Pequeño ángel

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En medio de un sendero, rodeado de imponentes y viejos arboles de troncos largos, transitaba una persona con los brazos cargados por mochilas y una cangurera azul marino, con la que llevaba a una pequeña de risos dorados quien dormía mientras se dirigían a su destino.

La tranquilidad de las montañas y los pastos verdes acompañaban al joven hombre hasta su antiguo hogar, en donde residía su familia, aún cuando le costaba más de cuatro horas en llegar desde su actual residencia en la ciudad.

-Hace calor...- murmuró débilmente la niña entre bostezos.

El joven de cabello claros miro con mucho cariño a su hija frotandose los ojos -¿Ya despertaste, Megu-Megu?

-Toochan...¿Donde estamos?- a juzgar por lo que miraba, habían pasado varias horas desde que despertó para ponerse la ropa y salir de su departamento -Parece un bosque muy bonito

-Es por que vamos a ver a los abuelos- dijo con una sonrisa bella, sabia muy bien que la noticia animaría a la pequeña.

-¿En serio?- emoción se reflejo en los grandes ojos zafiro, al igual que sus diminutas alas que se desplegaron de su espalda -¿Por qué no me lo dijiste? Pude haber traído el hilo naranja que le prometí a Obaasan

-¡Megu-Megu, ya te había dicho lo se las alas!- interrumpió el padre a la pequeña un tanto temeroso.

-Pero de sacarlas podríamos haber llegado desde hace rato, ¿cierto?- pregunto curiosa Megumi.

-No se trata de eso- el hombre acaricio delicadamente la corta cabellera de su retoño -Recuerda que no siempre podremos mostrarlas

La niña sintió un poco de pena, agachado la cabeza y ocultando un notorio rubor -...Perdón

Tras mirar aquel puchero, Hideo optó por animar a su hija -¡Pero puedes revolotear en casa de la abuela!

-¿A si?

Hideo sonrió afirmando a la pregunta -Solo nos falta veinte minutos para llegar

Tenshi, 4 años

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Los techos inclinados de color marrón de una enorme casa de estilo samurai se veían más claros conforme el cuarto hijo de la familia Hiriko se acercaba entusiasmado hasta su antigua casa.

Sentado en la puerta, fumando tabaco con una pipa vieja, se hallaba tranquilo un adulto mayor con algunas manchas en el rostro y canas apenas visibles en su larga cabellera amarrada.

-¡Toochan, Toochan!, ¿Puedo bajar ya?- pregunto emocionada e impaciente.

-Bien...¡Pero ten cuidado de donde pisas!- advirtió Hideo en cuanto vio que su pequeña comenzó a correr hacia el jefe de la familia.

-¡Ojiisan!- grito con alegría antes lanzarse a los brazos delgados del anciano con yukata.

Megu-Megu!- río Daichi Hiriko, tras acariciar la cabeza de su nieta -Mirate pequeña, ¡ya eres grande!

-¡Aún no lo soy como tu, ojiisan!

-Otoosan, ¡hemos llegado!...- dijo recuperado el aliento tras alcanzar a la pequeña.

-Tu también debería mirarte, HIdeo- dijo un poco burlón con aire de convicción  -¡La ciudad te está quemando los pulmones!

-Toochan se va a la cama tarde y se levanta temprano, así que no siempre tiene tiempo para hacer ejercicio

-¡Vamos tu! No me acuses con mi padre- reclamo sin dejar de mostrarse contento tras regresar a casa.

-¡Bien dicho, Megu-Megu!- comento el abuelo, volviendo a acariciar la cabellera dorada de su nieta.

...

Dejen sus maletas aquí por ahora— después de entrar en la casa fueron escoltados hasta una habitación con puertas corredizas —Todos tus demás hermanos están aquí, así que tendremos que acomodar a los niños en una misma habitación

Ya veo— contestó el cuarto hijo después de colocar las maletas que traía con sigo en el suelo —Será bueno para ella distraerse de la ciudad

¿Nos quedaremos a dormir, Toochan?

