Capítulo 11. Conociendo la aldea de la Hoja

-Lo siento, niños. Sé que hoy tocaba entrenar con las herramientas ninja, pero olvidé que tengo que ir al hospital para una terapia.
Entonces hoy van a ayudar a Sora-san, les servirá. Tienen que acompañarla al mercado, cargar las bolsas, ayudarle con los quehaceres y la comida

"-Apenas y puedo estar de pie...me duele todo por el entrenamiento de ayer"

-¿Y Lee-san no nos podría ayudar con los shurikens?

-Lee me acompañará a la terapia

-Descuiden, mañana haremos el doble de todos los...

-¡No! Así está bien- interrumpieron los tres

-De todas formas nos pondremos serios mañana

-Pero si sólo llevamos un día haciendo algunos ejercicios ¿cómo vamos a ponernos serios?

-Tú tranqui, ya tengo todo planeado ¡Solo disfruten de su juventud! ¡Vamos, Lee! ¡Rompamos el récord!

-¡Si, Gai-sensei!

Inmediatamente el adulto más joven salió enpujando la silla de ruedas y dejando una ráfaga detrás de él.

-A veces me pregunto cómo es que llegaron a ser ninjas tan respetados...

-Como sea, hay que buscar a Sora-san

-🏮-

Los cuatro ya estaban caminando por los diferentes puestos.

-¿Qué tanto conoces la aldea?- le preguntó Ryu a la castaña

-No mucho, sólo la torre hokage, la tienda de dangos, el parque y la academia... ah y una casa de té

-En serio es poco...

-Bueno, por aquí hay una tienda de dulces que tienes que conocer sí o si.

-Le llaman: la tienda de Okata-sama- contó Kirimasu con un tono dramático

-Lástima que no tenemos dinero

-Más atrás estaba la tienda de máscaras, la verdad vende más en los festivales

-Y más para allá está el Ichiraku ramen, el mejor ramen del mundo ninja

-Y también están construyendo un nuevo restaurante, un tal Kamini-no sé qué. La verdad yo no le veo nada de bueno a esas hamburguesas...prefiero el ramen

Sora venía escuchando la conversación de los niños y se detuvo. Sabía que estaban castigados y que no tenía ningún derecho sobre eso, pero aún así deslizó un poco de dinero en la mano de Tenji y le indicó con la cabeza que fuera con sus amigos a la tienda de dulces

-Solo no le digas a tu abuelo

Los ojos del niño se iluminaron

-¡Si, muchas gracias!

Inmediatamente jaló a los otros dos y se fueron corriendo

-🍡-

Era una construcción de madera, no más grande que los locales a su alrededor, tenía un mostrador del mismo material con una vitrina y una gran variedad de dulces. Detrás de la cual se encontraba un hombre alto y fornido de cabello negro. El tipo de persona que luchó en la guerra y al ver tanta destrucción y muertes se retiró para vivir de todo lo contrario. A sus espaldas habían gabetas con más productos, tantos colores, olores y sabores en un espacio tan pequeño.

-Hola chicos ¿qué van a querer?

-Hola Okata-san- saludó el pelinaranja

-El letrero dice "Okata-sama"- contestó el hombre intentando fingir un tono serio y señalando la tabla que hacía de anuncio para el negocio- ¿y bien?

-Ahmm...un poco de eso- dijo Tenji señalando unos pastelillos en forma de pez- un kilo de gusanos de gomita... Ahhh... ¿Qué más?

-Unos amanattos y melopanes... ¡Ah! Y sushi dulce por favor

TAIYAKI: Pastelillo en forma de pez, relleno de chocolate, anko, crema pastelera o queso.

AMANATTO: Dulce hecho de judías y cubierto de azúcar refinado, el cual se cocina a fuego lento en almíbar.

MELONPAN: Panecillo de forma redonda cubierta de una capa muy crujiente, muy parecido a las conchas mexicanas, y su nombre se debe al ligero sabor a melón que tiene.

-¿Tú que quieres, Tatsumi?

-Ahhh... Gelatina de judías rojas

-A ti no te había visto por aquí

-Es nueva en la aldea

-Oh ya veo. Sólo por eso les doy medio kilo de chocolates gratis aparte de lo que ya llevan

-¡Wow!

-¿Es todo?

-...Vamos chicos, piensen. Necesitamos suministros para tres semanas- indicó el castaño

-¿Cuánto dinero te dieron?

-Suficiente... Creo

-Cucharas con tamarindo

-Unos flanes

-Y dulces de leche

-Unas obleas

-Ate

-Cacahuates

-Cocadas

-🥠-

Al final si les alcanzó el dinero. Volvieron con Sora, que ya había acabado de comprar y tuvieron que ayudarle con las bolsas.
Les dolían los brazos y las piernas por todo lo del día anterior, pero se las arreglaron.

Una vez en la mansión, fueron a esconder los dulces a "su guarida" sólo para darse cuenta de que tendrían que hacer la comida, o almenos ayudar

-¿Entonces qué haremos?

-Ustedes harán onigiri, yo me encargo de lo demás

-🍙-

Sora se encargó de todo, como dijo y había llegado la hora de formar las bolas de arroz. Prepararon el relleno y Ryu fue la primera víctima.

Se mojó las manos y se puso sal. Tomó una cuchara de las más grandes y se puso el arroz en la mano

-¡Waaaaahhh! ¡Está caliente! ¡Está caliente!

-¡Rápido, ponle el relleno!

Pero el pelinaranja no se movía más que para agitar ligeramente su mano con el arroz.

Los otros dos tomaron una cucharada de atún y una de arroz, y las pusieron sobre lo que Ryu ya tenía.

Apretó suevemente y pasó el onigiri a su otra mano para darle forma, no quedó muy triangular, pero tampoco demasiado deforme, así que lo puso sobre un pedazo de alga.

Muchas quemadas, lágrimas, tiempo e intentos fallidos después por fin habían terminado.

Algunos tenían parte del relleno por fuera, otros estaban aplastados y todos de diferente tamaño y forma.

Habían unos salados y otros dulces, como si todo lo que compraron no fuera suficiente.

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