Capitulo 16
-Que se siente tener tu alma rota Allen? Que se siente que el único que debería aceptarte no lo haga? -insistia Road.
Desde que llegaron todo entró en un gran bucle de terror. Nunca había entendido de que se trataba la guerra santa de la que tanto hablaban, pero seguro que era algo parecido a esto. Cuando Road y Tikky entraron a este lugar, llegaron con monstruos, nada parecido a lo que conocía... llamados akuma, pero estos no tardaron en matar a muchos de los que vivían aquí y a unos cuantos nos noquearon hasta quedar inconscientes.
Cuando volví a despertar, nos tenían colgados con cadenas en las muñecas a unas rocas, aunque nuestros pies tocaban el piso, las muñecas me lastimaban. La mayoría estábamos heridos, el lugar apestaba a sangre y muerte... solo esos dos provocaron toda esta masacre.
Poco entendía de lo que sucedía, pero cuando Road se percató de que estaba consciente no ha dejado de hostigarme con todas esas preguntas y acusaciones.
-Basta...- rogue
-No mal interpretes Allen... te necesitamos más de lo que piensas.- me tomo por el rostro y me obligó a verla- eres lo más preciado para nosotros.
-Que quieren de mi?
-Sólo estamos esperando...
-Ustedes malditos, nosotros no estamos involucrados en la guerra- les gritó Fou. Ella estaba en el suelo pero aún así parecía querer seguir luchando
-Estan equivocados. -hablo Tikky mientras encendía un cigarro- digamos que estuvimos esperando a Allen por mucho tiempo, pero tampoco podíamos actuar sin nuestro detonante.
-De que hablan?- pregunte.
-De mí... mi pequeño Allen...
De nuevo. Del portal salió alguien, esta vez un hombre más grande que cualquiera que estuviera ahí, era gordo pero no se veía fuera de forma, era algo extraño, tenía cara alargada y usaba lentes, su vestimenta era un traje y un sombrero. Ese hombre traía a alguien en su hombro, un chico de piel casi Blanca, algunos tatuajes en tinta azul, su cabello era tal largo como el de Kanda, pero por un costado tenía el cabello al ras de su cabeza.
Lo tiró al suelo y el chico no se pudo poner de pie, cayó de lleno. Me era difícil verle, ese hombre enorme se me hacía familiar y de una forma nada agradable.
No tuve mucho tiempo de pensar en lo que sucedía, porque un sentimiento abrumador de odio, pánico y tristeza me llegó de golpe. La respiración se me cortaba, me costaba si quiera retener mis lágrimas, y sabia realmente que esto no era algo mío.
-Nunca pensé que todo se ajustaría a la perfección- volvió a hablar el hombre gordo.
-Ni siquiera te conozco!- grite, cuando el se acercaba a mi.
-Cierto, pero yo si. -se quitó el sombrero- aunque para todos los aquí presentes... te diré mi nombre. El Conde Milenario en carne y hueso.
Sonrió. Una sonrisa que parecía ser un payaso, pero era tan escalofriante que lo hiciera cuando decía su nombre. Ese era el que lideraba parte de la guerra santa, de lo que he estado escuchando últimamente...
-Que mierda quieres con el chico?- grito Fou algo inconsciente.
-Todo! Este chico es la llave para acabar la guerra, querida.
No sabía cómo procesar la información. Lo único que pude hacer es buscar con la mirada a Kanda, pero el estaba peor que yo. Su mirada no se apartaba del chico que yacía en el suelo con la mirada perdida, trataba de soltarse y llegar a esa persona. Él nunca me había visto de esa manera, ni aunque estuve en peligro de ser violado se preocupó de esa manera por mi.
¿Quien era esa persona?
-Por fin lo entiendes?- el conde me susurró.
Me sobresaltó, no lo había escuchado acercarse y tampoco sentí como el aire se había vuelto más frío.
-No se de que hablas- trate de negarme.
Road se acercó de manera lenta hacia Kanda, quitó sus cadenas y al mismo tiempo el conde quitó las mías. Caí de lleno al suelo, pero Kanda no, aunque parecía que estaba igual de cansado y lastimado que yo, se mantuvo de pie.
-Hey, mocoso!- grito Tikky para llamar la atención de Kanda.
La mirada de Kanda apenas y volteó por un segundo, pero volvió de manera rápida hacia el otro chico. Tikky sonrió con soberbia y se acercó a mi, se puso en cuclillas junto a mi y sostuvo con rudeza mi rostro.
-Solo lo trajimos porque creímos que te sorprendería saber que sigue vivo... pero no le queda mucho- hablaba Road mientras jugaba al rededor del cuerpo del chico en el suelo.