Si, así es— el hombre de piel clara bajo su postura para estar a altura de su nena de piel oscura —Después de todo, ambos estamos de vacaciones

La pequeña Megumi movió sus alas contenta de escuchar esa nueva buena.

Pero antes de salir de la habitación, otros cuatro rubios entraron estrepitosamente para recibir en brazos a su hermano -¡Ya están aqui!- entonces Hideo quedó aplastado por sus tres hermanos mayores y uno me menor.

¡Oigan!- jadeo adolorido tras sentir sus alas comprimirse en su espalda -!Ya saben que debemos tener cuidado con las alas!

-Las alas no son nuestro impedimento, pero la distancia y el tiempo si lo son- admitió estrujando el torso de su hermano menor una de las dos rubias. 

-¡No puedes esperar que después de dos años no te queramos mimar!- dijo a su vez un hombre un poco fornido a comparación del aplastado "fideo".

-¡Shinobu-aneki...tu eres nuestra voz de la razón...ayúdame!- imploro entre carcajadas tras sentir ciertas manos juguetonas en sus costillas.

-No puedo hacerlo, Hideo-otooto- declaro con un dulce y fina vos -La que te esta haciendo cosquillas soy yo

-Vamos Megu-Megu, deja que tus tíos atosiguen a tu padre- el abuelo Daichi sujeto con delicadeza la mano de su nieta.

-Ojiisan, quiero preguntar ¿Donde esta obaasan?- interrogo con una gran sonrisa en el rostro.

-Esta tomando el te con tus tías, adelantate, iré a revisar a tus demás primos- el hombre de ojos grises señalo con su mano delgada a un corredor que guiaba directo a otra puerta corrediza con un color celeste.

Calmando todos sus nervios y tensiones, Megumi tomo un largo respiro para darse confianza al abrir la puerta.

Dentro de la habitación, se alcanzaba a ver la luz reflejarse desde la ventana abierta con vista al jardín trasero. De entre varias siluetas femeninas que gozaban de algún llamativo adorno o una vistosa apariencia con antenas, se encontraba la muy querida y adorada por hasta el ultimo miembro de la familia Hiriko, la abuela Yukio.

-Con permiso, espero no estar interrumpiendo nada- dijo con la voz clara, entrando con calma en la amplia sala -¡Obaasan, hemos llegado!

-¡Megu-Megu!- la anciana interrumpió su charla de arboles con sus cuñadas para recibir y acariciar las pequeñas manos oscuras de la niña -No sabes el gusto que me da verte tan grande

-¡Aun no crezco como Ojiisan!- dijo con una linda sonrisa por el cumplido.

-Querida, ¿pero que cosas dices?- hablo una de sus tías antes de levantar las tazas recién usadas -Seguro que llegaras a ser incluso mas alta que tu padre

-Tal parece que crecerá tan grande y fuerte como lo hemos imaginado, señora Yukio- afirmo otra de las tías de la menor, quien había sostenido con delicadeza la cabeza de la niña para rosar sus manos escamosas su frente -También parece muy impaciente por pasar la noche aqui

-¡Ya me lo esperaba!- la anciana Yukio puso una mano en la espalda de la pequeña para empujarla hasta la salida  -Anda mi nilña, ve a jugar con tus primos al patio, así podrás llegar a la noche

-¡Pero quiero quedarme aqui!- dijo un poco nerviosa.

-Ya tendremos mas tiempo para charlar despues ¡Ahora a jugar!- antes de que la pequeña rubia cerrara la puerta su abuela le dio una orden  -Y si ves a tu padre dile que venga a saludar a tu tia

-Ya se lo diré- una ves se asegurara que la menor hubiera dado varios pasas hacia el exterior, Yukio regreso la vista a su nuera -¿Que mas viste dentro de ella, Mari-san?

-Aun no sabe lo de sus otras alas, es una fortuna saber que no ha ocurrido nada antes de que se sepa la verdad- comento con la expresión seria la mujer con aspecto marino.

-¿Lograste sentir algo de su madre?- a jugar por su expresión, a la abuela Yukio no terminaba por agradarle lo que su ultima nuera dejo detrás suyo.

