XIV
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Sunoo estaba acostado sin saber qué hacer, con esos fuertes brazos rodeando su cuerpo y esa mano que bien conocía sujetando su cintura.
Trató de ignorarlo pero era imposible, se movía constantemente y producía gemidos graves.
En su mente estaba ese dilema.
¿Lo hago o no?
Sin pensarlo más de dos veces se sentó y acomodó a Ni-ki, para que esté boca arriba, luego suspiró sintiendo sus mejillas arder y acomodó su pelo antes de agacharse.
Con sus manos temblorosas por la ansia de ser encontrado desató el buzo de Ni-ki, bajándolo lo suficiente, tragó grueso antes de bajar su ropa interior.
Una vez lo hizo, el miembro de su menor chocó con su mejilla no lo recordaba así de grande, ¿podría meter eso a su boca? Antes lo hizo, se supone que debería poder hacerlo.
Lamiendo sus labios besó la punta del miembro contrario, pronto escuchó un suspiro del contrario, pero no despertaba.
Con sus manos empezó a masturbarlo lentamente, mientras que con su lengua humedecía toda la longitud, su cabeza se movía de arriba hacia abajo lentamente, tratando de meter todo a su boca, que no era mas de la mitad, lo que no podía era estimulado con sus dedos y manos.
-Ugh...- salió de los labios de un aún dormido Ni-ki.
Una pequeña sonrisa se hizo paso en los labios de Sunoo al escuchar eso, a su novio le estaba gustando lo que estaba haciendo, entonces aceleró más sus movimientos, su mentón estaba algo cansado pero no pensaba parar.
-¿Ah?- Ni-ki por fin despertó sintiéndose algo extraño, prendió la luz de la mesita de noche la cual era tenue, luz de lectura, pero sentía algo ahí abajo, húmedo y caliente, cuando miró era Sunoo quien le estaba haciendo una felación.
Se quedó quieto por unos instantes, ¿seguía en su sueño? Porque soñó justo lo mismo, pestañeó varias veces pero se sentía tan real.
-Sunoo..
-Kinnie- se separó con la respiración entrecortada.
-¿Qué haces?
-Pues estaba durmiendo tranquilamente cuando sentí esto- tocó la punta del miembro de su menor -chocar contra mis muslos y no podía dejarlo así ¿verdad?- sus mejillas estaban rojas pero tenía una sonrisa en el rostro -solo estoy complaciendo a mi novio.
Y al no recibir respuesta contraria volvió a su trabajo, utilizando su lengua para más placer contrario, evitando que sus dientes rosen para que no duela.
-Espera... Sunoo- pronto se correría, trató de alejar el rostro del pelirosa pero este solo aceleró el movimiento de su cabeza. -Ugh...- y se corrió dentro de su pequeña boca haciendo que se derrame unas gotas de semen por su barbilla.
Lo que Ni-ki no esperó era que Sunoo tragara todo, como si fuera su yogurt favorito.
-Listo...- habló Sunoo enderezándose, con la respiración entrecortada y cansada -puedes volver a dormir... yo iré al baño un momento- lo que acababa de hacer, también tuvo efecto en él mismo.
Sin esperar respuesta se paró de la cama dispuesto a escapar, pero un jalón lo detuvo, devolviéndolo a la cama.
-Yo también quiero complacer a mi novio- dijo el pelinegro metiendo su mano al buzo contrario, apretando su nalga por debajo de la ropa -hace mucho que no lo hacemos ¿no?- susurró en su oído -eso significa que esta parte de aquí- rozó su entrada con sus dedos -no fue dilatada en un tiempo.
-N-no... yo no hice nada... no sin ti- respondió con nerviosismo, como amaba cuando Ni-ki utilizaba esa voz ronca y suave justo en su oído.
-Entonces ¿Qué te parece si la volvemos a utilizar?
-Kinnie...- lo miró -hazme un desastre.
Solo faltaron esas palabras para que toda su ropa fuera despojada, había lujuria, había deseo, pero no apuro, en cada cruce de miradas, había una sonrisa, en cada toque un consentimiento, en cada gemido no había miedo.
-¡Ah!- el pelirosa sentía tres dedos en su interior, le gustaba mucho cómo se sentía, pero necesitaba algo más.
-Solo un poco más, o te va a doler- Ni-ki besaba su mejilla al ver los ojos de deseo contrarios.
-¡Ni-ki!- exclamó sintiendo que pronto se correría -e-es suficiente... y-yo voy a...
-Si, puedes correrte.
Pero de un rápido movimiento, las posiciones cambiaron, ahora Sunoo encima del otro, sentado en su pelvis.
-Quiero correrme... pero quiero que tú estés dentro cuando lo haga- y alineando su entrada con el miembro contrario empezó a bajar sus caderas, sintiendo dolor, placer y una extraña mezcla de ambos -¡Ah!- las lágrimas bajaban por sus ojos, pero no eran de solo dolor, también estaban mezcladas con placer.
-Hazlo más despacio si es que duele- estaba estrecho, muy estrecho.
-N-no duele...
-¿Seguro?- y tomando sus caderas empujó para entrar hasta lo más profundo que podía en ese momento, viendo el rostro contrario, sus ojos se entrecerraron un poco, sus dientes se apretaron y sus cejas estaban en una expresión preocupada.
-E-espera, tú... m-me vas a romper...- sus piernas temblaban al igual que su labio inferior, las lágrimas salían de sus ojos con más intensidad pero no quería parar, le gustaba, no, mejor dicho, le encantaba que duela en esa proporción, se sentía bien y quería más, mucho más.
-¿No te gusta cuando hago esto?- embistió sin avisar, solo unas cuatro veces más bastaron para que Sunoo se corra.
-Espera.. quiero...- se agachó hasta estar abrazado a Ni-ki, aún con él en su interior -quiero abrazarte...
Ni-ki de igual manera rodeó el cuerpo contrario con sus brazos, acariciando con excepcional delicadeza su cuerpo.
-Te extrañé mucho- Sunoo besó su mejilla -pero estoy tan feliz de que estés aquí, conmigo.
-Sunoo.
-¿Si?
-Te amo.
Cami~
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