| Episode 10 |

Residencia Waldorf
Sábado , 7:00 am

—¿Hola?—levantándose de su cama el azabache revuelve su cabellera confundido

¿Tu amigo tiene códigos secretos para mensajes?—la risa femenina tras la línea telefónica lo contagia mientras se pasea por toda su habitación sin camisa alguna

—Es tu tercera cita con Simón ¿aún no aprendiste nada?—responde con naturalidad y por otro lado Yam rasca su nuca sabiendo la respuesta a esa pregunta, así mismo se mantiene haciendo algunas anotaciones sobre su libreta

Claramente no...Emm, yo quería saber si estabas libre para repasar un par de cosas—la rubia hace marcas sobre el gigantesco libro de economía obligatoria mientras su hombro apenas y sostiene el móvil con su oreja, pues sus manos están ocupadas

—repas...—ceño—espera ¿estas estudiando?

¿que tiene?

—Son las 7 de la mañana, no eres un ser humano normal—Ramiro responde envuelto en una risita pues creyó que pasar toda la semana preparando notas era suficiente

—¿qué tal a la tarde?—suspira expectante a su respuesta

—es Sábado—el varon frunce ligeramente el ceño tras la llamada

—¿cual es tu punto?—habla inocente lo cual le provoca una pequeña sonrisa pese a su insistencia con el estudio

—mi punto es que es sábado—replica dejando entrar los rayos de sol al momento de recorrer sus cortinas

¿No te sacaron del equipo?—el de rulos entrecierra los ojos al escuchar esas palabras tras el teléfono pues que es recuerde nunca charlaron sobre su lamentable salida—necesitas volver

—¿ahora me espías?—de fondo un "ugh" femenino hace asomar sus dientes y por alguna razón inexplicable para el acepta—Okey, te espero a la tarde blue—colgando la llamada el de rulos se entretiene detrás de su ventana observando en la piscina a su hermana charlar con Matteo lo cual para él es confuso tomando en cuenta la hora, así que decide mirar por unos segundos más.

* * *

—De verdad me importaba lo que estaba construyendo con ámbar y se que tú estás molesto con ella y eso no significa que yo deba ignorarla Matteo, me parece que estás siendo demasiado duro con ella—el varón aclara su garganta con incomodidad pues aún no sabe cómo lidiar con aquello y eso que pasaron toda la noche charlando a lado de la piscina

—Si dices que te importa si amistad, te creo—sonriente ante ella responde lo cual la hace morder su labio inferior—dejare de molestarme contigo...tu no tienes nada que ver entre ámbar y yo. Eres una chica maravillosa Emilia y te mereces lo mejor de este mundo, todos cometemos errores pero también merecemos segundas oportunidades

—¿lo dices enserio?—sorbiendo de su nariz la chica hace un puchero

—Por supuesto que si—el amanecer ilumina sus rostros al igual que alimenta aquel impulso en Emilia para besar los labios varoniles con demanda, su hermano mira desde uno de los ventanales de su habitación y con asombro decide volver a su cama mientras sonríe en grande sin creer lo que acaba de ver. Emilia no tiene idea de cuándo tiempo ha pasado hasta que el nombre de la ojo azul aparece en su mente

—¡Mierda! ¡No!—separándose de inmediato la rubia miel se levanta y comienza a caminar en círculos pues si estaba arrepentida ahora quiere morir—¡Mierda, mierda, mierda!

—¿qué pasa?—confundido pregunta—¿no te gustó el beso?—puesto que el lo disfruto demasiado su consternación crece al instante

—¡esto está mal matteo! ¡No debió pasar!—alterada por lo sucedido entrelaza las manos sobre su rostro al mismo tiempo que muerde su mejilla interna deseando volver el tiempo atrás

—¿porque?—un poco más decepcionado Matteo suspira pues obtener un beso de la chica con la que ha estado obsesionado los últimos años es de gran importancia

—porque ámbar está enamorada de ti y--

—Y tú me gustas...—la rubia muestra su rostro con los ojos casi miel de par en par ya que en ningún momento paso por su cabeza—¿okey? Me gustas desde los 13 cuando los cuatro pasamos el tiempo juntos y--

—Matteo—interrumpe entendiendo ahora porque ámbar parecía querer estrangularla cuando comenzaron a conocerse mejor—a mi me gustan las chicas—el varon parpadea perplejo ante sus repentinas palabras

—¿Co-como?—asiente—pero Pedro y tú--

—también me gustan los chicos—frunce el entrecejo pues se vuelve confusa—es difícil de explicar...ni siquiera yo lo entiendo—el joven traga en seco intentando analizar sus palabras—será mejor que te vayas, perdóname Matteo. Conoces la salida—rasca su nuca para después entrar a su residencia con rapidez.