-Alejate de Alma!- le gruño Kanda.
-No te preocupes, solo necesitamos que cumplas tu papel y nos iremos- volvió a sonreír, pero esta vez retenía al cuerpo de Alma.
-Que mierda le hicieron?- Kanda se veía cada vez más alterado.
-Esta algo inconsciente... pero ya te dijo mi quería Road, cuando nos des lo que necesitamos, te daremos al chico.- se burlaba el Conde.
Tikky me levanto del suelo y tenía su mano sobre mi cuello. Me dio un escalofrío y segundos después su mano atravesó mi cuerpo, era una sensación extraña y horrible, podía sentir su mano alrededor de mi corazón.
-Tranquilo chico, no te muevas... no quiero matarte- no podía diferenciar si estaba jugando o hablaba en serio.
-Como vieron, los Noah tienen habilidades extraordinarias... ellos son mis chicos especiales y Allen es de los míos, así que viene a recuperarlo.- empezó a explicar el Conde- pero no puedo recuperarlo si no es su voluntad.
-Y por que no le preguntas? -volvio a amenazarle.
-Porque es esta la parte en la que estás involucrado Kanda Yuu...
-No me necesitas para esto.
-Claro que sí... tienes un papel muy importante.
Ni siquiera pude verlo, pero Kanda ya tenía su katana apuntando al cuello del conde. Tuve la esperanza de que nos podía sacar de esto, pero tan pronto me emocione, sentí como apretaron mi corazón. Escupir sangre y un dolor horrible me recorrió el cuerpo.
-Estas seguro de que quieres hacer esto? Allen podría morir- le reitero el conde.
-Lo necesitas... no lo matarias-alegó Kanda.
-Lo necesitamos, aunque no completo...- eso le hizo dudar a Kanda, pero no retiro su katana.
-Entonces prefieres al otro chico?- pregunto Road, rasgando la mejilla de Alma con las uñas.
Kanda salió disparado a él, pero el Conde lo retuvo del pecho y lo golpeó contra el suelo. El aire se le escapó y ya no se pudo volver a levantar.
Mientras todo eso pasaba, Tikky impedía que yo quitara la mirada. Me sentía vacío, estaba herido de una manera tan profunda que ya ni siquiera tenía fuerza.
-Eres parte de nosotros Allen- me susurraba Tikky, dejé de sentir la presión en mi corazón poco después de que Kanda no quitó la katana de la amenaza para el conde.- él no te ama... no tienes porque sentirte retenido por él.
-...- no podía contestar, desde el inicio sabía que Kanda no sentía nada especial por mi... el ser destinados es lo único que lo retenía a mi.
-No lo toquen...- Kanda aún luchaba.
-A quien? Tienes a tu omega destinado y a tu primer amor... -la mirada de Kanda volvió a mi y esta vez la retuvo.
-Por favor...- le suplique.
Pensé que en el momento que me salvó, de verdad podía confiar en que lo que nos unía, que él pensaría en mi de una forma diferente... tal vez podríamos tener una relación. Pero solo fue un sueño absurdo.
-Salvaras a Allen... o trataras de salvar al chico que está casi muerto, aunque te diré que no es culpa nuestra, lo encontramos en la iglesia, en Londres si quieres ser más específico. Digamos que lo salvamos...- el Conde no dejaba de mirarme mientras decía eso.
-Que quieres de mi entonces?- pregunto Kanta más accesible.
-Escoge... es lo único que tienes que hacer...
-No lo hagas!- le grito Bak- no les des lo que quieren... no pueden llevarse a Allen- estaba desesperado.
Pero yo ta lo sabía... sentía como mi alpha ya me había abandonado, mi Alma se desgarrada y esta vez ya no podía luchar contra nada.
-Callate!- ordenó Kanda.
Sentí la abrumadora presencia de alpha que desprendía, su aroma me afectó y tuve que retroceder un poco y me lastimo de nuevo con la mano que atravesaba mi pecho.
-No seas un idiota, ni siquiera sabes si ese es Alma...- le regaño Fou.
-Lo es!- lo dijo de manera poco audible.
-Supongo ya tomaste tu decisión- sonrió el Conde.
Tikky me soltó y volví a caer al suelo, Road se apartó de Alma y fue junto al Conde. Ni siquiera pude levantar la mirada, ya no podía retener mis lágrimas... ni siquiera habíamos compartido mucho tiempo juntos, pero ya era importante para mi.
-Suelten a Alma- escuche su voz y fue todo... la mente se me nubló y perdí la conciencia de todo.
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