Ѽ7

тяαgє∂ια у... ¿αкαѕнι?

Desde la primera cita había ya pasado tres semanas, prácticamente un mes. Desde ese día Narauki Aien estaba más tranquila y juguetona con el rubio, disfrutando de la luz que ese jugador de Basket le traía a su vida. Claro que sus trabajos también lo hacían, pero en momento remotos e íntimos, Kise sabía ganarse con su propia voluntad sonrisas tontas dadas por si misma para solo él.

A pesar, de que los días con su madre, las veces que podía verla las cosas empezaban a complicarse. Las peleas aumentaban, no había día en que se sintiera cada vez menos eficiente ante la ayuda que quería proporcionar a la adulta, pero cuando esta no cooperaba, pues este era el resultado.

Aquel día en la cafetería se había cruzado con un chico pelirrojo, bastante apto de su misma edad, estatura pero serio. La miraba como si estuviera viendo tras de todo lo que pudiera cubrirla, dándole una sensación escalofriante. Sin embargo, se mantuvo calmada, ofreció sus servicios como camarera.

Al final, el joven era muy educado, frío, pero agradable. O al menos eso le había parecido. Se había presentado como Akashi Seijuuro, ex compañero de Kise, que estaba preocupado entrelineas del rubio.

Por lo que Aien, menguó la situación con decirle que todo iba por el camino que tal vez estaba ejecutado la mesa de ajedrez. Ante la comparación, juraría que había metido la para, por la mirada que pareció encender el espíritu de aquellos ojos calculadores y desinteresados.

Por ende, se retiró con educación, dejando que disfrute de su corta estadía en la cafetería. Sin embargo, suspira de alivio al ver que poco después el joven se marchó y dejó propina. Al final, no lo había arruinado. Sin duda esto era algo para contar a su mejor amigo.

[...]

Akashi Seijuuro estaba seguro que sus planes iban bien encaminadas, solo que la inquietud le llegó al ver que los movimientos de Kise Ryota estaban menos enfocados, como si su entrenamiento a vencerlo no fuera del todo una misión real para él. Por lo que, con cuestionamientos llegó a la conclusión de investigar esas razones que eran un misterio para él hasta que contrató un investigador privado.

Acorde de una semana, puedo recabar información y sus lagunas fueron siendo consumidas por la sabiduria de encontrar respuestas. Justamente puestas en un gran papeleo en su escritorio, las amistades de siempre, el mismo trabajo que ya conocía, la familia del mismo. Pero hubo un aspecto que no conocía y que podía ser el desgaste de ganas que había notado. Encontrándose con el expediente de:

Nombre: Narauki Aien
Nacionalidad: Japonesa.
Fecha de nacimiento: 28 de noviembre, 16 años.
Madre: Narauki Alodie
Padre: desconocido.
Vivienda: ×××××× c/ Orfanato Kiseki no Yodao.

Esa dirección no lo conocía, la parte curricular y confidenciales demostraban de infinidades turnos de trabajo de la menor, sin embargo, ninguno de su tutor por ende, ese punto fue el enfoque principal de Akashi. Quien llegó a visitar el lugar, entender la situación gracias a diversos contactos.

La intrusa estaba encubriéndose de la protección para niños del país, la madre estaba imposibilitado para trabajar por su salud mental, era una niña intentando manejar cosas de adulto y de cierta manera lo comprendía. Por ende, al encontrar con Rin Rynousukeyo uno de los adolescente que fue investigado como los más llegados a la chica.

En menos de unos días, había logrado tejer cosas aquí y allá, una familia política y de buen ambiente emocional muy allegada a los amigos de su padre habían nombrado una necesidad de querer tener hijos pero los experimentos y cosas médicas no estaban ayudando. Entiendo que tal vez esa sería una buena solución, después de investigar más a fondo, llegó a la conclusión de que en efecto, era la justa solución de este problema.

Dejaría los papeles de adopción de la joven Aien, mientras que mandaría a la señora Narauki a tener tratamiento médico para evitar cualquier inconveniente o intruso en sus planes. El chico Rin le había agradecido la ayuda, dando su mano para obrar por trabajo a la familia.

Aprovechando que hace poco había despedido a un empleado, le ofreció trabajo para consolidar el "favor". Sin embargo, el día de la verdad se acercaba.

Solo debía esperar que las cuerdas se tensaran y dieran su resultado de aquello tejido.

[...]

Un mes despues, Kise Ryouta intentaba calmar a la pequeña castaña quien gritaba por su madre. No estaba entendiendo nada, no entendía porque o como se habían enterado de la situación en que vivía, pero la habían denunciado.

—¡Te odio! Maldito engendro, tu me quieres ver muerta encerrandome...¡te maldigo...!

La madre sin duda estaba fuera de sus cabales, estaba histérica por ser agarrada y enseguida sedada por los encargados de la salud mental en la cual parecía ser que la internarían.

Aien sentía que algo más se llevaban con ella, aunque no pudo evitar romperse más, sentirse muerta en vida. Más cuando Kise estuvo allí viendo como un abogado y directora del orfanato pedían que los acompañaran.

Kise sabía que esto sería difícil, hizo y puso todo de si para evitar caer con ella. Ser fuerte para ella, estaba fingiendo ser fuerte cuando se estaba rompiendo por ver que esto terminaba así. La tutela que sus padres habían conseguido no había sido aceptada, solo efímera.

Semanas de debate, Aien tuvo que rendirse, ninguna familia tan adinerada como esa y tan paciente se volvería a presentar en una oportunidad como esta. Para no volver a sufrir de hambre y sin hogar, debía aceptar ser adoptada.

Debía hacerlo, para capaz algún día ver la mejora de vida de su madre y poder concluir aquella misión que se había impuesto.

Pero las cosas, no fueron pasando como intentaba ser, las frases optimistas murieron en el momento que le notificaron que la señora Narauki había tenido un paro cardiaco en medio de una histeria.

Oficialmente, se había quedado huérfana, de su padre no sabía nada, ella... Su madre nunca había hablado nada de él por siempre haberle culpado su falla de nacer y quitar su felicidad.

Pero nadie sabía del porque tuvo aquella histeria, sólo el pelirrojo manipulador, que sabía cuando una persona quería ser manipuladora. Esa mujer era deplorable, más nunca revelaría el porque todo aquello había terminado tan trágicamente.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top