Hemsley golpea una mesa de cristal decorativa con impotencia y perdido entre cientos de pensamientos; es obvio que su vida está siendo golpeada poco a poco pues se siente lo bastante arrepentido por las decisiones que ha tomado en las últimas semanas y ciertamente no tiene idea de cómo retomar el control.

Club de Golf
12 del medio día

—A mi no me vas a utilizar Benicio, te lo dije una vez y te lo repito ahora. Para follar se necesitan dos—la castaña golpea su pecho con el dedo índice mientras el enarca una ceja al ser desafiado así como se mantiene sentado sobre una de las bancas en las sala de cambio especial para varones

—¿Acaso no era lo que querías?—Brown frunce el ceño bajo aquel lindo conjunto tweed de tono bruto negro mientras se mantiene de brazos cruzados—estabas obsesionada conmigo, ya cumpliste tu sueño ahora olvídate de mi. Delfi está charlando con mis padres ahora y--

—Delfi, delfi, delfi es todo lo que escucha mi puta cabeza desde que le pones los cuernos ¿y sabes que? ¡Eres patético!—ante sus últimas palabras blúmer termina de atar sus cordones y sube la mirada con el ceño fruncido—si, escuchaste bien. Delfina se va a enterar de todo esto tarde o temprano y te puedo asegurar que no saldrás indemne, no debiste faltarme al respeto benicio porque no me conoces en lo absoluto

—¿Me estas amenazando?—actuando desde su instinto toma el cuello de Nina pegándola por completo a la pared pero ella no parece flaquear por lo que lo empuja con gran fuerza quedando libre

—Te estoy advirtiendo de lo que soy capaz si me jodes—y tal como lo predijo benicio se lanza sobre sus labios saboreando su altanería como si no hubiera un mañana y manteniendo sonriente a un inesperado espectador

[...]

Con aquella camisa polo el hijo del dueño sujeta el palo de golf con fuerza para después dar un golpe perfecto que lanza la bola hasta el hoyo 7, sin fallo alguno. Un joven casi rubio llega detrás después de unos segundos y ambos se encuentran lejos de la multitud

—Hey—se anuncia obteniendo su atención—Benicio ¿cierto?

—Mecánico—gaston sonríe ante su intento de menospreciarlo. El castaño llega a la parte trasera de su carrito de golf buscando un nuevo palo color oro resplandeciente—¿Que haces en mi club?

—Cuido a delfi—entrecejo—creí que necesitaría un hombro para llorar cuando se entere que la engañas—sonríe falso y con gran superioridad mientras muestra la pantalla de su móvil pero benicio para no ceder ante aquello

—Hablas una vez con mi chica en la cafetería y crees que tienes oportunidad—deduce y ríe burlón—ya desearías tener a Delfina tan loca cómo lo está por mi—vuelve a colocarse en posición para golpear una segunda bola de golf

—¿te contó que hemos salido?—mal tiro—si...tuvimos unas dos cenas románticas, beso con lengua y todo—recorre su barbilla con la mano izquierda al mismo tiempo que te relame los labios

—Ella jamás me engañaría—certero de sus palabras regala una pequeña sonrisa que parece más como una mueca de ventaja

—Seguro—lo mira de nuevo pero esta vez con las venas ardiendo—entiendo que te sientas amenazado pero delfi es de las pocas que valen la pena, deberías decirle sobre tu pequeña aventura antes de que se entere por otro lado y venga corriendo a mis brazos—de un segundo a otro toma el palo de golf golpeándolo directo a la columna

—¡Nunca vas a conseguir estar con ella!—segundo golpe en el estómago y Gastón tose intentando recuperar la respiración—¿¡me oyes!?—y de pronto ya están a mitad de una pelea

—¿¡Es todo lo que tienes!?

Una vez recuperado, Moore logra derribarlo en cuestión de segundos así mismo como el forcejeo comienza obteniendo la atención de otros jóvenes metros lejos que deciden intervenir, mala suerte que es bastante tarde cuando los chicos ya han quedado con un ojo morado y labios rotos.

Residencia Waldorf
4:12 pm

—Es espectacular—deshaciéndose de todo el papel de burbujas como protección el hombre de camisa celeste sonríe admirando aquella pintura original—a Madeline le encantará en este pasillo

—Seguro—intentando ignorar el hecho de tener una madrastra en casa aclara su garganta después del tono irónico de su respuesta

—Ayúdame a colocarlo—sin quejarse en voz alta utiliza sus tonificados brazos para levantarlo y así mismo colgarlo en el centro de la pared crema creando una agradable vista de arte—un poco a la izquierda...perfecto—regresa al lado contrario—estuve dudando en preguntártelo pero—suspira mientras Ramiro se encuentra debajo de la pieza expectante—¿serías mi padrino de bodas?

