Capitulo 22

Pasado de Allen 2° parte

-Que se supone que es este lugar?- pregunte mientras curoseaba por todos lados.

Estuvimos viajando por dos días, hasta que llegamos a una casa en medio del campo, el lugar estaba empolvado... seguramente hace mucho que el no venía aquí.

-Era mi casa... hace mucho tiempo.- se veía algo agobiado.

-Estas seguro de que me quieres aquí? Digo... sigo siendo un desconocido para ti, pudiste ignorarme, al igual que la promesa que hiciste...

-Bueno... no me gusta romper promesas, dejaría mi honor por los suelos... y más con tu padre.- se dejo caer sobre el sillón, salió mucho polvo, pero el solo se río.

-Eran muy amigos?- tome interés de nuevo.

-Si... pero eso ya no importa- tenía su mirada perdida, pero solo unos segundos, después volvió a sonreír.

-Y que se supone que haré aquí?- trate de evadir el tema.

-Hay algo muy peculiar que tu padre tenía y estoy seguro que tu también...

-Como lo sabes?

-Por esa cicatriz- señaló mi ojo.

-Sabes algo sobre ella?- mi curiosidad volvió a resaltar.

-Esa estrella es algo peculiar, pero principalmente tus genes son los que te salvaron...

-Que quieres decir?

-Lo descubrirás con el tiempo, pero por ahora te diré porque estamos aquí...- me senté frente a él y presté atención- hay un grupo de personas que creen que existe un poder más grande dentro de cada persona, pero para ello necesitan tener compatibilidad con un cristal.

-Ese cristal es especial?

-Si... y estoy seguro que tu eres un candidato...

-Por mi cicatriz?

-Mas bien, porque sobreviviente a ello.- se le veía emocionado- Por el momento, te harán estudios y si funciona... serias de los primeros o más bien el primero.

-Y si me niego?- quería saber realmente a que me enfrentaba.

-Nada en realidad- hizo una mueca, pero volvió a sonreir- pero eres la esperanza que necesitamos Allen, confío en que eres tú.

Esto es chantaje... ¿Cómo podría negarme con esas palabras? Parte de mi decía que no, pero... él me había rescatado, me iba a dar un hogar, no era opción negarme.

-Yo...

-Se que lo dudas, y te daré tiempo para que lo pienses...

-Lo hare- le interrumpí.

-En serio?- se sorprendió.

-Quiero devolverte el favor- asegure.

-Gracias Allen, gracias- me tomo desprevenido y me abrazo.

No sabía cómo reaccionar, no estaba acostumbrado a estas muestras de aprecio. Aunque me sentía a gusto, era una sensación cálida, me recordaba a mi papá...

Paso un año, un año donde me encariñe con Mana, realmente le empecé a querer como mi padre y nuestra relación cada vez se hizo más estrecha.

Vivíamos los dos solos en esa casa, de vez en cuando le tenía que irse durante unos días, a veces semanas, pero siempre regresaba. No me afectaba, el tiempo que viví en el circo, aprendí a valerme por mi mismo, así que podía estar algunas semanas solo.

Por otro lado, los experimentos. Mana me llevo a una iglesia más grande que cualquiera que hubiera visto, era el Vaticano y realmente era imponente, más con toda la gente que nos observaba.

A ese lugar solo fuimos una vez, para que me tuvieran en cuenta para sus evaluaciones, después de esa vez en un lugar más cercano a la casa, un subterráneo... era donde mis evaluaciones semanales empezaron.

Todo era genial, hasta que aprove todos los exámenes y los experimentos iniciaron... eso fue un cambio radical... era una tortura y aunque lo odiaba, no podía dejarlo. Mana confiaba en mi y aunque el no sabía de que se trataban esos experimentos, porque nunca entraba conmigo, el de verdad confiaba en ese proyecto.

En total de todas esas pruebas, errores y torturas, fueron 8 años. El dolor que me provocaba hacer contacto con ese cristal era horrible, era como despedazar tu cuerpo desde adentro y seguir vivo. Sufrí muchos accidentes a lo largo de ese tiempo, termine con muchas cicatrices y principalmente, el daño mental que tenía era espantoso. Me veía al borde de la muerte y me desmayada, pero cuando despertaba es como si todo estuviera bien...

Muchas veces pensé en rendirme, quería morir de todo lo que sufría año tras año, pero regresar con Mana era lo único que me mantenía de pie. Con el aprendí a demasiadas cosas, leí infinidad de libros, aprendí a pelear, a tocar el piano... todo era increíble.

Pero llegó el trágico día.

Había logrado completar el experimento, estaba realmente tratando de no quedar inconsciente como otra veces, porque sabía que esta vez era diferente.

Los doctores evaluaban mi estado, mi brazo izquierdo tenía unos extraños tatuajes, ese día ellos no me dijeron nada. Cuando llegue a casa y Mana me vio, fue cuando todo se salió de control.

-Tenemos que irnos!- se alteró.

-Que? Porque?

-Si ellos ya lo vieron, no te dejaran ir. Tenemos que escapar.

-Pero... ellos no eran tus amigos?- algo no me convencía.

-Allen, en quien confías, en mi o en ellos?

-En ti...- no lo dudé.

-Escucha, si trabajamos juntos y si tu eres algo importante, pero no confiamos cien por ciento en el otro. Ellos quieren un beneficio propio de esto.

-Y tu no?- él fue quien me trajo... pensé que era su plan.

-Si, pero no de la manera que ellos lo quieren. Confía en mí, cuando estemos lejos te lo explicaré.

Empezó a guardar cosas desesperadamente en la maleta, yo estaba tan confundido, que solo trataba de ordenar mis pensamientos. Yo... aguante todo eso porque pensé que Mana era el que lo necesitaba y parece que si... pero no con ellos, entonces porque yo era parte de ambos proyectos?

-Vamos!- me tomo de la mano y salimos corriendo.

Atravesamos el campo que rodeaba la casa, y seguimos corriendo. Voltee a ver por última vez nuestra casa, aunque no podía distinguirla muy bien por la noche, solo con mis memorias sabia donde estaba todo... cuando ya no pude ver el gigante árbol que sobresalía de todo el sembradío por fin puse de mi parte para correr.

No tardamos en llegar a la ciudad, actualmente vivíamos en Londres, así que pensamos que llegando a donde todo era concurrido estaríamos a salvo un tiempo, pero apenas y llegamos unas cinco personas parecían buscar algo  y cuando nos vieron empezaron a perseguirlos.

Ambos sabíamos defendernos y pelear, así que aguantamos un rato... hasta que nos vimos acorralados en un tejado, las casas normalmente estaban cerca una de otra, pero esta estaba en una esquina y no había forma de que llegáramos al otro lado.

-Escucha Allen... por tu seguridad tendrás que olvidar todo hasta que nos volvamos a ver...- hablaba rápido mientras tratábamos de ocultarnos.

-De que hablas?

-Tienes que sobrevivir, si encuentras a los Noah o a los exorcistas ocultarte de ellos, no confíes en nadie...

-Pero...

-Te quiero Allen- pero nuestras frentes y de empezó a dolerme la cabeza.

Apenas nos separamos el corrió para que lo siguieran, pero alcanzaron a verme, uno de ellos fue por mi pero al tratar de defenderme, él me golpeó logrando que perdiera el equilibrio y cayera del edificio.  Todo iba en cámara lenta, vi como Mama se asustó, vi como trató de salvarme y luego como le dispararon.

En el momento que toque el suelo todo se volvió confuso... nada tenía sentido, solo podía pensar en lo que acaba de ver...

Habían matado a Mana.

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