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Aquella tarde por tanta prisa casi Aien no llegó al tiempo estipulado, pero por suerte la madre de los pequeños era comprensible y cuando se los dejó en sus manos mientras iba al supermercado, esta iba cuidando y haciendo reír a los principes enfermitos de la casa, quienes adoraban a la castaña.
Era su mejor niñera, su tía favorita, la mejor de las mejores.
Además que siempre estaban mirandola como se esforzaba por ser mejor cada día, desde su punto de vista, ella era un mochi caido del cielo.
—¿Quien quiere jugar a dibujar aviones y tractores, conmigo?
—¡Yooo/Yo! —ambos niños exclamaron emocionados.
Aien ademas de hacer muchas actividades en el día a día, tambien le encantaba dibujar, era uno de sus pasatiempos favoritos, aunque su estilo siempre se inclinaba a lo kawai, aunque si le ponías el objeto frente a sus ojos, ella era capaz de retractarlo tan realista.
Aunque ella uno de sus metas para despues de la escuela era ser diseñadora de producto, poder crear cosas nuevas, pero sabía que aquello era una meta muy lejana, ya que siempre debía cuidar a su madre. No podía aspirar a mucho, aquello solo se quedaría en un sueño deseado.
Así pasó la mañana, rapidamente la madre de los niños, quienes quedaron agotados ante toda la diversion y risas que acompañaban en tiempo que la castaña lograba estar. Para luego volver a irse a la Veterinaria, ayudar una media hora y poco despues ir contrareloj a bañarse, lidiar con su madre que esta vez le había logrado arañar la cara entre uno de sus arranques de enojo, siendo que así Rin, aquel muchacho pelinegro nuevamente había sido su héroe, colocándole una bandita en la herida, claro que luego de desinfectarlo.
—Aien... Ya no me gusta toda situación, ¿que va a pasar el día en que no llegue a salvarte de ella? ¿sabes que eres importante para mi? —dice preocupado el joven muchacho.
Este tenía la apariencia de tener unos 18 años, por lo que él era el mayor, su mayor.
—Perdon Rin-kun, pero no puedo dejarla... No puedo abandonarla, es mi madre. Ademas no tenemos dinero para tratarla, asi que por favor... No sigamos con este tema, si? —hace una mueca, Aien.
Siendo que Rin, tan solo apoya su frente junto con la de la menor.
—Sabes que siempre haré lo mejor para cuidarte, te quiero tanto que no me gustaría perder a mi mejor amiga y hermanita.
—Lo se Rin... A la proxima me cuidaré, voy a esforzarme mas. Lo prometo —dice mientras se separa pero un pequeño mareo la inunda, y se tambalea.
—El sobreesfuerzo lo que no quiero para ti, falta un día al Instituto, te llevaré al médico y llevaras justificante para todo, por favor... No quiero que sigas empeorando —suplica con aquellos ojos verdes, el pelinegro.
Logrando que Aien antes de negarse, tan solo logre abrazarlo debil, no podía ver tan bien. No podía moverse sin tambalearse, tal vez, solo tal vez, no había sido buena idea cuidar a niños con gripa, ya que al Rin tocar su frente se exaltó de sobremanera al sentir la frente muy caliente, tenía fiebre.
Por lo que como pudo, la hizo subirse con mucho esfuerzo y cuidado a su espalda, agarró las llaves, su billera y fue directo al hospital, esto no debía empeorar.
[…]
Kise Ryuota estaba esperando ansioso porque terminaran las clases para ir a entrenar y verla, desde que la vio no podía dejar de sonreír al verla o pensar en ella, su fuerza de voluntad, su convicción y su dulzura lo enternecia de amor.
Pero cuando sonó la campana, llegó al gimnasio y mientras mas pasaba los minutos y sus compañeros de equipo Kaijo llegaba, ella no llegaba, y eso empezaba a preocuparle.
Sin embargo, no pudo ver que había ocurrido porque Kasamatsu no lo había ni dejado alegar nada para volver a dirigirlo hacia el entrenamiento mas pesado que se había perdido ayer, por lo que no pudo ir en ese momento. Pero cuando todo terminó el capitan mismo se había acercado para informarle que ella no había venido ni a clases ni a sus obligaciones. Pero que no se preocupara que debía ser algun problema familiar.
Cosa que no tranquilizó en nada al rubio, por lo que desesperado llamó a su celular de Aiencchi, pero este daba a su contestador, varias veces, hasta que cuando lo atendió no fue ella, sino que el chico, por unos minutos sintió un mal sabor en la boca, no le gustaba que ella estuviese con él.
Pero cuando el chico del otro lado, quien era Rin, lo reconoció, le dijo lo que mas temía.
—Estamos en el hospital, traje a Aien-san por la fiebre alta, te esperamos en... —empezó a decir la dirección del hospital, que por suerte estaba cerca para el rubio.
Pidió disculpas a su capitan por su mal desempeño hoy, y se retiró, dejando al Capitan y a sus compañeros cada vez mas pensativos.
—Apuesto que serán novios al final, capitan —dijo uno de los jugadores.
—No lo creo. —dijo otro.
—Creo que nuestra estrella tonta se ha enamorado, por lo que no dudo en que sean pareja pronto —dice cerrando la conversacion para luego terminar el entrenamiento.
Ahora solo hacía falta que Kise Ryouta se diera cuenta de sus sentimientos hacia la castaña.
Y que su contraria lo notara y admitiera sin miedo alguno.
◆●◆●◆●◆●
Hola! ¿que tal estan?
¿que les pareció el capitulo?
¿se esperaban aquello del chico, Rin? ¿Quieren ver celoso a Kise?
¿Que ocurrira mas adelante?
¡Todo esto y mas prontamente! Gracias por su paciencia y apoyo. Nos leemos pronto!
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