Mi jardín está infestado de hongos.

Aparecieron de la nada, una cálida noche de verano. Lo único que recuerdo son extraños brillos rojizos, azulados y verdosos iluminando el cielo. Aquellos brillos no eran normales. Lo sé porque siempre estaba observando el cielo. Al fin y al cabo, es lo único que un anciano como yo podía hacer cuando llega esa etapa de la vida en la que no queda más que esperar el final postrado en una cama cerca de una ventana.

Un hongo solitario comenzó a crecer en un vaso con agua que había dejado en mi mesilla de noche. Al intentar tocarlo, el redondo hongo reventó expulsando pequeñas luces de diversos colores, similares a las que habían iluminado el cielo. Tras ese día comencé a sentirme más animado y despierto. Al cabo de un tiempo, conseguí volver a caminar. Una semana después, mi cabello era negro nuevamente y mi piel se había vuelto tan tersa como cuando era joven.

Los hongos de mi jardín son milagrosos.

Pero parece ser que solo yo tuve la suerte de congeniar bien con ellos. Cuando recuperé mi juventud, decidí estudiar los hongos del jardín. Cabe destacar que mi casa es considerablemente grande, por lo que más que un jardín, podríamos llamarlo un parque interior. Aquellos hongos no son similares entre sí y cuando uno intenta tocarlos, revientan entre brillos luminosos.

Yo tenía un perro.

Había sido mi amigo durante muchos años y era tan viejo como yo lo había sido antes de entrar en contacto con los hongos. Un día, mi perro se atrevió a olisquear uno de los hongos del jardín, causando que expulsara sus brillos característicos. Creí que, al igual que yo, mi fiel amigo rejuvenecería y volvería a ser el fuerte mastín de antaño. Pero no fue así.

Mi perro cambió.

Ya no es un perro. No estoy seguro de que siga siendo un animal. A veces llego a compararlo con los hongos del jardín y los encuentro muy similares. El ser que antes había sido mi perro ahora tiene muchos ojos y multitud de cilios le crecen alrededor del cuerpo. Es horrendo pero parece feliz.

Necesito saber más.

Necesito saber si los hongos del jardín son una maldición o una bendición. Para probarlo invité a toda la gente del pueblo a una fiesta en mi jardín. Los hongos purgarán sus vidas.

Ya están llegando.