí mismo se encontraba sumamente feliz, de todos los distintos tipos de flores que existen e independientemente del color… él le había regalado un lirio. Su flor favorita.
—De verdad recordó mis palabras de aquel entonces. — pensó feliz el rubio acariciando suavemente la flor.
Con una leve y casi imperceptible sonrisa, Draco se apegó (acurrucó) inconscientemente a Harry. Permanecieron así, sumidos en un cálido abrazo siendo arrullados por la briza que acariciaba sus rostros.
Quizás… tal vez… más adelante, cuando la joven serpiente estuviese mentalmente preparada para ello o cuando estuviese seguro de que todo aquello no se trataba de una broma/sueño que su infantil mente le estaba jugando, se planteará una vez más el verdadero significado tras las acciones del león. Por lo que, por lo pronto ignoraría ese momento de su crianza en el que le enseñaron el lenguaje de las flores, como toda sangre pura criado en una familia extremadamente tradicionalista.
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