IV. Tlatoani
Reto cuatro: Realeza Au/ Historico AU
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El sol incandescente llegando al punto cumbre del cielo sin ningún rastro de nubes. El aroma fresco a tierra mojada impregnaba las fosas nasales. Danzarines y certeros colibries como destellos de plumas brillantes se alimentaban de las flores de las lianas con las que la naturaleza reclamaba parte de su terreno en aquella fortaleza de cantera, donde hombres, mujeres y niños se les veia ir y venir con canastos, mercancía, metates, cantaros con los que arrastraban agua de los acueductos que como M se trazaban en la ciudad entera.
Una fortaleza teñida de bermellón se alzaba imponente rodeando el centro de la ciudad. El sonido del caucho sonando contra la pared retumbaba en toda la plaza, la gente observando espectante la escena enfrente suyo.
Dos cuerpos colisionaron en un intento de obtener la pelota. El Ullamalitzli entre los Mexicas era una actividad de gran importancia en el gran Teotihuacán. Pronto se acercaban las olimpiadas y los entrenamientos o partidas "casuales" en el centro de la ciudad eran bastante frecuentes y un gran atractivo. En ellas tenían la oportunidad de elegir a su favorito.
Tenten Natto se inclinó hacia adelante al ver a un mexica, con cabellera larga, correr esquivando a sus adversarios, patiando el Õllamalloni contra el muro contrario. Se movió para recibirlo y en un limpio movimiento lo lanzó al aire. Saltó para acertar una patada con gran fuerza que alcanzó pasar a través de los aros de piedra que estaban en la zona mas alta de los muros.
El Tlachtli o cancha para el juego de pelota en forma de H era un espacio de 10 x 10 metros con dos muros sencillo altos en cada lado. En cada uno había un aro de piedra donde al pasar el Óllamalloni se obtenían puntos. Tenten contempló a manos equipos
Unos gritos de escucharon y la pelota fue recibida nuevamente para continuar el juego. Un noble rubio dio una pirueta impresionante logrando un gol más. Los equipos estaban empatados y la luz del sol indicaba que el juego terminaría en cualquier momento. Rock Lee le quitó la pelota al Uchiha menor, familia de nobles dedicados al comecio de vegetales y logró acertar el último gol, proclamando su victoria.
Gritos estallaron ante tal resultado y la gente se dispersó para continuar en sus actividades diarias. Tenten saltó de su lugar, la banca mas alta de los asientos construidos para disfrutar el juego y se acercó hacia los dos guerreros que habían llevado a la victoria a su equipo.
Sus ojos castaños recorrieron intensamente al noble con ojos aperlados. Reprimió un suspiro al acercarse al visualizar los músculos presentes en sus brazos, la tela cubriendo su cuerpo. Avergonzada desvió la mirada hasta su energetico amigo para disimular un poco el interés que brotaba de sus poros.
Interés o mejor dicho una atracción fisica incontrolable que...intuía que era correspondida. Los ojos malva la atravesaban al verla y la tensión se palpaba entre ellos. Saludó a Rock Lee con una sonrisa, mientras hacia alarde de su triunfo, diciendo que no habría nadie que se lograra oponer ante ellos.
El sol comenzó a ocultarse cuando los tres se alejaron dirigiendose a sus respectivos casas. Tenten entro a una amplia vivienda perteneciente al área de los nobles, donde encontró a su padre escribiendo en un papiro entre un mar de otros papeles. Se acercó visualizando las rutas hacia las otras aldeas y sus alianzas.
En un rapido vistazo captó las intensiones de su padre.
–¿Una alianza pacifica con los Toltecas? Pensé que atacariamos sus tierras en el proximo sostilcio.