—¿Tu que?—con el entrecejo sus brazos flaquean cayendo así la punta del marco sobre su ojo izquierdo en cuestión de segundos—¡Agh!—el de rulos se queja con dolor colocando una mano sobre la lesión—Fuck...—respira con dificultad y Blake deja de lado la pieza de arte con inmediatez

—Ramiro ¿estas bien?—el azabache se mantiene sobre el suelo con la cabeza golpeando delicadamente la pared a causa del dolor en su cuenca derecha, así mismo, su padre baja en cuclillas preocupado—déjame ver

Residencia Moore
Oeste de Manchester

—Anders dijo que querías verme—llegando a la oficina de su padre por palabras del mayordomo eleva la ceja derecha expectante mientras el hombre se mantiene sobre su silla de piel oscura tomando un poco de whisky

—¿En que fallé?—sonríe confuso—explícame ¿en que fallé como padre? Porque sinceramente no lo comprendo—ladea la cabeza y su asiento a la par

—Si me dices a qué te refieres exactamente podría responderte con mucho gusto—toma asiento en el sillón individual a lado de la chimenea eléctrica mientras el hombre se levanta de su silla con molestia ante sus bromas y falta de respeto

—¿Yale?—el joven presiona los ojos para después suspirar—enviaste una solicitud para teatro musical en Yale—ríe con ironía mientras Gaston contrae los músculos de su rostro, de un segundo a otro el hombre toma su vaso de cristal para lanzarlo hacia la pared pero el casi rubio no se mueve tan solo sonríe en grande

—Fallaste, padre—revuelve su cabellera sobre ese rostro que mantiene un labio partido y un pequeño moretón sobre su pómulo gracias a benicio

Cristales estrellándose provocan un estruendo en el interior de la residencia mientras cualquier pieza de cristal se hace pedazos en la pared por lo que la mujer rubia se apresura a abrir la puerta de roble encontrándose allí gritos y un forcejeo nada amigable

—¿¡que sucede aquí!?—ellos se detienen, su hijo gira su cuerpo dejándola observar el labio sangrando al igual que la nariz de su padre—¿¡Que diablos!?

—Una platica entre padre e hijo—Moore limpia la sangre con su propia camiseta mientras su madre permanece molesta y aterrada a la vez

—¡Por linda que sea esta rabieta deben cortarla, ya!—se acerca arrebatando un vaso de cristal de la mano de su único hijo—¡Los dos!

—No fui yo quien comenzó—con la cabeza elevada y sujetando su tabú a un poco fracturado el hombre mayor responde intentando detener la mínima sangre que corre hacia su mandíbula y de inmediato la mujer observa a Gastón con decepción

—¡Me has mentido y manipulado por años pero no tomarás mi futuro como un puto juego para hacer lo que quieras de él a tu antojo! ¡Y tú madre no te quedas atrás, dijiste que me ayudarías!—el hombre frunce el ceño mirando a su esposa sin comprender

—¡Gaston, basta!—su rostro se torna ligeramente rojo por la molestia—debes bajar la voz

—¿Porque? ¡Seguramente fui el único lo bastante idiota como para creerte!—ella suspira observándolo con ojos maternales pero esta vez no decae ante ella—Me largo, ustedes dos son tal para cual—sin ser detenido por nadie pasa a toda velocidad golpeando sus hombros al mismo tiempo que intenta no explotar dé vuelta a las demandas de su padre

Residencia Waldorf
4:40 pm

El timbre suena una vez más y levantándose con fastidio Ramiro deja de lado su libro con una pinta un poco vaga pues tan solo se mantiene vestido con una camiseta negra y jeans del mismo color así como sus pies se encuentran totalmente desnudos.

—Yo abro—detiene al ama de llaves creyendo quien puede ser. Toma la manilla de la puerta principal abriendo está con pesadez—Emilia ¿ahora que carajos se te olvid...—corta sus palabras al notar que no es su hermana menor

—Hola—la de ojos avellana frunce el entrecejo puesto que Ramiro se mantiene con un gigantesco moretón en el ojo izquierdo—Wow—de inmediato intenta cerrar la puerta para no dar explicaciones pero Yam es más rápida y lo detiene—Ramiro, espera—forcejea durante unos segundos hasta que el varon se rinde—¿que te sucedió?

