Capitulo 27

Kanda...

-Deberías dormir un poco...

-Estoy bien- conteste de manera condescendiente.

-Kanda, si sigues así solo lograrás que también tengamos que cuidarte a ti- me regaño Lenalee

-Ya te dije que estoy bien!- le gruñi.

Necesitaba mi espacio y ya había tenido suficiente estrés en todo el día. Empezando con que ese estupido conejo había dejado su olor sobre el Moyashi, ese tal Tikky tiene algo entre manos con el Moyashi y esa mujer de los Noeh casi mata al estupido Moyashi!

Estaba tan enojado que de alguna manera logré desbloquear ese rencor que le tenía a la inocencia y pude lograr sincronizarme, ataque a esa mujer llamada Lullubel con tanta rabia que en algún punto me deje llevar y casi logro capturarla, hasta que los otros Noeh intervinieron y se fueron.

Cuando mi mente estuvo más dispersa y estuve más consciente, escuchaba a Lenalee gritar y el aroma de Lavi estaba demasiado hostigante y por alguna razón me molestaba.

Camine hacia ellos como si no tuviera importancia, pero cuando vi que era ese enano albino, marque territorio. Con mi aroma alejé a la mayoría del Moyashi, me quité mi gabardina y se la puse encima, lo cargue en brazos y lo metí a una de las habitaciones del barco.

Permití que entraran a tratarlo y a revisarlo, a que trajeran medicina y comida, pero no quería a nadie por más de media hora en esta habitación, estaba literalmente marcando territorio y no dejaría que nadie viera al omega más de lo que yo lo permitía y justo ahora... de verdad necesitaba un momento a solas con él.

-Llegaremos en dos días a Roma... tienes que dormir, yo lo cuidaré, te lo prometo...

-No! -frunci el ceño- solo ve a cuidar a alguien más... yo estaré bien y cuidaré de él.

Ella ya no dijo nada, sentía su resignación, pero por fin se fue. Solté un largo suspiro y dejé caer mi cabeza sobre el respaldo de la silla donde está sentado, me frote un poco las sienes y luego volví la vista al albino.

Sufrió un gran shock en la pelea, ha tenido temperatura y despierta en pequeños lapsos para comer y luego vuelve a quedarse dormido, aunque no quiera admitirlo... esta vez de verdad me lleve un susto. Cuando lo vi después de traerlo a la habitación estaba tan pálido... las enfermeras se movieron rápido y lo ayudaron, pero eso no me quitaba ese sentimiento amargo.

Oí un pequeño suspiro que me sacó de mis pensamientos, el Moyashi estaba temblando, pase mi mano por su frente y su temperatura minera elevada, pero si tenía la nariz fría. Me levanté para pedir ayuda pero sostuvo mi mano.

Me exalte pensando que había despertado, pero no. Su cuerpo reacciono aunque siguiera durmiendo. Eso fue como un gran golpe a mi ego, él de verdad me quería a su lado... aunque nunca sabré que vio en mí, de verdad estoy agradecido, pero eso nunca lo sabrá.

Levante las cobijas y me acosté a su lado tapandonos a ambos, en cuanto sintió mi cuerpo al lado suyo, busco refugio conmigo, metió su cabeza en la cuenca de mi cuello y aferró sus manos a mi torso, yo lo cubrí con mis brazos y tratada de que el estuviera a gusto. Sentí como dejaba salir su aroma... flores de loto. Empecé a adormecerme hasta que por primera vez en dos días pude dormir.

Desperté algo alterado. No me moví mucho en la cama, pero mi respiración era agitada y sentía miedo.

Reaccione enseguida que podía ser el albino y me levante de golpe. Él tenía unos pequeños temblores, me levanten y me senté a su lado, trate de despertarlo y no asustarlo.

Dio un pequeño grito ahogado y despertó. Se veía desubicado, pero se tranquilizó después de un raro.

-Donde estamos?- fue lo primero que dijo. Su voz era rasposa y casi no podía oírlo.

-Aun seguimos en el barco... es mejor que descanses.

-Me duele la garganta...

-Llevas dormido dos días, casi no comiste y talvez estés algo deshidratado.

-Los Noeh!- grito y se quejó, alzar la voz le lastimó la garganta.

-Se fueron...

-Necesito...

-Solo descansa, cuando lleguemos a Roma hablaremos.

-No!- se aferró a mi muñeca- No te vayas- me suplico.

-No lo haré... -parecio sorprendido, pero sonrió cuando mis palabras le convencieron.

-Tu aroma está impregnado en este lugar...