Yamato Natto, su padre, desvió la mirada y la observó. Era clara su confusión considerando que a pesar de que Tenten era una mujer, era un valioso elemento en la estratega de planes para sus motivos bélicos. Desde pequeña desarrolló habilidades para el ataque y manejo de armas, algo inhaudito, nunca antes visto. Por lo cual su padre, Moctezuma I o como solían llamarlo en Tenochtitlan, Capitán Yamato, fue en contra de las reglas al inscribirla en la Kalmecak, la escuela de nobles para enseñanza de diferentes habilidades. Aunque Tenten no fue dirigida a ser una guerrera o al Ullamalitzli, destacó en su estratega militar, consiguiendo varias victorias gracias a ella. A fin de cuentas era la primogenita de el gran Moctezuma I, princesa de Tenochtitlan.
Sin embargo su futuro no estaba dirigido a reinar mesoamerica, ese peso recaía hacia su hermano Deidara Natto, quien estaba siendo educado en la Kalmecak para tomar su lugar el año siguiente.
–He hablado con el líder Tolteca con la finalidad de lograr una alianza sin entrar en un enfrentamiento de la cual perderemos guerreros valiosos, recursos y haya mas perdidas que beneficios. Una alianza para que ambos salgamos ganando algo para ambas culturas.
Tenten consideró las palabras de su padre. Realmente su visión jamás habia sido tan bélica y se mantuvo bastante alejado de ellas en lo que fuera posible. Lo cual había traído gran prosperidad en la tribu.
–Suena un movimiento bastante favorable.
Se retiró a sus aposentos mientras observaba el cielo repleto de estrellas iluminando todo a su paso.
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La gran ciudad de Tenochtitlan alzandose en todo su esplendor, dejando entrever sus murallas de cantera edificada sobre rio de Texcoco, aquella tierra prospera prometida por sus dioses desde su llegada desde Aztlan, misma que les dio su nombre. Se componía de una ciudadela llena de acueductos que abastecían de agua del propio lago, callejuelas que conducían hasta la majestuosidad de sus pirámides santuarios del sol, la luna, la serpiente emplumada y señor el colibri izquierdo, sus efigies engalanaban sus principales calles entre tonos azules, ocre, blancos y negros.
La ciudad de los dioses edificada sobre un lago. En las orillas se apreciaban las chalupas sujetadas y algunas menguandose en el agua, en un lento deslizar. Los peces nadando a la par. El sonido de las aves reclamando el gran cielo encima suyo.
Los mexicas arribando a las chinampas, lugares donde se sembraba los tuberculos, frutas y verduras para el consumo de la población. Ese año habían dado unos cultivos frutiferos y abundantes, el mejor en varios años dando un gran abasto a la poblacion. Exceso de los diferentes vegetales, legumbres y frutas, causando una gran dicha en Tenochtitlan. Por lo cual una gran celebración en agradecimiento al Dios de los cultivos, Xipetotec empezó días atrás.
Las celebraciones que duraban una semana entera por la gran dicha eran algo bastante común de ver. Los mexicas danzaban en el centro de la ciudad, la comida en abundancia siendo devorada por la gente, niños corriendo por todos los senderos. La banda de Tenochtitlan haciendo sonar los instrumentos de vientos en una animada melodía. Por otro lado unos mexicas actuando una representación teatral atrayendo la atención de varias personas.
Tenten Natto reía mientras permanecía sentada en las bancas improvisadas con una fruta en las manos. Sus ojos se desviaron ligeramente al ver una melena amarilla pasad a su lado. Deidara había salido hace un par de semanas del internado por lo cual ahora revoloteaba disfrutando de todo a su alrededor con varios de los nobles que había conocido en el Kalmecak. Él era dos años menor que Tenten y tenía un ego enorme, diciendo que podría en alto el nombre de Tenochtitlan en cada rincón. Físicamente podrían ser bastante diferentes pero sus personalidades similares iban a juego, dejando en evidencia su parentesco.
