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-D-detente... por favor.. detente- Sunoo rogaba desde su lugar, hace dos días que estaba en ese zótano frío y húmedo, trató de escapar muchas veces, pero sus manos estaban encadenadas, se hizo heridas en las muñecas de tanto forcejeo con el metal y ahora solo habían rastros de sangre.
En este momento, estaba siendo castigado por hacer un ruido fuerte con las cadenas, su ropa anterior le fue despojada, le colocaron una camisa sin abrir los botones y un buzo negro sin más, su cuerpo era azotado con fuerza, habían pequeñas heridas y moretones en todo su cuerpo.
-Aprende a callarte-Hablaba Sákura desde su lugar.
-L-lo haré... pero por favor... detente- lloraba en silencio para no ser reprendido de nuevo.
Escuchaba un tren desde su lugar, no estaba cerca de la ciudad, no escuchaba bullicios ni autos, solo ese tren y de vez en cuando una campana prolongada.
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-Aún no se sabe nada...- Jungwon estaba en su habitación muy preocupado por su mayor, de un momento a otro, había desaparecido de la faz de la tierra.
-Mierda.. - Heeseung estaba a su lado, eran exactamente 53 horas de su desaparición y las redes estaban llenas de tanta búsqueda hecha por fans buscando pistas, testigos, lugares, reflejos, algo, necesitaban algo. -Hey...- Heeseung escuchó un sollozo de Jungwon.
-Lo siento...- susurró secando sus lágrimas, era su mejor amigo quién había desaparecido, su compañero de juegos, de locuras, de chismorreo y su más confiable lugar seguro, en verdad lo extrañaba aunque solo habían sido dos días -P-pero es que no puedo....- se hechó a llorar en su lugar siendo consolado por los brazos del mayor del grupo.
-Lo vamos a encontrar.... él está por aquí... yo lo sé- en verdad no, estaba tan preocupado como Jungwon, pero si Jungwon estaba tan vulnerable en ese momento, tenía que ser fuerte por ambos -esperemos un poco más...
-S-sí...
Al menos, Jungwon tenía a Heeseung para calmar su llanto, mientras Ni-ki, Ni-ki era un completo desastre.
-Sunoo ....- susurraba desde su habitación, su pelo mal arreglado, aún con su pijama puesta, con sus ojos algo rojos por no poder dormir más de una o tres horas al día, si es que dormía y completamente aislado de todo y de todos.
Ni-ki estaba solo, no tenía a Sunoo, no tenía su lugar seguro, acababa de perder su hogar, su felicidad, como si su brillo se hubiera apagado por completo.
-P-por favor... te extraño- Estaba en su cama, llorando sin poder detenerse, sin saber cómo soportaría otro día más sin tener noticias de él, debastado por la incertidumbre y queriendo volver el tiempo atrás, a donde Sunoo todavía estaba a su lado.
Pero no estaba en completa tristeza todo el día, mayoría se lo pasaba buscándolo, en la base de datos, en las calles, alguna pista de él, regresando a casa cada vez más desmotivado por no obtener nada.
-Necesito que me abraces....
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-Mira, al parecer eres tan inútil y reemplazable que ni siquiera pueden obtener pistas de ti- Sakura bajaba a donde Sunoo quien estaba quieto en su lugar. -entonces tendré que usar mi segunda opción- y sacó un guante de látex de su bolsillo colocándoselo mientras sacaba una aguja con la tapa puesta con un extraño líquido dentro.
-E-eso...
-Silencio- ordenó la ahora rubia.
La chica se acercó a Sunoo, para poder inyectarle eso, necesitaba que Sunoo estuviera quieto, era en una de las venas de su cuello, era una inyección limpia y consisa, pero Sunoo no debaja de moverse.
-Quédate quieto, maldita sea- lo golpeó esperando que eso calme su gran alboroto pero Sunoo solo incrementó sus sollozos sin dejar de moverse.
-P-por favor.. y-yo nunca te hice--
-¡Riouta!- llamó Sákura desde su lugar esperando a que el chico bajase a su llamado.
-¿Sí?
-Sostén a Sunoo.
El chico se quedó viendo al pelirosa unos momentos, ¿Cómo Sákura podía hacer todo eso y no sentir la más mínima culpa?
Aún con sus manos temblando, se agachó para inmovilizar a Sunoo susurrando un "lo siento" antes de que la aguja se clave por completo en su cuello, aún ante los sonoros pedidos de Sunoo por parar y detenerse, sus ruegos no eran suficientes para Sákura, nada era suficiente para ella.
Al pasar menos de un minuto, Sunoo estaba tan perdido, sabía qué pasaba, pero sus movimientos eran nulos, podía moverse tan poco y de manera extraña, estaba mareado y tenía miedo.
-Baja su pantalón- ordenó Sákura.
-Pero eso--
-Tú solo hazlo.
Y Riouta obedeció, bajó por completo su pantalón.
-Bien... ahora baja su ropa interior y abre sus piernas- sus palabras fueron obedecidas con rapidez y encendió la cámara que ya estaba lista en uno de los mesones del zótano.
Entonces empezó a fotografiarlo, de los hombros a abajo, dejando expuesto todo su cuerpo, y entonces vió marcas, chupetones en el interior de sus muslos, chupetones que fueron hechos por Ni-ki hace tres o cuatro días, sus cejas se fruncieron de a poco y entonces habló.
-Trae la caja que está debajo del armario.
-Pero--
-Trae la maldita caja.
-Si...
Cami~
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