Missing
-Ah~ -suspiró largamente rayando en el dramatismo de su exhalación. Estaba aburrido arriba de esa azotea, la vista aunque era hermosa y recreaba una ciudad alumbrada por luces artificiales en plena noche no le importaban en lo más mínimo, era monótono ante sus ojos y fue lo único entretenido que pudo encontrar mientras esperaba que el departamento debajo de él estuviese libre.
-¿Cuando duró tu recuerdo? Bookman~
* No llorarás por mi ausencia, lo sé. *
Descansó los brazos sobre la protección de concreto entre cada limite de la edificación, estuvo a punto de desparramar su cuerpo sobre este de no haber sido por el sonoro gemido femenino proveniente de la habitación del pelirrojo. Sonrió abiertamente dejando entrever apenas una risa, en cambio su interior se removió con fuerza causándole cierta presión en su pecho y una lenta falta de aire. Allen estaba luchando por salir ¿Con qué fin? No había nada para él mas que un crio que olvidó todo de su ángel guardián. Él mismo se encargó de ello.
* Me olvidaste hace mucho. *
Bastó un accidente, la oportunidad perfecta para que él resurgiera y rezagara la débil conciencia de Allen. Los altos mandos no estuvieron de acuerdo con que se expusiera de tal manera a su protegido entre todo el caos causado en aquel cine, aunque logró salvar al humano sus alas quedaron dañadas y él se quedó con el mando. Bastó un simple cambio de hechos, silenciar a los escasos testigos y un bloqueo de recuerdos para que Allen volviese a tomar el papel de guardián, esta vez cerca de Lavi, presente ante sus amigos entre una normal apariencia, con otro nombre y listo para comenzar de nuevo con él. No hubo mejor momento que ese para resurgir. Por desgracia no esperaba un cambio tan abrupto en su personalidad, como si de alguna forma tratara de llamar la atención; Fiestas, desvelos, fornicaciones, solo faltaba que utilizara drogas y subiría en escala, vaya niño.
Estaba ahí para cuidarlo, pero había ocasiones en las que no era capaz de alejar a las arpías que rondaban tras él y terminaban encamadas en su habitación por horas, quizás ese era el dolor de Allen... Saber que estaba con alguien más.
* ¿Soy tan poco importante? *
Harto, entró de improvisto a través de la ventana, el ambiente caluroso y el aroma a sexo le hizo arrugar la nariz y preferir dejar abierto su sitio de entrada. -¿Terminaste ya? Quiero jugar un poco antes de dormir -negó un par de veces todavía indignado al quedar en segundo termino y peor, había entrado en mal momento, la mujer en turno seguía en la habitación plácidamente recargada en el pecho del pelirrojo. Su desnudez solo era cubierta por la sabana que acentuaba a la perfección las curvas de su figura y como si no fuera poco al chocar miradas notó su indignación. Su propio disgusto se acrecentó, uno ajeno proveniente de su interior que le hizo desviar su mirar. ¿Como era posible que Allen sintiera dolor de algo así?
* ¿Soy tan insignificante? *
-Escoge un juego y ponlo en la consola, yo haré las palomitas -lejos de echar al castaño de su habitación no encontró mejor motivo para alejar a esa chica de una vez, su tiempo de placer había terminado en cuanto llegó al climax y no había necesidad de alargarse con melosidades batatas. Ella no se lo merecía.
-Quiero algo retro -anunció ignorando a la otra ¿Para que prestarle atención? Si sabía que, dándole la más mínima todo terminaría mal. Para su suerte y con algo de pudor de la mujer esta se vistió a sus espaldas gritando furiosa en el proceso a un Lavi que salia por el umbral de la puerta con total relajación.
La mujer apresuró sus pasos para alcanzarle al vestirse con demasiada prisa, en cuanto ambos desaparecieron de su vista de reojo sólo se escucharon reclamos de una voz fémina.
-Te dije que las mujeres odian que jueguen con ellas -el oji ámbar siguió en lo suyo en medio de la reprimenda a larga distancia hacia el Bookman.
-Le dije mas de una vez que solo era pasajero ¿Hablo en otro idioma? -el regañado regresó lanzando un frustrado suspiro al caer boca arriba sobre la cama, al instante se escuchó el portazo de la puerta principal tras la huida de la chica-. Llevo semanas tratando de traer una y tomo la mas loca -su suerte iba de mal en peor.
-No parecía una mala chica
-¿No? Sólo veeme
Neah desvió su atención curioso a lo que se refería y se encontró con un herido pelirrojo.
-Eres un desastre -salió en busca de un pequeño botiquín de emergencias, era una suerte que algo así estuviera ahí-. ¿Con que te golpeó?
-Huh... Tenia un anillo en la mano -un anillo que le lastimó la mejilla y le abrió una gran herida por toda esta de un bofetón, ¡Pero que mujer tan salvaje!
-Tienes la marca de su mano en toda la cara -se burló al volver, limpió con cuidado con un pequeño algodón la poca sangre que brotaba de la rasgadura dejando la herida expuesta antes de cubrirla con una pequeña gasa. Después de todo era el protegido de Allen, debía cuidarlo hasta de pequeñeces como esa-. Listo, te ves decente para tu siguiente paliza
-Calla, no tendré conquistas por días
-Eh, eso es mucho para ti
-Lo es, o lo era desde que llegaste
-Antes que llegara no eras así
-¿Como lo sabes?
-Los Campbell tenemos un sexto sentido -cerró el botiquín al terminar-. Al igual que los Walker... -apretó los labios regañandose mentalmente por haber dicho algo de más. Debía tener cuidado con accionar algún fragmento de recuerdo del Bookman o entraría en problemas.
-Walker ¿Es una familia tuya acaso? -le pareció familiar, aunque nada mas allá de lo habitual.
