Capitulo 23
Allen...
-Mana!- desperté gritando.
Joder, todo se sintio tan real. Ni siquiera se cual fue el detonante de mis recuerdos. La cabeza me dolía y aún me sentía confundido por toda la carga de emociones que recibió de golpe.
Me levanté de la cama y salí por un vaso de agua, llegué a las escaleras y Kanda estaba ahí... parecía estar esperando a alguien. En cuanto me vio se quitó de ahí y me dejó pasar, lo dudé un poco, pero seguí mi camino.
-Estas bien?- pregunto cuando yo ya iba a la mitad de las escaleras.
Me detuve. Era posible? El sabía? No... no era posible.
-Si, no te preocupes- trate de fingir una sonrisa.
-Esta bien- acepto mi respuesta y escuche sus pasos irse.
Suspire y me relaje, había estado muy tenso, pero cuando Kanda me tomó de la mano y me llevo a la cocina me tomo desprevenido. Me dejo sentado en la mesa que había ahí, el saco algo de leche y la puso a calentar en la estufa, en todo ese momento no me quiso voltear a ver.
-Kanda?- pregunte con angustia.
-Si no me quieres decir, esta bien- su voz sonaba algo ofendida y hasta cierto punto enojado- solo quiero que te tranquilice un poco...
-Como lo sabes?
-Tenia una sensación molesta desde que te fuiste a dormir... no conseguía tranquilizarme, así que supuse que eras tú- me contesto mientras ponía la leche en un taza y me lo daba.
-Perdón -tenia la sensación que tenía que decirlo.
No obtuve respuesta, pero el se sentó junto a mi y por primera vez volteó a verme a los ojos.
-Porque te disculpas?- pregunto con seriedad.
-Yo... no lo sé.- me puse nervioso.
-Moyashi- se burló de mí, pero no me importó... él me estaba sonriendo, cuando se dio cuenta de que lo observaba volvió a su mirada seria.
-Yo, recordé mi pasado...- el ambiente estaba relajado y de alguna manera me sentía a gusto con contárselo.
-Entiendo...- agradecí que no preguntara más.
-Yo... sabia varias cosas sobre esto, la iglesia, los noeh... y el cristal... aunque nunca me dieron la información completa.
-No tienes que decírmelo si no quieres- pegó un poco su hombro al mío y sonreí, su manera de darme apoyo era extraña... pero supongo que ambos somos iguales.
-Yo sé cosas de tu pasado aunque no quisiste que las supiera... supongo que es justo que sepas un poco de mí- conteste con tranquilidad.- quiero que lo sepas...
-Bien...- sentí como se relajó y como su aroma empezaba a cubrirme en una forma de tranquilizarme.
-Kanda! Allen no está!- llego gritando Lavi a la cocina.
Di un pequeño brinco por el susto, Kanda por su parte volteó a ver a Lavi y le gruño. El pelirrojo se dio cuenta de que interrumpió y se avergonzó, pero no se fue.
-Yo lo siento...- trato de reparar el error.
-Tranquilo, no pasa nada- trate de relajarlo.
-Qué haces aquí maldito conejo!?- le grito Kanda.
-Necesitaba hablar con el Moyashi- se defendió.
Puse los ojos en blanco por el apodo, pero me divertía la situación, desde que llegué la relación de todos nosotros había sido tormentosa, por lo menos ahora... podía conocerlo de mejor manera.
-Qué tienes que hablar con el a las 3 de la mañana?- le recalco Kanda.
-Preguntaría lo mismo...
Kanda no pudo decir nada en contra de eso, se levanto y solo me dedico una pequeña mirada antes de irse enojado de ahí.
-Le hiciste enojar- le dije a Lavi entre risas.
-Si... espero que mi cabeza esté en su lugar cuando vaya a dormir- hablaba y dramatizaba la escena.
Habíamos pasado un mes en la mansión a donde llegué cuando me encontraron, habíamos formado una relación más amistosa entre todos, aunque con Kanda había costado un poco más... ambos lo estabamos intentando.
-Que querías hablar?- pregunté.
-Nada en realidad- se sentó junto a mi- escuche que gritaste y cuando fui a verte ya no estabas.
-Lo siento...- me volví a disculpar.
-Otra pesadilla? -pregunto con normalidad, pero me sonreía con preocupación.
-Olvide que fuiste tu el primero en ayudarme cuando las pesadillas empezaron...
-Bueno... fui quien te trajo aquí- se sonrojo.
-Tal vez, todo estuvo planeado- me puse nervioso.
-Que quieres decir?
-Mana me trajo específicamente a esta área, dijo que estaríamos seguros... pero nos atacaron. No crees que fue raro? Él no se equivocaba...
-Crees que quería que murieras?- pregunto con miedo.