La noche se abrió pasó entre las calles de la ciudad y se acercó a la gran fogata que se alzó furiosa en el centro de la ciudad. La danza seguía con entusiasmo. Tenten recorrió su mirada buscando con insistencia. En estos días de celebración en las noches había estado quedando con Neji, quien escaba de su religiosa familia y del extrovertido Lee y sus partidos de Ullamalitzli interminables. Solían encontrarse enfrente del fuego para hablar un poco, estar juntos. Aunque aún recordaba que la noche anterior la tensión entre ellos era tan irresistible que parecía que explotaría.
Lo había conocido en el Kalmecak, los padres de ambos eran nobles que se encargaran que tuvieran mejor educación. Realmente al inicio Tenten fue mal vista al ser una mujer entre un mar de hombres, pero sus habilidades en combate a cuerpo silenciaron las quejas. Neji orgulloso como cada integrante en su familia aún se mantenía receloso de su presencia. Sin embargo Lee, tan amigable como siempre entabló una amistad e intentó integrarlos. Tenten en ese momento se percató que sus personalidades eran tan similares que en ocasiones lograban chocar y que les avergonzaba el comportamiento exuberante de Lee. Y de pronto y sin darse cuenta disfrutaban de la presencia del otro. Buscándose entre los demás estudiantes, al punto de necesitar al otro para estar de un humor aceptable. Una vez que la escuela terminó siguieron en contacto, quedando en diferentes lados de la ciudad. Ante este hecho evidente la atracción que Tenten sentía se incrementaba, sus propios impulsos la incitaban a acercarse un poco mas a Neji, acortando distancias, restando espacio personal, cuestión que el Hyūga no repelía.
Eventualmente aparecieron los roces involuntarios y los momentos de tensión que eran tangibles. Había tanto y Tenten estaba siendo verdaderamente paciente pero él simplemente no daba el paso. Por lo cual pensó que su actuar estaba siendo malinterpretado y que no la rechazaba por ser la hija de Moctezuma. Comenzó a dudar de su atractivo. Su padre quería que se viera enlazada a una buena familia y le había mencionado un sinfín de pretendientes. No podía darle igual por que ella había puesto los ojos en el hijo del sacerdote Hizashi.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al ver una mano enfrente suya. Levantó la vista encontrando dos pares de luz inrrumpiendo y haciendo estragos en su interior. Hipnotizada la aceptó y se hundieron en una danza intensa. Los movimientos entremezclados y siguiendo el danzar de las grandes llamas naranjas enfrente suyo.
Tenten sentía su corazón latir acelerado al contemplar las facciones masculinas siendo iluminadas por el fuego. El pecho siendo cubierto por un protector pectoral y una ligera tela cubriendo su zona intima. Sus piernas ejercitadas sobresaliendo. Suspiró sin poder evitarlo y sus ojos se encontraron con los de él mientras sus cuerpos se movian a la par. Tenten acortó aún mas la distancia, sintiendo el aliento de él sobre su cuerpo y se estremeció.
Había dudado tanto de ser correspondida pero el hecho de que la buscara cada noche debía significar algo. Aunque...debia comprobarlo de forma mas tangible.
Sus pasos eran rapidos y agraciados, moviendose por el espacio ocupado en la pista de baile. Sus ojos manteniendo el contacto sin tintubear o pestañear.
Tenten sonrió al ver como los ojod malva recorrian su figura sin parar. Un vestido amarillo se modelaba a su figura, un collar de oro adornaba su pecho dejando entrever su posición en la ciudad. Unos aretes de oro alargados caigan sujetos de sus orejas, unos brazalete a juego estaba sujeto en cada brazo, una tobillera sonaba en cada uno de sus pasos. Su cabello caía suelto por su espalda perfectamente alaciado, con un flequillo cubriendo su frente.
El ropaje digno de la princesa de Tenochtitlan.
Los intrumentos viento finalizaron la melodía dando paso a otra.