-Algo así, estamos conectados desde hace tiempo. Ahora ¿Estas listo para tu paliza? -señaló entre sus manos un viejo juego, empolvado y arrumbado bajo dvd's viejos hasta el fondo de una caja, la portaba se veía prometedora para esos tiempos y si esa maquina endemoniada llamada consola llegaba a captar el disco seria el fin de Lavi.
-¿Ah? El que sufrirá será otro ~
...
* Incluso aunque yo sea el sacrificio, *
La fresca brisa se colaba por la ventana anunciando la inminente lluvia, fácilmente podría dejarla así y preocuparse mas tarde por limpiar toda el agua junto con las cortinas, pero esta vez quiso aprovechar algo de la intemperie y salir al balcón cerrando la ventana en el proceso. Arropó el dormido cuerpo del castaño, ni siquiera le quito el control de encima, era como verlo dormir con un peluche y hasta cierto grado le pareció tierno.
Tomó la ultima cajetilla de cigarros y salió al fin, la humedad del aire pegó directo en su cara y despertó sus sentidos por completo, no importaba que fuese de madrugada, no quería dormir, desde el accidente no había conciliado un buen descanso y lo poco que lograba dormir aquel sueño recurrente comía sus energías.
Como si su mente le quisiera decir algo...
-Me voy a volver loco -y eso era decir poco. Encendió el cilindro cancerígeno con dificultad, no solo por causa del encendedor sino que, como si fuese una caricatura hubo un grillito en su cabeza que le decía que sus acciones estaban mal, y él de idiota siempre hacia lo contrario, desde hacia meses fue así. ¿Que rayos le ocurría?
* no aspirarás a mí, no ahora. *
-Vas a enfermarte si sigues ahí... -la voz de Neah se oyó desde lo lejos, extremadamente dulce que por un instante le hizo dar un vuelco en su interior.
-Todavía no llueve -se negó a girarse y encararlo solo por creer que lo ocurrido no importaba.
-Cogerás una pulmonía, entra -insistió y escuchó su voz aun mas cerca-. ¿Desde cuando fumas?
-Desde siempre... -miró por sobre su hombro a un somnoliento ojo ámbar recargado sobre el marco de la larga ventana-. Ve a dormir, pasan mas de las tres -lanzó lo restante del cigarro al vacío.
-No quiero, se siente bien estar aquí
-Si te quedas cogerás una pulmonía y morirás -le regresó sus palabras.
-Vale la pena...
* Aunque muriera para saber que me amas *
Bastaron unos cuantos pasos para lanzarse en un abrazo a la espalda del pelirrojo, el típico aroma a tierra mojada no intervenía en a fragancia del mas alto la cual aspiró con fuerza con un miedo latente de perder de nuevo el control... de perderlo a él.
-Hey, Neah -su sorpresa no se hizo esperar, el castaño tenia límites hechos por el mismo, no hacia nada malo mas que hablar de mas con sus conquistas en doble sentido pero en ningún momento hubo contacto físico entre ellos.
* Estaría absolutamente solo. *
-No me llames así...
Odiaba ese nombre y todo lo que conllevaba, era una desgracia, un caos interno que no hacia mas que causarle problemas y que lo consumía poco a poco. Él no era Neah, no quería volver a serlo jamas.
* ¿No falta algo? *
-¿No me recuerdas? -su voz salió en un murmullo ahogado siendo casi imposible de escucharse por el trueno producido en el cielo gris-. ¿Olvidaste lo ultimo que me dijiste? -su abrazo se aflojó y el pelirrojo aprovechó esto para dar media vuelta y encararon.
* Yo respiro profundamente y grito *
-Eres Neah, te recuerdo de hace meses... hey -su actitud le desconcertaba. ¿Que se supone que debería recordar-. Entra ya, necesitas dormir
-¿De verdad... No recuerdas nada más? -odiaba que Neah solo le dejara ver lo que él quería, el tratar de hacerlo desconfiar de Lavi solo para que se rindiera y dejara de luchar. Pero ¿Y si era verdad? ¿Y si Lavi le olvidó tan rápido? Claro, jamas iba a guardar en sus recuerdos algo tan efímero.
* ¿Nadie me echa de menos? *
-No, nada... ¿Nos conocimos antes del accidente del cinema? -la intriga empezaba a desesperarle.
-No, no, solo fue una broma -fingió una suave risa manteniendo en todo momento la mirada baja-. Volvamos ¿si? La lluvia esta por caer.
* Y si sangro, sangraré, sabiendo que no te importa. *
Tal y como lo dijo las primera gotas de lluvia comenzaron a caer gradualmente haciendo un ligero chispeo que solo duró escasos segundos al dejar entrever el monzón que se esparciría por toda la región. Fue en ese instante en el que todo cobró un horrendo sentido para el Bookman.
Le tomó del brazo con brusquedad, una innecesaria ya que movió de mas el cuerpo del menor y de no ser poco ejerció un apretón en su extremidad. Lo dicho por Neah no era una broma, sabía algo mas allá de todo.
-Habla... -no importaba la lluvia, tampoco que se enfermara, no importaba nada.
* Y si duermo para soñar contigo *
-Allen... -susurró.
-...
* Despertaré allí sin ti. *
-¿Recuerdas ese nombre? -alzo la mirada denotando el gran cambio en su iris, un azul tan claro que fácilmente se podría confundir con gris.
* ¿No falta algo? *
Lavi se paralizó, el aire en sus pulmones le fue escaso y de inmediato su cabeza comenzó a doler ¿Conocía ese nombre? Sino era así le resultaba familiar, casi nostálgico.
-No, jamas lo escuche en mi vida...
* ¿No falta...? *
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top