Capítulo 10 [EDITADO]
________.
— No te le vuelvas a acercar, idiota —dijo empujándolo y haciendo que cayera al suelo. — ¿Me oíste?
El tipo asintió y se paró mirándolo con odio para luego irse rápidamente.
— ¡Qué patético! Ni siquiera se defendió
— Mejor Alex, si no me habría sentido mal de que te golpearon por mi culpa.
— Por supuesto que no. Es el novio de tu mamá... no el tuyo. Además mira como te dejó el brazo —se pasó las manos por el pelo con frustración —Si tan sólo lo hubiese empujado antes...
—Alex, no te culpes. Y en cuanto a mi brazo, estoy de cierto modo acostumbrada.
— ¿Cómo que estás acostumbrada? Explícame.
— Bueno... Ashley, Brad, incluso mi madre, ella me culpa —paré un segundo a tomar aire.— Me culpa de la separación que tuvo con mi padre. Y desde ahí es alcohólica y algo agresiva. —Sí, estaba al borde del llanto pero no iba a soltar ni una lágrima. No me gustaba llorar.
— Vamos princesa, en el poco tiempo que te conozco he notado que eres la chica más fuerte que conozco. No dejes que te pasen a llevar. ¿Tu papá sabe de esto? —negué con la cabeza —. Cuando estés triste, sabes que puedes llamarme e iré a buscarte ¿Sí? Ven acá.
Me atrapó entre sus brazos y lo atraje más hacia mí. Nos mantenimos así por unos segundos que dentro de mi cabeza, duraron toda una vida.
Alex dijo que ya era buena idea que entrara a mi casa. Habíamos conversado un poco más en todo el rato que pasó y ya se hacia demasiado tarde. Luego de besarme y abrasarme, y por supuesto asegurarse de que estaba bien, me dejó entrar.
---
Al día siguiente había llegado con Alex de la mano al instituto. Y buscamos a nuestros amigos. Encontramos a Sabrina, Bastian y un chico que no conocíamos que acercaban a nosotros.
— Hey, chicos los estuvimos buscando —dijo Sabrina una vez cerca.— ¿Interrumpo algo? —.
— No, para nada, no interrumpes Sab.
— Hmm, les creeré, sólo porque soy buena amiga. Bueno, él —dijo apuntando al chico desconocido para mí.— Es Jack Barakat, primo de Bastian. Jack, Alex y __________ —dijo sonriendo la rubia.
— Hola Jack — Contestamos al unisono.
Los chicos se estaban presentando entre ellos cuando Sabrina llamó mi atención.
— ¿Puedes venir mientras los chicos se presentan? —Preguntó con un claro tono de emoción en la voz.
— Sí. Sí, voy —me paré y avancé hasta ella.
Alla hizo que nos fueramos un poco más lejos haciéndome entender que quería compartir algo secreto.
— ¿Qué pasa entre tú y Alex? Últimamente los veo muy acaramelados.
— Bueno, la verdad es que él me gusta, y yo le gusto. Las cosas van progresando.
— Harán una estupenda pareja. Te lo aseguro.
Después de esa extraña conversación, volvimos a donde estaban los chicos. Alex me agarró por la cintura y me acercó a él hasta darme un beso. Los chicos hacían toces falsas y aclaraban la garganta.
— Pensé que no eran nada.—dijo Sab Todos rieron.
Nuevamente nos acercamos y coloqué mis brazos en su cuellos acercándolo más a mí. Nos volvimos a besar pero ahora el beso era algo más intenso, sin llegar a la calentura, claro.
Los chicos hacían bromas como Consiganse un motel y sólo respondíamos que pasa lo mismo con Sab y Basti.
De la nada, luego de unos minutos, Jack ¿Era jack no? Bueno, él se me acercó un poco.
— Hallo, soy Jack Barakat ¿No nos habíamos presentado formalmente, no? —me extendió la mano y yo la estreché.— ¿Eres la novia de Alex?
— No, no. Sólo soy su amiga... —eso había sido algo incómodo pero Jack era agradable de todas formas.
Empezamos a caminar mientras Jack y Alex hablaban sobre clásicos de ciertas bandas.
— Un clásico de Blink —empezó Alex — Sin duda Dammit.
— Junto con Up All Night y Pretty Little Girl.
Narra Alex.
Conocí a Jack, y debía admitir que es realmente ganial. Mismos gustos musicales, toca la guitarra ¡Y está interesado en formar una banda! Había sido un día genial, había echo un nuevo amigo.
_____.
Almorzábamos cuando Ashley llegò y empezó con su numerito.
— Zorra, veo que ya hiciste amigos, era hora. —sus perras falderas reían con ella.
— Chicas no molesten —Sabrina intentaba camar todo. — Tu ni te metas perra. —Ashley le respondía como si nada.