Tenten sintió un arranque de adrenalina cuando tiró del hombre, guiandolo entre la gente. Él la siguió sin dudar ni hacer alguna pregunta. Ella volteaba mirándolo seguirla tan decidido y con cierta chispa en los ojos aperlados. Se movieron entre el mar se gente y la oscuridad que era ligeramente eclipsada por las constelaciones encima suyo. Lo guió entre el las casas y terminaron en un sitio alejado. Atrás de la gran piramide que ahora estaba desierta, toda la fiesta se concentraba en en el lado sur.
Unos árboles limitaban el acceso a la costa. Los grillos cantaban inspirados y la luna reflejaba a ambos Mexicas respirando con dificultad luego de aquella danza pasional. Tenten se recargó en la piramide, Neji estaba enfrente suyo a una distancia que le parecia insultante.
–Dimelo. – Imploró Tenten un poco dudosa, acercando con un jalón el cuerpo masculino hasta ella.
Se rozaron sus cuerpos un segundo. Odiaba que Neji Hyūga fuera así. Parecia tan despreocupado, tranquilo. Como si en vez de tener a una mujer implorando con cada poro de su cuerpo el ser tocada estuviera hablando con Rock Lee. Sin embargo era tan caballeroso ya que justo ahora mantenia sus manos afuera de su cuerpo y mantenía la serenidad.
–¿Qué cosa? – Tan serio y reservado como de costumbre, sin ningún indicio de perturbación en su rostro.
Tenten dio un paso hacia su cuerpo. Levantó la mirada ligeramente para entablar visualidad con el Hyūga. Mordió ligeramente sus labios pensando en las palabras que diría a continuación. Un golpe en el estómago la invadió al verlo seguir este movimiento y dar un imperceptivo paso hacia ella.
–Que me necesitas tanto como yo a ti.
Los ojos malva brillaron más intensamente que la fogata que ardía consumiendo cada ofrenda que le lanzaban los mexicas para incrementar su poder.
La tensión que durante tanto tiempo existió entre ellos les explotó en la cara
Un paso fue dado y Neji poseyó sus labios con tanta intensidad que fue un golpe abrumante a su estomago. Inmersa en el deseo correspondió el beso con el corazón en la boca. Él la aprisionó contra la piramide t pudo sentir el cuerpo masculino y bien formado por su entrenamiento militar sobre su ropa. Quemaba con la intensidad del Dios del sol. Soltaba ligeros gemidos al sentir la boca del Hyūga amoldearse a la suya y como la acercaba aún mas sujerandola de la cadera, pidiendo más exigiendo. Con su mano libre acariciaba su rostro. Tenten sentía el peso del contacto con tanta delicadeza y amor que por segunda vez en la noche se aturdió.
Se alejaron un momento recuperando el aliento. Neji hundió el rostro en su cuello, olfateado aquel aroma que lo enloquecia. Su nariz acariciando su cuello y mejilla. Su aliento mandando escalofrios a cada partícula de su cuerpo. Entonces sus miradas se cruzaron. Tenten dejó de respirar al verse reflejada, sus mejilllas sonrojadas y la misma neblina eclipsando su vista como la de él. Habían dejado pasar tanto tiempo, ignorando lo que sus cuerpos gritaban con furia.
Tenten se acercó demandando nuevamente esos labios, marcandolos como suyos. Perpetrando esa boca y sintiendo la lengua contraria. Las yemas de los dedos masculinas clavandose en su espalda y cadera. Tenten simplemente atinó a rodear su cuello y rodear la cintura contraria con las piernas.
-Neji- Un gemido fue reclamado al sentir su boca succionando su cuello. – Neji- suplicó ansiosa.
El hyūga se alejo de su cuello lo suficiente para entablar una conexión visual, pidiendo de alguna forma un permiso que ya estaba concedido. Entró en ella sin miramientos, llenandola por completo. Tenten gimió profundamente al sentir por fin aquella unión que anhelaba.
De entregaron a los deseos de la diosa.....
