Capítulo 8

-¡HOOOOO...SIIIII! Saltillo, Coahuila, aquí es donde yo quería llegar, jajajaja- Norte y Sur bajaban del avión.

-jejeje relájate, no queremos causar un caos aquí, ya vimos lo que nos paso en cuanto subimos al avión.

*flashback*

-Te dije que llegaríamos a tiempo usando mis poderes, ahora, me debes una soda.-Caminaba Sur alegremente mientras le daba los boletos a la azafata.

-No apostamos nada, no te debo nada- Norte hacia una sonrisa mientras hacia una mueca con la cara.

-Venga, por lo menos déjame pedir unos cacahuates aquí en el avión...-Sur se detuvo cuando vieron a las personas que no dejaban de verlo a él y a su hermana.

-¿Que sucede?- norte levanto la mirada y de un momento vio a un montón de gente levantarse sacando sus celulares.

En ese momento ambos estaban rodeados de personas pidiéndoles autógrafos, fotos, dándoles información de cualquier cosa, pidiéndoles cosas, causando un caos y lastimándose entre sí, por el espacio reducido en donde se encontraban.

-Wow, tranquilos, no nos jalonen así, que no es el momento- decía sur mientras hacia una risa incomoda.- Porque no saben esperar a que lleguemos a nuestro destino.

Y como si fuera poco, la gente no escuchaba la peticiones ni de él y ni de Norte, había gente sentada que solamente movían la cabeza en señal de negación, susurrándose entre sí, haciendo que Sur agarraba las maletas y cargaba a su hermana, desapareciendo en el momento.

-Por amor a dios, y a la virgen, porque la gente anda tan conmocionada, antes ni nos prestaban atención, ahora pareciera que somos el centro del mundo, o que somos súper estrellas de la televisión. Antes no me molestaba, ahora pareciera que no mantienen su distancia. –Decía norte mientras Sur caía afuera del avión.

-Desde que Centro volvió, la gente parece más atenta a nuestras acciones – analizaba Sur- y a las acciones de los demás países, antes su ignorancia a nosotros, era buena porque nos trataban como personas, ahora que saben que somos más que personas, pareciera que o somos monstruos, o súper héroes vestidos de moda y súper estrellas, o lo que sea.-Sur dirige su mirada al avión viendo a la gente que gritaban sus nombres y otros que solamente miraban por la ventana.

-Por favor damas, caballeros del vuelo, a saltillo Coahuila, les pido que tomen sus asientos y se pongan el cinturón para dar inicio a su vuelo.-Hablaba el capitán del avión, que hablaba por el micrófono del avión.

-¿Y ahora? Nuestra gente no conoce el riesgo que pueden hacer si no obedecen las reglas del vuelo.-Sur bajada a su hermana mientras que norte pensaba en alguna idea.

-*suspiro* Damas y caballeros, si dejan que el vuelo llegue en paz a su destino, les prometo atender a sus preocupaciones y dudas y agendar un día de fotos y autógrafos para ustedes. Así que por favor, vayan a sus asientos y tome el vuelo tranquilamente.-a regañadientes la gente empezó a sentarse, y Norte y Sur pudieron ir a sus asientos y guardar sus maletas.

-Wow, me pregunto ¿Porque no sufrimos esto cuando llegamos a Monterey?-Sur se sentaba al lado de la ventana.

-mmm...creo que Centro manejo a la gente de nuestro vuelo...-norte tomaba su asiento y se ponía el cinturón.

-Como sobornarlos, extorsionarlo, engañarlos, manipular el vuelo... y otras cosas que podrían no sonar bien, pero que son buenísimas cuando él las hace – Sur aventaba una enorme sonrisa cuando termino su dialogo, haciendo que su hermana lo viera seriamente.

-O pudo simplemente hacer lo mismo que yo, y por eso la gente estaba tranquila- Norte le daba palmaditas en la cabeza de su hermano.

-Naaaa... eso no suena muy de él, jajajajajaja, cuando la gente lo saca de quicio el haría cualquier cosa por controlarlas, si de por si perdió sus poderes de controlar a la gente, ya verás como esta de desesperado jajajajajaja.-Sur acomodaba su cinturón y ponía los brazos detrás de su cabeza.

-bueno... podría ser...

*fin del flashback*

-jejeje ahora tienes cosas que hacer con esta gente.-Sur cargaba su pequeña maleta, mientras que su hermana recogía la suyas.-vaya día sin trabajo no crees.

-si... pero ya organice las cosas, la gente que necesita contarme las problemáticas les otorgue mi número, y las fotos será para dentro de dos semanas. – Norte le contaba a Sur lo que haría, y en eso, escuchan una voz gritando su nombre.