— Ashley, sé madura por una vez en tu vida y no te metas con mis amigos , tu tema es conmigo. —si quería hacerme enojar, lo estaba logrando.
— No sabía que nuestra querida Fuentes tenía personalidad. ¡Qué patéticos tú y tus "amigos"! —dijo haciendo comillas una de las discípulos de Ashley.
— Mira estupida conmigo te metes todo lo que quieras, pero no tocas a mis amigos.
— Mira, niña patética, a mí no me respondes de esa forma. —no dijo más y su siguiente acción fue hacer que su mano impactara fuertemente sobre mi mejilla.
Todos miraban, como esperando a que hiciera algo. Pero no hice nada.
— Woah, Ashley ¡Qué miedo! Así que cuando ya no puedes defenderte con argumentos, necesitas golpear para no quedar como una estúpida… —su mano había impactado nuevente contra mí.
— Ya, en serio, otra más y de aquí sales en silla de ruedas. —
— Oh no, estoy tiritando —sonreía burlona, ella pensaba que en serio no le haría nada.
Nuevamente levantó su mano pero esta vez se la tomé y la doblé para luego empujarla y hacer que se desestabilizara. Luego vino hacía mí y todos los recuerdos de lo que había echo conmigo durante estos años vino a mi mente y le pegué fuertemente un combo en su operada nariz.
— ¡MI NARIZ! —Ashley se fue corriendo con sus zorras lloriqueando. Había sacado el enojo que llevaba adentro por mucho tiempo.
— ¿Qué mierda fue eso? —preguntó Bastian.
— No tengo idea.
La campana ya había sonado, indicando que el receso del almuerzo ya había acabado. Todos volvían tranquilamente hacías sus correspondientes clases.
— ¿Estás bien? —Alex se veía algo preocupado y confuso.
— Sí, completamente, ¿por qué?
— Te noto extraña.
— Es sólo que no quiero perderlos, son mis únicos amigos no quería que Ashley lo arruinara.
— Pero —levantó una ceja.— Yo jamás me alejaría de ti. Te quiero. —se acercó para unir nuestros labios.
Una vez dentro de clases el director llegó para decir firmemente. — Alex, Sabrina, Bastian y _________. A mi oficina, ahora.—nos miramos entre sí para luego seguirlo.
Al llegar nos encontramos con Ashley y sus discípulas, Ashley por cierto, con un hielo en su nariz. Los cuatro no pudimos evitar soltar unas risitas.
— ¿Quién me explicará lo que pasó aquí? —dijo apuntando hacía Ashley.
— Bueno, nosotros almorzábamos como siempre, cuando Ashley y toda su tripulación llega y empieza a molestar a la señorita Fuentes aquí presente. —me señaló. — Y no es la primera vez que lo hace, y bueno Ashley le propinó unas ¿3? Cachetadas, y bueno, ______ sólo se defendió. —levantó los hombros y miró al director.
— Gaskarth, eres nuevo, no veo por qué mentirías. Debido a que no hay pruebas todos quedan con una semana de castigo. —Ashley reclamó. — Eso es todo. Vuelvan a clases.
...
Había pasado el día y ya salíamos del castigo, Alex me acompañaba a casa tranquilamente.
— Necesito decirte algo muy importante.
— Dime, ¿Qué es?
— Bueno, es algo que me lleva rondando en la cabeza hace ya un tiempo y, no podía aguantar más y en serio no te imaginas ni la mitad de lo nervioso que estoy.—se rascaba la nuca y me apartaba la mirada. Cerró los ojos y susurró algunas groserías. — Yo me preguntaba… ¿Quisieras ser mi novia? —cerró los ojos y exhaló el aire que tenía contenido, y volvió a abrir los ojos.
Me miraba nervioso y se veía adorable. Por otro lado parecía que yo me había quedado sin palabras para poder gritarle en la cara que por supuesto que quería ser su novia.
— Me encantaría Alex.
— Demonios _________, por un segundo pensé que me ibas a rechazar. —se abalanzó sobre mi y noa complementamos en un beso que después de unos segundos tenía más pasión.
Lo invité a dormir conmigo y el aceptó, no había nadie en mi casa así que ni habría problema alguno.
Yo ya me había puesto mi pijama, y Alex se había sacado la camisa que llevaba dejando a la vista su torso. Bajaba sus pantalones lentamente hasta quedar solo con ropa interior. No demoró mucho para llegar a mi lado.
Nos acurrucamos bajo las sábanas y nos pusimos cómodos. Alex pasó sus brazos por mis caderas y me llevó hacía su cuerpo. Nos quedamos dormidos en sólo unos minutos por el calor que producíamos.
...
Al día siguiente nos despertamos sin problemas, habíamos dormido excelente, y no tuvumos problemas al despetar.
Íbamos camino a otro día de tortura en clases. La mañana avanzaba lenta y sin problemas.
...