En lentos movimientos al inicio para adaptarse. Neji gemía profundamente en la oreja de ella, acción que solo la exitó aún mas. Bendita era la Diosa tal por entregar tan virtuosa ofrenda.
Neji comenzó a moverse aún mas rápido mientras besaba nuevamente a la princesa de Tenochtitlan, sucumbiendo al deseo y placer abrumador que desataba su cuerpo.
Una corriente sacudió sus cuerpos cobrando un orgasmo satisfactorio. Tenten bajó la piernas mientras Neji se apoyaba en su hombro, intentando controlar la respiración.
Un sonido de hojas rompiéndose los congeló en su sitio. Abrieron los ojos impactados al saber que habían sido atrapados. Otras hojas rompiéndose. Neji cubrió la boca de Tenten mientras la aprisionaba contra la pirámide ocultandola de la vista de cualquiera que fuese.
Una voz conocida para Tenten salió en un susurro.
–¿De verdad esto es inflamable?
Los paso avanzaban ligeramente y se detenían unos minutos. Esas palabras las desconcertaron. ¿A que se referian? Se escuchó nuevamente el avanzar de las personas.
– Por supuesto, yo más que nada conozco sobre el arte de las explosiones.
Tenten abrió los ojos sin entender realmente que era lo que estaba escuchando. Sin moverse verdaderamente asomó el rostro por el hombro de Neji quien no movía ni un músculo en su intento de pasar desapercibidos. Una cabellera rubia extrayendo algo de los árboles.
–Ese tratado es un insulto para nuestras tradiciones bélicas y para nuestros Dioses. –Deidara escupió furioso mientras pasaba a otro árbol.
La voces fueron perdiéndose por el bosque y Tenten sintió la puñalada clavándose con fuerza ¿Su hermano iban a traicionarlos?
El peso de la sangre se alzó con fuerza manchando todo a su paso.
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El último día de la celebración se alzó esplendoroso por toda la ciudad. Los colores destellando por las calles, los gritos entremezcladose con la música procedente de los instrumentos de viento. El agua corriendo con premura por las aperturas de la ciudad, los niños jugando con los peces que transitaban por ellos.
El lider Tolteca entrando a las puertas de la ciudad y siendo recibido con gran jubilo por lo que representaba su presencia. Las manos de los lideres de las ciudades se estrechó. Tenten siguiendo a su padre en tal recibimiento. El centro de la ciudad se abrió ante ellos.
Las calles de la ciudad que daban al centro fueron bloqueadas por unas figuras tapadas por una gran capa. Levantaron sus flechas en lo alto, encajandolas en los arcos tallados en madera.
Aprovecharon la madrugada para bañar los edificios, chozas y poner barriles con esa sustancia incendiaria. Solamente debían atinar a alguno de sus objetivos para originar una explosión en cadena. Centenciando al líder Tolteca por tal traición y el pacto se rompería antes de firmar cualquier papel.
Deidara sujeto su arco mientras prendia tela mojada en esa sustancia que se sujetaba a la punta de la flecha. Sonrió con la egocentricidad que lo representaba.
La gente ignorante pasando a su lado con alimentos y bebidas en la mano.
–El arte es una explosión. – Soltó la cuerda tensa liberando la madera incendiada.
Las flechas salieron disparadas.
Súbitamente su cuerpo fue tacleado con gran fuerza siendo lanzado al suelo. En un autoreflejo comenzó devolvió el golpe. Su mirada azulada se desvió levemente para ver si sus objetivos fueron alcanzados.
Algunas edificaciones fueron alcanzadas y el fuego se originó con fiereza. La gente corrió pavorosa de tal acción mientras los guerreros intentaban acabar con las llamas que parecían expandirse con rapidez. Los responsables de tal acontecimiento, Akatsukis, como Deidara solía llamarlos, se enfrentaban a los guerreros.