-Mamá, tío Alejandro, por aquí- Con un cartel en la mano, estaba Coahuila, alzando la otra mano de un lado a otro.

-Hay mi bebe – Norte fue directa con Coahuila y ambas se abrazaron- Sur se acercaba a ellas con una sonrisa enorme.

-Chamaca, como esta mi sobrina favorita- Sur extendía los brazos esperando a ser abrazado por Coahuila, ella sin pensarlo lo abraza también, diciéndole lo feliz que esta de verlo después de tanto tiempo.

En su camino, al auto los esperaban un hombre alto, casi viejo, con una nariz un poco larga, bien arreglado, el pelo canoso y barbudo.

-Ricardo, mi viejo amigo, como te trata la vida.-Sur lo saluda chocando las manos

-Está bastante bien, sin contar con los terribles cambios de clima que pasa en el norte del país.-su voz ronca y grabe hizo que sur le diera escalofríos.

-ala verga, no recordaba que tu voz tuviera ese tono, si no te conocieras te juro que si alguien con tu voz me habla así, por la espalda me voy corriendo hasta la comisaria jajajaja- Ricardo tomaba las maletas del sureño y las colocaba cuidadosamente en la cajuela del auto.

-A sí, eso no suena muy de usted con todo respeto, joven señor- Ricardo arcaba la ceja, en señal de duda.

-jejeje, bueno es una forma dulce de decir, que le romperé la madre al wey que se acerque a mí con tú voz- ambos hombres rieron, Sur se subía al carro, mientras que Ricardo, ayudaba a norte con sus maletas.

Norte subía junto a su hermano, en la parte trasera del auto, mientras que Coahuila y Ricardo en la delantera. Ricardo encendía el auto y comenzaba a salir del aeropuerto, Sur veía la ventana los campos abiertos que tenía la ciudad, las casas rusticas, los enormes puentes, las curvas de la ciudad, los puestos de comida, los enormes árboles.

La familia salía de la ciudad de saltillo, un lugar oculto debajo de un puente, entre unos enormes arboles de sauce.

-Wow, hermana tu sí que sabes esconder tu casa, yo entraba por donde me daba la gana, pero no sabía que la habías ocultado.- Sur veía a su hermana, mientras pasaban en el oscuro túnel.

-Bueno, esta casa es la que más se tardó en construir, por el hecho de que papá quería un lugar donde yo pudiera vivir tranquila lejos de los demás...- norte se rascaba la mejilla.

-Eso y que así mantenemos la tranquilidad que queda de esta familia – Coahuila fruncía el ceño, recordando las tonterías de sus demás hermanos.- esta ya es la única casa de mamá que queda, las demás que estaban en los otros estados, fueron vendidas a los narcos, y a gente de mucho poder, para pagar las deudas de mis tontos hermanos.

-Sí, eso había escuchado- Sur le tomaba la mano a su hermana, sonriéndole levemente.

Norte entendía su indirecta y solo continúo la conversación.

-Nuestro padre España había elegido un lugar exacto, donde nadie pudiera molestarme, si algo malo pasaba, podía ocultarme allí, vivir tranquila y hacer mis cosas tranquilamente, es por eso que es la más grande de todas, y tengo que decir, que es la casa más grande en Latinoamérica, tarde años en terminarla, pues este lugar es enorme y lo aproveche muy bien, para mis campos y, mi granja.-en cuanto norte termino de hablar, podían ver una casa de tres pisos, de color café, enorme, con una enorme puerta, piedra en el suelo simulando un camino.

Una casa enorme y hermosa, adornada por dibujos representativo de la época nueva España, decorada con sementó y pintado para que pareciera de otro materiales, arboles por todos lados, flores y hierva que alimentaba el ambiente de paz y tranquilidad, podías oír los animales, como cerdos, vacas y gallinas.

Ricardo estacionaba el auto en frente de la fuerte, que tenía unas escaleras de mármol, Sur sentía la presión en su pecho, recuerdos antiguos venían a su mente, tomo aire y fue junto a su sobrina y hermana por las maletas.

En cuanto entraron fueron recibidos por los demás servidores del hogar, gritando a los tres presentes ''Bienvenido a casa Sur''.

-jejejeje, muchas gracias,- Sur se le notaba un pequeño sonrojo, mientras se rascaba la nuca.

Tras el recibimiento Sur fue y saludar a todos los sirvientes de la casa de su hermana.

-Marcos, viejo amigo, que tal vas, se nota que estás haciendo ejercicio, te recordaba todo enclenque antes jajaja- Sur saludaba a un chico de piel bronceada, con un cabello castaño claro y unos ojos cafés.

-pues que te digo Alejandrito, si esta fuerte trabajar aquí, la casa es enorme y hay mucho de que trabajar, uno tiene que hacerlas y requieren de mucha fuerza.