La mujer a su lado negó con la cabeza para después volver a hablar -Pero siente curiosidad por ella...

-Okaasan, disculpa mi demora- era Hideo abriendo la puerta

-¡Dios te bendiga hijo mio, por traer a mi nieta a salvo, sin que ningún importuno los detuviera!- afirmo aliviada de volver a ver a su cuarto hijo después de dos largos años -Me parece que tienes muchas cosas que contarme acerca de tus planes a futuro con Megu-Megu- menciono como una nueva enseñanza la anciana en yukata morada -Por que tarde o temprano, la niña revelara su otro aspecto, y temo por que ese dia pase

-Lo se madre, pero preferiría no hablar de eso por ahora, al menos no hasta que los niños ya hallan dormido

-Concuerdo, mientras tanto, ven y dale un abrazo ha esta anciana para que pueda recordar como era tu cuerpo infantil y como a cambiado

Tras ver que seria recibido por su madre, el rubio de ojos azules no dudo ni un segundo en desahogar sus ocultas penurias en un tierno abrazo maternal -...Okaasan, temo por ella

-Y yo por ambos, Hideo-kun- la señora de ojos claros acaricio los lienzos emplumados de su triste hijo, el cual debía mantener en alto una sonrisa por su pequeña y única hija.

...

-¡Miren, llego Megumi!- dijo emocionada una niña con alas amarillas mientras se acercaba a la casa.

Un grupo de siete niños alados se acercaron hasta donde la pequeña de gran sonrisa estaba para recibirla en un abrazo.

-Hola a todos- dijo revoloteando y llegado hasta la orilla en donde tenia que ponerse las sandalias para estar fuera -Los extrañe mucho

-Megumi, juguemos al escondite- dijo una niña de ojos verdes abrazando el brazo de su gemelo -Jun-nichan contara de nuevo para encontrarnos a todos

-¡Juguemos entonces!- dijo emocionada por la idea de pasar toda la tarde rodeada de las personas que la querían.

Las tardes entre las montañas de Tokushima, provincia de Shikoku, se pasaban como si de agua cayendo por los riscos se trataran, rápido pero con cierta sensación agradable para escuchar con calma para intuir que nada malo ocurriría. 

Pero se acerco la hora en que los niños debían parar de jugar en vista de suss hambrientos e impacientes estómagos infantiles.

-¡Niños, es hora de comer!-  llamo la atención desde la casa la primera hija de la anciana Yukio, Shaiwase, quien miraba con nostalgia y cariño a todos sus sobrinos.

Pronto, y mas rápido de lo que el viento les permitía volar, los ocho nietos de la familia Hiriko se adentraron en la vieja casa para llegar a sentarse en los asientos azules de la enorme sala en donde los adultos ya se habían dirigido.

-¿¡A donde creen que van todos!? ¡Primero deben lavarse las manos!- la rubia de pantalones de mezclilla dejo salir un suspiro diciendo "Que suerte que aun no tengo que lidiar con esto" , pero después miro hacia abajo en donde se encontraba una de sus sobrinas -¿Tu no vas a correr junto con ello. pequeña damita? 

-¡Shaiwase-obasan!- la pequeña Megumi tiro de la blusa de su tía para anunciar que quería ser cargada en brazos -¡Quiero probar tu comida otra vez!

-Tienes suerte de que yo lo haya cocinado el sanuki udon y no tu tio Seichi- la mujer cargo a su pequeña Megu-Megu para tenerla mas cerca  -Pero primero debemos lavar esas diminutas manos

...

Después de que toda la familia hubiera terminado de comer, las mujeres se reunieron en la cocina para lavar los trastes y contarse anécdotas que no habían podido platicar entre las conexiones telefónicas de ciudad y ciudad. Mientras que los hombres salieron con los niños al patio para jugar al beisball como el abuelo Daichi les había enseñado.

Resultaba gracioso, pero todos disfrutaban de esas sencillas vacaciones alejados de todo el furor de la ciudad, que aun que pudiera ofrecerles todo para el crecimiento de los mas pequeños, jamas les daría el cariño de la familia junto con los consejos de la abuela y el abuelo.