-No... era algo más...
-Que crees que quería de ti?
-Neah...- respondí sin pensar.
-Quien? -pregunto espantado.
-Neah... el buscaba a mi padre, puede que por eso me buscara desde un inicio...
-Recobraste tus recuerdos?- pregunto estupefacto.
-Algo así... aún me duele la cabeza y no se si todo sea real pero...
-Acompañame- me jalo del brazo llevándome a su habitación.
-Que hacemos aquí?- pregunte cuando me soltó y empezó a buscar en una pila de libros.
La primera vez que entre aquí quede impresionado, era un milagro si lograba ver el suelo... toda su habitación está llena de libros, a penas y nosotros entrábamos en ella.
Resulta que Lavi es un sucesor de un gran investigador Bookman, así que su pasión es la historia y la investigacion, es como una enciclopedia andante... aunque con el gran carisma y humor que tiene, nunca me hubiera imaginado la gran sabiduría que posee.
-Aqui esta!- grito saliendo de unas pilas de libros.
-De que hablas?- aún no entendía.
-Mi abuelo me habló una vez de unos gemelos de la familia Noeh, nunca lo volvió a mencionar, así que lo anoté como parte de historias perdidas...
Se sentó en su cama y me hizo un espacio tirando unas cosas al suelo para que me sentara.
-Uno de esos gemelos se llamaba Neah, le llaman el traidor- me leía el libro que tenía en sus manos- el quiso matar al conde... pero los demás Noeh se lo impidieron, aunque quien lo mató fue su hermano...- hubo un largo silencio y tuve que voltear a ver el libro...
Cuando leí en nombre de mana me asusté, me levanté de golpe y traté de negarme a esa verdad. Si Mana mató a Neah y si esa historia es real... yo... yo solo...
-Allen tranquilizate- trato de tocarme pero me hice hacia atrás.
-No! Tu no entiendes si eso es verdad, que se supone que fui yo?!
Volvía dar un paso hacia atrás, pero tropecé con uno de los libros, provocando que perdiera el equilibrio.
-Cuidado!- Lavi trato de detenerme pero otra pila de libros cayó y el trato de cubrirme.
Quedamos cubiertos de libros y nuestros rostros estaban demasiado cerca, aún recordaba el aroma de Lavi, no me hacía perder la cabeza como el de Kanda, pero era dulce y fresco. Él fue quien me advirtió de no acercarme con tanta confianza a los puntos débiles de los alpha, pero en esta posición me era imposible.
Escuche un pequeño gemido reprimido de parte de Lavi y trate de contener la respiración del golpe de feromonas que dejó salir. Escuchamos posadas cerca y tratamos de separarnos lo más rápido posible.
Los libros cayeron estrepitosamente, pero fuimosnliberados. Pude respirar con tranquilidad, aunque trataba de dar respiraciones largas, aún no me acostumbraba a los alpha y Lavi no es uno común... era un peligro estar solos, pero habíamos logrado ser amigos, no quería echar a perder eso por mi falta de conocimientos como omega.
-Todo bien?- pregunto Kanda cuando llego al cuarto.
-Si... me caí- contestó Lavi entre risas.
-Te he dicho que limpies este chiquero- le regaño.
-Se donde esta todo- Lavi hizo un puchero que me hizo reír.
Ambos se me quedaron viendo, Lavi se sonrojo y Kanda tuvo que bajar la mirada. Me sonroje de golpe por las acciones de ambos y tuve que evitar sus miradas.
-Deberiamos ir a dormir- sugirió Kanda.
-Si, creo que si- acepte su propuesta y le seguí.- gracias Lavi.
-No creo que hiciera algo importante... solo te conté una historia.
-Sabes que no es cierto...- conteste con una sonrisa.
Fue lo único que dije, corrí para alcanzar a Kanda, nuestras habitaciones estaban cerca así que si Lavi escuchó mi grito... Kanda también, entonces... estaba preocupado?
-Llamame si necesitas algo- se detuvo frente a mi puerta.
-Si... gracias.
Me detuvo antes de que entrara a mi habitación. Puso su mano sobre mi hombro y me quedé estático, apenas y rodaba mi piel pero empezó a subir hasta mi mejilla y luego sentí su nariz rozar con mi cuello. Estaba temblando, quería más... pero de repente se detuvo.
-No dejes que ese conejo impregne su aroma en ti- más que un raclamonparecia una petición.
Se apartó de mi y me dio la espalda., se iba a ir pero lo detuve de su camisa. Cuando me di cuenta lo solté y corrí a mi habitación. Cerré la puerta y me dejé caer recargado sobre ella.
-Eso fue demasiado... -susurre mientras me tranquilizaba. En que estaba pensando?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top