—Me caí por las escaleras—sorbe de su nariz con un tono pretencioso

—¿Cuantas veces?—ella bromea sin gracia insinuando aquellas marcas en los nudillos mientras el de rulos solo esquiva su mirada pues tal parece que no tiene intenciones de irse—¿tienes un botiquín?—sin permiso alguno entra en la propiedad dejando a Ramiro con el ceño fruncido en la entrada

[...]

—¿Tuviste una pelea?—colocando alcohol sobre un poco de algodón Yamila pregunta intentando no obtener otra mirada de desaprobación pero tal parece que el ya se ha relajado

—No...fue mi padre—la rubia le regala una mirada de preocupación mientras cura la cuenca de su ojo miel—quiero decir fue su culpa, el marco de la pintura de su prometida me cayo en picada—ella suspira con pesadez

—¿Y eso?

—Normal—resta importancia formando un puño para después estirar la palma y dejarla sobre el edredón—demasiado boxeo—sin cuestionarse pasa ahora a curar sus nudillos los cuales comienzan a tener aún más moretones de lo habitual

El silencio reina en la habitación y bajo la cálida mano del azabache yace la femenina sosteniéndola, es un cosquilleo extraño que los incita a entrelazar sus dedos de forma delicada para después subir sus miradas al mismo tiempo, lo cual termina por confundirlo por completo. Sus ojos parecen buscar una explicación y la cercanía es comprometedora pero para nada incomoda.

—deberías buscar otra excusa, la de las escaleras suena un poco falsa ¿no crees?—con el nivel de voz bajo ella decide hablar mientras Ramiro da un vistazo a sus labios

—¿que debería decir?

—No lo se...¿dices que boxeas no?—asiente con el ceño ligeramente fruncido—ahí lo tienes, un gancho derecho—eleva una ceja con carisma así mismo como guiña un ojo divertida

—Un gancho derecho...claro—ante la idea ambos sonríen con un magnetismo peculiar, manteniendo sus manos casi entrelazadas por completo. Ramiro se relame los labios encontrando los ojos avellana de Yamila más interesantes que antes por lo que rápidamente aclara su garganta alejando su mano varonil

—Así que Simón

—Si...—la rubia presiona los párpados para después morder su labio inferior y acomodar un mechón tras su oreja derecha

—No te descifra ¿eh?—intenta bromear después del momento embarazoso y así mismo revuelve sus rulos para entonces empujar ligeramente su hombro—¿es buen novio?—enarca una ceja interesado

—no estamos en una relación—responde al instante

—hacelo saber—insinúa que él cree lo contrario con un tono de voz singular pues digamos que aún mantiene un pequeño resentimiento por su pasado con Simón que jamás ha sido completamente amistoso—Gloria prepara pizza vegetariana y no te mentiré tengo mucha hambre, como dos años de hambre

—cuando no puedo dormir dibujo comida—apunta encantadora respecto al cambio de tema por lo que él de rulos levanta ambas cejas mirándose atractivo

—¿ah si, como que?

—¿Sabes lo que es un Goo goo cluster?—responde risueña e imaginando aquella golosina de la cual se ha privado de disfrutar por años

—El mejor chocolate del mundo—su tono de voz la hace reír pues parece derretirse por dentro por aquel postre—excelencia de maní y malvaviscos

—mi última comida será una caja de esos—se remueve sobre la cama dejando de lado el botiquín de auxilios y elevando las cejas hacia el azabache segura de sus palabras

—¿como los comerás? Muéstrame—bromea a lo que yam ríe revolviendo su cabellera con un pequeño empujón, cosa que no le disgusta

—fuck you—le sonríe disfrutando del momento a su lado—creo que prefiero al Ramiro imbecil en vez del simpático

—Oye—se queja mientras la rubia recibe un cauteloso segundo empujón de hombros—es todo tu culpa

—¿así que soy una buena influencia?—eleva la barbilla como gesto de superioridad mientras el varon ensancha sus labios en una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes

—Si eso creo—Yam muerde su labio inferior discretamente ante la mirada intensa de Ramiro quien por su parte deja de observarla para mirar fijamente al frente de su habitación y volver con la bolsa de hielos a su ojo izquierdo

Ambos guardan silencio una vez más mientras se mantienen con los hombros rozando y pensando en el extraño momento que acaban de pasar, no hay necesidad de decir más palabras pero es tan solo el tiempo juntos que los hace sentir diferentes. No hay mucho que profundizar y solo se dedican a sonreírse de vez en cuando mientras deciden comenzar el estudio.

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Como siempre ya saben que pueden dejarme comentarios sobre lo que les gustaría ver mas adelante 💙

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