El día pasó normal pero algunos me miraban extraño, no como con asco, si no como con aprobación. Probablemente por lo de Ashley.
Pasó el día muy rápido a decir verdad, y estaba algo cansada. Le dije a Alex que el fuera a castigo mientras yo iba rápidamente al baño.
Me mojé la cara para sacarme un poco de estrés, no sirvió pero quedé fresca.
Al llegar a la puerta de la sala de castigo me sorprendió no escuchar los gritos de Ashley reclamando.
Giré el pomo de la puerta y al abrirla me arrepentí. Encontré a alex besándose con Ashley, la chica que me hacia la vida imposible.
Los ojos se me cristalizaron sin avisar y solté un desgarrador grito por mi garganta sin avisar. Ambos se dieron vuelta y Alex avanzó hasta mí.
Me miró sin palabras y habló, pero yo no tenía ánimos ni ganas para escucharlo y mucho menos creerle.
— Por favor escúhame, no es lo que parece. —créeme Alex sí es lo que parece.
— Alex, por favor, no niegues lo nuestro, amor. —maldita Ashley.
No me molesté en seguir escuhando y gastar mi tiempo. Caminé rápido hacia la salida. No me detendría.
Escuchaba mi nombre desde lejos, pero yo no me giraba sólo seguía caminando. Por el reflejo de una ventana pude notar que Alex igual tenía los ojos llorosos. Pero eso no haría que yo fuera más blanda con él, por más que me conmoviera.
Llegué a mi casa más rápido de lo normal. Me vestí y me preparé para ir a terapia.
Al llega hice la misma rutina de siempre. Esperaba mi turno, hasta que escuché a Alex.
— ¿Puedes escucharme por favor? —le sonreí un poco.
— No. Terminamos Alex.
Alex bufó, se estaba estresando. Justo Paulina llamó a Alex para que pasara a la sala de terapias.
Alex.
Demonios, nunca me va a perdonar. Estaba llorando, sí llorando. No podía resistir al echo de que ella estuviera enojada conmigo, y el echo de que yo le fui infiel.
Entré a la sala de Paulina y me senté donde siempre. Murmuré un aoenas audible hola, que ni yo mismo había escuchado.
— ¿Qué secedió, por qué estás triste, Alex? —se sentó junto a mí, esperando una rápida respuesta.
— Yo… Yo le fui infiel a ________ en nuestro primer día de noviazgo.
Dolía, me ardía pronunciar cada palabra relacionada con ese tema. Porque estaba arrepentido, como nunca lo había estado. Creo en la lealtad absoluta, y yo no había sido leal.
— ¿Qué? ¿Cómo? Explícate.
— Estábamos en castigo y ella quiso ir al baño. Mientras ella fue, Ashley me empezó a insultar, lo usual, pero justo cuando _________, giró el pomo de la puerta Ashley se tiró a besarme, y no la alejé, no reaccioné, fue extraño. —me costaba respirar y reapiraba entrecortadamente.
— ¿Por qué estaban en castigo? ¿Por qué yo no sabía que eran novios?
— 0K, estábamos en castigo por que Ashley estaba molestándonos y ________ explotó y Ashley la golpeó y luego ________ le devolvió los golpes pero mucho más fuerte. Y bueno, desde sólo ayer éramos novios. No sé qué hacer.
— Dale tiempo, ella lo necesita, sé que te quiere y te va a perdonar.
____.
Al ver salir a Alex me sentí horrible. Pero él tenía la culpa, o quizás yo tenía demasiado orgullo, pero seguía muy enojada con él… Con Ashley en nuestro primer día de novios.
Al escuchar mi nombre fui directamente a donde me correspondía, me senté y sentí una mirada sobre mí.
— Explícame por qué Alex estaba llorando y por qué no me dijiste que eran novios.
— Estábamos —empecé, ella me mirana amenazadoramente, llegaba a ser aterrador. — en castigo, y yo fui al baño, y al volver me encontré con la linda sorpresa de ver a mi novio con mi archienemiga.
— ¿Y has escuchado lo que te quiere decir?
— Bueno… no.
— Deberías, tiene mucho que decirte, escúchalo porque no seré yo quién te lo cuente.
— Puede que tengas razón —levantó una ceja.— O quizás mucha.
Al terminar la hora, me despedí y en la sala de espera estaba sentado Alex, su hora ya había terminado así que era obvio que me esperaba a mí.
— Tenemos que hablar.—dijimos al mismo tiempo.
— Primero tú.
— Gracias. Por favor, quiero explicarte lo que realmente pasó. Ella se me abalanzó a penas escuchó que tú venías. No fue mi intención, yo no quería, por favor. Perdóname, por favor.
— Alex, yo… es difícil para mí. Te creeré, pero no vuelvas a romper mi corazón. Ya nada será igual.
— Prometo no romper tu corazón. Y haré que todo vuelva a hacer como antes.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top