-déjate de mamadas Marcos, que luego Ricardo o juan te deben de ayudar- aparecía una mujer de cabello negro y largo, de piel oscura y ojos verdes marino, dándole un mini empujón a marcos en el hombro y dándole un abrazo a Sur, y un bezo en la frente- hay mi Sureñito, cuanto tiempo sin verte, me hace una gran felicidad poder abrazarte sin que salgas disparado para otro lugar.

-jejejeje igualmente me hace feliz verte Miranda – Sur era estrujado por el abrazo de la señorita, quien era más alta que él.-pero me asfixias.

-Hay mi sur, dime por favor, que usaste la prenda que te di, porque luego te hondas muriendo de frio en las épocas de invierno, mas con esas ropas rotas que llevas.- Miranda le jalaba del cachete a Sur, mientras este se reía, y marcos se sobaba el hombro y veía la escenita de su amiga hacia el sureño.

-Si lo use, deja mi cachete.

Los demás sirvientes abrazaron a sur dándole una enrome bienvenida. Pero de repente se escucharon ladridos, acercándose a la parte de frente, sur al voltearse recibió una tacleada de un perro enorme, que empezó a lamerle la cara en cuanto sur callo hacia el piso.

-jajaja...no basta...jajajaja me haces cosquillas- cuando sur agarra los cachetes del enorme Gran danés – ¡hooo mi chiquito hermoso!- Sur abraza del cuello del enorme perro, quien no paraba de restregarse en él, y mover la cola de un lado a otro.

En eso llegaron otros dos perros, un pastor alemán y un spitz japonés, el perro alemán, se sentó al lado de sur y le ponía la cabeza para que este empezara a acariciarlo, y el spitz japonés le robo la bufanda a Sur.

-¡Hey! bola de pelos devuélveme eso- el spitz se envolvió con la bufanda, y se acomoda en ella mientras aun la mantenía mordida, Sur al acercarse solo recibía gruñidos de la pequeña bola de pelos.- me la vas a devolver, bicho raro, esta bufanda no es tuya- Y en ese momento solo sonó un ladrido chillante, haciendo que sur reaccionara. –... ¡TU!

Sur mueve la cabeza y dirige su mirada en donde provenía el ladrido, y en el pasillo con una enorme sobra, allí estaba. El líder de esta manada de perros, una feroz bestia, con una mordedura letal y un carácter que da miedo a cualquier otro perro y su nombre es, Pankey el chihuahua.

Con los ojos en diferentes orbitas de color amarillo, de pelaje café claro, con una mancha en el ojo, y unas cicatrices en la patas. Gruñía y gruñía mientras miraba a Sur.

-Tu maldito perro de mierda, no creas que me das miedo perrucho, yo de una patada te mato, ¡escuchaste!- al terminar esa frase el perro corre hacia Sur, haciendo que este huyera al patio, mientras gritaba auxilio repetidas veces.

Sur salvo su trasero subiendo a un árbol que estaba allí, mientras el chihuahua, saltaba lo más alto que podía, rodeaba el árbol y labraba en el árbol donde estaba Sur.

-jajajaja ¡hay hermanito, aun le temes a pankey!- Norte gritaba desde la puerta del patio.

-¡Ya te dije que este perro es el mismísimo demonio, un perro como este no es normal! – Sur gritaba desde arriba del árbol, mientras miraba abajo, observando como el perro cavaba alrededor del árbol- ¡por la virgen quiere tirar el árbol abajo!

-¡PANKEY! Ven aquí mi amor, y deja a Sur en paz – el chihuahua seguía cavando, ignorando a Norte – Julieth- una de las sirvientas de Norte saco un jamoncito, haciendo que el chihuahua dejase de cavar y corriera hasta norte y Julieth.

Norte agarra al chihuahua, y en eso sur bajaba del árbol.

-Hay pankey, ya te dije que no le hagas eso a los invitados.- el chihuahua temblaba y masticaba el jamoncito que le dio Julieth.

-Te digo que España hizo pacto con el diablo para encontrar tal bestia, esa cosa no es normal.-llegaba Sur al lado de ambas chicas.- Sé que eres el mismísimo satán, te estaré vigilando perrucho – Sur realizo una señal con su mano, y el perro solamente le sacaba los dientes y gruñía, teniendo la lengua afuera.

En ese momento, sur dirigió su mirada a un lugar en particular, en una silla mecedora, había un hombre con sombrero ranchero, maceándose.

-Hermana... ¿ese es?

Continuara.

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Por fin he vuelto, y aunque este capitulo sea corto, espero y les guste mucho, desde aquí hago mención de que hayan pasado bonitas fiestas y que hayan comido hasta reventar XD

Gracias a RemedySix por su ayuda VwV

Espero y les guste.

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