Capítulo 39 [EDITADO]
Este es el último capítulo. Gracias por llegar hasta acá y haber leído los casi 40 capítulos de mi humilde historia.
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Narra _______.
Rebusqué en toda mi cartera tratando de encontrar mi llavero. Siempre lo perdía en algún rincón de mi cartera.
Una vez que lo encontré busqué la llave morada que Josie me había dado. Hace un tiempo ya, ella me había dado llaves de su casa, ya que iba tan seguido que no quería que siguiera tocando el timbre y solo entrara cuando lo quisiera.
Entré y busqué a Josie. No la encontraba. Supuse que seguramente había salido a hacer las compras y luego volvería. Me senté en uno de sus sillones cómodamente. Obviamente, no sin antes haber sacado algo de comida que encontré en la cocina.
Jos siempre me decía que me comportara como si fuese mi casa, y es lo que decidí hacer.
Busqué por toda la habitación el control de la televisión. Y resulta, que el sillón se había tragado el control, junto con un montón de monedas.
Creo que di unas tres vueltas a todos los comales buscando algo divertido que haber. Pero no había nada. Nada de nada. Odiaba el hecho de que nunca veía televisión y siempre me llamaban mis amigos para decirme "hey pon tal canal, están dando tal película, es muy buena" y nunca les hacía caso, pero cuando yo decidía ver televisión por mi cuenta, nunca había nada bueno que ver.
Josie estaba tardando demasiado. Pero supuse que quizás había alguna cola muy grande en el súper mercado.
Decidí dar una última vuelta por todos los canales.
Sentí vibrar mi móvil. Alex.
Alex: ¿Dónde estás? Fui a verte a tu casa pero no estabas :c. ¿Estás bien? ¿cómo te sientes?
Yo: Cariño, estaba esperando a Jos en su casa. Ha tardado un montón. ¿Te veo donde siempre para tomar café?
Alex: Sí, te veo allá. Te amo.
Ordené todo el desorden que había hecho al buscar el control. Apagué el televisor y deje todo impecable.
Cerré la puerta detrás de mí y me volteé para ponerle seguro a la puerta. Últimamente había un montón de robos por el lugar. No quería exponer a Jos a uno.
Estaba por quitar la llave de la puerta cuando sentí un fuerte golpe en la cabeza. Y luego en mi estómago. Caí al suelo.
—Esto, perra, es por quitarme lo que es mío. Debes aprender que cuando le quitas a una persona alguien que ama, hay consecuencias.
Abrí los ojos, que con el impacto había cerrado, y vi una figura encapuchada sujetando un fierro en la mano. No podía verle la cara. Por la voz supe que era una chica. Siento su mirada sobre mi unos segundos y luego su risa rebotó por todo el pasillo. Y sin más, se echa a correr.
Recuerdo intentar mantenerme despierta pero todo empezaba a verse demasiado nublado. Todo estaba borroso. Intenté gritar lo más fuerte que pude. Pero ni siquiera logré escuchar mi propia voz. Oía un pitido persistente en mi oído. Luché varios segundos, tal vez un minuto, por mantenerme consciente.
***
Sentí mis párpados extremadamente pesados. Al abrir mis ojos, me dolió el recibimiento de la luz. Vi de nuevo esas paredes blancas típicas de hospital. Y de nuevo mi cuerpo conectado a cables.
La puerta se abrió dejando entrar a Vic, Mike y Josie.
—Dios, estás bien. —Jos se acercó con los ojos llorosos hacía mí.—es mi culpa, debí haber llegado antes. ¡Cuánto lo siento!
—¿Cómo están mis hijos? —fue lo primero que logré decir. Ellos se miraron entre sí, inseguros de su respuesta. —¿Cómo están?
—Ellos no han sobrevivido... Es un milagro que tu lo hicieras.
Sentí como todo en mi interior se hacía pedazos. Había perdido a mis hijos. Hijos que empecé a amar desde el minuto en que me enteré que estaba embarazada. Que amé más de lo ya posible cuando supe que eran dos. Los había perdido.
—¿Dónde está Alex? —mi desesperación aumentó cuando no vi al padre de mis hijos acompañarme en ese momento.
Volvieron a darse esa mirada que se dieron antes de decir que mis hijos habían muerto.
—Él dijo que no podía con esto. Que era demasiado para él, demasiado con qué lidiar, dijo que no se sentía capaz de soportarlo. Luego se fue y no dijo nada más. No lo hemos vuelto a ver en días. Nos quedamos aquí para saber noticias sobre ti.
Me di cuenta que ahora realmente i estaba sola. Había perdido a mis hijos y con eso al amor de no vida. Mi padre estaba en coma, y mi madre estaba en la cárcel.
Durante este último año había conocido muchas personas nuevas que ahora eran mis amigos. Había llegado a tenerlo todo. Y como lo tuve todo, ahora lo estaba perdiendo. Y ahora solo tengo a mis amigos, los cuales conocí a la par en que mi felicidad había incrementado. Y eran el vivo recuerdo de todo lo que pasó.
Ese fue el momento en que me di cuenta. En el que uní todo.
Estaba destinada. Siempre sería así.
Después de todo, la terapia nunca fue una amiga para mí. Y quisiera o no, siempre sería una burla andante y nada más que eso.
Ahora es cuando vengo a notar que mi barco estaba hecho para hundirse. Que mis muros estaban hechos para derrumbarse. Y que sin llegar a apreciar lo que tenía lo perdí todo.
Solo fue un rápido y devastador huracán que arrasó con todo lo que me hacía feliz. Con todo lo que me importó.
Siempre sería así.
Ni miles de terapias harán que deje de ser una burla andante. Un desastre total.
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Bueno, este es el final. Gracias por haber llegado hasta aquí.
Luego de pensarlo mucho... ¡Hay segunda temporada!
Está en mi perfil. Se llama "DESASTRE ANDANTE"
Espero les haya gustado. Gracias.
♥ Isi.
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