Me sonroje. Lo tomé del rostro y lo volví a recostar en la cama, trataba de evitar que me viera, ese tonto enano no sabía lo jodidamente hermoso que era.

-Quedate aquí, traeré comida.

Salí corriendo de ahí, pero antes de llegar a la cocina me encontré con Marian que traía una bandeja de comida.

-Ya despertó?- me pregunto.

-Si...

-Bien, dale esto y dile que se prepare. Tenemos que seguir intentando su sincronización.

-Estas loco! No voy a dejarlo salir hasta que se recupere...- le amenace.

-No es tu decisión niño bonito, si quieres que sobrevivamos... él tiene que lograrlo.

-Pero no ahora!

-Si tanto quieres que respete tu decisión... espero y que te conviertas en el alpha de ese chico. Porque si no... la próxima vez, iré a sacarlo de esa habitación y si te interpones te meto en un jaula- me entrego la bandeja- es chico aun es vulnerable a todos... si no actúas rápido, alguien te lo va a quitar.

Ese maldito... solo vino a hacerme enojar. Regrese a la habitación demasiado irritado, tenía la mandíbula tan apretada que los dientes me dolían y sentía ese cosquilleo en los colmillos.

-Sucedio algo?- pregunto el Moyashi.

Se acercó algo preocupado. Frunció el ceño y solo pude dejar caer mi cabeza en su hombro, trataba de absorber su aroma y relajarme.

-Porque tenías que ser tan importante para el mundo?

-De que hablas?- sentía su nerviosismo.

-No tiene importancia...- me separe lentamente de él- ahí esta tu comida, iré afuera y...

-No! Dime lo que ibas a decir!- hizo un puchero.

-Dije que no era nada- refunfuñe.

-Se que me estas mintiendo!

Chasqué la lengua, rodeado los ojos y preferimos ignorarlo. Me encantaba que no fuera un chico sumiso, pero a veces me desesperaba y si esto seguía así... yo de verdad iba a explotar, así que mejor irme antes de arruinarlo.

Pero el me impidió el paso, se puso frente a la puerta y se aferró a el marco de la puerta.

-Dijiste que teníamos que aprender a convivir... así que para que esto funcione, ambos debemos poner de nuestra parte...

-No sabes cuanto de mi parte estoy poniendo...- hable entre dientes.

-Solo trataba de preguntar lo que te pasaba...

-Bien!- lo acorrale contra la puerta y mi cuerpo, teniendo nuestros rostros a centrimentos- esto es lo que me pasa.

Lo tomé de la cintura y de su cuello para que no escapara, él estaba tan sorprendido que cuando lo besé aún parecía perdido. Me iba a separar, pero él me siguió el beso... me sorprendí y me altere, pero el parecía todo lo contrario.

-Si vas a besarme no te arrepientas a medio camino- me guiño un ojo y por fin se quitó de la puerta.

-Tu... no estás molesto?

-No, bueno si... pero no por el beso.- se sentó en la cama.

-Aaah... entonces porque...

-Bueno, sigues siendo él único que creo... me gusta, pero eres un malhumorado, enojo, gritón alpha que nunca se había preocupado por mi... hasta ahora y no se, aunque aún no dices mi nombre y sigue molestandome... yo...

-Allen...- dije su nombre y eso lo dejo callado.

Dio un pequeño brinco y se sonrojo, sonreí con prepotencia, pero de verdad me gustaba que él solo reaccionara así conmigo.

-Dilo de nuevo- me pidió.

-Allen...- volteo a verme y su aroma se volvió muy dulce- de verdad me gustas...

Lo tomé con la guardia baja, trato de huir, pero lo cargue entre mis brazos para impedírselo y él solo se tapaba el rostro con las manos.

-Esto no es justo- se quejó.

-Lo sé... pero ya que me provocaste tanto, es tu momento de decir la verdad.

-Tu sabes lo que siento...- bajo sus manos y me dejo verlo, sus ojos violetas brillaban y sus mejillas estaban sonrojara, hacian demasiado contraste con sus cabellos blancos.

-Quiero oírlo...- le suplique.

-Tu...- se puso nervios- también me gustas- lo dijo con rapidez y se lanzó a abrazarme ocultando su cabello en mi cuello.

-Sigues siendo un Moyashi...- me reí.

-Y tu un Bakanda...

Se separó un poco de mi y por fin lo bajé. Al aún me tenía abrazado por el cuello y cuando nuestros ojos se cruzaron ambos sonreímos por la complicidad del momento.

Y me besó, un beso delicado y lento... lo cambió todo.

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