...

La noche ya había llegado, para abrazar a los mas pequeños y dejarlos soñar con las travesuras que harían al día siguiente. Hasta entonces, los padres de todos acobijaron en la misma habitación a sus respectivos hijos para que no pasaran ningún temor de dormir solos en la antigua casa.

-Toochan, ¿Mama alguna ves me beso en la frente como mis tias lo hacen a mis primos?- murmuro inocente y llena de curiosidad hacia su padre, antes de que el se levantara para salir de la habitación.

-No cariño, no lo hizo- respondió con un nudo en la garganta que lo quería delatar haciéndose sentir triste -Pero no debes preocuparte, Toochan esta contigo para eso- dijo antes de dar un enorme beso cariñoso en la mejilla derecha de la niña, quien se animo tras sentir aquel cálido y confortable gesto -Descansa, Megu-Megu

Antes de cerrar la puerta y de apagar la luz, la rubia hermana mayor de Hideo se acerco hasta donde estaba su sobrina favorita  -La tia Shaiwase tiene uno también para ti...hasta mañana pequeña

Sabiendo que estaría en compañía de sus primos para no dormir sola, y con la ocasiona de los beso de su tía y su padre, Megumi cerro los ojos para esperar a que el amanecer la despertara para seguir jugando -Buenas noches, mama

...

Reunidos en la sala principal de la casa Hiriko, los padres de los cinco hijos alados y estos mismos se habían sentado en sus piernas para comenzar con una discusión, para atender el problema que debía enfrentar el cuarto hijo con respecto a su pequeña hija y su antigua prometida.

-¿Te han dicho algún comentario en tu ajencia, Hideo-otooto?- pregunto preocupada la tercera hija.

-No, así que quiero suponer que siguen desconociendo el nombre de la madre de Megumi- respondió con la mirada llena de melancolía.

-Aniki, Mi esposa me comento que logro sentir que mi sobrina sentia curiosidad por su madre, ¿Que tan seguido ourre esto?- hablo el quinto y ultimo hijo.

-Estos últimos meses ha comenzado a preguntar mas por ella, y lo único que hago ante su duda es evadir el tema- respondió triste, pero luego alzo la cabeza para usar una pregunta hacia sus padres -¿Como se supone que voy a contarle a esa pobre niña que su madre no fue la indicada para su vida, siendo tan joven e ilusa?

-¿¡Piensas esconder entonces la verdad a Megu-Megu!?- Shaiwase llegaba a ser tan dura como lo era su padre al ser la hermana mayor -¡Ella no tiene la culpa de las malvadas intenciones de tu antigua novia, ella necesita saber quien fue su madre!

-¿Y de que serviria?- interrumpió el segundo hijo de complexión fuerte -¿Que pasaria si Megu-chan piensa en ir a buscarla? ¿Y que pasaría si esa mujer la encuentra?

-¡Eso no ocurrirá por que no se le dirá la verdad a la niña, solo en caso de que ocurra una emergencia!- dijo contundente y enojado la cabeza de la familia, este mismo había extendido las alas mostrando las plumas que aun le quedaban en ellas -Si no pueden darle una opción positiva a su hermano dudo mucho que lo ayuden

-¿Que es lo que harás entonces, Hideo-kun?- pregunto por ultimo la madre con un tono reconfortante al escuchar.

-¡Lo necesario!- dijo lleno de determinación en su mirada -Mantendré con migo a mi hija en cada momento en que me se ha posible cuidar de ella- aquel padre primerizo estrujo con fuerza sus puños cerrados -Se que sera difícil, pero debo de mantenerla oculta en la ciudad para que la agencia me pueda brindar la protección necesaria hasta que llegue el momento de contarle quien fue su madre, Infernal lady

Tras escuchar el veredicto final del hijo y hermano, la familia se reunió en el centro y alrededor de el para decir una plegaria -¡Sin importar que, la bondad en nuestros corazones te acompañara en tu largo camino. Protege y cuida a quien decide cuidar a otros a un a pesar de las adversidades! 

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