Golpes certeros, patadas y exclamaciones de dolor se escuchaban en toda la plaza central. Deidara estaba algo conmocionado para poder reaccionar con propiedad ¿cómo habian actuado tan rápido los guerreros? Se suponía que este plan se llevaría a cabo y con la conmoción inicial tendrían suficiente tiempo para salir de ahí. Ahora todo su grupo se enfrentaba a los guerreros mexicas que parecía que siguieron sus pasos.
El rubio dio una voltereta brindando una patada al guerrero que enfrentaba. Le propinó un par de golpes mas y salió corriendo con el fin de perderse entre el bosque y subirse a una chalupa. Debía irse de ahí.
Sus pies corriendo con premura, su aliento escapando con rapidez. Le dolían las costillas, sintiendo el enojo subiendo con fuerza por su pecho ¿había sido traicionado? ¡No podía ser! Ninguno de akatsuki haría algo como eso, apoyaban sus motivos. Dejó salir un grito frustrado de entre sus dientes presionados con fuerza.
Una flecha silbando por entre los arboles y acertando a su objetivo. Deidara sintiendo la punta alcanzar su pantorrilla izquierda, abriendo la boca sorprendido y soltando un grito doloroso. Cayó al suelo, y miró la sangre brotar. Intentó retirarla con fuerza pero un cuerpo cayendo encima suyo lo detuvo, mandandolo de nuevo al suelo.
Concentró su atención ante la persona encima suyo.
Tenten Natto, su hermana, pisaba su pecho con fuerza, con una expresión gélida y con un arco colgando de su hombro. Un huipil verde oscuro con flores en la parte inferior, destancando el color marrón de sus ojos y cabello que caia suelto por sus hombros.
Grandeza, sutileza e imponencia.
No había sido escuchada, tan sigilosa y un arma letal. Deidara apretó los dientes al entender que su destino habia sido definido.
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La voz recitando aquellas palabras en náhuatl, haciendo eco en la plaza inmensa afuera del templo mayor.
El sacerdote hablando con gran impetú, con gran anhelo y emoción impresas en cada palabra. La gente hablando escuchando atenta. El religioso alzando la alta corona con plumaje verde y dirigiendo sus pasos hacia la figura que estaba sentada en el tronó en lo anta del templo mayor.
La edificación magnifica brillando en todo su esplendor por ser alcanzada por los rayos del sol. Los pájaros regalando su melodía entre los arboles.
La corona fue depositada en su cabeza, la persona se levantó y la gente rompió en exclamos de felicidad. La música eclipsante sonando y haciendo eco al respecto de la figura alzandose encima de todos.
Un largo vestido amarillo al cual tenía atados tantos recuerdos pasionales, con sus brasaletes en los brazos. La corona jugando a la par con los colores y brindando una figura con magnificencia.
Tenten Natto/ Atotoztli había sido coronada como la primera reina Mexica.
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Palabras usadas:
Juego de pelota mexica: Ullamalitzli
Pelota de caucho: Õllamaloni
Escuela de nobles donde les enseñaban diferentes artes, pelea, politica y el juego de pelota: Kalmekac
Cancha donde jugaban: Tlachtli
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¡Hola queridos!
He demorado bastante con esta historia y me he alargado de mas. Pero tenía que explicar bastante esto.
Atotoztli fue la primera y única reina que gobernó Teotihuacán. Los códices nos indican poca información al respecto, ningún hecho relevante por que una mujer en el cargo no era bien visto. Se suponia que Iquehuacatzín reinaria pero sin muchos detalles fue dejado de lado y ella entró al poder por periodos de tiempo que son diferentes en cada registro o códice, hubo muchas variantes del tiempo de su reinado y que gobernó a la par con su esposo y con su padre. Pero quise irme a la versión donde destacara más.
Espero que les gustara, fue mucho bajo de investigación y enlazar las cosas, utilizando las palabras correctas en ese entonces.
¿Votos, comentarios?
Pd. Obviamente no podia faltar el momento Nejiten jaja.
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