Capitulo 4

-Entonces no recuerdas algo antes de que te quisieran matar?- pregunto Komui.

Ya habían pasado unas horas desde que Lenalee me explico que el collar era para evitar ser marcado y que los inhibidores son medicina para ocultar mi celo y evitar embarazos... aunque era medicina experimental, era lo mejor que servia en los omegas por el momento.

-No... apenas y recuerdo que vivía en una casa fuera en el campo, quien cuidaba de mi... lo mataron pero no recuerdo muy bien todo lo que paso.

-Es sospechoso no creen?- hablo Kanda.

La mesa era realmente grande, los tres estábamos sentados en un extremo de la mesa y Kanda estaba solo, por su cuenta del otro lado.

Me encogi de hombros algo apenado, la impresión que Kanda tenia de mi era horrible y que me lo recordara a cada segundo era frustrante.

-Kanda!- me protegió Lenalee.

-Es verdad! Porque lo cuidan tanto? Porque no lo regresan a casa? no parece que fuera mal cuidado!

-No vez todas las cicatrices de su cuerpo!- se alteró Lavi.

Me tomo de la barbilla y me puso frente a él, exponiendo la cicatriz de mi mejilla que empezaba desde encima de mi ojo. Bajo un poco la camisa que me habían prestado que realmente me quedaba grande y dejo expuesto parte de mi hombro y mi brazo que tenia tatuajes.

No podía moverme de la impresión, estaba totalmente expuesto ante él. Su mirada fija en mi me ponía nervioso y trate de escapar pero él me lo impidió. Kanda me tomo del brazo y empezó a inspeccionarlo.

-Esto es...- susurro.

-Si. El esta maldito igual que tu- aseguro Lavi.

-Los Noé- apenas y pronunciaron ese nombre, el ambiente se volvió tenso.

Pero para mi fue diferente, un dolor de cabeza me doblegó y caí al suelo de rodillas, gritaba al no poder soportarlo y enseguida tenia todos a mi alrededor.

-Allen!- me grito Lavi.

-Debe ser un dolor por el impacto que tuvo al caer.

-Eso no es un dolor normal- intervino Kanda. Me obligo a verlo, mi mirada estaba algo borrosa, el dolor no me dejaba concentrarme... - concentrate solo en mi

-No puedo!

-Si puedes!- me grito.

Sentí como el aroma... su aroma se hacia mas potente, trataba de solo concentrarme en eso... el aroma era tan especial que mi cuerpo se empezó a relajar, su aroma era a...

-Cerezos- susurre.

-Tu... puedes identificar mi aroma?- pregunto curioso pero sin dejar de fruncir el ceño.

-Si... son cerezos- me acerque un poco mas pero el me aparto de su lado.

Parecía enojado y al mismo tiempo exaltado, aunque en ningún momento dijo nada, su aroma empezó a desaparecer, igual que el dolor de cabeza.

-Estas bien Allen- pregunto Lavi.

-Aah... si

-Que sucedió?

-No se... mencionaron a los Noé y el dolor empezó.

-Sabes algo de ellos?- pregunto Komui.

-No realmente... pero alguna vez escuche sobre el Conde Milenario.

-Como sabes de él?

-Él...- trataba de recordar porque lo conocía pero me era difícil... y demasiado confuso -no lo recuerdo...

-No mientas!- grito Kanda.

Me tomo de la camisa y y me tiro contra la mesa, su presencia se volvió demasiado peligrosa y dominante, estaba temblando y trataba de huir; pero me detuvo, puso su mano sobre mi cuello, aunque llevaba el collar sentía la presión.

-Sueltalo Kanda!- grito alterada Lenalee.

-No nos esta diciendo la verdad... no lo soltare hasta que lo diga.

-Que... quieres... de mi?- pregunte a duras penas.

-De donde vienes?

-Vivía en una cabaña con Mana... él cuidaba de mi cuando... no estaba con los otros.

-Quienes son los otros?

-No lo se...

-Quienes son?

-No lo se! Ellos experimentaban conmigo!- grite demasiado alterado.

Kanda dejo de hacer presión en mi cuello y volteo a ver a Komui, al igual que los otros dos.

-Yo no lo se... el no tiene nada extraño en su organismo, así que no se que le hayan hecho...- contesto Komui a una pregunta muda.

Kanda chequeo la lengua y por fin me soltó, pero en su mirada vi el doble de desprecio que tenia por mi. Se aparto de mi dejando que los otros se me acercaran pero no abandonó el lugar.

-Entonces que rayos eres? Si estas maldito ya no eres completamente humano- sitio hablando.

-Kanda!- grito enojado Lavi.

-Si va a seguir viviendo aquí, debe ser consciente de todo, y nosotros igual. No sabemos si ya lo estén buscando.

-Kanda tiene razón- apoyo Komui.

-Pero...- protesto Lrnalee.

-Yo... no se, nunca me decían nada... solo me llevaban a un lugar subterráneo, tenia una inspección rutinaria y luego... trataban de ver algo, tenia que ver con mi brazo y mi ojo...

-Tu cicatriz del ojo fue en diferente tiempo que lo de tu brazo?

-Si... supongo, para ellos era diferente.

-Entonces esto es lo mismo...

-Lo mismo?- pregunte con duda.

-Si bueno... actualmente los noeh y la iglesia estan en guerra, y eso fue apartir de un descubrimiento que ocurrió dentro de la iglesia.

-Tengo algo que ver con eso?

-No lo sabemos pero puede ser posible, la iglesia hacia unos descubrimientos algo raros y cuando el gobierno quiso saber... encontraron que experimentaban con niños, varios de ellos terminaron malditos y otros cuantos generaron un poder especial que ellos llamaban regalo de Dios.

-Entonces yo...- las manos me temblaban.

Eso quería decir que yo era parte de ellos? Pero como termine ahí? No recuerdo nada. Entonces... Mana? Al que considero un padre, también es parte de ellos? Solo me cuidaba como un encargo? Nunca me quiso? Solo soy...

-Allen... Allen! Regresa- me gritaba Lenalee.

-Si solo fui un experimento... entonces porque mierda me cuido, me dio un hogar y dijo ser mi padre?!

-De quien hablas Allen?- pregunto extrañado Komui.

-Quien murió dando su vida por mi... quien me llevaba a ese lugar pero quien también me protegió de que me matara...- trataba de retener las lagrimas.

-Deja de llorar!- grito Kanda- no eres especial, acostumbrarte... este es el infierno de la vida real y tendrás que afrontarlo.

-Y porque debo de hacerlo! Debieron dejarme morir!- por primera vez pude hacerle frente.

-Estoy de acuerdo!

El lugar volvió a quedar en silencio, nadie se atrevía a meterse en esto y yo sentía un vacío en el pecho... como de verdad me estuvieran matando.

-Pudrete...- susurre mientras salia corriendo de ese lugar.

El tenia razón, no había motivo para que yo estuviera ahí... nadie en ese lugar me conocía y yo no tenia confianza de nada... solo era un estorbo, y para ser sincero, solo quería llenar el vacío que Mana había dejado, pero soy ingenuo... unos desconocidos no me pueden dar aquello que me fue arrebatado.

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